CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El
ascenso de Alfonso Navarrete Prida a la Secretaría de Gobernación, al frente de
un grupo de políticos mexiquenses que han estado al servicio de Carlos Salinas
y Arturo Montiel, sólo consolida la línea de endurecimiento del gobierno de
Enrique Peña Nieto y una operación de Estado para levantar e imponer a José
Antonio Meade, el anodino candidato priista infectado por el veneno de un
eventual relevo.
La propia reincorporación de
Javier Lozano Alarcón al PRI, quien tras 12 años de beneficiarse del PAN volvió
a su entraña, explica también que las más sucias prácticas políticas se
intensificarán, al mismo tiempo que se fortalece la alianza de Felipe Calderón
con Peña, en un nuevo capítulo del amasiato que iniciaron ambos en la elección
de 2006, con Margarita Zavala como un factor en el cálculo.
No es fortuito que, además de
Lozano Alarcón, una de las estrategas de Meade sea Alejandra Sota, la vocera de
Calderón en la Presidencia de la República y contratista millonaria de Luis
Videgaray, el personaje que articuló todas las relaciones del panista y Peña
desde el Estado de México.
Navarrete Prida, que de suyo
es un político truculento y que fue procurador de Justicia de Montiel –tío de
Peña–, llega a la secretaría de Gobernación acompañado de dos personajes que,
ni duda, operarán políticamente contra los opositores y en favor de Meade: Uno
es el subsecretario de Gobierno, Manuel Cadena Morales, y el otro Alberto
Bazbaz Sacal, director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional
(Cisen).
La relevancia de Barbaz no es
sólo por su actuación como procurador de Peña en el caso de Paulette Gebara
Farah, la niña que primero dijo que fue asesinada, luego que plagiada y al
final que se asfixió en el hueco de una cama que fue multirrevisada sin que
nadie la haya visto, sino también por su cargo de responsable de la Unidad de
Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP),
encargada del combate y prevención del lavado de dinero.
Bazbaz ha acumulado en es ese
cargo un arsenal de información que eventualmente será utilizado, en el curso
de la campaña, como golpeteo o chantaje contra opositores, sobre todo estando
al frente del órgano de espionaje del gobierno que, como se ha visto, está al
servicio de los intereses políticos, no de la inteligencia para combatir a los
grupos criminales.
No hay que perder de vista
otro dato: Bazbaz Sacal fue abogado de Raúl Salinas, hermano mayor del
expresidente Carlos Salinas, junto con los despachos de los hermanos Collado y
Asociados; Bufete Aguilar y Quevedo, y Nassar Daw y Asociados.
Como mano derecha en la
Secretaría de Gobernación, Navarrete Prida colocó como secretario de Gobierno a
otro salinista: Manuel Cadena, quien era secretario general del PRI en la
fraudulenta elección de 1988 y en el sexenio de Salinas ocupó la dirección de
Fertilizantes Mexicanos y la secretaría general del IMSS.
Fue secretario de Gobierno de
Montiel, con Navarrete Prida como procurador, y quiso ser presidente municipal de
Texcoco, en 2012, cuando fue derrotado por Delfina Gómez, ex candidata de
Morena a gobernadora y actual aspirante a senadora.
La apuesta de Peña con los
movimientos que hizo en la Secretaría de Gobernación, articulada con la
designación del operador electoral Eviel Pérez Magaña en la Secretaría de
Desarrollo Social –con un presupuesto de 106 mil 645 millones de pesos, entre
ellos 99 mil millones destinados a subsidios–, es claramente electorera.
Ante el escándalo de las
investigaciones de corrupción en Chihuahua, que será la agenda electoral de la
alianza PAN-PRD-MC, la consigna de Peña es clara: Meade a como dé lugar…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
(PROCESO/ ANÁLISIS/ ÁLVARO DELGADO/11 ENERO, 2018)
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