viernes, 14 de diciembre de 2012

MATA A SU ESPOSA EMBARAZADA Y PLAGIA A TRES NIÑAS

Agencias

México, D.F.- Sin quitar el dedo del gatillo de su rifle y con el ojo puesto en la mira, un agente de la Secretaría de Seguridad Pública esperó durante al menos media hora el momento indicado: que Mauricio Cruz asomara parte de su cuerpo por la puerta de la vivienda en Tláhuac, donde mantenía de rehenes a sus vecinas (tres niñas y su madre) luego de haber matado de un balazo a su propia esposa embarazada.

Cuando el hombre se asomó, el uniformado accionó cuatro veces el arma y lo hirió. Así, en menos de tres segundos, terminó con las casi cuatro horas que duró el operativo para rescatar a los rehenes.

Todo comenzó alrededor de las 14:00 horas cuando Cruz Cerón, un hombre que recién salió de la cárcel, discutía en su casa de la Colonia Arboledas, con su esposa Diana.

Borracho, y “violentamente alterado”, según describió el jefe de la policía, Jesús Rodríguez Almeida, el hombre tenía una pistola calibre 38, con la que de un balazo en el abdomen hirió de muerte a la mujer que estaba embarazada. En unos instantes perdió la vida.

Cruz salió de casa y en la puerta se cruzó con uno de sus vecinos al que alcanzó a decir: “Háblale a la patrulla porque acabó de matar a mi esposa”.

Minutos después llegaron los dos primeros agentes, pero desde su ventana el ex presidiario les disparó.

Los agentes pidieron apoyo, y al mismo tiempo Cruz se metió al departamento de su vecina Adriana López. Ahí la encañonó al igual que a sus hijas Fernanda de 3 años, Karla de 5 y Brenda de 9. “¡Si no me dejan ir las mato a todas!”, gritaba .

En menos de una hora la casa fue rodeada por agentes entrenados en rescate de rehenes. Llevaban armas largas, chalecos y cascos blindados, y le ordenaban al hombre que se entregara. Él no cedía, de vez en vez se asomaba por la ventana para disparar desde ahí e insistía en que liquidaría a sus rehenes. Adentro sólo se oían gritos de las niñas y su mamá. En la calle un agente trataba de negociar con Cruz para que las liberara, pero el sujeto exigía a cambio un carro para escapar.

Para presionar más, el hombre tomó un tanque de gas y amenazó con hacerlo estallar. Desde las azoteas vecinas francotiradores observaban, A cinco metros un agente se apostó con su rifle. Esperó a que Cruz pasara por su mirilla. Lo tuvo a la vista, jaló el gatillo y lo hirió; sus compañeros entraron aprisa para sacar a las niñas y a su mamá mientras él estaba en el piso. A Cruz se lo llevaron herido a un hospital y su esposa quedó inerte dentro de la casa.

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