martes, 5 de noviembre de 2013

RESURGEN LAS MASACRES EN LOS MOCHIS


Juan José Ríos. Crímenes absurdos.Grupos armados asesinan sin cuartel en la zona norte

Juan José Ríos, comunidad cercana a Los Mochis, vive nuevos momentos de zozobra, al ser aniquilados sus residentes por grupos armados. Hombres, hombres jóvenes, principalmente son los sacrificados.

En una semana, del 23 de octubre al 31 de octubre, cuatro muertes violentas se han contabilizado. En ninguna de ellas se tienen pistas de los asesinos, según información recopilada en diversas fuentes policiales.

Los homicidios fueron calificados como absurdos por los deudos, pues, al menos en el caso reciente, se trataba de estudiantes preparatorianos.

La estela de sangre reinició en Juan José Ríos el 23 de octubre, cuando un joven fue rematado en la casa en donde se ocultaba para convalecer de un ataque anterior, en donde fue baleado.

Martín Alberto Beltrán Rodríguez, de 22 años de edad y quien vivía en calle 16 y Nahuilla, murió en una casa que le prestaron como refugio.

Estaba en la alcoba de la residencia ubicada en calle 11 entre Japaraqui y Mayculi, en el sector estero de Juan José Ríos.

Hasta él llegaron los comandos que lo encontraron en la última recámara de la casa. Lo rafaguearon mientras estaba acostado en la cama. Con su último aliento, rodó buscando ponerse a salvo, pero cayó al suelo y se desangró hasta morir. Las mujeres que lo cuidaban, buscaron evitar el sangrado con sus manos, pero no lo contuvieron.

Martín no pudo ver cómo su padre, Martín Beltrán Pacheco, de 49 años de edad, era también asesinado a sangre fría, pero afuera del escondite.

Martín padre había conducido a sus propios matones hasta la casa en donde su hijo se ocultaba. No se sabe por qué lo hizo, pues él murió en el mismo hecho.

El sitio de la doble ejecución es conocido por las corporaciones policiales como área de conflicto armado, pues son varios asesinatos masivos los que se han cometido ahí.

Una semana después, el 31 de octubre, en la víspera de Halloween, tres jóvenes preparatorianos fueron rafagueados por sicarios que los sorprendieron reparando una vagoneta Gran Cherokee, color tinto y sin placas de circulación.

Jesús Alexis Cota García, de 19 años de edad, moría en el asiento posterior de la vagoneta, que estaba estacionada en calle nueve entre Japaraqui y Mayculi.

Gravemente fueron conducidos a un nosocomio de Los Mochis dos muchachos más. Uno de ellos, Humberto Ruiz Sarmiento, fallecía minutos después, en tanto que José “N” sobrevivía de milagro.

En el lugar del ataque, los peritos recogieron 158 casquillos para fusiles automáticos. De ellos, 138 tiros fueron para calibre 7.62 milímetros y 20 calibre 2.23.

De los asesinos no hay pistas.

La víspera de los asesinatos en Juan José Ríos, la ciudad de Los Mochis no escapó a la ola de terror, pues una hora antes del ataque a los muchachos, un camionero era asesinado a sangre fría por dos pasajeros que pretendieron privarlo de la libertad.

Omar Ayala Gastélum, residente de la colonia Ayuntamiento 72, se opuso a ser subido a la fuerza a unas camionetas blancas, y en respuesta recibió dos disparos en la cabeza.

Luego, el joven Eduwiges Pérez Monreal, residente de la colonia Infonavit Mochicahui, era asesinado a navajazos, en un caso que para la autoridad no es delincuencia organizada, sino común.

Antes, en el campo pesquero El Colorado, que ha sido escenario de enfrentamientos entre policías y delincuentes e incluso de señalamientos de que los gendarmes operan un escuadrón de la muerte, dos pescadores fueron asesinados a sangre fría por sicarios que presuntamente abordaban pangas.

Jesús Ochoa Lugo, apodado el Coruco y Óscar Karin Castro Felician, de 31, murieron en el acto.

Hasta ahora la Policía no ha mostrado avances de los nuevos asesinatos y la autoridad municipal se ha replegado a un discreto silencio.

En Juan José Ríos la población volvió a su autoimpuesta rutina de no salir de noche, puesto que el sicariato retornó a las calles y con ellos el terror.

Formal prisión a matachapulines

Padre e hijo, acusados de ser matachapulines, recibieron este lunes auto de formal prisión por el delito de homicidio con ventaja.

Pedro Rodríguez Soto, de 50 años de edad, y Carlos Rodríguez Mendívil, de 23, ambos residentes del ejido 20 de Noviembre, se reservaron el derecho de declarar en las imputaciones que les hacen policías ministeriales por la doble ejecución de Paúl López Vega, de 32 años, y Jesús Arnoldo Nieblas Beltrán, de 23 años, perpetrada a sangre fría en un estacionamiento de un centro comercial al oriente de la ciudad.

Paúl y Carlos, víctima y victimario, respectivamente, tenían antecedentes similares: ambos fueron procesados por narcomenudeo.

A padre e hijo se les involucra en al menos cinco asesinatos más, presuntamente encargados por los jefes de la plaza para el cártel de Guasave.

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