jueves, 6 de junio de 2013

LOS ABUSOS DE "PANCHO" PELAYO

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El diputado se quedó con dinero de 300 jornaleros de su rancho “Agrícola de Comondú”

Trabajadores acusan al legislador de haberse quedado con parte de sus ingresos, luego de un programa de trabajo temporal tras las heladas que causaron estragos en Comondú. “Así, como nos llegó el dinero de la Sedesol, así nos lo quitó Pancho Pelayo a través del pago de la nómina de la semana siguiente, y se cobró a lo chino”, dijo uno de los supuestos afectados a ZETA. Pelayo responde: “Eso no es cierto, la gente quiere ver qué saca nomás”
Gerardo Zúñiga Pacheco

Ciudad Insurgentes, Baja California Sur.- El 2 de mayo, la señora María Victoria Ibarra Uribi cobró mil 280 pesos por concepto del pago del retiro de varas y deshierbe de áreas de siembras siniestradas en diciembre pasado en el rancho “Agrícola de Comondú”, propiedad del diputado federal del Partido Acción Nacional (PAN), Francisco Pelayo Covarrubias, localizado al norte de esta ciudad.

La jornalera agrícola recogió el dinero en la oficina 3027 de Telecomm, bajo el número de folio 02844901, y el cual provenía del Programa de Empleo Temporal (Pet) de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

La trabajadora fue una de las 4 mil 209 personas seleccionadas dentro de este programa federal que fueron incorporadas a labores de poda de plantas, resiembra, rehabilitación y limpieza de áreas de cultivo y mantenimiento de infraestructura básica complementaria, y el cual tuvo una temporalidad de 10 días en Comondú.

Como las bajas temperaturas de enero pasado, destruyeron entre el 50 y 70 % de las siembras en el corazón agrícola de Baja California Sur, el subsecretario de Desarrollo Social del gobierno del estado, Carlos Godínez de León, anunció –el 4 de abril pasado—que la Sedesol, había puesto en marcha un programa emergente encaminado a generar un ingreso que permitiera atender las necesidades básicas de alimentación de los jornaleros, a pesar de que “no resolvería en gran medida el problema del desempleo que enfrentaron familias por las heladas a principios de año”.

Según el funcionario, el programa de empleo temporal abarcaba también Mulegé y donde se había considerado una inversión total de 5.3 millones de pesos, lo que a su vez, representaba “un importante apoyo a los agricultores para el desarrollo de sus actividades de preparación para nuevos ciclos de siembra, sin generar mayores presiones a su economía afectada de manera importante por la pérdida de sus cultivos”.

El presidente de la Asociación Agrícola de Comondú, Alejandro Solís López, dijo –en aquel entonces— que la helada de cultivos tenía bajo amenaza cerca de 10 mil empleos de jornaleros agrícolas del municipio, porque al quedar congeladas las cosechas, prácticamente “no había nada que hacer en los ranchos”, salvo desmontar y esperar el nuevo ciclo agrícola y volver a cultivar.

El líder de agricultores expuso que el siniestro había provocado la pérdida de 4 mil hectáreas de garbanzo, 4 mil de maíz, 2 mil de naranja, 4 mil 600 de alfalfa, 500 de frijol, 2 mil de papa y 5 mil de tomatillo, cuyos daños ascendieron a 745 millones de pesos.

El propio alcalde Venustiano Pérez Sánchez se dijo “preocupado” porque “la afectación de cosechas iba a provocar un problema social en todas las comunidades, porque el municipio dependía en gran medida de la generación de empleos de alrededor de 10 mil jornaleros agrícolas que podrían perder su trabajo”.

Los municipios de Comondú y Mulegé fueron declarados primero zona de emergencia y posteriormente, es decir, el 24 de enero, zona de desastre, por la Secretaría de Gobernación, por lo que después de una serie de reuniones entre autoridades municipales, estatales y federales, determinaron “bajar programas y recursos para revertir el colapso de las heladas, ya que se habían dañado alrededor de 20 mil hectáreas en ambas localidades”.

Supuestas pérdidas

Uno de los 700 ranchos afectados en Comondú por las heladas fue el del diputado federal del PAN Francisco Pelayo Covarrubias, quien –según su dicho— perdió “más de 3 mil hectáreas que tenía sembradas de tomatillo y lo que representó una afectación económica de mínimo 4 millones de pesos”.

El legislador recordó que la Sedesol solicitó a todos “los agricultores elaborar una lista de jornaleros agrícolas que tuvieran necesidad de un empleo temporal para que no dejaran de trabajar”.
En la lista del rancho “Agrícola de Comondú” –propiedad del legislador federal– estaba la señora María Victoria Ibarra Uribi, junto con alrededor de 300 jornaleros agrícolas que se dijeron “robados por el diputado”.

“Así, como nos llegó el dinero de la Sedesol, así nos lo quito Pancho Pelayo a través del pago de la nómina de la semana siguiente, y se cobró a lo chino”, dijo textualmente.
— ¿Por qué?

“Por sus…porque él quiso, y cuando fuimos a recoger el dinero a Telecomm, nos dijeron que no fuéramos a darles un cinco a los patrones, porque era para nosotros. El trato era trabajar 10 días por el pago de Sedesol y ya lo otro era con cargo al patrón, entonces trabajamos 10 días, y posteriormente, trabajamos otra semana más, y esa última semana no nos pagaron en el rancho, y cuando preguntamos del pago de la semana, nos salieron con que ya habíamos cobrado con Sedesol anticipadamente y nomás nos tiraron con 200 pesos”.

—A ver, explíquenos más despacio. Está Usted diciendo que el diputado federal se quedó con mil 80 pesos que correspondía a cada uno de ustedes…

“Así es, el cheque que cobramos fue de mil 280 pesos, como apoyo que nos dieron para que deshierbáramos el rancho, porque solo estábamos trabajando 4 días y el resto nos descansaban, entonces la semana extra que trabajamos después de los días que laboramos en el programa de Sedesol, no la quisieron pagar porque ya habíamos cobrado, y además nos dijeron que esa semana que trabajamos de gratis era para apoyo del rancho, ¿usted cree que el rancho necesita más que nosotros?”

—Pero, no les recogieron el dinero, ¿verdad?

“No lo recogieron, pero inteligentemente dejaron que cobráramos, y luego nos los descontaron de la nómina de la semana siguiente, como quien dice, trabajamos dos semanas por los mil 280 pesos que cobramos en el programa de Sedesol y fuimos muchos afectados, “échele pluma” de mil 80 pesos por persona, y somos como 300, como 324 mil pesos que se echó a la bolsa el patrón, y a costillas de nuestro trabajo, no es justo ¿no?”

De los jornaleros agrícolas que contactaron a ZETA, uno de nombre Carlos Ibarra, expuso que “ésa era la segunda vez que el diputado Francisco Pelayo Covarrubias hacía lo mismo con dinero de programas federales”.

“Hace dos años también nos descontó, cuando recibimos dinero del programa de Sedesol por las heladas de aquel tiempo. Nos hicieron trabajar toda la semana y no nos pagaron dos días, o lo trabajamos gratis, en solidaridad supuestamente con el rancho. En aquella ocasión el pago fue de mil 180 pesos y solo nos pagaron 500 pesos”, dijo.

Los jornaleros se dijeron “explotados” por el diputado porque mientras él paga el día laborado en 130 pesos, en otros ranchos pagan hasta 200.

—Y si pagan 200 en otros lados, ¿por qué no trabajan en otro lado?
“Porque no trabajo ahorita, están a su máxima capacidad y menos ahora con la crisis que se siente en Comondú”.

Sobre este hecho, ZETA solicitó una entrevista con la delegada de Sedesol, Araceli Domínguez, pero por cuestión de agenda “no pudo establecer una fecha”, no obstante, el vocero de la institución, Abraham Flores, dijo que “la encomienda es que los beneficiarios cobren el cheque en ventanilla, pero si ya tiene el dinero, y firmaron de recibido con puño y letra, y posteriormente, algún patrón les descuenta de su nómina, creo que es un asunto de competencia de la Secretaría del Trabajo”.

El delegado de la Secretaría del Trabajo, Ernesto Álvarez Gámez, fue tajante al ser abordado por este Semanario: “Quien hizo eso es un bandido”.

Sin embargo, el funcionario dijo que desgraciadamente no se puede proceder legalmente al respecto, si oficialmente ningún trabajador ha presentado hasta el momento una queja, “pero vamos a hacer una inspección en el rancho y hablaremos con los trabajadores y si ratifican su queja entonces, podríamos proceder trátese de que se trate”.

La respuesta

Durante una entrevista con ZETA, el diputado federal del PAN, Francisco Pelayo Covarrubias, respondió a las acusaciones de sus trabajadores y dijo que “desgraciadamente la gente metió jiribilla en este asunto, porque querían cobrar doble la misma semana trabajada, es decir, en Sedesol y en el rancho, cuando las reglas de operación son claras”.

El legislador se desligó de cualquier irregularidad y abuso de poder porque “a nosotros ni siquiera nos entregaron el dinero, sino directamente a los jornaleros beneficiados, y quienes primero tuvieron que terminar el trabajo, y después cobrar”.

jornaleros-BCS 6—Pero dicen que en el rancho descontaron el dinero a través de la nómina…

“Eso no es cierto, la gente quiere ver qué saca nomás y me sorprende que nomás me señalen a mí, cuando yo no soy el único agricultor en Comondú, somos más de 700. A los trabajadores les pagaron de forma directa en una oficina fuera del rancho, y ciertamente no se les pagó una semana, porque fue la que pagó Sedesol, pero querían cobrar doble sueldo, y eso no es posible, porque se supone que el programa era de ayuda para los jornaleros, pero también para los patrones, en cuanto al desvare y deshierbe de las siembras siniestradas por las heladas”.

“Así es como funcionó”, dijo y consideró que en “el tema había cierta confusión”.

El legislador subrayó que las pasadas heladas dejaron “temblando” su rancho, por lo que hace un gran esfuerzo en sostener su planta laboral permanente de 120 trabajadores que representan mucho dinero cada semana.

“Las pérdidas fueron terribles a principio de año, y sacamos toneladas y toneladas de tomate siniestrado, a punto de ser recolectado en cantidades industriales, lo que nos puso en una crítica situación”, comentó.

El legislador recordó que últimamente ha reducido el espacio de la siembra “porque cuando no es el clima son las plagas o el precio del producto que coloca a los horticultores en una situación muy crítica y difícil”.

 (SEMANARIO ZETA/  junio 5, 2013/ 

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