martes, 26 de mayo de 2015

FUNCIONARIOS DE CESPE LICITAN SU PROPIA EMPRESA


El subdirector y el coordinador de Directores de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada, emprendieron una compañía que actualmente recibe obras en concurso de la paraestatal; los funcionarios argumentan que ellos ya no están al frente de la misma, que ahora sus esposas la manejan y ellas trabajan en las obras que el Gobierno del Estado les concede. Por lo menos dos contratos se otorgaron a la firma Concariba, e infringe el Artículo 47 de la Ley de Responsabilidades de Servidores Públicos

Además de estar dictadas en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos en Baja California, las auto-compras gubernamentales son actos condenables para ciertos sectores de la sociedad que reprueban el hecho de que un funcionario reciba doble beneficio del sector público.

Jorge Luis Ibarra López, subdirector de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) y Carlos Enrique García Lazcano, coordinador de Directores en esa paraestatal, con sueldos que oscilan entre 35 mil y 36 mil pesos mensuales -según el portal de Transparencia-,crearon en 2005 la empresa Concariba Construcciones, S.A. de C.V.

A partir de 2007, cuando García Lazcano trabajaba en Auditoría Fiscal de la Secretaría de Planeación y Finanzas de Baja California -cargo que dejó hace un mes para integrarse a la CESPE-, su firma comenzó a concursar en convocatorias del Gobierno del Estado. La obra consistió en reponer una red de alcantarillado sanitario en Calle Alvarado entre Once y Doce, de la Zona Centro, por un costo de 298 mil pesos más Impuesto al Valor Agregado (IVA). Más tarde, para evitar un conflicto de intereses, los socios y funcionarios deshicieron la asociación para que las esposas de ambos se encargaran de administrar el negocio.

“Las personas morales tienen una personalidad jurídica propia y, como tales, pueden ejercer el comercio, mientras que por cuestiones de este tipo de conflictos que se pudieran dar, decidimos salir nosotros de la sociedad -de Concariba- hace más de cinco años”, respondió García Lazcano a la pregunta sobre el posible delito de tráfico de influencias en el que pudieran incurrir.

Tras una denuncia anónima, ZETA visitó las instalaciones del mencionado negocio ubicado en Calle 20 de Noviembre entre Doce y Trece, donde los allegados a la empresa reconocen a Ibarra López y García Lazcano como propietarios de la constructora que participa en concursos de licitación del Gobierno del Estado de Baja California.

“Si vas al Registro Público de la Propiedad te vas a dar cuenta. Las accionistas ahora, legal y formalmente, pero además las que atienden el negocio, son nuestras esposas, y realmente lo atienden. Lo que la empresa adquiere de obras es a través de concursos y son públicos”, insistió en su defensa García Lazcano.

En 2010, cuando ambos socios dejaron de estar en la empresa, recibieron una nueva obra por casi 2 millones de pesos para una red de alcantarillado sanitario y ampliación en Lomas de El Sauzal, en la calles Puerto Veracruz, Puerto Magdalena y Privada San Diego del municipio de Ensenada.

A finales de 2012, la empresa apareció en el estado financiero de la administración estatal con un adeudo de  2 millones 300 mil pesos por bienes o servicios otorgados a la entidad pública (APAZU-CESPE-2010-003-LP).


El coordinador de directores de la CESPE reiteró que Concariba es una persona moral y que, por lo tanto, en sentido estricto, no forma parte del negocio pero, en caso de que hubiera inconformidad por parte de los organismos de fiscalización, atenderá la notificación, “pero insisto, no creo que haya alguna irregularidad”, expuso García.

Sin embargo, el Artículo 47 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que refiere las prohibiciones a los funcionarios, determina en el punto XV:

“Abstenerse, durante el ejercicio de sus funciones, de solicitar, aceptar o recibir, por sí o por interpósita persona, dinero, objetos mediante enajenación a su favor en precio notoriamente inferior al que el bien de que se trate y que tenga en el mercado ordinario; o cualquier donación, empleo, cargo o comisión para sí, o para las personas a que se refiere la fracción XIII, y que procedan de cualquier persona física o moral cuyas actividades profesionales, comerciales o industriales se encuentren directamente vinculadas, reguladas o supervisadas por el servidor público de que se trate en el desempeño de su empleo, cargo o comisión y que implique intereses en conflicto. Esta prevención es aplicable hasta un año después de que se haya retirado del empleo, cargo o comisión”.

 Y en el XXIII:

“Abstenerse, en ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, de celebrar o autorizar la celebración de pedidos o contratos relacionados con adquisiciones, arrendamientos y enajenación de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra pública, con quien desempeñe un empleo, cargo o comisión en el servicio público, o bien, con las sociedades de las que dichas personas formen parte, sin la autorización previa y específica de la Secretaría a propuesta razonada, conforme a las disposiciones legales aplicables del titular de la dependencia o entidad de que se trate”.

De acuerdo a la Ley, que la empresa Concariba, antes propiedad de los funcionarios de la CESPE y hoy en manos de sus cónyuges, reciba convenios de obra, constituye un conflicto de intereses.

Jorge Luis Ibarra López  no accedió a declarar sobre el problema que, según diputados de la Comisión de Fiscalización, podría estar investigando el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) de Baja California como un acto de tráfico de influencias.

QUE SE INVESTIGUE: DIPUTADO

Respecto a la falta en que incurren los servidores públicos que al mismo tiempo proveen productos o servicios al sector público, el diputado e integrante de la Comisión de Fiscalización, Roberto Dávalos Flores, reveló que hace meses no sesiona la Comisión con el ORFIS y, por lo tanto, hay varios temas rezagados.

Explicó que el ORFIS hace las investigaciones y la revisión de la cuenta pública, realiza las auditorías y los estudios de campo, así como documentales. De esta manera, ellos entregan a la Comisión y el presidente cita a la Comisión.

 “Habría un conflicto de intereses por el hecho de que son funcionarios y que se les asigna obra pública. Definitivamente hay una denuncia con mayor interés, el Órgano debe revisar a efectos que los estudios y análisis que se remitan para acciones correspondientes en contraloría, según sea el caso”, aseguró Dávalos.

Para el legislador, la Ley es clara y en su apartado décimo señala como lineamiento: “… desempeñar su empleo, cargo o comisión sin obtener o pretender obtener beneficios adicionales a las contraprestaciones que por Ley le corresponda por el desempeño de su función, sean para él o su cónyuge o parientes consanguíneos hasta el cuarto grado, por afinidad o civiles; o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales o de negocios; o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen o hayan formado parte”.


(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/LORENA LAMAS /   25 DE MAYO DEL 2015 A LAS 12:00:15)

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