Habitantes de Carrizalillo
confirmaron que al menos un centenar de sicarios al servicio del grupo
delictivo Guerreros Unidos se refugió en ese poblado tras la masacre y
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, tal como lo informó
proceso.com.mx el 11 de octubre de 2014 en la nota titulada Señalan a
pandilleros de “Los Peques” como agresores de normalistas.
Los habitantes del lugar
también denunciaron públicamente la existencia de fosas clandestinas: señalaron
que tienen indicios de que los normalistas desaparecidos fueron trasladados a
esta comunidad, donde se encuentra asentada la minera canadiense Gold Corp.
Encabezados por el comisario
ejidal Ricardo López García, hicieron un llamado a los padres de los 43
estudiantes para que viajen a Carrizalillo y busquen ahí a su hijos.
El viernes 31 de octubre,
vecinos de la comunidad aseguraron a medios locales que tienen indicios de que
los normalistas habrían sido trasladados a ese lugar, luego de la cacería
desatada en Iguala la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre.
Señalaron que en las primeras
horas del 27, al menos una treintena de hombres armados procedentes de Iguala
arribó a Carrizalillo a bordo de varias camionetas.
Afirmaron que los sujetos son
miembros de la banda Los Peques, señalada como el brazo armado de Guerreros
Unidos, y que habrían sido protegidos por la familia Peña Celso, que se refugió
en Iguala después de que varios de sus integrantes fueron asesinados.
De acuerdo con los
denunciantes, en esa ocasión llegaron al lugar varias retroexcavadoras, y una
gran cantidad de arena destinada para una obra pública “simplemente
desapareció”.
Las declaraciones se dan a
conocer luego de que la semana pasada pobladores de Carrizalillo retuvieron a
nueve agentes federales y un civil identificado como Modesto Onofre Peña Celso,
presunto miembro del grupo delictivo Guerreros Unidos, quienes pretendían
llevarse al comisario ejidal Ricardo López.
La comunidad, ubicada sobre
la rivera del río Balsas, en el llamado ‘Cinturón de oro, ha padecido la
confrontación entre sicarios al servicio de la banda Los Rojos y Guerreros
Unidos, que buscan hacerse del control de la ruta de trasiego de drogas y las millonarias
ganancias que obtienen a través del cobro de piso a la empresa minera Gold
Corp.
Según los pobladores de
Carrizalillo, durante la retención de los federales y de Modesto Onofre Peña
Celso, este habría confesado que en varios cerros existen fosas clandestinas
que fueron utilizadas por los miembros de Guerreros Unidos para desaparecer a
sus víctimas.
Incluso dijeron que ellos
mismos acudieron a un punto y encontraron restos humanos, motivo por el cual
lanzaron un llamado a los padres de los 43 normalistas para que busquen ahí a
sus hijos.
El 11 de octubre de 2014,
proceso.com.mx dio a conocer, con base en un reporte federal, que un grupo de
sicarios al servicio de Guerreros Unidos se había refugiado en Carrizalillo con
la protección de autoridades de los tres niveles de gobierno y del Ejército,
luego de ocurrida la masacre y desaparición de los estudiantes de la Escuela
Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
La nota se tituló: “Señalan a
pandilleros de ‘Los Peques’ como agresores de normalistas”.
(RIODOCE/ Proceso / 2 noviembre, 2015)
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