No
se ve un antes y un después con la aprehensión del Chapo Guzmán
La
captura de Joaquín Guzmán Loera, el 22 de febrero de 2014, no cambió ni
disminuyó el trasiego de droga a Estados Unidos y sólo reorganizó el cártel más
poderoso del mundo, que ahora tiene entre sus líderes a Dámaso López Núñez e
Ismael el Mayo Zambada, afirman expertos.
Adriana
González Carrillo, presidenta de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional,
observó que las sucesiones y la violencia no terminarán mientras no se haga
algo para disminuir el consumo de droga en Estados Unidos, que es el destino
final de la mariguana, la goma de opio y la cocaína.
“Estados
Unidos por primera vez reconoce que el alto consumo de drogas que tiene derivó
en una explosión de violencia en nuestro país, por lo que el reto de México ya
no es contar los arrestos que se hicieron, ya que el trasiego de droga no acabó
con la recaptura del Chapo Guzmán, sino que continuó”, dijo la legisladora.
Los
ojos de Estados Unidos parecen estar enfocados ahora hacia López Núñez y el
Mayo Zambada, quienes según reporta la DEA, son los nuevos sucesores del Cártel
de Sinaloa. A López Núñez, mejor conocido como el Licenciado, lo boletinó el
Departamento del Tesoro desde septiembre de 2013.
UN AÑO DESPUÉS DE OPERACIÓN “GÁRGOLA”
“Nada
ha cambiado desde el arresto del Chapo Guzmán. El tráfico de droga continúa,
pero al menos se envió un mensaje a los narcotraficantes del mundo: que no hay
gente intocable. Y si una persona está en un negocio ilícito, tarde o temprano
llegaremos a ellos”, comentó Jim Dinkings, quien formaba parte de un equipo
estructurado por varias agencias de Estados Unidos para seguir al Chapo.
Durante
una década, el equipo estadunidense trabajó con el gobierno de México para
localizar a Guzmán Loera. Según se informó al ser presentado, la cacería fue
por medio de radio localizadores, y vía satelital, a través del rastreo de
llamadas telefónicas, que la gente que trabajaba con el Chapo hacía.
Cuando
se tenía una certeza de dónde estaba, entró la Armada de México, que junto con
la tecnología que Estados Unidos estaba brindando, fue posible localizar a
Guzmán Loera y arrestarlo.
EL PROBLEMA ES MÁS GRANDE QUE UN ARRESTO
Un
ex agente encubierto de la DEA, quien pidió no se revelara su identidad,
coincidió con la diputada González Carrillo: el problema está en Estados
Unidos; pueden arrestar al líder, pero los segundos en cargo van a estar listos
para sucederlo.
Delegado
para arrestar a Rafael Caro Quintero, junto con Enrique Camarena y otros
agentes encubiertos, el ex agente, entrevistado por Ríodoce vía telefónica,
opinó que el gobierno de Estados Unidos poco a poco irá reconociendo que pueden
agarrar a uno tras otro, pero al final siempre habrá alguien dispuesto a traer
esa droga a territorio estadunidense.
“Son
millones y millones de dólares involucrados en transacciones del narcotráfico,
¿quién le va a decir que no a ese dinero?, señaló el ex agente.
Sorprendido
por la llamada, lograda a través de otro contacto de la DEA, el ex agente
encubierto señala que el problema del narcotráfico está muy arraigado, y que ni
con mil detenciones se va acabar.
“La
persona que te puso en contacto conmigo y yo, encabezamos trabajos de
investigación encubierta a nombre del gobierno de Estados Unidos, y nosotros
nos metíamos en la organización, y desbaratamos la red que el gobierno quería,
pero el problema nunca terminó, ni va a terminar. El problema está en Estados
Unidos”, opinó el ex agente.
La
entrevista no fue continuada, a petición del entrevistado, aunque insistió que
los ingresos generados por el narco son millonarios.
De
acuerdo con información de agencias, un kilo de cocaína se consigue en 2 mil
dólares aproximadamente, en la zona cocalera de Colombia, Bolivia o Perú. Y
según fuentes de la DEA, ese mismo kilo tiene un costo de 33 mil dólares en Los
Ángeles, mientras que en Nueva York o Chicago, el mismo kilo aumenta a 38 mil
dólares.
En
países europeos como Inglaterra, el costo por kilo de esa droga llega a tener
un costo de hasta 56 mil dólares, según estadísticas reveladas por la ONU.
Por
ello, la legisladora panista González Carrillo opina que, si realmente se
quiere combatir el trasiego de droga a Estados Unidos”, se debe también
combatir el consumo de droga en ese país, que es el principal consumidor del
mundo, y ese puede ser un buen inicio para que nuestro país deje de ser un
puente de trasiego de droga”.
(RIODOCE/
Miguel Ángel Vega/22 febrero, 2015)
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