Cuatro Ciénegas, Coah.- Presencias misteriosas que se esfuman
repentinamente y ruidos sin sentido son parte de la historia que guarda
la Casa de la Cultura de Cuatro Ciénegas, recinto que esconde
enigmáticas presencias que sólo algunos pueden contar.
Se trata del hogar en el que habitó por años el héroe revolucionario
Venustiano Carranza en su matrimonio y que fue convirtiéndose
posteriormente en residencia de importantes personalidades cieneguenses
hasta llegar a lo que es ahora, recinto de las múltiples expresiones
culturales de la “Puerta del Desierto”.
Sin embargo, además de la riqueza histórica y cultural que guarda esta antigua construcción con más de un siglo de antigüedad, también es tema de leyendas urbanas que cuentan de misteriosas apariciones y presencias aparentemente fantasmagóricas.
Son pocos los que pueden asegurar que han visto, escuchado o sentido la presencia de entes en esta construcción, particularmente ex empleados que vivieron varios episodios que prácticamente los dejaron helados.
Un portavoz de la actividad paranormal en este recinto cultural es el ex empleado de intendencia Rolando Esquivel Valdez, quien trabajó ahí por espacio de 7 u 8 años, tiempo durante el cual empezó a tomar como algo habitual los sonidos misteriosos o las sombras que se desplazaban de un lugar a otro.
“Recuerdo que yo terminaba de hacer aseo, luego me sentaba en el lugar de la directora para leer algún libro y repentinamente se empezaba a oír que las puertas de abrían y cerraban, también veía algunas siluetas, pero me levantaba y por más que buscaba no había nada”, relata el ahora trabajador de campo de Obras Públicas en la Presidencia Municipal.
Estos sucesos se presentaron en varias ocasiones por la mañana, cuando él hacía el aseo y no había nadie más en el edificio, aunque con el paso del tiempo, acepta, que lo empezó a ver como algo normal.
“Se convirtió en algo habitual, me pasó varias veces y ya después ni ponía atención, sólo seguía haciendo mis labores”, comenta el servidor público.
Otro caso es el de la ex secretaria de la Casa de la Cultura, Lupita Ferriño Elías, actual secretaria en el despacho de la alcaldesa Santos Garza, quien laboró también por varios años en la ex residencia de Venustiano Carranza ya convertida en recinto cultural.
Aunque ella admite haber presenciado hechos paranormales en este lugar, asegura que sólo fue en una ocasión, pero eso le bastó para dejarla sin aliento.
“Era un lunes por la tarde, día sin servicio para la Casa de la Cultura, estaba en el escritorio haciendo un trabajo cuando vi pasar una figura vestida de color
caqui, era un hombre alto que sólo pasó y no se detuvo”, relató la entrevistada.
Al ver que el intruso no salía, Lupita recuerda que decidió ir a buscarlo salón por salón; “iba diciendo que no había servicio de museo por hoy, que saliera porque no podía estar ahí dentro, pero nadie me contestaba”, .
Al terminar de revisar cada espacio de la Casa de la Cultura, doña Lupita se percató de que la imagen vista se había esfumado.
“Primero sentí miedo porque pensaba que era un ladrón que se escondió para robar, luego me di cuenta de que no era absolutamente nadie, eso me aterró más”, dijo.
Afortunadamente para Lupita Ferriño ese fue el único evento paranormal que vivió en este recinto, pues el resto de su estancia en él se desenvolvió habitualmente, aunque sin olvidar aquel suceso que estremeció cada uno de sus sentidos y que no ha logrado olvidar.
Sin embargo, además de la riqueza histórica y cultural que guarda esta antigua construcción con más de un siglo de antigüedad, también es tema de leyendas urbanas que cuentan de misteriosas apariciones y presencias aparentemente fantasmagóricas.
Son pocos los que pueden asegurar que han visto, escuchado o sentido la presencia de entes en esta construcción, particularmente ex empleados que vivieron varios episodios que prácticamente los dejaron helados.
Un portavoz de la actividad paranormal en este recinto cultural es el ex empleado de intendencia Rolando Esquivel Valdez, quien trabajó ahí por espacio de 7 u 8 años, tiempo durante el cual empezó a tomar como algo habitual los sonidos misteriosos o las sombras que se desplazaban de un lugar a otro.
“Recuerdo que yo terminaba de hacer aseo, luego me sentaba en el lugar de la directora para leer algún libro y repentinamente se empezaba a oír que las puertas de abrían y cerraban, también veía algunas siluetas, pero me levantaba y por más que buscaba no había nada”, relata el ahora trabajador de campo de Obras Públicas en la Presidencia Municipal.
Estos sucesos se presentaron en varias ocasiones por la mañana, cuando él hacía el aseo y no había nadie más en el edificio, aunque con el paso del tiempo, acepta, que lo empezó a ver como algo normal.
“Se convirtió en algo habitual, me pasó varias veces y ya después ni ponía atención, sólo seguía haciendo mis labores”, comenta el servidor público.
Otro caso es el de la ex secretaria de la Casa de la Cultura, Lupita Ferriño Elías, actual secretaria en el despacho de la alcaldesa Santos Garza, quien laboró también por varios años en la ex residencia de Venustiano Carranza ya convertida en recinto cultural.
Aunque ella admite haber presenciado hechos paranormales en este lugar, asegura que sólo fue en una ocasión, pero eso le bastó para dejarla sin aliento.
“Era un lunes por la tarde, día sin servicio para la Casa de la Cultura, estaba en el escritorio haciendo un trabajo cuando vi pasar una figura vestida de color
caqui, era un hombre alto que sólo pasó y no se detuvo”, relató la entrevistada.
Al ver que el intruso no salía, Lupita recuerda que decidió ir a buscarlo salón por salón; “iba diciendo que no había servicio de museo por hoy, que saliera porque no podía estar ahí dentro, pero nadie me contestaba”, .
Al terminar de revisar cada espacio de la Casa de la Cultura, doña Lupita se percató de que la imagen vista se había esfumado.
“Primero sentí miedo porque pensaba que era un ladrón que se escondió para robar, luego me di cuenta de que no era absolutamente nadie, eso me aterró más”, dijo.
Afortunadamente para Lupita Ferriño ese fue el único evento paranormal que vivió en este recinto, pues el resto de su estancia en él se desenvolvió habitualmente, aunque sin olvidar aquel suceso que estremeció cada uno de sus sentidos y que no ha logrado olvidar.
(ZOCALO/ Redacción /01/11/2013 - 03:00 AM)
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