Ramos Arizpe, Coah.- Un error humano llevó a la muerte al periodista Antonio Dávila Campos y al resto de los tripulantes del jet Hawker 800, cuando los malos cálculos del piloto los llevaron a tocar los cables de alta tensión del Parque Industrial, iniciando así el incendio y caída del jet.
Lo anterior fue confirmado por fuentes ministeriales, luego de que
concluyeron el peritaje en el lugar donde la aeronave procedente de
Cozumel, Quintana Roo, con destino al municipio de Ramos Arizpe se
desplomó.
Las últimas investigaciones revelaron que el jet Hawker, donde viajaban Antonio Dávila Campos, periodista local; su esposa Irma López Coss, su hijo Alejandro Dávila López, de 10 años; el piloto aviador Israel Cabrera Hernández, de 33 años; el piloto aviador Alfonso Andrés Remond Ebergenyi; Marta Elena de Loera, su esposo Daniel Loera y Paulina Facio, se desplomó debido a un error humano.
Trascendió que la unidad comenzó a incendiarse luego de que una de las alas tocó los cables de alta tensión, posteriormente sobrevinieron los impactos que acabaron con la vida de los ocho ocupantes.
Lo anterior se dio a conocer por Manuel de Jesús González Gallardo, delegado regional de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien junto con elementos de Aeronáutica Civil llegó durante la mañana al lugar del accidente para realizar la reconstrucción de lo ocurrido.
Las nuevas diligencias continuaron alrededor de las 9:00 horas de ayer, cuando elementos del Ministerio Público de Ramos Arizpe regresaron al cruce de avenida Industria Automotriz e Industria Metalmecánica, del Parque Industrial Ramos Arizpe, para realizar la reconstrucción de los hechos.
Según las autoridades ministeriales, el jet modelo 1982 se proyectó contra los cables de alta tensión, ubicados frente a la empresa Matcor Matsu Manufacturas de Saltillo, para posteriormente terminar su recorrido frente a la empresa Pelcer de México.
Las autoridades permanecieron en el lugar por lo menos hasta las 14:00 horas, cuando lograron ubicar la caja negra, elemento que registra las conversaciones en cabina, así como el almacenamiento de datos, mismos que son utilizados en caso de algún accidente, como el ocurrido en Ramos Arizpe.
Tras ubicar el aparato, este quedó a disposición de personal de Aeronáutica Civil, expertos que se dedicarán a extraer la información almacenada en la caja negra, siendo hasta este momento cuando se pueda confirmar los resultados que arrojaron los peritajes realizados en el lugar.
Entregan cuerpos
Alrededor de las 2:00 horas de ayer, elementos del Ministerio Público autorizaron el levantamiento de los ocho cuerpos para su traslado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) para su necropsia y posterior reconocimiento.
Trascendió que durante la mañana Jesús Dávila Campos, hermano del periodista Antonio Dávila, acudió a las instalaciones del Semefo para hacer el reconocimiento del cuerpo de su hermano, sobrino y cuñada, para posteriormente realizar el papeleo necesario para que se le entregaran los cuerpos.
En torno al reclamo de los cuerpos de los amigos de Dávila Campos, Martha Elena de Loera y su esposo Daniel Loera Adame, fueron reclamados por Héctor Loera Adame, hermano del empresario.
Además se reclamaron los cuerpos del piloto Alfonso Andrés Remond Ebergenyi y el copiloto Israel Cabrera Hernández, así como el de Paulina Fascio, quienes durante la tarde de ayer y transcurso de la mañana de hoy fueron despedidos por familiares y amigos.
Avioneta cumplía con documentación
PAOLA AGUIRRE PRAGA
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes emitió un comunicado en el que asegura que la aeronave jet Hawker 800 en la que viajaban el periodista Antonio Dávila Campos y siete pasajeros más, contaba con toda la documentación en orden.
A través de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la SCT informó que coadyuva en las investigaciones de las probables causas del accidente de una aeronave de servicio privado, ocurrido en el Parque Industrial Santa María, de Ramos Arizpe, la tarde de este sábado.
Detalla que la avioneta, propiedad del empresario Armando Guadiana Tijerina, que se estrelló correspondía a un jet Hawker 800, marca British Aerospace, modelo HS 125700A, con matrícula XA-UKR, y contaba con ocho plazas, “que tenía como base Saltillo, propiedad de Líneas Aéreas Comerciales, se desplomó en una bodega ubicada en el Parque Industrial Ramos Arizpe”.
TODO ESTABA EN ORDEN
En el comunicado con el folio 86, la SCT informó que “toda la documentación está en orden y se conformó una Comisión que investiga las probables causas del derrumbe de la avioneta”.
Antonio Dávila Campos, conductor del noticiero radiofónico “Libre”, su esposa Irma López Coss, su hijo Alejandro Dávila López, de 10 años, el piloto aviador Israel Cabrera, de 33 años; el piloto aviador Alfonso Andrés Remond Ebergenyi; Marta Elena de Loera y su pareja Daniel Loera, así como Paulina Facio estaban a menos de un minuto de llegar al aeropuerto de Ramos Arizpe, cuando el jet se desplomó.
Se quedan mudos al ver accidente
CARMEN VILLA
“A las 19:44 se aprecia la avioneta volando a baja velocidad hasta que se impacta contra cables y bodega, posteriormente inicia evacuación de trabajadores”, así lo describió el vigilante en turno de una de las empresas del lugar.
La bitácora del vigilante fue concisa, él observó la caída de la avioneta sin querer, pues simplemente realizaba un recorrido de vigilancia en el exterior de la empresa Matcor Matsu Manufacturas de Saltillo al momento del accidente.
EL IMPACTO
En esos momentos del poniente observó como la avioneta Hawker 800 volaba a poca altura y de pronto ésta se impactó contra los cables de alta tensión del lugar, generando un apagón inmediato; a los pocos segundos la unidad ya se había impactado contra la bodega y los postes de concreto.
Al observar el riesgo el vigilante ordenó la evacuación inmediata del lugar, pues las explosiones generadas por las descargas eléctricas de los transformadores lo hicieron movilizarse y no paralizarse ante la contingencia.
Así que al concluir sus labores como guardia, la bitácora relevante del día quedó guardada con las 19:44 horas, tiempo en el que el jet sobrevolaba a baja altura generándose la desgracia de las familias.
Temen vecinos por desplome de aviones
Las últimas investigaciones revelaron que el jet Hawker, donde viajaban Antonio Dávila Campos, periodista local; su esposa Irma López Coss, su hijo Alejandro Dávila López, de 10 años; el piloto aviador Israel Cabrera Hernández, de 33 años; el piloto aviador Alfonso Andrés Remond Ebergenyi; Marta Elena de Loera, su esposo Daniel Loera y Paulina Facio, se desplomó debido a un error humano.
Trascendió que la unidad comenzó a incendiarse luego de que una de las alas tocó los cables de alta tensión, posteriormente sobrevinieron los impactos que acabaron con la vida de los ocho ocupantes.
Lo anterior se dio a conocer por Manuel de Jesús González Gallardo, delegado regional de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien junto con elementos de Aeronáutica Civil llegó durante la mañana al lugar del accidente para realizar la reconstrucción de lo ocurrido.
Las nuevas diligencias continuaron alrededor de las 9:00 horas de ayer, cuando elementos del Ministerio Público de Ramos Arizpe regresaron al cruce de avenida Industria Automotriz e Industria Metalmecánica, del Parque Industrial Ramos Arizpe, para realizar la reconstrucción de los hechos.
Según las autoridades ministeriales, el jet modelo 1982 se proyectó contra los cables de alta tensión, ubicados frente a la empresa Matcor Matsu Manufacturas de Saltillo, para posteriormente terminar su recorrido frente a la empresa Pelcer de México.
Las autoridades permanecieron en el lugar por lo menos hasta las 14:00 horas, cuando lograron ubicar la caja negra, elemento que registra las conversaciones en cabina, así como el almacenamiento de datos, mismos que son utilizados en caso de algún accidente, como el ocurrido en Ramos Arizpe.
Tras ubicar el aparato, este quedó a disposición de personal de Aeronáutica Civil, expertos que se dedicarán a extraer la información almacenada en la caja negra, siendo hasta este momento cuando se pueda confirmar los resultados que arrojaron los peritajes realizados en el lugar.
Entregan cuerpos
Alrededor de las 2:00 horas de ayer, elementos del Ministerio Público autorizaron el levantamiento de los ocho cuerpos para su traslado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) para su necropsia y posterior reconocimiento.
Trascendió que durante la mañana Jesús Dávila Campos, hermano del periodista Antonio Dávila, acudió a las instalaciones del Semefo para hacer el reconocimiento del cuerpo de su hermano, sobrino y cuñada, para posteriormente realizar el papeleo necesario para que se le entregaran los cuerpos.
En torno al reclamo de los cuerpos de los amigos de Dávila Campos, Martha Elena de Loera y su esposo Daniel Loera Adame, fueron reclamados por Héctor Loera Adame, hermano del empresario.
Además se reclamaron los cuerpos del piloto Alfonso Andrés Remond Ebergenyi y el copiloto Israel Cabrera Hernández, así como el de Paulina Fascio, quienes durante la tarde de ayer y transcurso de la mañana de hoy fueron despedidos por familiares y amigos.
Avioneta cumplía con documentación
PAOLA AGUIRRE PRAGA
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes emitió un comunicado en el que asegura que la aeronave jet Hawker 800 en la que viajaban el periodista Antonio Dávila Campos y siete pasajeros más, contaba con toda la documentación en orden.
A través de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la SCT informó que coadyuva en las investigaciones de las probables causas del accidente de una aeronave de servicio privado, ocurrido en el Parque Industrial Santa María, de Ramos Arizpe, la tarde de este sábado.
Detalla que la avioneta, propiedad del empresario Armando Guadiana Tijerina, que se estrelló correspondía a un jet Hawker 800, marca British Aerospace, modelo HS 125700A, con matrícula XA-UKR, y contaba con ocho plazas, “que tenía como base Saltillo, propiedad de Líneas Aéreas Comerciales, se desplomó en una bodega ubicada en el Parque Industrial Ramos Arizpe”.
TODO ESTABA EN ORDEN
En el comunicado con el folio 86, la SCT informó que “toda la documentación está en orden y se conformó una Comisión que investiga las probables causas del derrumbe de la avioneta”.
Antonio Dávila Campos, conductor del noticiero radiofónico “Libre”, su esposa Irma López Coss, su hijo Alejandro Dávila López, de 10 años, el piloto aviador Israel Cabrera, de 33 años; el piloto aviador Alfonso Andrés Remond Ebergenyi; Marta Elena de Loera y su pareja Daniel Loera, así como Paulina Facio estaban a menos de un minuto de llegar al aeropuerto de Ramos Arizpe, cuando el jet se desplomó.
Se quedan mudos al ver accidente
CARMEN VILLA
“A las 19:44 se aprecia la avioneta volando a baja velocidad hasta que se impacta contra cables y bodega, posteriormente inicia evacuación de trabajadores”, así lo describió el vigilante en turno de una de las empresas del lugar.
La bitácora del vigilante fue concisa, él observó la caída de la avioneta sin querer, pues simplemente realizaba un recorrido de vigilancia en el exterior de la empresa Matcor Matsu Manufacturas de Saltillo al momento del accidente.
EL IMPACTO
En esos momentos del poniente observó como la avioneta Hawker 800 volaba a poca altura y de pronto ésta se impactó contra los cables de alta tensión del lugar, generando un apagón inmediato; a los pocos segundos la unidad ya se había impactado contra la bodega y los postes de concreto.
Al observar el riesgo el vigilante ordenó la evacuación inmediata del lugar, pues las explosiones generadas por las descargas eléctricas de los transformadores lo hicieron movilizarse y no paralizarse ante la contingencia.
Así que al concluir sus labores como guardia, la bitácora relevante del día quedó guardada con las 19:44 horas, tiempo en el que el jet sobrevolaba a baja altura generándose la desgracia de las familias.
Temen vecinos por desplome de aviones
LUIS DURÓN
Vecinos del fraccionamiento Villas de Santa María aceptan el riesgo que corren de ser afectados por un accidente porque están bajo el paso de los aviones, otros de plano señalaron que ya se acostumbraron e indican que un accidente puede pasar en todas partes.
Paulina Vega añadió que los vecinos tienen temor de que les vaya a pasar algo, más que nada por la razón de donde están ubicados.
“Claro que sí (tenemos temor) de que (un avión) venga a caer a alguna fábrica y explote y todo el humo se venga para acá, te preocupas más que nada por tu familia, por todos los niños que hay, que en la noche están todavía jugando afuera.
“Siendo las 2, 3 de la mañana oyes (que pasan) los aviones de pasajeros”, indicó.
Por otra parte, Juan Carlos Carbajal, también vecino de la colonia, subrayó que “el riesgo siempre va a estar, sabemos que estamos en el camino de donde aterrizan los aviones.
“El transporte aéreo es el más seguro, pero pues sí pasan accidentes como en este caso, el riesgo siempre está, puede ser aquí, dentro de la ciudad o en Monterrey, en cualquier lado”, externó.
“A fin de cuentas estamos dentro de un parque industrial y el riesgo lo tenemos, acaba de quemarse Diken y hubo quemazón de químicos, que sí está cerca, prácticamente cruzas parte de la barranca, hay un arroyo y enseguida está”, indicó.
Añadió que México es el único país que tiene el problema de que el aeropuerto de la Ciudad de México está dentro de la ciudad, “en Monterrey no se diga, ya se está copando por la misma ciudad”, agregó.
RIESGO DE SINIESTROS
Jera Arzola subrayó que no teme ser afectado por un accidente aéreo y que ni el incendio de Diken le dio temor aún y cuando señaló que las llamas estuvieron muy altas.
“Ya estamos acostumbrados (a los accidentes aéreos), de hecho ya van varios accidentes que pasan”, señaló.
Un trabajador de la empresa Pelzer de México, donde el avión siniestrado cayó cerca de una bodega que tienen en el sector, resaltó que lo riesgoso es que están en la ruta de aterrizaje.
“Yo pienso que lo que pasó fue que se arriesgaron a aterrizar con tanta neblina, había mucha neblina y yo pienso que eso fue lo que causó el accidente”, destacó.
“Está muy difícil reubicar el aeropuerto, como ha sucedido en la Ciudad de México, por ejemplo, han reubicado pistas y todo y la mancha urbana sigue creciendo y al rato ya está otra vez igual, yo más bien pienso que los controladores aéreos deben de ponerse más vivos en cuanto a cuándo se puede aterrizar y cuándo no”, añadió quien omitió su nombre.
“Apagaba el fuego con un nudo en la garganta”
Vecinos del fraccionamiento Villas de Santa María aceptan el riesgo que corren de ser afectados por un accidente porque están bajo el paso de los aviones, otros de plano señalaron que ya se acostumbraron e indican que un accidente puede pasar en todas partes.
Paulina Vega añadió que los vecinos tienen temor de que les vaya a pasar algo, más que nada por la razón de donde están ubicados.
“Claro que sí (tenemos temor) de que (un avión) venga a caer a alguna fábrica y explote y todo el humo se venga para acá, te preocupas más que nada por tu familia, por todos los niños que hay, que en la noche están todavía jugando afuera.
“Siendo las 2, 3 de la mañana oyes (que pasan) los aviones de pasajeros”, indicó.
Por otra parte, Juan Carlos Carbajal, también vecino de la colonia, subrayó que “el riesgo siempre va a estar, sabemos que estamos en el camino de donde aterrizan los aviones.
“El transporte aéreo es el más seguro, pero pues sí pasan accidentes como en este caso, el riesgo siempre está, puede ser aquí, dentro de la ciudad o en Monterrey, en cualquier lado”, externó.
“A fin de cuentas estamos dentro de un parque industrial y el riesgo lo tenemos, acaba de quemarse Diken y hubo quemazón de químicos, que sí está cerca, prácticamente cruzas parte de la barranca, hay un arroyo y enseguida está”, indicó.
Añadió que México es el único país que tiene el problema de que el aeropuerto de la Ciudad de México está dentro de la ciudad, “en Monterrey no se diga, ya se está copando por la misma ciudad”, agregó.
RIESGO DE SINIESTROS
Jera Arzola subrayó que no teme ser afectado por un accidente aéreo y que ni el incendio de Diken le dio temor aún y cuando señaló que las llamas estuvieron muy altas.
“Ya estamos acostumbrados (a los accidentes aéreos), de hecho ya van varios accidentes que pasan”, señaló.
Un trabajador de la empresa Pelzer de México, donde el avión siniestrado cayó cerca de una bodega que tienen en el sector, resaltó que lo riesgoso es que están en la ruta de aterrizaje.
“Yo pienso que lo que pasó fue que se arriesgaron a aterrizar con tanta neblina, había mucha neblina y yo pienso que eso fue lo que causó el accidente”, destacó.
“Está muy difícil reubicar el aeropuerto, como ha sucedido en la Ciudad de México, por ejemplo, han reubicado pistas y todo y la mancha urbana sigue creciendo y al rato ya está otra vez igual, yo más bien pienso que los controladores aéreos deben de ponerse más vivos en cuanto a cuándo se puede aterrizar y cuándo no”, añadió quien omitió su nombre.
“Apagaba el fuego con un nudo en la garganta”
CARMEN VILLA
Están capacitados para apagar siniestros, pero las historias trastocan sus corazones a pesar de los años de experiencia y en esta ocasión combatir el incendio generado tras el desplome de la avioneta que dejó 8 víctimas, incluido un menor de 10 años, los hizo trabajar con un nudo en la garganta.
Los elementos de la base Ramos Arizpe, acababan de llegar a su base, luego de concluir el horario en el Operativo de Semana Santa, todo parecía concluiría de la mejor manera, con cero pérdidas, pero su trabajo siempre trae consigo sorpresas.
‘Lo vi quemándose’
“Apagué el fuego con un nudo en la garganta porque vi el cuerpo del pequeño quemándose, tenía que trabajar y apagar el fuego, evitar que se propagara”, comentó así la amarga experiencia.
“Empezamos a hacer las maniobras de enfriamiento, y vimos que la planta se estaba quemando, también había cuerpos de aquel lado, también se estaban quemando”, argumentó.
En esta ocasión Víctor estaba poniendo al límite sus habilidades como apagafuego, pues por un lado el menor sin vida estaba a su lado y por el otro, el fuego en la bodega amenazaba con expandirse a lo largo de toda la nave.
“Llegó Protección Civil del Estado, Protección Civil de Ramos Arizpe, Bomberos Saltillo y Bomberos Aeropuerto, nos ayudaron a mitigar el incendio, a pesar de que se apreciaban varios cuerpos nos enfocamos a apagar el fuego, nunca supimos que era él Antonio Dávila, simplemente apagamos el fuego”, concluyó.
Están capacitados para apagar siniestros, pero las historias trastocan sus corazones a pesar de los años de experiencia y en esta ocasión combatir el incendio generado tras el desplome de la avioneta que dejó 8 víctimas, incluido un menor de 10 años, los hizo trabajar con un nudo en la garganta.
Los elementos de la base Ramos Arizpe, acababan de llegar a su base, luego de concluir el horario en el Operativo de Semana Santa, todo parecía concluiría de la mejor manera, con cero pérdidas, pero su trabajo siempre trae consigo sorpresas.
‘Lo vi quemándose’
“Apagué el fuego con un nudo en la garganta porque vi el cuerpo del pequeño quemándose, tenía que trabajar y apagar el fuego, evitar que se propagara”, comentó así la amarga experiencia.
“Empezamos a hacer las maniobras de enfriamiento, y vimos que la planta se estaba quemando, también había cuerpos de aquel lado, también se estaban quemando”, argumentó.
En esta ocasión Víctor estaba poniendo al límite sus habilidades como apagafuego, pues por un lado el menor sin vida estaba a su lado y por el otro, el fuego en la bodega amenazaba con expandirse a lo largo de toda la nave.
“Llegó Protección Civil del Estado, Protección Civil de Ramos Arizpe, Bomberos Saltillo y Bomberos Aeropuerto, nos ayudaron a mitigar el incendio, a pesar de que se apreciaban varios cuerpos nos enfocamos a apagar el fuego, nunca supimos que era él Antonio Dávila, simplemente apagamos el fuego”, concluyó.
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