La tarde del martes un comando de 300 sujetos irrumpió en Los
Reyes para exigir avances de la indagatoria en torno a la desaparición
de un guardia comunitario; durante más de una hora tuvieron el control
de esa comunidad.
Adriana Esthela Flores
Los Reyes Salgado • El aviso llegó por radio
después de las 2 de la tarde el pasado martes. Miguel Ruiz Nava, jefe de
la prisión municipal de Los Reyes Salgado, estaba pegado a su
escritorio, al pie de unas escaleras que conducen a las celdas, cuando
escuchó la alerta: “Van 30 camionetas con armas de alto calibre”.
En cuestión de minutos, el comando de supuestos policías comunitarios
dejó los retenes que tenía en la carretera rumbo a Peribán y llegó
hasta la puerta de la comandancia municipal: “¡Hijos de su puta madre,
abran, entreguen sus armas!”
El primer cuadro de Los Reyes quedó sitiado. Más de 300 hombres
—según testimonios de funcionarios municipales y lugareños— se apostaron
en los alrededores de la presidencia municipal y tomaron la plaza
principal con una demanda escrita en pancartas: “¡Vivo se lo llevaron,
vivo lo queremos!”
Ante los hombres con cuernos de chivo y el rostro cubierto, los
propietarios de negocios bajaron las cortinas. Venían de la comunidad
de Cherato, a 37 kilómetros de la cabecera municipal.
“Nos golpearon las puertas y nos pedían las armas. Nos balearon, pero
fueron dos balas hacia el aire, no a nosotros. Fue una situación de
emergencia”, narra Ruiz Nava.
En las celdas había 39 hombres y una mujer. Todos fueron llevados
hacia el segundo piso de la comandancia para ser puestos a salvo.
Lo
mismo ocurrió con los policías municipales y algunos funcionarios que no
alcanzaron a salir del edificio, a pesar de que después del mediodía se
dio aviso de que los comunitarios salieron de Cherato y se apostaron en
las carreteras. Los trabajadores ya se habían ido cuando los
comunitarios llegaron y rodearon la presidencia.
No es la primera vez que van. El 25 de marzo decenas de comunitarios
protestaron afuera de la presidencia, también con pancartas y armas. La
causa es la misma: avances en la indagatoria sobre la desaparición de
Roberto Cerano Cervantes, un militar retirado que trabajaba como
guardián en Cherato. Desapareció el pasado 22 de marzo.
En redes sociales y periódicos se habla de que lo desaparecieron
policías —no se sabe si municipales o estatales— cuando realizaba
trámites en la cabecera municipal. Las autoridades locales, encabezadas
por el alcalde Antonio Salas, dicen no saber nada, a pesar de que por
ese caso el jefe de la policía, Marco Antonio Mendoza, fue destituido.
“No se sabe quiénes se lo llevaron y hasta el momento no se tienen
noticias de él. La presunción es esa: que pasó esa situación porque
Cherato se opuso a ciertas condiciones que ponían ciertas gentes: que
les pedían una cuota, es lo que tenemos conocimiento”, explicó el
secretario del ayuntamiento, Jorge Sandoval Rosales.
—¿No está implicada la policía municipal?
—No tenemos nada qué ver con esas situaciones. No sabemos cuándo
desapareció. Unas personas se lo llevaron, pero no nos dimos cuenta.
—Lo de las policías comunitarias ¿es una inconformidad social?
—Sabemos que las personas son de las comunidades que se autonombraron policías comunitarias.
—¿Las autoridades municipales están rebasadas?
—Es una situación que se está dando, no es que estemos rebasados o no.
La toma de la plaza en Los Reyes duró de las tres a las 4:20 de la
tarde. Ante el llamado de alerta, el Ejército mexicano llegó, pero no
detuvo a nadie.
(MILENIO/ Adriana Esthela Flores/16 Mayo 2013 - 12:53am)
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