Confía en que las autoridades hallen a los culpables de las ejecuciones del jueves. Imprimir Enviar por email Si el Ejército viene a Guadalajara, los maleantes se irán corriendo a donde no haya seguridad, afirmó el arzobispo de esta ciudad, Juan Sandoval Íñiguez.
En entrevista en su casa de Tlaquepaque, consideró que las fuerzas federales sí inhiben la presencia de la delincuencia organizada.
“La Policía Federal y el Ejército sí pueden inhibir (a los narcotráficantes).
Ojalá que venga para acá el Ejército... (Guadalajara) es una ciudad grande, importante para la región, para que pueda trabajar en paz, tener turismo.
Pero si viene para acá el Ejército ¿qué hacen los maleantes? Pues se van a dañar a otra parte, andan corriendo a donde no haya seguridad”, expresó.
En referencia a los 26 cadáveres que fueron encontrados el jueves pasado, el jerarca católico dijo que intuyó que algo malo pasaría luego de que terminaran los Jue- gos Panamericanos.
Tuve un “mal pensamiento, que se me vino cuando los Juegos Panamericanos.
Dije: ‘vamos a estar muy seguros durante los juegos’. Y yo me preguntaba ‘¿y después qué?’ Y mira ahora, pues claro, se fue la seguridad, se fue la policía y regresaron (los delincuentes), claro”, refirió.
Confió en que las autoridades den con los culpables y los llamen a juicio; también que a largo plazo los líderes de la sociedad, “llámense políticos, empresarios, líderes sindicales o lo que sea, arreglen este país y lo saquen de la corrupción y la miseria”.
Sandoval Íñiguez afirmó que, como cristiano, tiene esperanzas de que sea resuelto el problema de la violencia en el país, y reprochó que no hayan sido aprobadas las reformas estructurales.
“Las autoridades tienen en sus manos la solución. Si los legisladores hubieran hecho esas reformas hace cinco u ocho años… no lo hicieron porque se les reduce su poder. Son reformas urgentes que no se han hecho. Las reformas hacendaria, laboral, política son urgentísimas. Quién sabe por qué no lo han hecho. Tal vez por irresponsabilidad, intereses de grupo, todas esas cosas”, criticó.
Consideró que el problema de fondo es la pobreza y el de- sempleo entre los jóvenes.
“Una juventud desocupada, que tiene ambiciones, a la que no se le ofrecen posibilidad ni de estudiar ni de trabajar ¿qué hace? Se va al robo, al ilícito para compensarse o para desenfadarse”, sostuvo.
Agregó: “Los jóvenes dicen ‘bueno, aquí me estoy muriendo de hambre, aquí no tengo ninguna perspectiva, me voy con Los Zetas, me voy con estos de acá, me ofrecen dinero, a lo mejor van a ser dos o tres años de vida, pero siquiera voy a vivir’”.
Por ello, hizo un llamado a las autoridades a que hagan justicia y pongan las bases de un desarrollo sustentable.
Guadalajara • Elizabeth Rivera
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