lunes, 11 de noviembre de 2013

OTRO DESPOJO AL AYUNTAMIENTO DE CULIACÁN

Otro despojo

En el trienio de Aarón Irízar López, Corett y el Ayuntamiento “unificaron criterios” para favorecer al Club Tepehuajes con un terreno de 12.8 mil metros que le pertenecían al Ayuntamiento. Hay doble escrituración y mucho dinero de por medio.

En junio del año pasado se hizo público uno de los mayores fraudes cometidos contra el patrimonio del municipio de Culiacán, a través de una serie de permutas que el Ayuntamiento hizo con particulares, donde, según cálculos de peritos entrevistados por Ríodoce, la Comuna perdió alrededor de 200 millones de pesos.

La operación se realizó siendo alcalde Héctor Melesio Cuen Ojeda y fue finiquitada en el periodo que aún no concluye de Aarón Rivas Loaiza.

No ha sido esta la única estafa que sufren los bienes del municipio, con la complicidad de alcaldes, funcionarios de todos los niveles y regidores. Nunca se trata de omisiones o descuidos, sino de actos dolosos realizados casi siempre por redes que se extienden a los tres niveles de Gobierno, en diferentes dependencias.

El siguiente puede ser uno de esos casos. Bajo la administración de Aarón Irízar López (2005-2007), un terreno ubicado en la colonia Lombardo Toledano, que fue donado por la Comisión de Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett) al municipio, en diciembre de 1996, fue luego vendido, a través de una serie de argucias legales, al Club Deportivo Tepehuajes.

Los antecedentes

La historia de este atraco inicia en 1996, cuando el municipio de Culiacán recibe en donación, de manos de la Corett, un terreno ubicado en la colonia Lombardo Toledano, con una superficie de 12 mil 842 metros cuadrados. Era director general del organismo federal Carlos Flores Rico y presidente municipal Sadol Osorio Salcido.

El acto de escrituración fue protocolizado el 28 de noviembre de 1996, en el marco del programa presidencial —era presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León— de regularización de predios destinados a servicios públicos. Como delegado de Corett en Sinaloa se encontraba Héctor Manuel Niebla Salazar.

El destino del predio en donación, según especifica claramente el acto, era para “estadio y canchas deportivas”.

En la cláusula sexta del contrato de donación se establece que: “Cuando el predio objeto de la donación se destine a un fin distinto al señalado en el contrato, o cuando transcurrido un plazo de cinco años no haya satisfecho el objeto de la misma, la donante podrá demandar la reversión de los bienes conforme a la ley de la materia, sin que pueda reclamarse la devolución de las sumas o costo que la donataria haya realizado por el mismo concepto”.

El acuerdo de donación se había tomado en la sesión del Consejo de Administración de Corett, el 5 de enero de 1996.

El polígono, expropiado al ejido Tierra Blanca II por decreto presidencial del 8 de agosto de 1989, ya era una cancha deportiva, pues ahí entrenaban y jugaban los integrantes del equipo Tepehuajes, que participa desde hace años en las ligas locales.

Así que el Ayuntamiento no tuvo que hacer grandes inversiones para habilitarlo y siguió operando como cancha en los torneos de Beisbol, cumpliendo así el destino que se le asignó en el acto de donación.

Sin embargo, la propiedad pasaría a manos de particulares a través de una red de complicidades donde aparecen involucrados el entonces alcalde Aarón Irízar, el secretario del Ayuntamiento, Héctor Muñoz Escobar, los ex delegados de Corett, Héctor Manuel Kelly Valdez y Héctor Niebla Salazar, y el oficial del Registro Público de la Propiedad, Raúl René Rosas Echevarría.

El 22 de octubre de 2002 se había constituido el Club Deportivo Tepehujes, lo cual fue protocolizado ante el Notario Público Roberto Sergio Ayala Castro, el 13 de noviembre del mismo año.

Participaron en dicha constitución, entre otros, Manuel de Jesús Ríos Esquerra, José Pilar Alvarado Sánchez, Miguel Ángel Valenzuela Flores, Miguel Ángel González Valencia, Aristeo Valdez Mendoza, Nicolás Félix Vázquez y Julio César Félix. Como presidente del Consejo Directivo, quedó Manuel de Jesús Ríos.

Este sería el primer acto del despojo. El otro vendría el 16 de junio de 2003, cuando, a través de un contrato inexplicable, Corett vende al Club Deportivo Tepehuajes el predio en cuestión, a pesar de que el legítimo propietario, de acuerdo con la escritura inscrita el 3 de febrero de 1997, con el número 70 del libro 375 de la sección de Documentos Privados, era el Ayuntamiento de Culiacán.

Pero, además, el precio de la operación fue irrisorio, pues los 12 mil 759 metros cuadrados que se estipularon, le costaron al club la cantidad de 26 mil 793 pesos, es decir, a 2.09 pesos el metro cuadrado.

El delegado de Corett seguía siendo Héctor Niebla y en el acto de compraventa declaró que le fue otorgado poder especial para comparecer en ese acto por el director general de Corett, mediante un poder pasado por el notario público de Ciudad Nezahualcoyotl, Fernando Trueba Buenfil, el 4 de abril de 2001.

Curioso poder, pues para esa fecha el Club Deportivo Tepehuajes estaba muy lejos de constituirse.

Ni en los antecedentes ni en las declaraciones previas de ese acto fue mencionado el contrato de donación que se firmó en diciembre de 1996 en beneficio del Ayuntamiento de Culiacán.

De esta forma, el terreno aparecía con dos dueños pues había sido escriturado dos veces. Así, el 20 de junio de 2005, dos años después de que el predio se vendió a Tepehuajes, el nuevo delegado de Corett, Héctor Manuel Kelly Valdez, el alcalde Aarón Irízar López y el secretario del Ayuntamiento, Jesús Héctor Muñoz Escobar, solicitaron al oficial del Registro Público de la Propiedad, Raúl René Rosas Echevarría, “la cancelación de la escritura a nombre del H. Ayuntamiento de Culiacán, que quedó registrada en esa oficina”.

“Lo anterior —dice el oficio— en virtud de que el terreno en mención se encuentra escriturado dos veces y al haberse acreditado y reconocido por las partes que el Club Deportivo Tepehuajes, A.C. es el que ha ejercido la posesión y ocupación sobre el mismo, razón por la cual se hace esta petición”.

El oficio, escrito en una hoja membretada de Corett, con el escudo de Sedesol, no dice cómo se acreditó y reconoció “por las partes” la posesión del terreno por parte del Club, ni se anexa documento alguno para soportar el dicho y la petición.

Tres meses después, el 19 de septiembre de 2005, la escritura que favorecía al Ayuntamiento, fue cancelada.

Libre el camino, la otra tarea fue explotar la propiedad. Un año más tarde, el 5 de septiembre de 2006, fue conformada la sociedad Espacios y Soluciones Habitacionales, S.A. de C.V., ante el notario público Jesús Manuel Ortiz Andrade. Y dos meses después, el 22 de noviembre de 2006, el Club Deportivo Tepehuajes le vendió el terreno a esta inmobiliaria.

Aparecen como socios fundadores Jesús Raúl Peraza Valenzuela, José Alfredo Valenzuela Ontiveros, Sergio Lizárraga Martínez, Jesús Alfredo Jiménez Rodríguez, Gerardo Rivera Sánchez y Enrique Fernando Slim del Río.

De acuerdo con la escritura pública 11534, el club y la empresa constructora suscribieron un contrato de compraventa en el que se especifica que la compradora destinará el terreno que adquiere a la realización de un desarrollo inmobiliario. El monto de la operación se declaró en 4 millones 447 mil pesos, aunque en un trámite posterior de la constructora para solicitar un crédito bancario, el terreno fue hipotecado por 23 millones de pesos.

En el predio se construyó el fraccionamiento privado Espacios Marsella, con 67 residencias de nivel medio y un área verde de 826 metros cuadrados. En 2007, año en que iniciaron las obras de construcción, se vendió el 90 por ciento de las casas.

Ríodoce habló telefónicamente con el entonces secretario del Ayuntamiento, Héctor Muñoz —de viaje por los Estados Unidos—, quien a reserva de hablar con datos duros en la mano, dijo que el alcalde Aarón Irízar y él siempre hicieron las cosas correctamente.

También fue localizado por el mismo medio Héctor Niebla Salazar —quien se encontraba en Jalisco—, a quien le pareció extraño el caso. Se comprometió a investigar el asunto y ofrecer una explicación.

(RIODOCE/ noviembre 10, 2013 )

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