lunes, 23 de abril de 2012

LA UNISON Y EL ESTADO: UNA RELACIÓN COMPLEJA


La Viña del Señor

El activismo político estudiantil desde siempre formó parte de la naturaleza esencial del quehacer universitario. 

La rebelión estudiantil de origen en las principales universitarias europeas y que marcó época en 1967 por sus alcances globales impactó en México y cuyo trágico desenlace fue el 2 de octubre del 68, siendo la UNAM y el Poli los centros de mayor efervescencia de la protesta juvenil. 

En la entidad la Universidad de Sonora no escapó a ese ciclo y a los aguiluchos aglutinados en la FEUS tocó vivir los aciagos días de violencia electoral y de violación de la autonomía universitaria. 

La represión como principio de autoridad
Traslapado con la elección a gobernador del estado, el movimiento que tuvo alcances populares y que bien describen en sus libros “El día que explotó la rabia” de Ismael Mercado Andrews y “Los Aguiluchos” de Armando Moreno Soto, impuso ritmo vertiginoso en los acontecimientos políticos en donde se hizo presente la inefable “Ola Verde” que combinada con importante dosis de represión gubernamental lograron imponer a Faustino Félix Serna en la gubernatura y frenar de paso los ímpetus estudiantiles y a un panismo muy activo. 

En los setentas bajo la férrea mano del rector Alfonso Castellanos Idiáquez  quien contaba con las simpatías del gobernador Carlos Armando Biebrich y la aprobación de la Ley 103 en agosto de 1973 que regulaba la vida orgánica del Alma Mater sonorense, emerge la protesta estudiantil en torno a los activistas de la FEUS ante el proyecto de departamentalización de la academia y que otorgaba al rector poder omnímodos sobre la institución, mientras en el entorno se discutían proyectos educativos como Universidad Fábrica, Universidad Roja o Universidad crítica, democrática y popular. 

El STAUS y el STEUS empezaron a jugar un importante rol al interior de la Unison. En ese lapso hizo de las suyas el grupo de choque de formación paramilitar conocido como los Micos, en donde militaron conocidos informadores como Francisco Javier Ruiz Quirrín e Hilario Olea, este último convertido en vocero de los intereses del boursismo  desde su noticiero  televisivo  Entre Todos. También por ahí encabezaron la protesta estudiantil gentes como Francisco Javier El Chuco Carrasco y Oscar El Pollo Medina. 

Para principios de la década de los ochentas con la salida de Castellanos y con el desprestigio a cuestas no alcanzaron ni el apoyo de sindicatos inventados como el SEMUS, para frenar la polarización al interior y el traslado del poder universitario hacia  las nuevas fuerzas que se hacían presentes como el grupo de “los Químicos” liderados por Manuel El Pototo Rivera Zamudio y Manuel Balcazar Meza. 

En ese tiempo el emplazamiento a huelga fue un recurso usado por los sindicatos universitarios para exigir el cumplimiento de sus contratos colectivos y para luchar por el incremento de sus demandas como trabajadores académicos como de empleados. 

Ataque desde las alturas 
Durante el rectorado de estos, ambos nadaron de muertito para no alterar la paz reinante, hasta que en el sexenio de Manlio Fabio Beltrones, el gobierno empujó un proyecto de nueva ley orgánica de la universidad, con lo cual se destapó la caja de pandora de la protesta estudiantil y sindical, estando aún presentes las grandes movilizaciones de la  UNAM de 1987 del CEU liderado por Carlos Imaz, Imanol Ordórica, Antonio Santos y una pléyade de dirigentes muchos de los cuales pasaron a formar parte las filas primero del FDN y después del PRD. 

Nucleada en el CEUS (Consejo Estudiantil de la Universidad de Sonora) la movilización estudiantil opuso recia resistencia a la implementación legislativa y dirigentes –llamados “grillos” para desprestigiarlos— como Santiago Cabezón Luna. su hoy esposa Norma Valle, Alejandro Pardo, etc., lideraron esas jornadas en busca de abrir el debate entre el Gobierno beltronista y la comunidad universitaria. 

Al fin se impuso la lógica gubernamental y con un rector a modo como Jorge Luis Ibarra, de formación trotskista pues había militado en el PST y quien provenía del Colegio de Sonora de donde fue rector, la institución alcanzó nueva proyección y cesaron las críticas –fundadas o no--  que cuestionaba su desempeño académico y los conflictos que la habían convertido en un nido de grillos y de izquierdistas. 

Todo el poder al rector
A Ibarra le tocó acorde a los tiempos del neoliberalismo permeante reorganizar el poder en la universidad y las tomas de decisiones se concentraron en su persona y en el patronato de la institución, a la par que el estudiantado perdió capacidad de presión y de organización frente al nuevo esquema de gobierno universitario, quedando así los sindicatos como únicos ejes –casi islas— de defensa de la autonomía con un rector entregado y funcionado como “embajador” de los designios gubernamentales. 

Apenas si impactó en la Unison el movimiento encabezado a finales de los noventas en la UNAM por el Mosh y sus secuaces organizados en el CGH que durante el gobierno de Zedillo mantuvo en vilo y en huelga a la universidad nacional, hasta que la entrada de la PFP al campus puso fin al paro en lo que se llamó “La huelga del fin del mundo”

¿Autismo o ignorancia?
Con la salida de Jorge Luis Ibarra de la rectoría muchos apostaron por que esa medida oxigenarían las estructuran del gobierno universitario y en el arribo de Heriberto Grijalva perteneciente al grupo de Ciencias Químicas al cargo se iniciaría una nueva etapa de entendimiento entre las principales fuerzas que conviven al interior para bien de la institución afectada por las medidas neoliberales y de recorte presupuestal, tal como lo manifestó Sergio Barraza, cuando dirigía al STAUS.  No hay que olvidar que la falta de presupuesto 2012 metió en aprietos al centro de estudios y eso ha impactado su desempeño normal en lo que va del año. 

Por eso nada bien cayeron en la comunidad sonorense las palabras del secretario de gobierno Roberto Romero López, --egresado del Tec de Monterrey por cierto--  cuando cual esquirol y mostrando una ignorancia extrema en el caso universitario anunció que se tomarían medidas para evitar el cese de clases de estallar el legal emplazamiento a huelga de los sindicatos universitarios –¡¡incluido el de los académicos, o sea el de los maestros, señor secretario!!-- y que para ello se contaba con los planteles del sistema educativo estatal, llámese COBACH, Conalep y demás edificios.  Eso explica en gran medida las protestas de los universitarios frente a palacio de gobierno. 

Achacando culpa al rector Grijalva por echarse para atrás en el logro de acuerdos en las demandas de los profes el STAUS puso las banderas rojinegras en los accesos de la universidad y cesó por ende la actividad en sus aulas, centros de investigación y desarrollo artístico y en sus campos deportivos. 

Así, la UNISON y los miembros de su comunidad esperan más de un gobierno que se anunció como del Nuevo Sonora y sustituyó por mandato de las urnas a uno de corte imperial y absolutista, como lo fue el boursista, tocando en esa era reformar la ley orgánica del ITSON y el descarrilamiento de Oscar Russo como gran decididor en esa institución de educación superior.

“El saber de mis hijos hará mi grandeza” reza el conocido lema desde la fundación de esta casa de la intelligentia sonorense que nació entre la controversia entre los diversos grupos que se disputaban el proyecto que le dio vida… actuemos en consecuencia.



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