México, DF.- Ahora sí lo mataron. El Gobierno federal informó
ayer que fue ejecutado Nazario Moreno González, “El Chayo”, uno de los
líderes de “Los Caballeros Templarios”, a quien el Gobierno de Felipe
Calderón presumió haber abatido en diciembre de 2010.
El número uno de los Templarios murió en un enfrentamiento con elementos de la Marina en el municipio de Tumbiscatío, a 13 kilómetros de la cabecera municipal.
Monte Alejandro Rubido, titular del Sistema Nacional de Seguridad Pública, informó que “El Chayo” se resistió a ser detenido y abrió fuego contra los marinos, quienes repelieron la agresión.
En rueda de prensa, sostuvo que desde hace días el Gobierno federal confirmó que el capo estaba vivo y activo, por lo que se diseñó una estrategia para capturarlo.
“Se corroboró que Nazario Moreno seguía vivo y que se mantenía como líder indiscutido del grupo delincuencial predominante en el estado”, señaló.
Al 100 por ciento
Tomás Zerón, director en jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, dijo que el cuerpo de Moreno González fue identificado al 100 por ciento.
Explicó que las pruebas en dactiloscopía, mediante las cuales se confrontaron las huellas dactilares del cuerpo con la credencial de elector y la cartilla militar de “El Chayo”, resultaron positivas.
“Gracias al uso eficaz y eficiente de la información, y el uso de inteligencia, así como la coordinación entre las Fuerzas Federales, permitió que esta operación resultada exitosa.
“(Ello permitió lograr) el golpe más importante contra el grupo delictivo que encabezaba”, añadió Zerón.
“El Chayo”, también conocido como “El Más Loco”, fue reportado muerto el 10 de diciembre de 2010 en Apatzingán por el entonces vocero de Seguridad, Alejandro Poiré.
Esto, derivado de un operativo de la Policía Federal.
“Diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar en que cayó abatido Nazario Moreno”, aseveró entonces, información que fue confirmada días después en un comunicado del Gabinete de Seguridad.
Años después, la PGR volvió a incluir la foto de Moreno en la lista de los más buscados acompañado de la leyenda: “Presuntamente fallecido en un enfrentamiento”.
“El Chayo” es considerado el ideólogo y fundador de “La Familia Michoacana”, cártel formado en 2006 por gente de la Tierra Caliente.
Era Nazario un líder operativo y espiritual
El capo Nazario Moreno González, “El Chayo”, no sólo era un líder intelectual y operativo, también espiritual.
Nacido en Apatzingán, Michoacán, el narcotraficante dio el toque místico a la extinta Familia Michoacana, cártel que derivó en “Los Caballeros Templarios”.
De acuerdo con reportes federales, Moreno fue católico, testigo de Jehová y luego líder de su propio culto de corte cristiano.
Por encima de sus creencias, era un seguidor del poeta y ensayista libanés Gibrán Jalil Gibrán y de su obra “El Loco”, de la que tomaba otro de sus motes: “El Más Loco”.
Moreno se autodenominaba ante sus fieles como el “salvador de su pueblo” y en las congregaciones que presidía en sus centros religiosos, los devotos le aclamaban como tal.
Logró tal penetración que, tras su supuesta muerte en diciembre de 2010, en la región de Apatzingán se colocaron altares en los que era venerado como si fuera un santo.
“Oh Señor todo poderoso, Líbrame de todo Pecado, Dame protección Bendita, a través de San Nazario”, reza una oración dedicada al individuo.
A fines de los 80, migró a Estados Unidos y trabajó en Redwood, San José, Fresno y Palo Alto, de acuerdo con reportes estadounidenses.
Su primer antecedente con el narcotráfico data de 1994, cuando fue capturado por vez primera en McAllen, Texas, por transportación de droga.
Años después, la DEA lo volvió a ubicar en el tráfico de mariguana de Reynosa a McAllen, bajo las órdenes de su mentor Carlos Alberto Rosales Mendoza “El Tísico”, detenido desde hace una década.
La Corte Federal del Distrito Sur de Texas ordenó su aprehensión por seis transacciones de droga entre el 15 de junio de 2002 y el 21 de agosto de 2003, para introducir más de 5 toneladas de mariguana.
Sin embargo, Moreno logró huir a México y es entonces cuando construye un liderazgo criminal al amparo de las creencias.
“El Más Loco” estructuró una cadena de centros de rehabilitación de adicciones y envió brigadas de voluntarios para limpiar las calles de indigentes drogadictos; el tratamiento incluía un adoctrinamiento religioso.
En los centros no se cobraba ni un peso, pero la contraprestación para los rehabilitados era servir a “La Familia”.
Moreno comenzó esta labor de reclutamiento cuando a principios de la década pasada “El Tísico”, compadre de Osiel Cárdenas, lo convirtió en jefe de plaza en Michoacán.
El liderazgo de “El Chayo” en parte se gestó porque todos sus superiores y enemigos fueron capturados en un breve lapso: Osiel, el 14 de marzo de 2003; “El Maradona”, el 15 de agosto del mismo año y Rosales, el 24 de octubre de 2004.
“El Chayo” asumió el liderazgo junto con José de Jesús Méndez Vargas, “El Chango”, y Servando Gómez Martínez, “El Profe” o “El Tuta”. El primero fue detenido en junio de 2011 y el segundo aún está libre.
“La Familia” es acusada de enviar toneladas de metanfetaminas a Estados Unidos, cuyo Gobierno reconoce que se convirtió en una de las fuentes más importantes de esa droga.
Entre sus negocios también están el transporte de cocaína y marihuana a EU; así como la extracción y exportación ilegal de mineral de hierro a China.
Según un testimonio de “El Chango”, desde antes de entrar en conflicto interno, “La Familia” operaba en Guerrero, Guanajuato, Estado de México, Querétaro, Chiapas, Sonora y Colima, además de las ciudades de Reynosa y Tijuana.
Fuera del país, dijo, tenían presencia en Colombia, Panamá, Costa Rica, Sudáfrica, España, Estados Unidos y Guatemala.
El número uno de los Templarios murió en un enfrentamiento con elementos de la Marina en el municipio de Tumbiscatío, a 13 kilómetros de la cabecera municipal.
Monte Alejandro Rubido, titular del Sistema Nacional de Seguridad Pública, informó que “El Chayo” se resistió a ser detenido y abrió fuego contra los marinos, quienes repelieron la agresión.
En rueda de prensa, sostuvo que desde hace días el Gobierno federal confirmó que el capo estaba vivo y activo, por lo que se diseñó una estrategia para capturarlo.
“Se corroboró que Nazario Moreno seguía vivo y que se mantenía como líder indiscutido del grupo delincuencial predominante en el estado”, señaló.
Al 100 por ciento
Tomás Zerón, director en jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, dijo que el cuerpo de Moreno González fue identificado al 100 por ciento.
Explicó que las pruebas en dactiloscopía, mediante las cuales se confrontaron las huellas dactilares del cuerpo con la credencial de elector y la cartilla militar de “El Chayo”, resultaron positivas.
“Gracias al uso eficaz y eficiente de la información, y el uso de inteligencia, así como la coordinación entre las Fuerzas Federales, permitió que esta operación resultada exitosa.
“(Ello permitió lograr) el golpe más importante contra el grupo delictivo que encabezaba”, añadió Zerón.
“El Chayo”, también conocido como “El Más Loco”, fue reportado muerto el 10 de diciembre de 2010 en Apatzingán por el entonces vocero de Seguridad, Alejandro Poiré.
Esto, derivado de un operativo de la Policía Federal.
“Diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar en que cayó abatido Nazario Moreno”, aseveró entonces, información que fue confirmada días después en un comunicado del Gabinete de Seguridad.
Años después, la PGR volvió a incluir la foto de Moreno en la lista de los más buscados acompañado de la leyenda: “Presuntamente fallecido en un enfrentamiento”.
“El Chayo” es considerado el ideólogo y fundador de “La Familia Michoacana”, cártel formado en 2006 por gente de la Tierra Caliente.
Era Nazario un líder operativo y espiritual
El capo Nazario Moreno González, “El Chayo”, no sólo era un líder intelectual y operativo, también espiritual.
Nacido en Apatzingán, Michoacán, el narcotraficante dio el toque místico a la extinta Familia Michoacana, cártel que derivó en “Los Caballeros Templarios”.
De acuerdo con reportes federales, Moreno fue católico, testigo de Jehová y luego líder de su propio culto de corte cristiano.
Por encima de sus creencias, era un seguidor del poeta y ensayista libanés Gibrán Jalil Gibrán y de su obra “El Loco”, de la que tomaba otro de sus motes: “El Más Loco”.
Moreno se autodenominaba ante sus fieles como el “salvador de su pueblo” y en las congregaciones que presidía en sus centros religiosos, los devotos le aclamaban como tal.
Logró tal penetración que, tras su supuesta muerte en diciembre de 2010, en la región de Apatzingán se colocaron altares en los que era venerado como si fuera un santo.
“Oh Señor todo poderoso, Líbrame de todo Pecado, Dame protección Bendita, a través de San Nazario”, reza una oración dedicada al individuo.
A fines de los 80, migró a Estados Unidos y trabajó en Redwood, San José, Fresno y Palo Alto, de acuerdo con reportes estadounidenses.
Su primer antecedente con el narcotráfico data de 1994, cuando fue capturado por vez primera en McAllen, Texas, por transportación de droga.
Años después, la DEA lo volvió a ubicar en el tráfico de mariguana de Reynosa a McAllen, bajo las órdenes de su mentor Carlos Alberto Rosales Mendoza “El Tísico”, detenido desde hace una década.
La Corte Federal del Distrito Sur de Texas ordenó su aprehensión por seis transacciones de droga entre el 15 de junio de 2002 y el 21 de agosto de 2003, para introducir más de 5 toneladas de mariguana.
Sin embargo, Moreno logró huir a México y es entonces cuando construye un liderazgo criminal al amparo de las creencias.
“El Más Loco” estructuró una cadena de centros de rehabilitación de adicciones y envió brigadas de voluntarios para limpiar las calles de indigentes drogadictos; el tratamiento incluía un adoctrinamiento religioso.
En los centros no se cobraba ni un peso, pero la contraprestación para los rehabilitados era servir a “La Familia”.
Moreno comenzó esta labor de reclutamiento cuando a principios de la década pasada “El Tísico”, compadre de Osiel Cárdenas, lo convirtió en jefe de plaza en Michoacán.
El liderazgo de “El Chayo” en parte se gestó porque todos sus superiores y enemigos fueron capturados en un breve lapso: Osiel, el 14 de marzo de 2003; “El Maradona”, el 15 de agosto del mismo año y Rosales, el 24 de octubre de 2004.
“El Chayo” asumió el liderazgo junto con José de Jesús Méndez Vargas, “El Chango”, y Servando Gómez Martínez, “El Profe” o “El Tuta”. El primero fue detenido en junio de 2011 y el segundo aún está libre.
“La Familia” es acusada de enviar toneladas de metanfetaminas a Estados Unidos, cuyo Gobierno reconoce que se convirtió en una de las fuentes más importantes de esa droga.
Entre sus negocios también están el transporte de cocaína y marihuana a EU; así como la extracción y exportación ilegal de mineral de hierro a China.
Según un testimonio de “El Chango”, desde antes de entrar en conflicto interno, “La Familia” operaba en Guerrero, Guanajuato, Estado de México, Querétaro, Chiapas, Sonora y Colima, además de las ciudades de Reynosa y Tijuana.
Fuera del país, dijo, tenían presencia en Colombia, Panamá, Costa Rica, Sudáfrica, España, Estados Unidos y Guatemala.
(ZOCALO / Rebeca Ramírez /10/03/2014 - 04:05 AM)
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