México,
D.F.- La investigación contra seis presuntos integrantes de la pandilla de Los
Aztecas acusados de la trata y el asesinato de once mujeres jóvenes encontradas
en el Valle de Juárez, 58 kilómetros al éste de aquí, indica que esta red operó
con la complicidad de policías municipales, estatales, federales e incluso del
Ejército Mexicano que patrullaba entonces en la Operación Conjunta Chihuahua.
De
acuerdo con un testigo protegido que en el juicio oral identificó a los seis
detenidos, los Aztecas realizaron trabajos de secuestro, prostitución forzada y
asesinato de decenas de mujeres, varias de ellas menores de edad, desde 2008 y
hasta al menos 2011, justo los años del despliegue de hasta 10 mil efectivos
federales y de la presunta disputa del territorio y del narcotráfico en esta
frontera.
Y
todo, se testificó ante el Tribunal de Juicio Oral, con el conocimiento de
autoridades y militares que “las pedían uno o dos días” para tener relaciones
sexuales.
“A
veces me tocaba pagarle a la Policía Municipal, Federal, Estatal, aparte
siempre por radio estábamos comunicados y nos estaban diciendo lo que pasa, qué
tan ‘caliente’ está El Valle, dónde andan los ‘doblados’ (o Artistas Asesinos,
pandilla rival), qué andan haciendo, al igual nosotros sabemos y tenemos que
estar listos o truchas por si se calienta el jale”, dice la declaración rendida
por el testigo identificado en el juicio solo como LJRL y a quienes las jueces
pudieron ver declarar en una sala contigua a la sala 2 de la Ciudad Judicial.
-¿Ustedes
en su labor tenían comunicación con soldados? –se le interrogó al testigo.
-El
Pifas (Pedro Payán Gloria, no acusado en este juicio).
-Que
usted conozca, ¿qué tipo de comunicación tenía?
-Con
los soldados de Chihuahua.
-¿Con
los de Chihuahua?
-Así
es.
-¿Y
con los de aquí?
-No,
con los de aquí no, que yo sepa.
-Para
clarificar, ¿por qué tenia comunicación con los soldados “El Pifas”, como usted
lo refiere?
-Porque
era un punto en donde también se les llevaban las mujeres, a veces las pedían
para un día o dos para placer, como se le pueda decir, o simplemente a veces
ahí se quedaban con ellas, era un punto donde también se guardaban las
muchachas mientras se trasladaban a Estados Unidos o a donde se fueran a
llevar.
-Desde
su conocimiento, usted menciona que en el Arroyo del Navajo iban y las tiraban,
¿correcto?
-Así
es.
-¿Y
mencionó que hombres y mujeres?
-Así
es.
-Entonces,
¿nos puede precisar dónde las mataban?
-En
la vecindad o en casas de seguridad que tenían cerca del Valle también, en
Zaragoza, Parajes de San Isidro, para Anapra, esos lugares solamente recuerdo.
El
testigo protegido presentado por la Fiscalía General del Estado como prueba
declaró haber empezado a trabajar para La Línea (organización delictiva
vinculada con Los Aztecas) desde su infancia, luego de que un delincuente lo
adoptó informalmente. Así, agrega en su relato, tuvo conocimiento de que este
se dedicaba a actividades criminales como la trata de personas.
A
partir de 2008, dice, se enteró (aunque no de manera directa) de que víctimas
como Idaly Juache, de 19 años y secuestrada en diciembre de 2010, o Andrea
Guerrero Venzor, de 17 y extraviada desde agosto de ese mismo año, fueron
“levantadas” en la zona Centro, en el perímetro de dos cuadras que forman las
calles Francisco Javier Mina, donde varias jóvenes descienden del transporte
público, y La Paz, casi todas en las inmediaciones del mercado Reforma, ubicado
a una cuadra de la Catedral de esta frontera.
De
ahí, agrega el relato del testigo, la mayoría fueron trasladadas a una vecindad
ubicada en la calle Melchor Ocampo y casi esquina con 16 de Septiembre -a ocho
cuadras de la estación Delicias de la Policía Municipal-, donde él dijo haber
sabido de dos asesinatos y de donde a las demás las llevaban a otros puntos.
Otros testimonios indican que la mayoría de las víctimas fue vista también en
el Hotel Verde, una negociación de prostitución ubicada unas ocho cuadras hacia
el norte, en las inmediaciones del Puente Internacional Santa Fe.
Los
datos aportados en este Juicio Oral 267/2014 coinciden con los encontrados por
las madres desde al menos 2008 y 2009, cuando, en medio de los homicidios
atribuidos a la disputa del narcotráfico, en esta frontera empezaron a contarse
también por decenas las desapariciones de mujeres jóvenes.
Fue
a partir de 2011 que habitantes del municipio de Praxedis G. Guerrero empezaron
a encontrar restos humanos en los causes secos del Arroyo del Navajo. A seis
kilómetros, en El Porvenir, está aún un campamento militar que, durante la
Operación Conjunta, albergó a cientos de efectivos.
Con
este Juicio Oral, la Fiscalía General del Estado busca explicar lo sucedido a
María Guadalupe Pérez Montes, de 17 años y con reporte de desaparición del 31
de enero de 2009; Lizbeth Avilés García, también de 17 y también extraviada en
2009; Perla Ivonne Aguirre González, de 15 y también reportada ese año, así
como Idaly Juache Laguna, de 19; Mónica Liliana Delgado Castillo, de 18;
Beatriz Alejandra Hernández Trejo, de 21; Jéssica Leticia Peña García, de 15;
Daisy Ramírez Muñoz, de 16; Andrea Guerrero Venzor, de 17; Jazmín Salazar
Ponce, también de 17, y Jéssica Terrazas Ortega, de 18. Las siete últimas,
vistas por sus familias por última vez en 2010.
Los
acusados son César Félix Romero Esparza, “El Félix”; José Gerardo Puentes Alva,
Manuel Vital Anguiano, “Don Meny”; Edgar Jesús Regalado Villa, “El Piwi”; Jesús
Hernández Martínez, “El Gordo Maloso”, y José Antonio Contreras Terrazas, “El
Koyac”.
(ZOCALO/ SIN EMBARGO/ 28/06/2015 - 06:43
PM)
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