lunes, 11 de noviembre de 2013

DEUDA, EL OTRO LASTRE

Deuda: el otro lastre
Segundo Informe de Malova

El gobierno encabezado por Mario López Valdez inició con la tragedia provocada por las heladas de 2011. 
Pero a esta se le sumó otra: el gran endeudamiento de la administración, que a la fecha ha triplicado la que se tenía, alcanzando casi 8 mil millones de pesos. 

Junto a esto, destaca la opacidad y la gran corrupción que ha caracterizado a un gobierno que llegó con el discurso del cambio.
Los números no mienten. El Gobierno estatal de Sinaloa está cada vez más endeudado.

La deuda pública creció en casi tres años en un 107.08 por ciento, antes de llegar a la primera mitad de la gestión sexenal del gobernador Mario López Valdez.

Cuando el entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla cerró su gestión la deuda pública total, incluyendo directa e indirecta, era de 3 mil 777.6 millones de pesos. Con el gobernador Mario López Valdez el endeudamiento alcanza los 7 mil 823 millones de pesos, según los datos registrados por la Dirección de Estudios Financieros y Deuda Pública de la Secretaría de Administración y Finanzas, al cierre del segundo trimestre del 2013.

A pesar de que el gobernador Mario López Valdez había consignado en el Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, que recurrir al endeudamiento para financiar la inversión pública debería ser manejado con prudencia y profesionalismo, los números infieren un cambio de rieles en la estrategia de administración.

Al inicio de la gestión sexenal de Malova la deuda pública directa del Gobierno estatal estaba constituida por tres empréstitos, ahora suman siete los créditos contratados.

Ya desde las primeras semanas del Gobierno estatal se prendieron los focos amarillos para advertir que los tres empréstitos heredados por Jesús Aguilar Padilla impactarían en las finanzas públicas a partir de 2012, año durante el cual empezaría la amortización de los referidos créditos. Por ello se había incluido en el Plan Estatal de Desarrollo la recomendación de ser prudente en financiar la obra pública vía endeudamiento.

El propio Plan Estatal de Desarrollo incluyó, en el primer trimestre de 2011, entre las líneas estratégicas y acciones en materia de hacienda pública, el reducir el monto del servicio de la deuda al finalizar la administración, así como mantener un manejo responsable de la deuda pública, como parte de una estrategia financiera integral.

Sin embargo, lejos de reducir el pago por concepto de endeudamientos, el Gobierno estatal lo incrementó al contratar cuatro nuevos créditos con instituciones bancarias: uno con Banorte por mil 339 millones, otro con Banamex por 500 millones y dos más con Bancomer por 339 y 422 millones de pesos. Sumando 2 mil 600 millones de pesos, cantidad que fue autorizada por el Congreso del Estado.

Con el argumento de hacer frente a los estragos de las heladas al inicio de 2011, López Valdez buscó la autorización del Poder Legislativo para endeudarse antes de cerrar el segundo trimestre de su gobierno. Las primeras versiones que circularon entre los legisladores fueron que la intención era solicitar un crédito de 6 mil millones, sin embargo, tras el cabildeo, la propuesta fue por 3 mil millones de pesos que siguió siendo cuestionada, para quedar finalmente en 2 mil 600 millones de pesos.

La propuesta de endeudamiento fue autorizada, en una maratónica sesión del Poder Legislativo, junto con un listado de obras a realizar mediante el crédito, contemplando rubros diversos, entre los que se ponderaba las de comunicaciones, la cultura y los deportes.

Al inicio de 2013, nuevamente el gobernador consideró la vía del endeudamiento para ejercer su administración. Nuevamente consiguió la aprobación del Congreso del Estado para endeudarse, ahora por 771 millones de pesos a través de uno o varios créditos. En esta ocasión el decreto 805, publicado en el Periódico Oficial del Estado de Sinaloa, establece la autorización que se contrate el crédito con el Banco de Obras y Servicios Públicas (Banobras), y se destinen para rehabilitación de seis tramos carreteros, el pago de pasivos bancarios para poner en funcionamiento el Instituto Sinaloense de Cancerología, así como infraestructura del nuevo sistema de justicia penal en la región centro-norte.

En las dos autorizaciones de endeudamiento del Gobierno estatal, que suman en total 3 mil 371 millones de pesos, están previstas que sean pagadas en un plazo de 20 años, es decir, se podrán liquidar totalmente en el 2033. En otras palabras, Malova heredará deudas al menos a tres sexenios o gobernadores que le sucedan.

Producto de la estrategia de endeudamiento para finanzas la obra pública, el gobierno de Mario López Valdez registró un incremento en el nivel de su deuda directa en un 42 por ciento en 2013, respecto al 2012, al cierre del segundo trimestre del año.

De haber recibido del gobierno de Aguilar Padilla una deuda directa de alrededor de 2 mil 606 millones de pesos, ahora López Valdez alcanza los 5 mil 115 millones de pesos, al cierre de junio de 2013.

En total la deuda pública estatal alcanzó, al término del segundo trimestre del presente año, los 7 mil 823 millones de pesos, que comparado con el mismo mes del 2012, registró un incremento del 34 por ciento, así reconocida por la Secretaría de Administración y Finanzas en sus reportes financieros trimestrales.

El costo de la deuda

Las políticas de endeudamiento impactan en las finanzas estatales. De enero a junio de 2013 se pagaron 140 millones de pesos tan solo por concepto de intereses generados por la deuda directa, lo que representó erogar 54.5 millones de pesos más respecto al mismo periodo de 2012. En tanto que por concepto de pago de capital, durante los dos primeros trimestres de 2013 se pagaron apenas 45 millones de pesos, lo que significó un crecimiento de 75 por ciento respecto a 2012.

Para el 2014, el tema de endeudamiento significará mayores egresos para las finanzas estatales, toda vez que los periodos de gracia otorgados por las instituciones crediticias se vencerán a finales de 2013.

A pesar de los niveles de endeudamiento alcanzados, no puede asegurarse con certeza que en la segunda mitad del sexenio de Mario López Valdez decline usar la solicitud de créditos para financiar la obra pública de su administración.

La tentación de nuevas deudas está en el aire. En términos técnicos-financieros, es posible. La Secretaría de Administración y Finanzas reporta en sus informes que el Gobierno estatal de Sinaloa se encuentra en un escalón de “alta calidad crediticia”, según la opinión de tres importantes agencia calificadoras en la materia: Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poors.

De darse una nueva solicitud de endeudamiento, por estar en la etapa final de su gestión, le corresponderá a la nueva legislatura decidir sobre el particular. A diferencia de la camada de diputados que dejan su curul, será un Poder Legislativo con mayor presencia de diputados del PRI, el mismo partido del que surgió Mario López Valdez.

MENOS INGRESOS

Dentro de las estrategias y líneas de acción en la hacienda pública, el Plan Estatal de Desarrollo contempló el incremento de los ingresos, sin embargo, lejos de crecer, disminuyeron en un 5.2 por ciento en el renglón de derechos.

En un comparativo al segundo trimestre del año entre 2012 y 2013, se encontró que la mayor caída de ingresos por concepto de derechos se registró en permisos y licencias de alcoholes, siendo del 70.5; le siguió los servicios de Registro Civil con un decremento del 15.8; le siguen los cobros del puente San Miguel con 10.3; y en cuarto los servicios de tránsito (placas y licencias) con una reducción del 11.2.

En el concepto de ingresos por productos, las finanzas estatales también registraron un decremento del 2.4 por ciento.

De acuerdo con la composición total de los ingresos del Gobierno estatal, los ingresos propios alcanzaron apenar el 10.1 por ciento. Los mayores ingresos que recibe el Gobierno de Sinaloa provienen de recursos federalizados (41.8 por ciento) y participaciones federales (34.7 por ciento).

Contra la deuda, el dispendio

La contraparte de la gran deuda del Gobierno estatal no ha sido la pulcritud en la aplicación de los créditos autorizados, sino, por el contrario, la opacidad, el desorden y la corrupción, en medio del caos administrativo, la utilización dispendiosa del presupuesto y créditos, como lo han demostrado auditorías a las cuentas públicas del Gobierno del Estado.

En la correspondiente al segundo semestre de 2012, la Auditoría Superior del Estado documentó un posible daño económico por el orden de los 198 millones 430 mil 327 pesos, originando 104 observaciones y la promoción de 41 acciones para fincar responsabilidades administrativas a funcionarios del gobierno malovista.

Más de 500 irregularidades señaló la ASE en las revisiones a la presente administración en los diferentes periodos. En el informe del segundo semestre de 2012, por ejemplo, solo a la Secretaría de Administración y Finanzas, a cargo de Armando Villarreal, se le hicieron 64 observaciones, 20 recomendaciones y 26 acciones de responsabilidad administrativa sancionatoria, que buscaron recuperar 186 millones 544 mil 856 pesos que fue el probable daño o perjuicio provocado a la hacienda pública estatal y/o a los recursos federalizados.

De las dependencias del Ejecutivo estatal señaladas con irregularidades encontradas en esta auditoría, la Secretaría de Administración y Finanzas encabeza la lista por un anómalo ejercicio de 186 millones 544 mil 856 pesos; la sigue la Secretaría de Educación Pública y Cultura, con 9 millones 154 mil 068 pesos y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas con 2 millones 731 mil 402 pesos, cuyo gasto no justifica plenamente.

Contra estas dependencias, la ASE promovió 41 acciones de responsabilidad administrativa sancionatoria. De estas, 26 son contra Administración y Finanzas, 12 contra Desarrollo Urbano y Ecología y tres contra la Sepyc.

También hubo vigilancia externa. Fue el propio gobernador quien propuso que se formara un consejo para vigilar el correcto manejo de los recursos provenientes del megacrédito de los 2 mil 600 millones obtenidos en 2011 y, efectivamente, el consejo vigiló y auditó el gasto de ese dinero, llegando a la conclusión de que se había actuado con desorden y deshonestidad.

Se detectaron carreteras mochas, aplastamiento de los presupuestos más baratos y amenazas a competidores.

Una de las obras financiadas con la megadeuda fue la rehabilitación de la carretera Limoncito-5 Hermanos, municipio de Navolato, en un tramo de 14 kilómetros140 metros. En realidad se reconstruyeron solo 13 kilómetros con los mismos 22 millones 566 mil 750 pesos con 47 centavos que fueron autorizados para reparar todo ese tramo.

Este y otros casos afloran en la investigación que llevó a cabo el Consejo Ciudadano para la Vigilancia y Transparencia en Sinaloa y que orilló a este organismo a negarse a avalarle a Mario López Valdez el incorrecto uso del dinero del supercrédito.

Se detectaron otras anomalías, como la licitación, asignación y ejecución de obras en carreteras y caminos las que de inicio estuvieron marcadas por el favoritismo. Ello se agravó luego con arreglos que funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas hicieron con las constructoras para que los tramos a rehabilitar o a construir fueran más cortos de lo establecido en la convocatoria y acta de licitación.

De acuerdo con estimaciones del Consejo Fiscalizador que el mismo gobernador creó para sancionar el ejercicio del supercrédito, al menos el 20 por ciento de los trabajos asignados en el área de comunicaciones se realizaron en longitudes menores a las previstas en los contratos.


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