martes, 3 de noviembre de 2015

REBELIÓN CIUDADANA


Raymundo Riva Palacio
Los “broncos” y los independientes no aparecieron por generación espontánea: son consecuencia del repudio ciudadano a la partidocracia, la concentración y abuso del poder y los gobiernos inmorales de todas las tendencias. Jaime Rodríguez, “El Bronco”, catalizó ese sentimiento y se convirtió en el primer gobernador sin partido.

El mensaje es inobjetable: cuando la sociedad se decide, pasa por encima de siglas partidistas, maquinarias electorales, medios de comunicación afines al Gobierno y del propio Estado. Nada la puede detener; su fuerza pacífica es al mismo tiempo demoledora.

Rodríguez asumió el Gobierno de Nuevo León el 3 de octubre, frente a un desencajado Rodrigo Medina, acusado de corrupto, incompetente y pusilánime.

En un país de leyes, el exgobernador priista ya estaría en prisión, pero en México la delincuencia política se premia con nuevos cargos públicos.

Una manera de proteger a los responsables de la ruina de los estados y del país propia de la mafia.

El triunfo de Rodríguez era previsible con Medina en el poder, impuesto por José Natividad González para cubrir sus tropelías; una selección del PRI equivocada y un Gobierno Federal en crisis. Rodríguez obtuvo un millón 20 mil votos, 350 mil más que Peña Nieto en 2012. El entonces candidato presidencial rozó los 670 mil sufragios, sumados los del PRI y los del Verde.

“El Bronco” dista mucho de ser un político químicamente puro, pero en las elecciones del 7 de junio ganó a los candidatos del PRI (Ivonne Álvarez) y el PAN (Felipe de Jesús Cantú) en una proporción mayor de dos a uno; incluso los superó a ambos, pues juntos recibieron 965 mil 187 votos. En los nuevoleoneses pesó más el deseo de un cambio real y de castigo contra los partidos tradicionales y los gobiernos –estatal y federal–, que las limitaciones, errores y el pasado priista de Rodríguez. Antes de declararse independiente, “El Bronco” militó 33 años en el PRI, por cuyas siglas fue diputado federal, local y alcalde de García.

Para restarle mérito a la victoria de Rodríguez, se le acusa de haber sido financiado por los grupos económicos de Monterrey. En campaña, después de ganar un debate con Álvarez y Cantú, su exesposa lo denunció por “violencia familiar”. Nada lo detuvo ni alteró la decisión ciudadana de echar al PRI del poder y de castigar también al PAN por el pésimo desempeño de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, quien perdió la nominación por descuidar sus obligaciones. Mientras estaba en campaña, la ciudad se hundía en el caos.

La renuncia del expanista Fernando Elizondo como aspirante de Movimiento Ciudadano al Gobierno, para sumarse a la candidatura de Jaime Rodríguez, resultó crucial para lograr una alternancia inédita en Nuevo León y en el país. Víctima de un par de atentados del narcotráfico en su gestión como alcalde de García, “El Bronco” está resuelto a atacar la corrupción, a desligar al Gobierno de las televisoras, a las cuales Medina pagó 8 mil millones de pesos anuales, y a consultar con la ciudadanía sus decisiones.

Su carta de renuncia al PRI, el 14 de septiembre de 2014, es un llamado a la rebelión pacífica: “(…) he decidido unirme a millones de mexicanos que han llegado al límite de la paciencia. Y que hoy, encabronados, muy molestos, exigen cambiar los viejos modos políticos del partido y del propio sistema. Coincido con ellos, porque pienso y siento lo mismo que ellos”.

gerardo.espacio4@gmail.com / t: @espacio4mx
(ZOCALO/ COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” de Raymundo Riva Palacio/ 03 de noviembre)


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