jueves, 6 de junio de 2013

EN MULEGÉ, ALCALDE AUSENTE

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Los viajes son necesarios para obtener recursos, afirma Santillán

Guillermo Santillán, presidente municipal de Mulegé, realiza cada gestión de su gobierno personalmente, aunque le cueste el reproche de empresarios y sociedad civil
 
Inés García Ramos
Los ciudadanos de Mulegé reclaman el abandono de su presidente municipal, pero para Guillermo Santillán, su lugar no es en el Ayuntamiento “sentado, recibiendo gente”, sino ir a los lugares necesarios para gestionar recursos para su municipio.
“El primer día como alcalde, fui a La Paz para hablar con el gobernador de nuestros problemas de recursos, he sido un presidente gestor y, si tengo que seguir haciéndolo, voy a seguir saliendo, porque así las cosas las hago yo mismo, y estoy enterado de todo”, afirmó en entrevista con ZETA.

Ese día, Santillán acudió a la capital sudcaliforniana para presentar un proyecto de recuperación municipal de la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT). Más tarde, acudirá a una segunda reunión y de ahí a Loreto para un encuentro con legisladores.

“De lo que menos tengo ganas es de pasearme, pero yo soy quien representa al Ayuntamiento y destrabo los recursos, eso no lo puedo hacer por teléfono y sin que me conozcan”.

El también empresario prefiere las gestiones personales y no a través de sus funcionarios, “si yo soy el que firma”, manifestó enérgico.

La evidencia de su trabajo, por ejemplo, es la obra pública en Santa Rosalía. Inlograble, a su decir, si permaneciera en el poblado, saludando y platicando con la gente. “El recurso y las soluciones para Mulegé están fuera y no dentro”, añadió.

Deudas y más deudas
Al igual que sus homólogos, el alcalde transita entre deudas, arrastradas de administraciones anteriores que suman 720 millones de pesos. Con ZOFEMAT, por ejemplo, existe un adeudo de 5 millones de pesos y 7 millones adicionales por recargos y actualizaciones. Un esquema impagable, afirma, porque cada mes la cifra aumenta.

La solicitud consiste en la condonación de los recargos y actualizaciones por 7 millones de pesos. El primer edil pide recibir la administración de la zona -como en un pasado la tenían- para del recurso obtenido, abonar un 30 por ciento a los 5 millones de pesos restantes de adeudo.

Entre los planes para la zona costera, está la utilización del malecón construido recientemente y su mantenimiento. Son 400 kilómetros de zona federal, de los cuales podrían recaudar -de acuerdo a estadísticas de años anteriores- 5 millones de pesos.

Si el Comité sesiona a favor de la propuesta, entonces Guillermo Santillán tendría que viajar a la Ciudad de México para tratar el tema directamente con la directora general de ZOFEMAT.

Así, un viaje más se añadiría a la lista de los realizados por el alcalde de Mulegé. Ya perdió la cuenta de los que ha realizado, y la frecuencia, explica, no depende de él, sino de lo que las autoridades estatales y federales le indiquen.

Entre sus mayores deudas, y por ende, castigos federales, está el Programa Hábitat. Los recursos obtenidos en 2011 no fueron ejercidos para las actividades requeridas. Una de las primeras acciones del alcalde fue subsanar la deuda.

Cubrimos los adeudos de 2008 a 2011, alrededor de un millón 100 mil pesos de los tres ejercicios anteriores. El recurso obtenido a través de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) fue de un millón 500 mil pesos; prácticamente, Mulegé solamente obtuvo 400 mil pesos de ganancia, pero muy útiles.

De esa forma, se compró uno de los dos camiones recolectores de basura modelo 2013 que hoy operan en el municipio frontera con Baja California.

Otro acuerdo fue el realizado con la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La deuda de la administración anterior llegó a los 29 millones de pesos. Con el gobierno estatal como aval, Ayuntamiento se comprometió a pagar en tiempo y forma el consumo actual; la misma cantidad pagada se considerará para liquidar lo anterior.

Así, cuando el actual Ayuntamiento llegue a los 29 millones de pesos, la deuda histórica quedará subsanada. El promedio de consumo anual es de 2 millones de pesos, por lo que el alcalde espera que en poco más de un año, la CFE y Mulegé empiecen una cuenta desde cero.

Guillermo Santillán pensó que su llegada a la administración municipal sería diferente. Imaginaba un municipio con recursos suficientes, con la única tarea de administrarlos. “Es lamentable, no hay recursos federales ni estatales de las delegaciones. No te dan nuevo acceso hasta que pagues ese rezago, y es por una mala administración anterior”, opina.

Este año, Mulegé recibió por primera ocasión recursos del Subsidio para la Seguridad en los Municipios (SUBSEMUN), 12 millones 500 mil pesos. La primera entrega fue por 4 millones de pesos para realizar un diagnóstico de seguridad, plan de acción, programas de prevención y adquisición de patrullas.

Los programas, asegura, están enfocados a la atención de jóvenes, principalmente enfocados a detener las extorsiones telefónicas. Los vehículos por adquirir son seis patrullas tipo pick-up, un automóvil y una motocicleta. “El resto del recurso (7 millones 500 mil pesos) lo aplicaremos respecto al Plan de Acción y el diagnóstico”, complementó Santillán.

También refirió que de esa forma, se atiende la zona sur del municipio, mientras que la parte norte – Guerrero Negro, Pacífico Norte, Vizcaíno y San Ignacio – se trabajará a partir del fideicomiso del Estado. El objetivo es tener en cada una de las comunidades, un vehículo nuevo para asegurar vigilancia permanente.

mulege 3Recorte de personal y mejores sistemas

Son cuatro quincenas las que el alcalde debe a empleados compensados y funcionarios de confianza. Cuando recibió el municipio, debía pagar 17 millones de pesos de nóminas atrasadas.

Con un presupuesto anual de 217 millones de pesos, el 87 por ciento se destina al pago de la nómina de mil 482 empleados municipales (5.5 millones de pesos quincenales).

De acuerdo a los análisis solicitados, el Ayuntamiento de Mulegé funcionaría eficientemente con 600 trabajadores, casi la mitad de los contratados.

Sin recursos suficientes -Santillán calcula 70 millones de pesos- para liquidar a los trabajadores “que yo contraté, pero ahí están”, dice a tono de broma que lo único que puede hacer es llorar: 

“La Federación no va a dar (los recursos), el Estado tampoco tiene y nosotros seguimos batallando con el sistema económico que nos dejó la pasada administración”.

Por el momento, Guillermo Santillán prefiere enfocar su atención a la tramitación de un crédito para modernizar los sistemas y bases de datos de Catastro, el Registro Público y Obras Públicas. Sería a través de Banobras y por 30 millones de pesos.

La necesidad de hacerlo, insiste, “jamás se han digitalizado o sistematizado las áreas del Ayuntamiento”.  Ejemplificó que hay 17 mil cuentas registradas en Catastro, pero estudios independientes le indican la existencia de hasta 45 mil.

Actualmente, todos los registros están en libros municipales. Los cobros no se han actualizado y tampoco existe una cultura de acercamiento por parte de los ciudadanos. “Deberíamos, como municipio, tener otras preocupaciones o acciones de gobierno que no fueran tan básicas, pero así estamos”.

Con áreas recaudatorias eficientes, el primer edil confía en generar mayores recursos para el municipio, así como resolver los problemas de tenencia de la tierra. A pesar de que no revisara las cuentas anteriores, porque prefiere actualizar el sistema y comenzar una nueva base de datos, tiene conocimiento de irregularidades en el cobro del Impuesto Predial.

Otro cambio en los sistemas municipales fue el ajuste del cobro de agua, medida que, asegura el presidente municipal de Mulegé, le ganó la desaprobación y malestar de sus gobernados, especialmente de los comerciantes.

Habló, por citar un caso, de un hotel que consumía 600 pipas de agua al mes, pagando 800 pesos de agua. Desde que se instaló el medidor, el recibo a pagar alcanza los 35 mil pesos. “Son parámetros que establecimos, de acuerdo a los costos de distribución, pero no los han atendido”, sostuvo el alcalde.

Del Consejo Ciudadano de Guerrero Negro, que ha publicado desplegados en diarios estatales para denunciar el abandono del presidente municipal, éste se defiende: “Los he atendido y platicado con ellos alrededor de diez veces, pero su descontento surgió de la adecuación a las tarifas del agua”.

Agregó que el servicio estaba subvalorado en las administraciones anteriores, los índices de consumo al mes se mantenían igual, y esto recayó en deudas de millones de pesos para el municipio.

De los acuerdos surgidos, se estableció el parámetro de 18 metros cúbicos como cuota mínima de consumo. El cobro es de 185 pesos para uso doméstico y alrededor de 200 pesos para los comercios.

El servicio de agua potable alcanza al 90% de la población municipal. Se está trabajando en la colocación de tres mil medidores, adquiridos por la administración anterior.

Parte de los esfuerzos están encaminados en crear conciencia del consumo de agua. En viviendas se consumen hasta 45 metros cúbicos de agua, mientras que en poblaciones como La Laguna y San Francisco de la Sierra, hay más de tres mil habitantes que requieren de pozos para conseguir agua.

“A mí no me importa que me paguen el recibo por alto que sea, sino que aprendan a medir su consumo”, advirtió. En Vizcaíno, uno de los seis poblados sin acceso a agua potable, se trabajará en una obra de 5 millones de pesos para instalar una red de distribución para 250 familias.

Las comunidades en la zona norte del municipio son las más carentes de servicios. El munícipe lo sabe, pero reconoce que los esfuerzos se han quedado cortos. “Estamos trabajando con el Estado de Oaxaca, directamente con su gobernador, Gabino Cué, para atender a la población oaxaqueña”, compartió Santillán, quien una vez más, hizo referencia a Vizcaíno, zona mayormente agrícola, y sobre los avances para la atención de las necesidades como alumbrado público y mejores accesos, reconoció no haber “logrado nada con ellos”.

Pero presume los 2 millones de pesos destinados a programas culturales en 2012, también los 9.2 millones para el impulso al deporte. Están también los 2 millones de pesos recibidos del Fondo de Pavimentación y Espacios Deportivos para Municipios (FOPAM), y los 10 millones que recibirán este 2013.

De igual forma, calificó como rumores las acusaciones del recurso no utilizado y obtenido a través de la exportadora de sal: “Los presidentes municipales anteriores recibieron ese beneficio, pero el año en que fui elegido (2011), la Dirección General de la empresa decidió ya no repartir utilidades ni dividendos para Mulegé”.

De los 11 millones de pesos que recibían los anteriores ayuntamientos, Guillermo Santillán dice no recibir ni un peso. Pero ese tema lo tiene tranquilo, pues presume que la deuda de su municipio apenas rebasa los 7 millones de pesos, un mínimo en comparación con los 120 millones de sus antecesores.

Optimista, el funcionario comparte sus planes por fortalecer a Mulegé: “Queremos hacer a Santa Rosalía, Pueblo Mágico, ya nos presentamos en la Embajada de Francia, en la Ciudad de México, con un proyecto de rescate arquitectónico”.

“¿Será entonces un viaje más que realice?”, se cuestionó a Guillermo Santillán, para concluir:

“Regresaré cuando requieran que vaya, pero todo eso, tengo yo que hacerlo y generarlo, no hay de otra”.

(SEMANARIO ZETA/ junio 5, 2013 /

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