viernes, 1 de noviembre de 2013

LA DESHUMANIZACIÓN DE LA POLÍTICA

La Viña del Señor

Si se pensaba que con la reforma constitucional en materia de derechos humanos y con la nueva Ley de Amparo se iba a acabar el déficit que en ese renglón existía y existe en el país, cuán equivocados estábamos.  

Para los que creían que hechos extremos y vergonzosos, propios de un Estado autoritario y fallido, como la matanzas del 2 de octubre de 1968, del 10 de junio del 71 y las ejecuciones extrajudiciales que se dieron durante la guerra sucia, así como la masacre de Acteal ya en el gobierno de Ernesto Zedillo o las derivadas de la guerra calderonista contra los carteles del narcotráfico, con su saldo de más de cien mil muertos y 25 desparecidos, a los que hay que agregar a los desplazados, que convirtieron al país en una gran morgue según afirmó el poeta Marco Antonio Campos, más los muertos de lo que va del gobierno peñanietista, pueden dejar de soñar y volver a poner los pies sobre la tierra.

Si se albergaba la esperanza que al hacerse realidad la alternancia en la presidencia de la república sin necesidad de un alzamiento armado como en 1910 y que los gobiernos divididos llegaron para quedarse, como requisitos indispensables del proceso de transición a la democracia, pueden despertar a la pesadilla de la realidad de la vida política a la mexicana.

Los que creían sinceramente que el PRD cuajaría como una viable opción de izquierda ante las depredadoras políticas neoliberales enarboladas por los gobiernos del PRI y del PAN y de que la tribu de los Chuchos, adueñados de ese partido sacarían la casta por los intereses populares, deben de irle tentando el agua a los camotes.

Para los fieles creyentes de que el PAN era una verdadera opción democrática frente al PRI como partido del Estado emanado de la revolución, luego de doce años posicionado del gobierno federal, pueden dejar de sacar cuentas alegres.

De diciembre último para acá, una vez concretadas reformas como la educativa, laboral y fiscal, de un paquete que incluye la energética, podemos percibir un gran malestar e irritación en diversos sectores sociales y económicos, incluidos algunos poderes fácticos, que su aprobación trajo consigo, por más que sostenga Peña Nieto, que asumirá el costo político de las decisiones tomadas o de que el Pacto por México, se haya convertido en un  engendro de negociación metaconstitucional, al margen de las instancias del poder político, por más que la Carta Magna sostenga que el poder reside en el pueblo.

Casos para la vergüenza: Guaymas en la nota roja 

Así las cosas, ante ese escenario, propio de un Estado fallido, en donde los ciudadanos tienen categoría de súbditos o vasallos y las elites políticas se manejan a su antojo sin ningún tipo de contrapeso, como lo preveía Montesquieu  y en donde la rendición de cuentas y la transparencia son mera ilusión, no debe de extrañarnos a los guaymenses ser noticia nacional o internacional, tanto por el llevado y traído Caso Guaymas, como por el bochornoso fallecimiento de un jornalero –o indigente, para el caso es lo mismo- a las afueras del Semeson, en un asunto de discriminación, el  cual fue tratado en la cadena Telemundo el jueves pasado.

El primero de ellos y gracias al cual los porteños alcanzaron notoriedad no solo a nivel estatal, sino que llegó a los noticieros nacionales como el de la conductora Adela Micha, de Televisa, por ser una trama de secuestro, extorsión y muerte y en donde aparecen implicados militantes de Acción Nacional y funcionarios municipales, mientras que en el segundo, la falta de sensibilidad de servidores públicos del sector salud, por su negligencia y falta de compromiso para con la institución en la que laboran, con su fatal omisión costó una vida y eso a más de censurable, raya en lo criminal, cuando apenas días antes otro descuido provocó cuantiosas pérdidas al echarse a perder un importante lote de vacunas.

El llamado Caso Guaymas, si bien es cierto no alcanzó las proporciones del conflicto que envolvió a la administración de Sara Valle Dessens y su Gobierno de Ciudadanos, si atrajo la atención y los reflectores por el nivel del choque entre las tribus blanquiazules que se disputan espacios de poder a su interior y responden al reacomodo de  de cara a la elección de 2015, pues el control del partido lo pelean los bandos de Francisco Bueno Ayub, compadre de Ernesto Cordero y Omar Núñez Caravantes, hoy por hoy a la baja, desde la destitución de la secretaría general del PAN estatal del mentor de ambos Adrián Espinoza y la salida por la puerta de atrás del Paco de la dirección de Alcoholes; el que impulsa a Manuel Villegas Rodríguez, conformado por miembros de la vieja guardia panista y el de los Chepinos, Héctor Hernández y Oscar González, con posiciones muy cercanas a las del alcalde Otto Claussen Iberri.

Producto de ese merequetengue devino la embichada y el bullying al Calamardo, que al salirse de control tiene en el Cereso a los autores del mismo y trae prófugo al secretario particular del alcalde porteño Eduardo Gaxiola Márquez.

En todo ese tratamiento del proceso a los acusados ya se les dictó auto de formal prisión por el juez de la causa y la CNDH promueve la exhumación del cadáver de María de Jesús Llamas Coronado, la China, por las sospechas recaídas a raíz de su supuesto suicidio en las celdas de arraigo de la PEI.

La trama evidenció la falta de liderazgo en el PAN local por carencia de autoridad moral de su dirigente a quien apodan “El palo fiado” y la injerencia de la policía municipal a un punto sospechoso.

En el caso de José Sánchez Carrasco, la persona que falleció el pasado lunes por fuera de las instalaciones del Hospital General del Estado en Guaymas, se alega por parte de José Jesús Bernardo Campillo, secretario de Salud en Sonora, que éste tuvo atención médica y que recibió un diagnóstico cuando fue llevado por una ambulancia de Cruz Roja al nosocomio, pero días después cuando continuaba pernoctando en el lugar, se negó a ser dado de alta en el programa Seguro Popular.En entrevista con los medios el funcionario afirmó que bajo ninguna circunstancia y so pretexto de cualquier motivo, se le negara la atención médica, la cual se le brindó y después salió del hospital por su propio pie.

Sin embargo el tratamiento y manejo del evento no dejó satisfecho a nadie y si arrojó un mar de dudas sobre la forma en que dicha institución maneja sus políticas públicas y podría estarse en posible negligencia y responsabilidad administrativa de los servidores públicos adscritos a esa instancia hospitalaria.

Si a tales hechos los sumamos al problema que mantiene el ayuntamiento con la empresa PASA, que dejó algunas colonias inundadas de basura y con riesgos en la salud, entonces se puede deducir que la incompetencia debe agregarse la irresponsabilidad de quienes tienen por encargo el brindar los servicios públicos a la ciudadanía, una de las funciones indispensables de la tarea de gobernar.

Violencia de género, acoso y feminicidio

El incremento de la violencia contra las mujeres y más propiamente con las menores de edad en la entidad empieza a preocupar en algunos sectores sociales a grado tal de que se propuesto al Congreso del Estado el de tipificar como delito con mayor penalidad el atentado a la vida de las mujeres, el cual aparece como un problema de género.

Como parte del mismo se perfila el acoso que sufren las damas por el solo hecho de serlo, lo cual se complica por el uso de las redes sociales por parte de los jóvenes al quedar expuesta la vida privada de muchos de ellos, principalmente la de las jovencitas, aún inexpertas en sus manejos. De ello deriva en muchas ocasiones el acoso que sufren las estudiantes al interior o al exterior de sus centros de estudio y de trabajo, lo cual se ha convertido en un verdadero problema.  Los asesinatos violentos de estudiantes  como Viridiana Elizabeth Ramírez  Ramírez de 13 años en Hermosillo y de Maricruz Collins Martínez del Cet del Mar en Guaymas o de Priscila Carolina Hernández Guerra en Bahía Kino, que por su ferocidad llenaron de indignación a sus respectivas comunidades.Mientras la media nacional en índice de violencia contra la mujer es 46.1% en Sonora es de 53.66% y de enero de 2009 a junio de 2010 se registraron 83 feminicidios en el estado.

El incremento de suicidios de menores y de los índices de violencia intrafamiliar, así como en el número de mujeres que han perdido la vida o el de ejecutados que nada más en Cajeme en lo que va del año casi le pegan a los 80 homicidios dolosos, debe poner los focos rojos en las autoridades de procuración de justicia y en las policías Estatal de Seguridad Pública, PEI y municipales.

En un país en donde según el penalista Juan Velásquez hay un 98% de impunidad y no existe la investigación científica de los delitos y tenemos una de las policías más corruptas e ineficientes de América Latina, amén de la falta de una política criminal efectiva por partes de las instituciones y no existe la prevención del delito como parte de la misma, el asunto pinta negro en lo inmediato, cuando está comprobado que el incremento de las penas por si mismas nunca han remediado tales problemas cuyo origen es multifactorial como sostiene el criminólogo del INACIPE Martín Barrón, pues de ser cierta esa hipótesis no habría ni narcotráfico, ni homicidios.

Y mientras el Estado se fortalece a costa de la sociedad civil, ésta se encuentra a merced de la violencia, la inseguridad  y los gobiernos fallidos.


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