lunes, 18 de marzo de 2013

LA VIOLENCIA, OTRA PLAGA



Inseguridad ahuyentó a compradores de frijol en la zona norte.

Luis Fernando Nájera/Riodoce
Los productores de frijol tuvieron tan desastrosa temporada que muchos quedaron con deudas. A quien mejor le fue apenas sacó los costos, pero lo peor está por venir, cuando el año próximo no lleguen los compradores masivos que han sido ahuyentados por los grupos armados.

Y es que solo durante la cosecha del grano, que no duró ni 20 días, tres cargas de frijol fueron robadas.

Según el subprocurador regional de Justicia, Juan Francisco López Leal, de los tres casos de robo de cosecha solo uno fue aclarado, ya que se atrapó a un responsable y se recuperó el frijol robado. De Las últimas 90 toneladas no hay mayores informes, excepto la denuncia presentada por padre e hijo transportistas, que mientras esperaban desembarque en las bodegas de la zona industrial Jiquilpan, fueron interceptados por desconocidos armados.

Los maleantes abordaron el camión del padre y otros al hijo. A ambos los llevaron hasta la carretera Internacional, en donde las cajas fueron desenganchadas de los tractocamiones y remolcadas por otras unidades.

Los delincuentes en cuestión de minutos lograron ganancias millonarias, porque el frijol sinaloense se cotiza por el doble del resto del país, por ser blanco y de alta calidad.

De acuerdo con los precios que la Agencia de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) publica semanalmente, los delincuentes obtuvieron una ganancia promedio de 2.6 millones de pesos. Y es que de haber transportado el frijol al Distrito Federal habrían obtenido 2.7 millones de pesos a razón de 30 pesos por kilo, en Guadalajara lo habrían vendido en 29 pesos el kilogramo, lo que les representó una venta de 2.6 millones de pesos, pero si lo colocaron en Monterrey, la ganancia aumentaría 90 mil pesos, pues el kilogramo del frijol sinaloense se cotiza en 31 pesos por kilo.

Por el tamaño de la pérdida, los compradores se retiraron de los campos frijoles del norte de Sinaloa y podrían no regresar porque la inseguridad es alarmante.

Sin garantías para la inversión, es seguro que no retornarán, por lo que la nueva comercialización tendrá mayores problemas. Los productores quedarán a expensas de los intermediarios regionales, quienes tendrán las mejores ganancias puesto que serán los que comprarán en el campo, lo transportarán hasta lugar seguro y lo entregarán a los comercializadores importantes. El frijol tendrá un costo extra, bajo el rubro de inseguridad.

Ulises Robles Gámez, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur (AARFS), afirmó que los despojos de frijol a mano armada afectaron “muchísimo” la etapa final de la comercialización, pues ahuyentaron a los industriales: “Al final ya no vinieron y todo se complicó”.

La seguridad en los campos agrícolas es importante y aunque la autoridad siempre ha mostrado buena voluntad para resolverla, al final se complica todo.

El presidente interino del Comité Municipal Campesino Número Cinco, Gilberto Irazoqui Galaviz, aseguró que los robos de cosecha y en especial el del robo de frijol, terminó cerrando una cosecha insufrible, que dejó más pérdidas que ganancias.

“La inseguridad fue el broche de oro, porque sin oferta no hay precio para el producto, y eso arruina a todos”, afirmó.

Y es que la temporada de frijol arrancó con lluvias intensas que taponaron los terrenos, obligando a la resiembra. Luego, el ataque de la mosca blanca siniestró muchas hectáreas en la zona de Higuera de Zaragoza, y después llegaron las heladas y el frío pudrió las plantas porque trajo hongos.

Al arranque de la cosecha, los precios reaccionaron a la alza, pero se cayó la producción. Esta fue de 600 a mil kilos por hectárea con precio de hasta 29 pesos. Los coyotes operaron y bajaron el precio a 20 pesos, descapitalizando al productor que llegó a trillar con pérdidas obligando a la intervención de los fondos de aseguramiento.

Fue, dice, en definitiva, una temporada difícil, que no dejó utilidad, sino amargo sabor de boca para la mayoría de los frijoleros, puesto que hay pocos casos de productores que han guardado la cosecha en espera de que los precios reaccionen a la alza. “Pero ahí entras al esquema de especulación, que es cuando afectas al consumidor final por una escasez ficticia, que algunos lo vemos mal, pero que para otros es una condición de mercadeo, pues lo venden por arriba de 40 pesos”.

Pese a todo lo malo, consideró Irazoqui Galaviz, los frijoles se mantendrán en la labor y tenderán a sembrar el mismo grano en la temporada por venir, solo que esta vez exigirán mayores garantías de seguridad a la autoridad, cuyo esfuerzo, aunque se ve, termina siendo insuficiente para garantizar que la comercialización de granos no sea motivo de robos violentos.

“Primero Dios, aquí estaremos el año próximo”, afirma el dirigente.



Los problemas de frijoles

En campo: taponamiento de siembras, heladas y mosca blanca.

En traslado: robos a mano armada.

(RIODOCE.COM.MX/ Luis Fernando Nájera/  marzo 17, 2013)

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