martes, 8 de noviembre de 2011

HOMICIDIO PLANEADO

Homicidio planeado

La muerte de Ghibrán, otro caso de violencia extrema en menores

Hasta 10 años de cárcel podrá recibir José Esteban “N”, de apenas de 14 años de edad, por haber asesinado a puñaladas a Ghibrán Martín Medina, de 16, en San Quintín.

La prueba más contundente es un supuesto video que el homicida grabó luego de matar a su víctima.

Según la PGJE, José Esteban ya había comentado entre sus amigos el plan para quitarle la vida a Ghibrán. Otro caso que demuestra el nivel de agresión entre jóvenes.

Ricardo Meza Godoy
 Una sentencia máxima de 10 años es la que podría recibir José Esteban “N”, de 14 años de edad, consignado como presunto homicida de Ghibrán Martín Medina Arce, de 16 años de edad, bajo el expediente número 156/11, radicado en el Juzgado de Primera Instancia para Adolescentes en Ensenada.

Fueron 20 puñaladas en cuello y tórax las que le provocaron un choque hipovolémico y le quitaron la vida a Ghibrán, quien era residente de San Quintín, al igual que José Esteban. De hecho los adolescentes se conocían y eran amigos, casi vecinos, sus casas estaban muy cerca.

El 23 de septiembre de 2011, un día antes del asesinato, José Esteban había invitado a Ghibrán a correr. Era sábado.

El reporte de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) indica que en una cañada del Ejido Nuevo Mexicali en San Quintín, se hicieron de palabras y el menor lesionó a Ghibrán con un cuchillo.

Ante la ausencia de Medina, sus padres reportaron la desaparición el 25 de septiembre. Sus restos fueron localizados tres días después, el 28 de septiembre a las 11:47 horas.

Entre las pruebas contempladas por el agente del Ministerio Público Adscrito al Juzgado para Adolescentes, existe una que pudiera ser la que defina el caso de manera contundente: un video grabado por el propio José Esteban desde su celular, momentos después de haber agredido a Ghibrán.

Sobre la existencia de este video hay distintos testigos, amigos y la novia del menor, a quienes, de acuerdo con información del caso, José Esteban “N” los invitó a ver dichas imágenes. Uno de ellos sí lo hizo, el resto se negó.

Además, en uno de los boletines de la PGJE, se dio a conocer que desde el viernes 23 de septiembre, el menor “confesó su plan a otros dos amigos que tenía en común con el occiso, pero éstos no pensaron que lo fuera a llevar a cabo”. Es decir, existen testigos antes y después del evento.

Cabe destacar la ausencia de los padres del presunto homicida, quienes al menos hasta el martes 11 de octubre, no se habían presentado ante el Juzgado. El único que ha asistido a dar seguimiento al proceso es el abogado del menor.

En las primeras impresiones entre los agentes involucrados en el caso, destaca la actitud de José Esteban “N”, descrita como “agresiva, sin señales de arrepentimiento”, según mencionó uno de ellos.

En su defensa, el menor ha argumentado que fue el propio Ghibrán quien intentó agredirlo. Que al pasar por el lugar de los hechos y hacerse de palabras, fue él quien le sacó el cuchillo; el menor dice que actuó en defensa propia.

Para el desarrollo del caso, el agente del Ministerio Público Adscrito al Juzgado tiene un plazo de 20 días naturales para el ofrecimiento de pruebas, que comenzaron a correr desde el 8 de octubre.

Una vez presentadas las pruebas, la defensa tendrá cinco días para prepararse. La familia de Ghibrán decidió guardar silencio en torno al tema, al menos hasta que avance el proceso.

De comprobársele la acción, la pena máxima que puede alcanzar José Esteban “N”, por ser menor de edad, es de apenas una década.

El impacto en la comunidad
 La noticia corrió como reguero de pólvora y la comunidad se puso en alerta, pues el 6 de octubre otro caso de asesinato se descubrió en la zona de Camalú: el de una joven de 18 años de edad, Daniela Sánchez Vargas, quien tenía un disparo en la cabeza.

Eulogio Medina, padre de Ghibrán, es médico, su madre es enfermera y también egresada de la carrera de Derecho en CUT Universidad de Tijuana hace un par de años.

Medina es conocido en la comunidad sanquintinense por ser una persona seria y tranquila, al igual que su familia. Nadie esperaba una situación así.

Personas que conocieron a Ghibrán lo describen como un joven hiperactivo, y que por lo mismo cambiaba de escuelas, “pero era respetuoso, nunca grosero ni peleonero, era buen muchacho, nada más activo”, explicó uno de sus profesores.

De las impresiones entre los habitantes de San Quintín, expuso la regidora María del Carmen Íñiguez Casanova, sobresale la idea de que este tipo de situaciones se han venido dando debido al incremento de la drogadicción y el consumo de sustancias tóxicas, aunado a la falta de atención de los padres.

“Se manejaba que ya lo tenían detectado en la escuela”, explicó Íñiguez.

Se sabe también que José Esteban es asiduo usuario de portales con videos e imágenes violentas en internet, algo que se está haciendo habitual en la zona de San Quintín, donde los adolescentes se reúnen a observar videos de ese tipo, “como si fuera una escuela para sicarios”, dijo la regidora.

Al inicio de esta semana, la propia familia de Ghibrán resaltó a ZETA la afición de los videos violentos por internet entre la juventud de la localidad.

Pese a la sorpresa de la familia de José Esteban, viendo en retrospectiva sí encontraron indicios de su comportamiento, las piezas se acomodaron y la falta de atención de los padres hacia su comportamiento se hizo evidente como parte de toda una serie de situaciones que derivaron en la agresión hacia su amigo.

“Algo está pasando en San Quintín”, comentó Íñiguez al recordar que hace unos ocho años se registraron ritos satánicos en panteones locales, quizá vinculados o no, pero tales asesinatos en la zona rural definitivamente rompieron los parámetros de lo habitual.

“No queda otra cosa que regresar a la familia y tener espacios dignos para los jóvenes”, dijo Íñiguez. Canchas deportivas bien equipadas y espacios para que convivan sanamente y bien alumbradas, pues las actuales, en mal estado, sólo sirven de punto de reunión de jóvenes problema; inclusive se han reportado violaciones de mujeres.

Los índices de alcoholismo en zonas más chicas, como el poblado de El Rosario, son muy altos en relación a la media de ciudades como Ensenada y, de acuerdo a reportes de Cruz Roja, los accidentes automovilísticos son ocasionados en más del 90 por ciento por el consumo excesivo de alcohol. Es decir, un descuido en la juventud.

La regidora, que además conoció a Ghibrán, coincide con lo que recuerdan de él sus profesores, que era inquieto, pero nada fuera de lo normal. Acababa de pasar su cumpleaños.

Los detalles finos del motivo real de José Esteban para agredir a Ghibrán no son claros, expuso Irma Santana Chaires, agente del Ministerio Público Adscrito al Juzgado para Adolescentes.

Hay inconsistencias en sus declaraciones, cosas que no concuerdan, pero lo que sí queda claro es que la violencia se extiende en la zona sur.

A dos clicks de la violencia
El caso de Ghibrán y la alta incidencia de bullying en las escuelas, coloca en la mesa de debate otro tema de gran preocupación entre la sociedad bajacaliforniana: el contenido cada vez más radical y gráfico disponible en línea sobre tortura, asesinatos y otras formas de agresión.

Prácticamente dos clicks es todo lo que se requiere para acceder desde cualquier dispositivo con internet a perturbadores videos e imágenes de muerte y violencia extrema real.

Computadoras de escritorio, laptops, netbooks, tabletas o celulares, las nuevas y complejas herramientas tecnológicas están en manos de niños y jóvenes prestos al aprendizaje, donde la pregunta central que se plantean las autoridades educativas es:

¿Quién vigila el contenido que despliegan?

Peor aún es que son cada vez menos los padres o tutores que tienen tiempo de cuidar los contenidos que captan los menores.

 Además, enfrentan múltiples obstáculos para lograrlo correctamente, ya que la información cargada de violencia llega literalmente por todos lados, en la música, en la televisión, videojuegos y particularmente desde su propia familia.

Esto es parte de una serie de reflexiones que brindó a ZETA Nelly Calderón de la Barca Guerrero, académica de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en Ensenada, especialista en temas de cultura, comunicación, espacios públicos y ciudadanía.

Las rutinas de trabajo de las familias modernas dan poco tiempo para la interacción entre padres e hijos.

 La “educación para la recepción de contenidos”, como lo nombra Calderón de la Barca, no se está dando:

“El diálogo de lo que se ve, es importante hablar sobre eso para poderlo digerir”, aseguró. Y si bien el tema suena trillado, en realidad no lo es.

Con una leve búsqueda en internet, se pueden apreciar imágenes que distan de lo habitual. Aun con los filtros de activación recomendados, los portales de búsqueda como el popular Google se transforman en el primer reflejo de una realidad violenta que se vive particularmente en México, pues los resultados dan preferencia a las páginas del país en que se realiza la exploración.

Por ejemplo, en la sección de imágenes de Google Usted puede ingresar nombres de objetos de uso común o de ciudades mexicanas, y los contenidos que despliegan no coinciden ni con clases de geografía, ni de manualidades.

Escribir “cinta canela” o “cinta gris” no sólo muestra los distintos modelos de esos productos, también aparecen inmediatamente fotografías de personas asesinadas, ensangrentadas y cubiertas con las cintas (canela o gris) en el rostro, o amarrados de tobillos y muñecas.

Otras palabras como “cultivo”, “Tamaulipas”, “Ciudad Juárez”, “Sinaloa”, muestran cultivos de marihuana y fotografías de ejecutados en cada uno de los lugares mencionados, mezclado con imágenes representativas de la palabra exacta que se busca, como esas que aparecían en las enciclopedias impresas. De ser imágenes icónicas previamente revisadas, ahora son decorativas.

A portales compiladores de noticias violentas en México, como blogdelnarco.com, cualquier niño puede ingresar sin problema, no hay filtros.

El portal, uno de los más gráficos en la red, muestra fotografías y videos de muerte sin censura, sólo con breves advertencias en uno que otro lugar sobre la extrema violencia explícita.

No se conoce alguna estadística en Baja California sobre cuantos padres de familia ingresan a los navegadores de internet en las computadoras que utilizan sus hijos, y crean filtros de seguridad para evitar esos contenidos al menos en un dispositivo.

Tampoco hay datos de qué tan grande es la brecha digital que aleja cada vez más a los padres o tutores, de poder, inclusive, saber cómo bloquear o filtrar contenidos.

Por otro lado, la inmersión de los menores al mundo virtual, se aprecia en las redes sociales y en la interacción que deja huella en distintos sitios de internet, como por ejemplo un foro público de preguntas y respuestas denominado Yahoo! Answers, donde un registro muestra la siguiente pregunta:

“How do I convince my mom to let me play violent video games?”, que en español se traduce así:

“¿Cómo convenzo a mi mamá para que me deje jugar videojuegos violentos?”.

Las respuestas pueden llegar de cualquier lugar y persona en el planeta.

Acciones formales
De entrada, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) integra a nivel internacional diversos estudios enfocados al vínculo entre los niños y los medios informativos, como internet.

En su manual para periodistas, niñez y medios, el organismo hace hincapié en la responsabilidad compartida entre los medios informativos, los padres o tutores y el niño.

“El desarrollo de nuevas formas de comunicación, como internet, genera preocupación, porque casi no hay control del material que circula por la red.

Mientras continúa el debate sobre la medida en que tal material influye directamente en la conducta de los niños, los productores de los medios deberían tener como prioridad garantizar que los niños no sean maltratados ni puestos en riesgo por el acceso fácil a cierto material, incluidas las imágenes que parecen condonar o alentar la violencia o actividades sexuales inapropiadas”, refiere un segmento del manual.

Algunos medios informativos como BBC de Londres, cuentan con políticas definidas y estructuradas sobre cómo manejar la información e integrar a los menores de edad al mundo de la información de manera segura.

Las propias estadísticas de Google, presentadas por Manuel Tamez, su representante el México el 11 de julio de 2011 ante autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), indican que el 50 por ciento de las niñas, niños y adolescentes en el país son usuarios de internet, y la cifra va en aumento.

Esa misma fecha, la comisionada presidenta del IFAI, Jacqueline Peschard, expresó:

“La experiencia reciente muestra que en todos los países han ocurrido afectaciones al desarrollo de la personalidad de los menores de edad, derivadas de las invasiones a espacios de intercambio de información e imágenes que frecuentan”, mientras que Francisco Ciscomani Freaner, titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la SEP, refirió que la tarea educadora está en manos de los maestros, y también de las organizaciones de la sociedad civil, la industria y los padres o tutores de los menores.

¿Qué ocurre en Baja California?
La realidad de la juventud bajacaliforniana tiene en guardia tanto al Ejecutivo como al Legislativo local.

 Por un lado, el sistema educativo busca implementar nuevos programas como Escuela Segura, y solicitando a los padres de familia más atención hacia lo que viven sus hijos; por el otro, el Poder Legislativo pretende ir a la par de las modas o modalidades del mundo virtual. Luego del bullying, la última novedad en la lista es el sexting, término que a los diputados les está costando trabajo encajonar y regular.

El sexting consiste en el envío o intercambio de contenido pornográfico vía celular, y su práctica es cada vez más común entre menores, lo que llevó a los regidores a intentar regularla.

El asunto es, según indicó la diputada Lizbeth Mata Lozano, del Partido Acción Nacional (PAN), que por ejemplo cuando dos menores intercambian fotografías desnudos, mientras haya consentimiento entre ellos de querer hacerlo, no pueden ser sancionados legalmente, a menos que uno decida hacer público el contenido y, cuando eso ocurra, las autoridades pueden actuar.

En pocas palabras, esto significa que mientras nadie diga nada, el flujo de ese material entre los jóvenes se dará sin sanción, algo que a la diputada Mata le parece incorrecto, pero que legalmente así es.

Por otro lado, explicó que en el caso del bullying y los temas de agresiones físicas y actitudes violentas al interior de las escuelas, a finales de agosto la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología aprobó una iniciativa de reforma y adición al Artículo 35 de la Ley de Educación estatal para contrarrestar los problemas generados por ese fenómeno.

La propuesta es asignar un psicólogo en cada escuela de educación básica, media superior y superior, a fin de “garantizar que los estudiantes desarrollen, de manera armónica, todas sus facultades”, se indica en un comunicado emitido por el Poder  Legislativo el 30 de agosto de este año.

Iniciativa que generaría una carga adicional en puestos de trabajo y recursos y que se hará por etapas, según explicó Mata Lozano. Comenzarán por las zonas que más lo requieren, donde se presenta un mayor número de casos de agresión. Aún no se muestra el listado de cuáles son.

Por su parte, el sistema educativo ha venido trabajando con el programa denominado Escuela Segura, una versión escolar, si cabe la comparación, del Subsidio para la Seguridad Pública Municipal (SUBSEMUN); apoyos para infraestructura en planteles que requieran instalar o hacer arreglos de todo tipo enfocados a seguridad.

Aunado a ello, hay una preocupación por los cambios de comportamiento entre los estudiantes, como detalló Ana Gloria Pedrín Cisneros, delegada del Sistema Educativo estatal en Ensenada.

Más que el bullying, del cual en Ensenada solamente se han registrado dos casos serios en escuelas, los alumnos que acuden al horario matutino se están quedando dormidos en las primeras horas de clase, expuso Pedrín.

Y no es el sueño habitual de entrar antes de las 7:00 de la mañana como en las secundarias, sino un cansancio marcado porque los estudiantes están desvelándose en internet, navegando y chateando en las redes sociales desde sus casas y duermen pocas horas.

Un fenómeno o vicio, dice, derivado de la falta de atención de los padres de ver a qué hora se están yendo a dormir sus hijos, y también del hecho de que los niños y adolescentes tienen la computadora en su recámara.

Para Pedrín Cisneros ésa es una mala idea, por lo que recomienda que la computadora de los menores debería estar en un sitio distinto, monitoreada por los padres en cuestión de las páginas que visitan y del tiempo que le dedican, pues una tarea de secundaria difícilmente absorbe más de tres horas de búsqueda en internet.

Por otro lado, los teléfonos celulares en las escuelas continúan representando un problema y los padres siguen enviando a los niños con dispositivos en mano, explicó la delegada del SEe.
 Los alumnos traen teléfonos más modernos que sus profesores, equipados con todos los servicios, distractor que a la fecha no han podido regular en su totalidad.

De acuerdo a Nelly Calderón, la responsabilidad en el aprendizaje debe ser compartida entre los diversos actores, haciendo necesario fortalecer el tejido social con una mayor interacción entre los adultos que conviven con los menores; una especie de red de colaboración y cuidado mutuo, aunado al aprovechamiento de espacios públicos como vía para esa interacción.

Los casos recientes con más impacto mediático donde se han visto involucrados menores de edad en asesinatos, son el de José “N”, de 14 años, en contra de Ghibrán Martín Medina Arce, de 16, el 24 de septiembre de 2011 en San Quintín.

Arturo “N”, de 17 años, por participar junto a Joel Reyna Rodríguez en el homicidio de Haziel Ruiz Fuentes, de 11 años de edad, el pasado 26 de julio en Ensenada.

Adrián “N”, de 16, por el asesinato de Carlos Alberto Oceguera Farías, también de 16, el 17 de julio de este año en Mexicali.

Para concluir, Calderón resaltó que si los menores ven la violencia y conviven con ella todos los días, eventualmente la hacen suya, y como contrapeso se requiere darles al menos la misma cantidad de contenidos positivos.

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