MORELIA,
Mich., 1 de marzo de 2015.- La captura de Servando Gómez, "La Tuta",
debería ser motivo de celebración en México, pero las estadísticas indican que
el gobierno debe reconsiderar el significado de este tipo de logros en estados
turbulentos como Michoacán, destaca el sitio estadounidense especializado en
seguridad y narcotráfico In Sight Crime.
La
captura de Gómez es, desde todo punto de vista, el fin de los Caballeros
Templarios, organización criminal que se originó de una escisión de la Familia
Michoacana, advierten los especialistas.
Últimamente
su poder era en gran parte simbólico. Sus compañeros estaban muertos, en la
cárcel o huyendo, o se habían pasado a otros grupos criminales, algunos de los
cuales se autodenominan grupos de "autodefensa".
Gómez
usó hábilmente las redes sociales y los medios de comunicación, pero fue
incapaz de detener la arremetida contra él.
“Sus
relevos, sin embargo, parecen igual de malos, o incluso peores. Los grupos de
autodefensa se han dividido y sus enfrentamientos han dejado a varios muertos y
muchos otros encarcelados”, señala.
No
obstante, destaca In Sight Crime, “el intento del gobierno por enrolar a
algunos de sus miembros en su estructura de seguridad oficial ha fracasado en
gran medida”, y el resultado es que el estado tiene ahora más homicidios que
cuando los Caballeros Templarios controlaban las riendas en 2011.
Existen numerosas razones por las que la
violencia podría estar aumentando en Michoacán, a pesar de la estrepitosa caída
de los Templarios, o precisamente por eso mismo.
En
primer lugar, es posible que los Caballeros Templarios hubieran ejercido
control sobre la delincuencia común en el estado.
Había
homicidios, por supuesto, pero debían ser aprobados por ellos mismos. En
segundo lugar, la caída de los Caballeros Templarios puede haber creado un
vacío de poder.
Otros
grupos criminales, en particular el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG),
han estado buscando aprovechar las ventajas de este territorio desde hace años,
y hay buenas razones para creer que el CJNG estaba formando organizaciones de
autodefensa para lograr este objetivo.
La
captura de La Tuta puede acelerar este proceso, aunque la batalla por los
ingresos provenientes de actividades criminales que él deja tras de sí ya
parecen estar en movimiento.
En
tercer lugar, ni los grupos de autodefensa ni sus contrapartes en el gobierno
han enfrentado realmente el principal motor de la economía criminal en la
región: las drogas ilegales.
(QUADRATIN/
REDACCION/ 01/ 03/ 15/ 9:05 HRS)
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