domingo, 27 de noviembre de 2011

CRIMEN SE DISPARA EN ENSENADA

Florencio Cuevas Salgado se esconde.

La última vez que el Secretario de Seguridad Pública se dejó ver fue el 10 de noviembre, cuando tuvo que dar la cara ante las quejas de agentes por los cambios a la estructura de la Policía Municipal del puerto.

A la fecha, el funcionario ha incumplido las promesas que hizo al inicio de su gestión.

Cifras de la DSPM indican que la delincuencia ha crecido.

Por el momento, el principal problema es el robo en sus distintas vertientes. Sólo en octubre de 2011 se registraron 79 hurtos más en comparación con 2010.

Ricardo Meza Godoy
Rara vez Florencio Raúl Cuevas Salgado se deja ver. No le agradan los reflectores y, en consecuencia, procura evadir a la prensa cada vez que puede.

El Secretario de Seguridad Pública Municipal, militar retirado con largo historial, de pelo cano, estatura media, bigote, mal encarado y con un redondo abdomen, sólo se muestra cuando hay evento y foto con el Alcalde, o si de plano necesita dar la cara debido a problemas dentro de la corporación.

Tal fue el caso el jueves 10 de noviembre cuando, luego de quejas de policías municipales sobre el procedimiento y los reacomodos en la estructura organizativa de la policía en Ensenada, tuvo que salir a dar una explicación, acompañado del Síndico Procurador, Carlos Fidel Escobar Hernández, y del coordinador operativo de policía preventiva, Luis Alberto Tolosa Espinoza.

A su entrada como Secretario de Seguridad Pública, Florencio anunció varias cosas que no ha cumplido. O al menos, no ha informado públicamente que lo haya hecho.

La primera, lo que una y otra vez fue el “caballito de batalla” dentro del tema de Seguridad Pública de Enrique Pelayo Torres durante la campaña electoral en 2010: la creación de la policía de barrio, policías que serían “amigos de los ciudadanos” a decir del ahora primer edil.

En Ensenada hay, sí, más barrios, pero ningún policía de barrio que camine en la noche por las calles silbando como sucedía antes. Pelayo prometió, Florencio lo anunció (excepto lo de silbar) y no han logrado cristalizar sus propuestas.

Otro de los temas que Florencio expuso a ZETA iniciando su gestión, fue la realización de un estudio a profundidad para conocer el estado de inseguridad en el municipio, trabajo que serviría para que la secretaría a su cargo pudiera tomar rumbo. El estudio profundo todavía no se conoce.

Policías de barrio o no, todos serían, según Florencio, sometidos a un riguroso proceso de acondicionamiento físico, e inscritos a un programa de nutrición con apoyo del Instituto Municipal de Deporte, para “bajar la panza”. El programa no se implementó.

La aparente ventaja que implicaba contar con un militar en retiro hacía pensar en que las relaciones entre el personal de la Secretaría de la Defensa Nacional y los policías municipales serían mejor que antes. Sin embargo, el bochornoso episodio la madrugada del viernes 14 de octubre entre militares y oficiales de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), adscritos a la delegación de San Quintín, dejó ver lo opuesto.

El encuentro dentro de las instalaciones de la delegación, donde decenas de militares del 67 batallón de infantería en San Quintín, se llevaron por la fuerza a su compañero Ricardo González Pérez, quien minutos antes había sido detenido por los policías luego de manejar en supuesto estado de ebriedad y no portar documentos que acreditaran la portación de un arma, puso a prueba las relaciones de Florencio.

Dos días después, el domingo 16 de octubre a las 3 de la tarde, el subcomandante de la policía municipal de San Quintín, Rubén Morales García, fue detenido por militares en el poblado de El Rosario y trasladado al Ministerio Público federal ubicado en el Ejido El Papalote de esa demarcación, supuestamente por portar un arma sin permisos fuera de su jurisdicción, cuando la jurisdicción, aclaraba entonces el coordinador operativo de la DSPM, Luis Alberto Tolosa Espinosa, va “…desde La Misión hasta el paralelo 28”, lo que comprende todo el municipio de Ensenada y no por delegaciones.

La situación se tornaba más tensa y Florencio, al menos hasta la tarde del lunes 17 de octubre, no se paró a visitar a su gente en San Quintín, donde los municipales habían pasado la noche atrincherados en sus oficinas para evitar más encuentros con los soldados.

“Nos dicen que el general está muy enojado por todo lo que está pasando”, dijo un policía municipal en San Quintín ese lunes. Era todo lo que sabían hasta ese momento. Otro agente en Ensenada refirió días después, que el general Cuevas se dedica a gestiones administrativas y no se mete tanto a lo operativo.

Tras el decomiso del mega-plantío de 120 hectáreas de mariguana en la delegación de El Mármol, la única reacción dada a conocer por la DSPM, fue cambiar a los agentes municipales adscritos a la zona, a otras delegaciones, “para que no se viciaran”, expuso a ZETA el entonces director de Tránsito y Transporte, Alfredo Rosales Green.
Las operaciones del narcotráfico en Ensenada, conocidas luego de las declaraciones de Juan Francisco Sillas Rocha, alias “El Sillas”, detenido en Tijuana, no han generado la más mínima declaración pública del ex militar, ningún movimiento anunciado que brinde certidumbre a la población civil de que se esté atendiendo la situación.

Ninguna suspensión, al menos en lo que se realizan investigaciones, nada. El operativo más anunciado por la corporación en los últimos días fue el de la Baja 1000, que se llevó a cabo en el puerto el pasado fin de semana y acaparó la atención de decenas de policías. Ahí sí, ruedas de prensa.

A final de cuentas el silencio de Florencio, quien fue Jefe de Relaciones Públicas del Estado Mayor de la Sedena y Jefe de la Editorial de la Sedena, deja más preguntas que respuestas.

Robos, el problema principal
En números dentro de la DSPM en Ensenada el principal problema es el robo. Tan sólo en el mes de octubre de 2011 se registraron 464 hurtos, la cifra de octubre de 2010 en el mismo rubro es de 385. Es decir, de un año a otro hubo una diferencia de 79 delitos de este tipo.

De ahí le siguen daños en propiedad ajena, 114 en octubre de 2011, comparado con 99 en el 2010. Violencia Familiar, 65 en 2011 y 76 en el 2010.

El robo a domicilio se ubica en el primer puesto y se da particularmente en las colonias del sector este y noreste de la ciudad, seguido de la parte sur, colonia Aeropuerto y la zona conocida como las Villas. En total, en todo el puerto, que incluye 8 cuadrantes, ese mes hubo unos 203 robos a domicilio.

En segundo lugar está el robo a vehículos, 140 en octubre de 2011.
No obstante, para el coordinador operativo de la Policía Preventiva, Tolosa Espinosa, Ensenada es un municipio tranquilo, considerado, dice, “la cuarta ciudad más segura del país”.

El funcionario asegura que los hechos violentos que se han registrado son aislados, la existencia de pandillas es casi nula salvo los “Norteños” y los “Sureños”, que tienen actividad en el Cañón Buenavista, al sur de Maneadero. Jóvenes residentes de la zona, conocida también como “El Zorrillo”, que se mantienen prácticamente todo el tiempo dentro de su espacio, “rara vez salen, algunas veces los hemos detectado en Maneadero”, explicó.

Dijo que las pandillas en otras zonas de la urbe son grupos muy pequeños y los mantienen bajo control. Los pleitos comunes son, la “morrita” que van a visitar a otra colonia fuera de su territorio y los pleitos en fiestas.

Tolosa no considera que asesinatos como el de un hombre cuyo cadáver fue encontrado sin manos ni rostro en la zona de La Encantada el 24 de octubre y otro cuerpo parcialmente quemado localizado el 2 de noviembre en el mismo sitio, estén relacionados entre sí, misma postura sostenida por el Procurador General de Justicia del Estado, Rommel Moreno Manjarrez durante una de sus últimas visitas al puerto en este mes. Ambos desestiman que los hechos violentos registrados en la entidad tengan vínculos.

En general, la operatividad de la DSPM se observa ordenada, no así el sentir entre pares y de la misma sociedad hacia los oficiales, ya que además de las quejas de los mismos policías luego de los nombramientos y reacomodos tanto en la ciudad de Ensenada como de la zona sur del municipio, en San Quintín, el Síndico Municipal Escobar Hernández manifestó el 15 de noviembre que existen “varias denuncias” ante la dependencia a su cargo, de ciudadanos en contra de malos elementos de la DSPM, quienes abusando del uso de la fuerza los han detenido.

En total, los asuntos que involucran a policías durante el 2011 llegan a los 200, de acuerdo a información de la propia sindicatura. Aproximadamente el 80 por ciento de las quejas que recibe en total la dependencia están dirigidas contra la policía municipal. Adicional a los 200 casos, se encuentran al menos 46 gestorías en curso, donde buscan resolver situaciones por medio de acuerdos, rencillas de todo tipo.

Entre los casos se encuentran quejas ciudadanas por infracciones que los afectados califican de injustas, comportamiento agresivo y mal trato de los policías contra los ciudadanos, mala conducta y falta de respeto a sus superiores.

Tras la entrada de Escobar al frente de la Sindicatura, el departamento de Asuntos Internos subió de 2 a 5 abogados que atienden este tipo de casos. Según indica la jefa del área Myriam Marchena Sández, este incremento es para evitar la prescripción de los casos y desahogar procesos pendientes, algunos que se venían arrastrando desde 2010, como el de un policía que en San Quintín golpeó severamente a un indígena y está siendo procesado penalmente.

Otros de los casos: un oficial está siendo procesado por haberse robado una laptop de una unidad policíaca; a dos policías se les disparó el arma de cargo en distintos hechos, uno mientras limpiaba el arma y otro al bajarse de la patrulla; a otro, se le inició un procedimiento administrativo para removerlo del cargo, ya que luego de una revisión de rutina, descubrieron que el certificado de secundaria que presentó para ingresar a la corporación era falso.

El alto porcentaje de casos por comportamientos inadecuados es visto en el área de Asuntos Internos como uno de los puntos en los que la propia DSPM debe enfocarse, en que la policía logre tener un buen trato hacia los ciudadanos, pues la percepción los ubica en el peor sitio, al menos formalmente luego de llevarse a cabo la mayoría de las denuncias ante Sindicatura, lo que además los aleja de la intención del XX Ayuntamiento de tener a policías amigos de los ciudadanos. Las deficiencias más marcadas en la DSPM se encuentran en el ámbito administrativo y de “relaciones humanas”, cualidad principal que en caso de llegar a existir, requeriría un policía de barrio.

Aunado a esto, las inconformidades de los propios agentes no han cesado. En la zona sur, molestias por los movimientos de personal se hicieron evidentes esta misma semana al igual que ocurrió en  Ensenada días atrás. El personal de Sindicatura contempla incrementar sus visitas e inspecciones a San Quintín debido a múltiples quejas que provienen de esa delegación.

Incluso, Asuntos Internos anunció que se integrarán a su equipo de inspectores dos policías municipales, quienes apoyarán para recopilar información sobre temas que involucran a sus colegas.

Pese a estos hechos, el Secretario de Seguridad Pública se ha mantenido alejado de los micrófonos, sin dar la cara, mientras que los temas se acumulan, los problemas internos crecen y sus promesas iniciales se desvanecen, lo que abona a la percepción de una falta de transparencia. Y al desconocerse las actividades del ex militar queda la pregunta: ¿dónde está Florencio?
 

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