Foto: Cristian Torres
Bahía de los Ángeles es una comunidad
que vive prácticamente de la pesca, sin embargo, desde hace un año en la
Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca les han retenido los permisos para
desarrollar su modo de vida. En 2011 solicitaron anuencia para la pesca de
pulpo y en 2016 para escama marina, incluso pagaron los derechos, pero ni así
les dejan hacerlo de manera regulada: Pescadores continúan aun en la
ilegalidad, es eso o no comer
Situada a 640 kilómetros de
Tijuana, Bahía de los Ángeles es una comunidad pesquera que debido a acciones
del Gobierno Federal, en la actualidad no cuenta con permisos de pesca. De los
cerca de mil habitantes del poblado, por lo menos 150 familias dependen en un
100 por ciento de la pesca, no hay otra actividad posible en la zona.
Situado al fondo de la Baja
California, no hay transporte público que llegue hasta ahí. Lo más cercano que
transita, son los camiones que se dirigen a Baja California Sur, en Punta
Prieta, a 80 kilómetros de distancia.
Para ir de Mexicali a Bahía
de Los Ángeles, es necesario cruzar una brecha de tierra de 50 kilómetros entre
Punta Prieta y San Luis Gonzaga, siempre y cuando el clima lo permita.
Pobladores de Bahía de Los
Ángeles se dicen relegados por los gobiernos municipal, estatal y federal, ya
que las gestiones de unos y el interés de otros sobre esa zona, parecen ser
mínimos.
El viernes 23 de febrero, el
gobernador Francisco Vega de Lamadrid acudió a la zona para llevar apoyos de
infraestructura pesquera por 4.7 millones de pesos, los pescadores se le
acercaron para pedirle gestionar permisos de pesca ante la Federación.
Teniendo la infraestructura,
las embarcaciones y la marea a favor, los pescadores no pueden salir a pescar
de manera legal porque no cuentan con los permisos que tramitaron desde enero o
febrero de 2017 y que a la fecha, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca
(Conapesca) no les ha otorgado.
En su momento el mandatario
se comprometió a ser un gestor para que las embarcaciones pudieran estar
reguladas, pero afirman, desde aquella reunión ya no hubo ningún apoyo ni
contacto.
PESCA ILEGAL, ÚNICA VÍA
Javier Savín Smith,
representante del Grupo de Pescadores Atrevidos de Bahía de los Ángeles, SPR de
RL, tiene 56 años de pescador en la comunidad. Cuando se inició, no eran
necesarios los permisos, pero al paso del tiempo la autoridad se acercó para
exigírselos. Primero les pidieron agruparse en cooperativas, luego, que
solicitaran los permisos de aprovechamiento.
“Ahorita andamos batallando
porque tenemos años ya solicitando los permisos y no nos los han dado, estamos
batallando con el permiso del pulpo, tenemos desde 2011 solicitándolo y no nos
lo han dado; llegan autoridades, nos piden los permisos, pero ellos mismos no
nos los dan”, explicó Savín.
A ello se suma la hostilidad
de la autoridad, quienes exigen los permisos para poder salir al mar, y aun cuando
ellos ya cumplieron e incluso pagaron por los permisos, no les son entregados.
A 8 horas de camino a Tijuana.
“De algo tenemos que vivir,
vivimos de la pesca, a nosotros nos están haciendo ilegales, si quieren que
estemos bien, pero no nos quieren dar los permisos; queremos estar bien, pero
ahorita andamos de ilegales”, indicó.
Primero los traían en
trámites, los cuales deben hacer en Ensenada, travesía que resulta costosa para
cada familia; posteriormente les pidieron varios pagos, así lo hicieron y aún
no les entregan sus permisos.
Apenas hace un par de
semanas, familiares de los pescadores se manifestaron pacíficamente desde la
plataforma de las embarcaciones (no les permitieron zarpar) para exigir a la
Conapesca atender el tema.
Savín reconoce los peligros
de salir a pescar sin permisos, tan solo una infracción puede costar de 20 mil
a 30 mil pesos, más el aseguramiento de la embarcación. Las condiciones del
trabajo no dan para eso, en un buen día de pesca, pueden llegar a recolectar
hasta mil 500 pesos de producto, sin embargo, en combustible gastan hasta 700
pesos, el resto se reparte entre los miembros de la embarcación (de dos a
cuatro personas).
La desesperación llegó al
punto que el 28 de febrero, pescadores y el Comité Comunitario Coadyuvante
enviaron una carta al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con copia
para el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, donde le pidieron sean
entregados los permisos de la Conapesca; por primera vez para la pesca de pulpo
y la renovación para escama marina (pescado), los cuales fueron solicitados
desde septiembre de 2016.
VEDA COMUNITARIA
Julio César Moreno Prado
tiene 30 años viviendo en Bahía de los Ángeles, es pescador y docente en la
preparatoria local. En su opinión, el turismo es muy escaso y resulta
insuficiente sostener a la comunidad, ya que alrededor del 70 por ciento
depende en su totalidad de la pesca.
Desde hace un año cuatro
meses, Moreno solicitó la renovación de su permiso de escamas (del cual
dependen varias embarcaciones) y hasta el momento no ha tenido respuesta. “Nos
dicen que nomás están para firmar, pero ni siquiera nos dan un oficio de por qué
no o algún motivo, que no hace falta ningún documento, pero que están para
firma y es todo, así nos han traído vueltas y vueltas”, acusó.
— ¿Han tenido algún problema por la falta de permisos?
“Claro que es un problema,
llega la autoridad, llega Profepa, Conapesca y no puedes trabajar bien, no
trabajas, no nos han multado porque no han agarrado las embarcaciones, pero los
pescadores no pueden estar sin trabajar un año”.
Bahía de los Ángeles se
encuentra fuera del área de protección de la vaquita marina, debido a ello, los
pescadores no recibieron compensaciones económicas como en San Felipe, Baja
California, o en Puerto Peñasco, Sonora.
Julio reconoció que los
pescadores se encuentran en la ilegalidad, arriesgando incluso el permiso de
pesca, ya que en caso de ser infraccionados, se desecha el trámite. “La
autoridad nos ha llamado de que siempre ‘agrúpense, formen una sociedad’, pero
aquí la situación es al revés, los que estamos cumpliendo somos los pescadores,
estamos cumpliendo con todos los requisitos y trámites, y la autoridad no está
cumpliendo”.
Héctor Avilés tiene 27 años
como pescador en Bahía de los Ángeles y dijo que desde 2015 se llegó a un
acuerdo entre los pescadores, con una veda voluntaria de cuatro meses, con lo
que quedaba prohibido el aprovechamiento del pulpo.
La veda comunitaria es única
en Baja California y tal vez en México, fue a propuesta de investigadores que
sugirieron veda de dos meses con el fin de proteger el patrimonio de los
pescadores; ellos decidieron ampliarla
otros dos meses más.
Pesca de escamas y pulpo.
Avilés es buzo de pulpo y
afirmó que en primer lugar tuvieron problemas con los grupos de buzos orilleros
que no cuentan con permiso de pesca, pero finalmente llegaron a un acuerdo para
respetar la veda. Hay alrededor de cien pangas en la comunidad, lo que no
representa un gran impacto al compararlo con los pescadores de Sonora, Ensenada
o Tijuana.
Según el buzo, en un buen día
de pesca puede llegar a ganar entre mil y 2 mil pesos, sin embargo, reconoce
que el mar es caprichoso, por lo que las condiciones de pesca les impiden salir
varios días a la semana. “Si hay viento una semana, no trabajas, se compensa,
hay semanas que te va bien, pero si ya no trabajaste bien dos días, te puede ir
mal, de ocho, unos cinco meses son buenos”, resumió, a la par de comentar que
hace un par de meses, un pescador perdió su panga por el mal tiempo.
— ¿Ahorita se están arriesgando a que los multen?
“Si te agarran con escama y
no traes permiso, te multan y el equipo queda decomisado, eso si no está en
veda, si traes tortuga o totoaba, ahí sí no te entregan nada y aparte vas a la
cárcel”.
En esa zona del Mar de Cortés
hay muy poca totoaba, pero mucha tortuga, además de que existen alrededor de 70
especies de escamas. Llegan pescadores ilegales de Bahía de Kino a capturar
pepino de mar, por lo que por una parte espera mayor presencia de la autoridad,
y por la otra, tener los permisos para ellos no ser los ilegales.
“Que nos renueven nuestros
permisos, hicimos nuestra solicitud desde mayo de 2017 y ya vamos para el año,
ya tenemos todos los pagos, todo”, solicitó Héctor Avilés.
Acorde con el último censo
poblacional, Bahía de los Ángeles cuenta con 800 habitantes, aunque actualmente
se estiman alrededor de mil. Cuenta con escuelas primaria, secundaria y
preparatoria, hay electricidad y agua potable pero muy limitada; las compañías
de telefonía celular no llegan y no existe transporte público.
Un funcionario federal
entrevistado con la condición de no dar su nombre, externó que la principal
pesquería es el pepino de mar, el cual tiene mayor valor, además del pulpo,
regulado bajo protección especial de la Norma 059 y una gran variedad de
especies de escamas.
El consultado declaró que
Bahía de los Ángeles es la zona de mayor producción biológica marina, por lo
que es altamente productiva y catalogada como Región Prioritaria para la Conservación,
desde San Luis Gonzaga hasta el Paralelo 28.
Entre Bahía de los Ángeles y
la Isla Ángel de la Guarda, pasa la Falla de San Andrés, por lo que hay zonas
que superan los mil metros de profundidad, formando un canal donde corre el
agua a gran velocidad y cae en esa área, provocando un rebote con el agua de
fondo, lo que se llama “lluvia de materia orgánica”, que se descompone y sube,
dando alimento a cientos de especies.
Al tratarse de especies
caras, compartió el especialista, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales otorga los permisos de pesca a las mafias pesqueras, las mismas que
se encargan de la distribución de las especies a Estados Unidos y Asia.
ZETA solicitó una postura vía
telefónica a la Conapesca, donde de manera extraoficial, se dio a conocer que
los permisos de escamas estarían aprobados en los próximos días, aunque no
habían confinado la información relativa a la pesca de pulpo.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/CRISTIAN
TORRES/LUNES, 9 ABRIL, 2018 12:00 PM)
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