Polémica propuesta de cambio de uso de suelo en Valle de Guadalupe.
Ensenada, BC. El ayuntamiento de Ensenada pretende modificar el programa sectorial de desarrollo urbano turístico
de los valles vitivinícolas de la zona norte del municipio, con el
propósito de cambiar el uso del suelo de 48 por ciento de las áreas
agrícolas del Valle de Guadalupe, la zona vinatera más importante del
país.
De consolidarse el cambio, 2 mil 331 de las 4 mil
799 hectáreas de la región serían ocupadas por 389 viviendas, 37
haciendas, cuatro hoteles, un campo de golf y 298 condominios de tiempo
compartido, según el video promocional de Rancho Olivares, propiedad de
Grupo Lagza, del empresario Carlos Lagos Yagües.
Esta situación ha generado enfrentamientos entre autoridades municipales y productores de vino, quienes incluso han "reventado" tres
intentos de consulta pública de la propuesta de modificación de dicho
programa, impulsados por el Comité de Planeación y Desarrollo Municipal.
El
argumento de los vitivinicultores, entre ellos Hugo D’Acosta López y
Jaime Palafox Granados, es que el procedimiento es totalmente ilegal y
no hay razones que sustenten las modificaciones.
Jaime Palafox
dijo que a la fecha se desconoce quiénes pagaron y ordenaron el estudio
que el despacho Piñera y Asociados Arquitectos presentó a los
integrantes del ayuntamiento de Ensenada.
Según ese estudio,
elaborado en 2008, hay necesidades de actualización del programa
sectorial de desarrollo urbano-turístico de los valles vitivinícolas de
la zona norte del municipio.
Sin embargo, "la Ley de Desarrollo
Urbano obliga a identificar quién propone la modificación, pues sólo las
entidades identificadas en esta ley pueden formular cambios. Sin esto,
el Copladem ni siquiera puede iniciar el trámite de consulta pública",
apuntó el vitivinicultor Jaime Palafox.
Vínculos y deslindes
A
raíz de versiones que señalan que el alcalde Enrique Pelayo Torres
tiene intereses personales en los desarrollos inmobiliarios y turísticos
planeados para el Valle de Guadalupe, el funcionario se deslindó de
Carlos Lagos y del cuñado de éste, el subsecretario del ayuntamiento,
Ricardo Zazueta Villegas.
El edil priísta dijo estar en favor de
mantener la vocación agrícola rural de la zona vinícola y consideró que
algunos de sus funcionarios "actúan a sus espaldas". Sostuvo que ni
siquiera conoce el contenido de la propuesta de modificación, pero que
de ser presentado ante el cabildo y aprobado, él está obligado a
respetar la decisión.
Valle sin agua
Integrantes de
organismos como el Comité Sistema Producto Vid y la Asociación de
Vitivinicultores, señalan que la creación de nuevos asentamientos
habitacionales en la Ruta del Vino en Ensenada –que incluye
restaurantes, zonas de degustación y bodegas–, recrudecerían el problema
que ya enfrentan por la falta de agua.
En ese sentido, el
director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada,
Alfredo Salazar Juárez, expuso que este organismo no estaría en
condiciones de dar un dictamen de viabilidad para nuevos desarrollos.
La
polémica en torno al Valle de Guadalupe dio pie a campañas en redes
sociales y la creación de movimientos como Por un Valle de Verdad. La
iniciativa No al cambio de uso de suelo del Valle de Guadalupe, en el
sitio www.avaaz.org, suma un promedio diario de mil 500 firmas.
La
industria vitivinícola de Baja California produce un millón 200 mil
cajas de vino al año (90 por ciento del vino que se produce en todo el
país). El auge de esta industria propició que más de 700 mil personas
provenientes de Estados Unidos, Europa y México, visitaran en 2012 la
llamada Ruta del Vino, además de 60 mil que acuden a las fiestas de la
vendimia, según datos de la Secretaría de Turismo estatal.
El
Valle de Guadalupe concentra a más de 60 casas vinícolas y tienen una
vocación agrícola de tipo mediterráneo como vid, olivo, cítricos y
hortalizas. Se asientan bodegas como Santo Tomás, LA Cetto, Casa de
Piedra, Monte Xanic y Pedro Domecq.
(VANGUARDIA /
La Jornada / sábado,
19
de
octubre
del
2013)
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