Un
Volkswagen Sedán estacionado frente a la calle Isla Trapani 2691 en febrero de
2015. Imagen: Google Streetview
Brian
Anderson, cortesía para SinEmbargo
Ciudad
de México, 30 de junio (SinEmbargo/VICE News).- En octubre de 2014, la policía
estatal de Jalisco desmanteló una fábrica clandestina de armas en Guadalajara,
la pertenecía al Cártel Jalisco Nueva Generación. La fábrica, ubicada en la
calle Isla Trapani, en el oriente de la ciudad, era llevada por tres hombres
que producían armas de fuego caseras no rastreables.
El
grupo de productores de armas caseras para el Cártel Jalisco Nueva Generación
se escondía a la vista de todos. En mayo, miembros del cártel de Jalisco
derribaron a un helicóptero militar con un lanzagranadas. Seis soldados
perdieron la vida. El cártel está detrás de un serie de narcobloqueos,
operativos que consisten en prender fuego a vehículos de gran tamaño y
gasolineras para mostrar su poder y provocar caos. Hasta ahora, el cártel ha
reivindicado 39 narcobloqueos. En uno de ellos, prendieron fuego a un autobús
de transporte público que estaba justo a unas cuadras de su laboratorio de
armas.
Dentro
de la tienda, el arma más producida es el AR-15. Estos fusiles que se enfrían
con aire con cargadores removibles son los favoritos de los narcotraficantes
mexicanos porque son ligeros y resistentes. En el laboratorio secreto de
Guadalajara, esos tres hombres armaban fusiles AR-15 con piezas de armas que
compraban en EU y después pasaban de contrabando en lotes pequeños, según la
información que proporcionaron las autoridades de ambos países que
entrevistamos para este artículo.
Sin
embargo, cuando las autoridades hicieron una redada en la fábrica, el 7 de
octubre del año pasado, descubrieron que estos hombres también fabricaban
cajones de mecanismos de AR-15 funcionales con bloques incompletos de aluminio.
En los cajones en encuentra el mecanismo principal para disparar en los fusiles
AR-15. Según las leyes mexicanas, el cajón de mecanismos es la única parte del
arma regulada por las autoridades. Estos hombres fabricaban cajones de mecanismos
caseros con la misma tecnología que utiliza el movimiento mundial DIY [hazlo tú
mismo]. El cajón de mecanismos es donde las armas llevan el número de serie y
está diseñado para poder rastrearlas. Como las armas caseras del cártel de
Jalisco no están seriadas, no se pueden rastrear con precisión.
El
cajón de mecanismos es el punto crucial de un AR-15. Ahí se encuentra el
mecanismo del gatillo, además une la culata, la empuñadura, el cargador y el
cajón superior, donde se monta el cañón. En un fusil como el AR-15 que tiene
tanto cajón inferiores como cajón superior, el cajón inferior es lo que se
considera el arma de fuego, por lo tanto, el resto de las partes es mucho más
fácil de conseguir y mucho más difícil de rastrear.
El
proceso para fabricar armas DIY empieza con un trozo de material sin terminar
que, con las herramientas necesarias, se puede mejorar hasta convertirlo en un
mecanismo pata disparar. La Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y
Explosivos de EU (abreviado ATF) no considera que este material sin terminar
esté dentro del “proceso de fabricación”, que es cuando la Ley de control de
armas de EU tiene que clasificar el arma, si le falta veinte por ciento o más
para completarse. En otras palabras, la ATF no considera a estas pistolas
conocidas como “menos de ochenta por ciento” –lo cual significa que tienen una
cavidad de control de fuego estable pero que no tiene orificios para un
selector de tiro, un percutor o un gatillo– como armas de fuego y están
disponibles a la venta en EU pero no en México.
Imagen:
ATF de EU
El
cajón de mecanismos a ochenta por ciento está completo una vez que la cavidad
está lista para albergar un mecanismo de disparo. Para este punto, ya se
considera como un arma de fuego tanto EU como México. Entonces está sujeta a la
regulación del gobierno y se le debe signar un número de serie.
Los
fabricantes no profesionales llevan décadas haciendo cajones de mecanismos
funcionales con armas incompletas. Hoy en día hay pocas formas de fabricar
AR-15 no rastreables, por ejemplo: con una impresora 3D o con una fresadora de
control numérico computarizado (CNC) capaz de producir automáticamente un arma
de metal imposible de rastrear.
Pero
estos hombres no sólo se dedicaban a terminar los cajones de mecanismos
incompletos en el laboratorio de Guadalajara sino que lo producían desde cero.
Un
cajón de mecanismos completo hallado en la tienda. Foto: Policía estatal de
Jalisco
La
tienda se encontraba en la Zona Industrial de Guadalajara, según Luis Carlos
Nájera, el procurador de Jalisco, quien dijo que no es raro ver gente entrando
y saliendo de bodegas en esta parte de la ciudad, que está repleta de naves
industriales pequeños, talleres y fábricas de piel. Sin embargo, a principios
de junio, cuando un corresponsal de MOTHERBOARD visitó el área donde se
encontraba la fábrica, dijo que el ambiente se sentía muy tenso. La gente
parecía introvertida y se mostraba reticente a hablar mucho sobre cualquier
tema.
Hoy,
la cortina de metal color negro de la tienda está marcada con un grafiti de una
pandilla. Tres policías patrullan la bodega día y noche armados con rifles de
combate modificados. Los guardias dicen que su misión es resguardar el lugar
pero no explicaron qué fue lo que pasó como para que fuera necesario que
estuvieran ahí. Uno de los guardias escribió en una libreta que había ido un
reportero y después trasmitió el mismo mensaje por radio.
Cuando
la policía estatal de Jalisco hizo una redada en la tienda, Nájera dijo que a
primera vista no parecía una fábrica de armas. “No había muchas cosas” dijo
Nájera. Sus hombres encontraron armas, materia prima variada (aluminio, más que
nada) para producir armas de fuego DIY, y “algunas mesas, etcétera”.
En
la redada, las autoridades confiscaron un total de 18 fusiles AR-15 hechos a
mano, 14 armas en la calle Isla Trapani 2691, y otras cuatro armas en otra
bodega en Guadalajara, donde arrestaron a un cuarto sospechoso que creían que
estaba relacionado en circulo de armas. (El caro paso de la oficina del
procurador general al fiscal federal, según Nájera. La identidad de los cuatro
detenidos que esperan a que un juez les dicte sentencia no han sido reveladas
públicamente debido al carácter secreto de la investigación).
Los
agentes también confiscaron una fresadora CNC, una máquina industrial que se
gira sobre un eje mientras extrae objetos simétricamente de piezas más grandes
de un material base. La fresadora se programa con un software avanzado que guía
a la máquina mientras corta los cajones de AR-15 de bloques de aluminio.
Después, los empleados fijan las demás partes del arma a los mecanismos de
disparo ya terminados, que en general miden el largo de una engrapadora y el
ancho de una baraja. Después las armas llegan a manos de los miembros del
cártel de Jalisco. Se cree que estos hombres también mandaron armas hechas a
mano al estado de Michoacán.
La
máquina que se encontró en el laboratorio de armas en Guadalajara era un
fresadora CNC hecha por Haringe, una constructora de máquinas de Nueva York que
es famosa por sus máquinas CNC. No había un precio de cotización para ese
modelo específico de centro de maquinizado vertical en la página web de
Hardinge cuando se escribió este artículo, aunque en la página un distribuidor
de este tipo de máquinas decía que costaban cerca de 24,500 dólares. No se sabe
quien compró la fresadora CNC de la marca Hardinge que se encontró en el
laboratorio de armas del cártel ni cuánto costó. Hardinge se negó a hablar
sobre esta compra a pesar de habérselo pedido en varias ocasiones.
Tampoco
se sabe si los hombres que trabajaban en el laboratorio tenían experiencia con
la tecnología industrial CNC, y en caso de que así fuera, si se les capacitó
específicamente para este trabajo o si el cártel les ofreció un buen salario
para tenerlos de su lado. Un maquinista con conocimientos de fabricación de
armas con tecnología CNC dijo que no se necesita mucha experiencia para operar
las máquinas halladas en el laboratorio pero sí al menos un poco de
capacitación. Dijo que era como un “efecto boomerang” porque mientras más
complicada la máquina, mejor, e irónicamente, más familiarizado tiene que
estarel operador.
La
fresadora CNC. Foto: Policía estatal de Jalisco
Las
fresadoras CNC como la que se utilizaba en la fábrica de Guadalajara necesita
archivos digitales para extraer objetos de materias primas, que usualmente son
metales. En general, estos archivos están escritos en G-code, un lenguaje de
programación básico que se utiliza comúnmente en el control numérico. También
se le conoce como código NC. Este código le dice a la máquina herramienta cómo
hacer un objeto específico. Es un código que se programa a mano, por lo tanto,
la gente puede utilizar un editor de texto para leerlo línea por línea, revisar
cada una de las coordenadas y modificarlo si es necesario. Es difícil encontrar
el código NC específico para crear armas no rastreables como las que fabricaba
la tienda de Jalisco pero no se necesita mucho tiempo en internet para
encontrar un modelo de referencia adecuado para partir de ahí y modificarlo.
Los
arquitectos desconocidos responsables de la fábrica no necesitaban toda es
búsqueda ni esa codificación para hacer armas con su máquina de veinte mil
dólares. Podían haber utilizado una perforadora hidráulica, una impresora 3D o
la Ghost Gunner, una fresadora CNC para uso general.
Pero
está claro que querían ir más allá. No querían limitarse a hacer el veinte por
ciento que les faltaba a las armas incompletas. El punto era poder crear
cajones de mecanismos funcionales con bloques de aluminio para fabricar sus
propios rifles de asalto no rastreables. Si eso significaba gastar miles de
dólares (si asumimos que los arquitectos compraron la fresadora en ve de robarla)
en maquinaria tamaño industrial, entre otros gastos como la mano de obra (si
asumimos que le pagaban a estos hombres por su trabajo), entonces el cártel
estaba dispuesto a pagar lo que fuera.
Una
caja de cajones de mecanismos completos, fabricados de forma casera con a
partir de bloques de aluminio. Foto: Policía estatal de Jalisco
Un
cajón de mecanismos completo es lo que hace que un arma se considere como tal
ante los ojos de la ley tanto en México como en EU. Pero hasta un novato en las
armas de fuego sabe que hay más que eso en un arma. ¿De dónde salieron las
demás partes de las armas de fuego —como las culatas, las empuñaduras, los
cañones, las municiones, etcétera— que llegaron a la fábrica ilegal de armas
del cartel de Jalisco?
El
agente especial estadunidense Keith Heinzerling, de la ATF, dijo que no sabemos
porque las partes de las armas no se pueden rastrear porque fueron halladas en
México. Se requiere un número de serie para rastrearlo a través del sistema
e-Trace de la ATF, que sirve para rastrear armas confiscadas. Las piezas de las
armas, a excepción del cajón de mecanismos y de la estructura, no portan
números de serie, según la Ley de control de armas de EU. Por lo tanto, no se
pueden rastrear.
“Podemos
asumir que [las partes] vienen de EU, ya que la mayoría de las armas que llegan
de forma ilegal vienen de ahí”, dijo Heinzerling, el agregado de la ATF en la
embajada de EU en la Ciudad de México, en una entrevista telefónica. “Pero no
estamos seguro. No hay forma de rastrearlos”.
“Recuerda
que aquí no tenemos autoridad legal”, añadió Heinzerling, quien ayudó a Nájera
y a la policía estatal de Jalisco a desmantelar el laboratorio. “Somos
invitados en el país. Podemos intervenir cuando se nos pide y viceversa. Si
tenemos información que puede servirle al gobierno para facilitar pruebas en la
investigación, estamos dispuestos a compartirla”.
“Tenemos
una relación excelente con las autoridades mexicanas. Trabajamos muy bien
juntos”.
Cañones
hallados en el laboratorio. Foto: Policía estatal de Jalisco
En
México todavía hay una gran cantidad de armas ilegales. Se calcula que en
México hay 24.6 millones de armas ilegales en circulación hoy en día y muchas
de ellas vienen de EU. Según los datos de rastrero que recopiló este año la ATF
de armas confiscadas por las autoridades mexicanas y que fueron sometidas a
análisis de la ATF, la mitad de las armas que entraron de contrabando a México
entre 2009 y 2014 provenían de EU. Según un cálculo del Instituto
Transfronterizo, se compraron entre 106,700 y 426,729 armas en EU entre los
años 2010 y 2012 con el objetivo de traficarlas a México.
“El
volumen de tráfico de armas entre fronteras es muy significativo”, dijo Clay
Boggs, el responsable del programa en la Oficina en Washington para Asuntos
Latinoamericanos.
México
está repleto de armas de fuego ilegales. Es difícil descifrar por qué un cártel
tan experto en tecnología y tan innovador querría incursionar en el negocio de
las armas DIY cuando existe un mercado saturado con armas imposibles de
rastrear. ¿Por qué no simplemente comprar armas legales y borrar los números de
serie?
“Si
fabrican aquí los cajones, pueden fabricar armas a una fracción del costo que
tendrían las mismas armas en el mercado”, dijo Heinzerling. “Además, si las
fabrican aquí, entonces no tienen que borrar ningún número de serie”.
Las
armas DIY también sirven como una fuente de ingreso para el cártel. Como dijo
Boggs: “Ser capaz de fabricar tus propias armas de fuego es una idea muy
atractiva no sólo porque son imposibles de rastrear, sino porque es muy
rentable y no hay la necesidad de comprarlas en EU o en cualquier otro lugar”.
Aún
así, según Boggs, no es fácil fabricar armas de fuego baratas y confiables. Por
eso muchos delincuentes van a seguir prefiriendo armas estadounidenses, “hechas
e importadas de Europa”, por un buen tiempo”. Boggs dijo que mientras esas
armas sigan siendo baratas y fáciles de obtener para los criminales, ese tipo
de laboratorios en Guadalajara van a seguir siendo poco comunes.
“Tengo
la impresión de que la redada en Jalisco fue un hecho aislado”, dijo Boggs.
***
Como
cualquier redada de la policía, la que expuso el laboratorio ilegal en la calle
Isla Trapani 2691 se llevó a cabo de noche. Pocas personas fueron testigo. El
encargado de la tienda cerca de la fábrica dijo que cuando las autoridades
llegaron al lugar esa noche, entraron a su tienda y bajaron la cortina.
“Salí
a las 10:30 PM”, dijo el vendedor, quien pidió mantenerse en el anonimato por
temor a que el cártel busque venganza. “Pero no dejaron que me fuera”.
Dijo
que los policías no permitieron que se fuera hasta después de la 1 AM. Hasta
ese momento se dio cuenta de que ese lugar tenía algo extraño, aunque dijo que
nunca antes le había parecido algo fuera de lo normal. Creía que el lugar era
un taller común y corriente que operaba en la noche. De hecho, los tres
empleados a veces iban a su tienda a comprar cosas y que se veían muy
“normales”.
Jorge,
un hombre que estaba reparando un auto en el garaje ubicado junto a la bodega
donde se encontraba la fábrica, dijo que a los tres trabajadores les gustaba
divertirse y que a veces hacían fiestas en el taller. Pero que nunca vio que
hicieran nada más aparte de eso.
Uno
de los tres guardias armados de la policía que patrullan la tienda noche y día.
Foto: Victor Hugo Ornelas/MOTHERBOARD
Uno
de los tres guardias armados de la policía que patrullan la tienda noche y día.
Foto: Victor Hugo Ornelas/MOTHERBOARD
Ya
van ocho meses desde que la policía hizo la redada a la fábrica de armas. En la
fachada de la bodega hay un anuncio que dice: “Casa vigilada por SEIDO-PGR [la
dependencia que se especializa en investigación criminal]. Cualquier violación
a este sello representa una ofensa federal”. El dueño de esta propiedad, a
quien no pudimos contactar, cambió el número telefónico del lugar poco después
de la redada de octubre.
Las
tiendas junto al laboratorio tuvieron que cerrar. Las ventas locales están muy
bajas y no se han abierto nuevos negocios en esa zona. El 11 de junio, un día
antes de que el corresponsal de Motherboard visitara el vecindario, un hombre
recibió varios impactos de bala a siete cuadras de la bodega. Según el informe
de la policía, el hombre fue víctima de un asalto. Sin embargo, un miembro del
cártel que vive en esa zona y que pidió mantenerse en el anonimato cuestionó la
versión de la policía. “Las cosas están muy peligrosas últimamente”, señaló.
“¿Crees que sea necesario dispararle dos veces en la cabeza a un hombre sólo
para robarle algo?”
Aunque
el laboratorio ya no exista, todas los fusiles AR-15 que se crearon ahí siguen
circulando. Nájera dijo que esta clase de armas DIY siguen apareciendo en
escenas del crimen por toda la región. “Esto nos hace pensar que este
laboratorio fabricó muchas armas antes de la redada y que todas eran para grupos
de crimen organizado”, explicó Nájera.
Según
Nájera, las autoridades de Jalisco confiscaron otras “14 o 15″ armas DIY además de las 18 que
encontraron en la redada. Todas tienen características similares a las armas
producidas en la bodega de Guadalajara. Nájera no descarta la posibilidad de que haya más laboratorios de armas ilegales como este,
donde sólo se necesita un poco de ingenio técnico y productos de contrabando
para crear máquinas mortales. También cree que los esfuerzos en conjunto que
hacen las autoridades mexicanas y estadounidenses para controlar las armas no
bastan para interrumpir la serie de eventos que hace posible la producción de
armas ilegales en el país.
“Necesitamos
poder rastrear de forma más efectiva no sólo las armas sino la piezas que
sirven para fabricar armas cuando se venden a una persona en específico”,
explicó Nájera. “Si alguien compra cien cañones, cien piezas de plástico, cien
culatas y cien cajas para envío” en EU y las mete de contrabando a México,
donde arman las partes y se fabrican los cajones, “entonces es evidente que es
necesario que haya más formas para que las autoridades rastreen las armas,
donde sea que se encuentren”.
Además,
Boggs no descarta la posibilidad de que existan más fábricas ilegales de armas.
México ya está repleto de armas ilegales baratas provenientes de EU, “lo cual
no significa que no haya más casos como este”, dijo, “donde hay individuos que
decidieron utilizar un enfoque más rentable”.
¿Los
empleados que llegaron en su Vocho a la bodega en Guadalajara habrán lucrado
con los hombres para los que trabajaban? Incluso si no lo hicieron, y si su
fábrica no era más que un experimento, Boggs cree que la marea transfronteriza
del tráfico de armas va a seguir estando a favor de los cárteles.
“Cuando
se tiene un volumen tan grande de armas que se puede adquirir y enviar de forma
fácil y barata de EU a México”, dijo, “no hay muchas razones para arreglar un
sistema de trafico ilegal de armas que, desde el punto de vista de los
cárteles, funciona a la perfección”.
Nadie
sabe exactamente cuántas armas lograron fabricar exportar estos hombres antes
de que los descubrieran. Después de la redada en el laboratorio, Nájera dijo a
los reporteros que se cree que los sospechosos, que están bajo custodia,
fabricaron cerca de cien armas de fuego en el laboratorio clandestino en el
transcurso de varios meses. Sin embargo, Nájera me dijo después que le
informaron que el laboratorio tenía la capacidad técnica para producir 200
fusiles AR-15 no rastreables al mes.
Se
calcula que en México circulan más de 24 millones de armas ilegales hoy en día,
la mano de obra de un par de fabricantes de armas coludidos con el narcotráfico
aporta poco a la carrera armamentista tecnológica continua entre los cárteles y
las autoridades tanto mexicanas como estadunidenses.
La
tecnología que utilizaron estos hombres para fabricar sus armas imposibles de
rastrear no es nada innovadora porque desde la gente ha estado creando sus
propias armas de fuego imposibles de rastrear desde hace mucho tiempo. Sin
embargo, el hecho de que un cártel haya incursionado en las armas DIY es
suficiente para Nájera se preocupe.
“Demuestra
cómo estos grupos tienen cada vez más recursos e ingenio para evadir la
justicia en ambos lados de la frontera”, señaló.
Nájera
explicó que los cárteles quieren sacar el mayor provecho posible de sus
recursos. Para ellos, el éxito se trata de garantizar su poder y su influencia
por medio de astucia técnica e industrial que no se puede comparar con los
otros grupos de crimen organizado en el mundo. Por eso los cárteles mexicanos
están instalando redes de videovigilancia en las ciudades con la ayuda de
ingenieros secuestrados a quienes obligan a crear estaciones de radio secretas.
También envían mineral de hierro a China a cambio de químicos precursores de
metanfetaminas a granel. La cuestión no es si los cárteles además del de
Jalisco son o no capaces de obtener fresadoras computarizadas para fabricar sus
propias armas, sino hasta dónde están dispuestos a llegar.
“Lo
comparo son los laboratorios de metanfetaminas porque, si pueden conseguir los
químicos, ¿entonces cuántas máquinas pueden comprar?”
Este
artículo fue posible gracias a la colaboración de Víctor Hugo Ornelas y Camilo
Salas.
(SIN
EMBARGO.MX/ Brian Anderson, cortesía para sin embargo/ VICE Media junio 30,
2015 - 20:04h)
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