México.-
Durante los primeros 22 meses del sexenio de Enrique Peña Nieto desaparecieron
o se extraviaron 9 mil 384 personas, lo que equivale a 40% de los 23 mil 272
casos de desaparición oficialmente registrados entre enero de 2007 y octubre de
2014. Es decir, cuatro de cada 10 desapariciones en los últimos siete años
ocurrieron durante los dos primeros de la actual administración.
Si
entre 2007 y 2012, en el sexenio de Felipe Calderón, desaparecieron seis
mexicanos al día; entre 2013 y 2014, en el de Peña Nieto, desaparecieron más
del doble: 13 al día. Con Calderón se extraviaba o desaparecía un mexicano cada
cuatro horas con cinco minutos; con Peña Nieto ello ocurre cada hora con 52
minutos.
Estas
son algunas de las cifras que arroja la base del Registro Nacional de Datos de
Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) correspondiente al periodo de
enero de 2007 a octubre de 2014. Dicha base de datos fue elaborada por el
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) después
de “depurar” una previa: la heredada del gobierno de Calderón y en la cual hay
26 mil 569 casos de personas extraviadas o desaparecidas.
Ambas
bases de datos –obtenidas por José Merino, profesor del Instituto Tecnológico
Autónomo de México (ITAM) y quien las facilitó para la elaboración de este
texto– ofrecen información reveladora sobre un tema que a partir de la
desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos,
de Ayotzinapa, Guerrero, se ha colocado en el centro de la agenda nacional.
El
hecho, ocurrido el pasado 26 de septiembre, sacudió a la sociedad mexicana, y
entre otras consecuencias ha vuelto a dar visibilidad a la profunda crisis que
el país enfrenta en materia de justicia y derechos humanos.
CRECIMIENTO EXPONENCIAL
Las dos
bases de datos muestran que a partir de 2007 hubo un crecimiento sostenido de
las desapariciones, que alcanzó un pico en 2011. La del gobierno de Calderón
indica que ese año desaparecieron o se extraviaron 7 mil 827 personas; la de
Peña Nieto señala 3 mil 312 personas. En el primer caso el crecimiento respecto
a 2007 fue de 510%; en el segundo, de 429%.
Ambas
coinciden en que hubo un descenso en 2012, pero ese año termina el registro por
parte de la administración de Calderón (RNPED 2007-2012), mientras el del
gobierno de Peña Nieto (RNPED 2007-2014) continúa dos años más y muestra que
hubo un nuevo incremento a partir de 2013; 2014 fue el de más desaparecidos o
extraviados de los últimos siete años: 4 mil 936 de enero a octubre.
Paradójicamente
este aumento de desapariciones contrasta con una baja en homicidios dolosos:
Según los datos del SNSP en 2014 hubo 14 mil 413 asesinatos, 27% menos que en
2012, último año del gobierno de Calderón. En otras palabras, en el de Peña
Nieto son asesinados menos mexicanos pero desaparecen más.
Las dos
bases de datos coinciden en que se han extraviado o desaparecido más hombres
que mujeres –60% en el registro del gobierno de Calderón; 71% en el de Peña
Nieto– y en que la mayoría son jóvenes: 33% de 15 a 29 años, según el RNPED de
Calderón; 39.5%, según el de Peña Nieto.
Un dato
que llama la atención de la base de Peña Nieto es que uno de cada 10
desaparecidos (11.3%) es un niño de entre 0 y 4 años.
Entre
los jóvenes desaparecidos en el rango de 15 a 29 años sobresale otro dato: el
RNPED de Calderón indica que más de la mitad (54%) son muchachos y muchachas de
entre 15 y 19 años; en el de Peña Nieto ese dato desciende a 40.6%.
A su
vez, la base de datos del gobierno de Calderón muestra que el Distrito Federal
es, con mucho, la entidad federativa donde desaparecieron más mexicanos entre
2007 y 2012: 7 mil casos (29%); en cambio, en la del gobierno de Peña Nieto la
entidad con más desaparecidos entre 2007 y 2014 es Tamaulipas: 5 mil 293 casos
(23%).
El
RNPED de Calderón indica que cinco entidades federativas concentraron 64% de
los casos registrados como extraviados o desaparecidos en el país: Distrito
Federal (29%), Estado de México (11%), Tamaulipas (10.5%), Jalisco (8.5%) y
Coahuila (5 %). En el de Peña Nieto, poco más de la mitad de los casos también
se concentran en cinco estados: Tamaulipas (23%), Jalisco (9%), Estado de
México (7.5%), Coahuila (6%) y Sinaloa (6%).
En
ambas bases Guerrero es una de las entidades con menos casos: 257 (1%), según
el registro del gobierno de Calderón; 590 (2.5%), según el de Peña Nieto.
Incluso
los municipios guerrerenses de Iguala y Cocula registran muy pocos casos: ocho
en el RNPED de Calderón; 102 en el de Peña Nieto. Esta última cifra ya incluye
a los 43 normalistas de Ayotzinapa, Los municipios donde más han desaparecido
mexicanos son Matamoros (tasa de 154.9 por 100 mil), la delegación Cuauhtémoc
(131.6 por 100 mil) y Nuevo Laredo (124.4 por cada 100 mil), según la base de
Calderón. En la de Peña Nieto los municipios con más desaparecidos son
Matamoros (290.6 por 100 mil), Nuevo Laredo (241.9 por 100 mil) y Reynosa
(141.8 por 100 mil), en Tamaulipas.
PERFIL DEL DESAPARECIDO
Con
base en la frecuencia de los casos es posible esbozar el perfil básico de un
desaparecido en México. El registro del gobierno de Calderón indica que se
trata de un muchacho de entre 15 y 19 años desaparecido en 2011 en la
delegación Iztapalapa, Distrito Federal; o bien, de acuerdo con el registro del
gobierno de Peña Nieto, un joven igualmente de entre 15 y 19 años que
desapareció en Matamoros o en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en 2014.
Para el
primer caso José Francisco Flores Bermúdez es un ejemplo representativo: tenía
18 años cuando desapareció el 1 de julio de 2011 en la colonia Vicente
Guerrero, Iztapalapa. Su ficha informativa –que se puede ver en la página de
búsqueda del Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes, de la
Procuraduría de Justicia del Distrito Federal– lo describe como un joven de
complexión delgada, 1.68 metros, tez morena clara, mentón oval, cabello negro,
ojos pequeños de color café oscuro.
Cuando
desapareció vestía pantalón de mezclilla azul marino, playera de varios colores
y tenis blancos con figuras negras. En su fotografía aparece de tres cuartos de
perfil con el rostro lampiño y el cabello alborotado. Sostiene con su mano
derecha el auricular de un teléfono que pega a la mejilla.
Para la
base de datos del gobierno de Peña Nieto, un caso representativo es el de Jorge
Jiménez Gómez: de 15 años, desapareció el 4 de abril de 2014 en Nuevo Laredo,
Tamaulipas. Su ficha informativa –que se encuentra en la página web del
Programa de Apoyo a Familiares de Personas Extraviadas, Sustraídas o Ausentes,
dependiente de la PGR–, apunta que mide 1.70, tiene tez morena clara, ojos
medianos de color café oscuro y cabello lacio castaño oscuro. Apunta una seña
particular: tiene un tatuaje en uno de sus tobillos. Su fotografía lo muestra
de frente. Una tristeza vaga se refleja en su mirada y su semblante. Sobre el
labio superior aflora un incipiente bigote.
También
es representativo el caso de Eduardo Escudero Flores, de 18 años, quien
desapareció el pasado 13 de junio en Matamoros, Tamaulipas. Es pescador y se
dirigía a su casa después de ayudar a descargar una lancha con mariscos. Iba en
una camioneta junto con Cuauhtémoc Rodríguez Aguilar y Julio César Martínez
Loredo. Este último, de 22 años, es ciudadano estadunidense y capitán de un
buque pesquero.
De
acuerdo con familiares de los pescadores, los jóvenes fueron detenidos por
miembros de la Marina cuando circulaban por la carretera playa Costa Azul, a la
altura del kilómetro 16, frente a un ejido llamado El Refugio.
Juana
Flores Pérez, madre de Eduardo, acudió a la zona naval de Matamoros junto con
familiares de los otros dos pescadores. Los oficiales les negaron que
estuvieran ahí, a pesar de que frente a las instalaciones estaba la camioneta
en la cual viajaban los jóvenes.
El
pasado 3 de julio ella y una veintena de familiares y amigos de los pescadores
se presentaron a la entrada del hotel Holiday Inn donde el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, encabezaba la tercera reunión del
Gabinete de Seguridad Nacional.
En las
fotos que publicó la prensa local se les ve gritando hacia la entrada del
hotel, mostrando cartulinas con letreros elocuentes: “Marinos, regrésenme a mi
hijo”; “Quiero a mi hijo. Lo tienen los marinos”. Pero ni Osorio Chong ni el
gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, los recibieron.
EXTRAVIADO O DESAPARECIDO, LAS CIFRAS
INCIERTAS
Las dos
bases de datos citadas anteriormente no precisan cuántos de los casos que
registran son extraviados y cuántos son desaparecidos.
Mucho
menos desagregan los datos en función de si a una persona no se le localiza
debido a una ausencia voluntaria (por problemas domésticos o por migración
dentro o fuera del país, por ejemplo) o involuntaria: accidentes o catástrofes
naturales que provoquen su hospitalización o muerte; su reclusión en algún
centro psiquiátrico o penitenciario; o privación ilegal de su libertad por
secuestro y su eventual muerte por parte del crimen organizado o por parte de
agentes del Estado (esta última tipificada como “desaparición forzada”).
El
artículo tercero de la Ley del RNPED –que el Congreso aprobó en marzo de 2012–,
sólo hace una distinción entre persona extraviada y persona desaparecida.
A la
primera la define como “la persona que por circunstancias ajenas a su voluntad
desconoce o no recuerda sus datos de filiación, identidad y domicilio”, y a la
segunda, como “toda persona que, con base en información fidedigna de
familiares, personas cercanas o vinculadas a ella, la hayan dado por
desaparecida de conformidad con el derecho interno, lo cual puede estar
relacionado con un conflicto armado internacional o no internacional, una
situación de violencia o disturbios de carácter interno, una catástrofe natural
o cualquier situación que pudiera requerir la intervención de una autoridad pública
competente”.
“Si la
base del RNPED no puede diferenciar los casos de extraviados con respecto a los
de desaparición involuntaria y sobre todo los de desaparición forzada, entonces
no se puede hacer un diagnóstico sobre dónde están los principales focos del
fenómeno y los patrones que éste sigue y, por tanto, no se podrán implementar
de manera adecuada políticas públicas para prevenir casos ni se podrá
investigar y buscar a los desaparecidos ni juzgar a los responsables”, afirma
en entrevista Ariel Dulitzky, presidente del Grupo de Trabajo de Naciones
Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias.
En el
sistema de búsqueda electrónica del RNPED, disponible en el portal del
Secretariado Ejecutivo del SNSP, el reportero no encontró los registros de 23
casos que involucran a 73 personas, las cuales –han denunciado sus familiares–
están desaparecidas después de que fueron secuestradas por miembros de
organizaciones criminales o detenidas por policías locales o federales, o por
efectivos del Ejército o la Marina.
LOS DESAPARECIDOS
- 9 mil 384 personas desaparecidas en 22
meses del sexenio de Enrique Peña Nieto
- 4 de cada 10 desapariciones en los
últimos siete años ocurrieron con Peña
- 6 desaparecidos al día con Felipe
Calderón
- 13 desaparecidos al día con Enrique
Peña Nieta
(ZOCALO/
Proceso/ 08/02/2015 - 09:52 AM)
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