miércoles, 28 de diciembre de 2011

LA SIERRA SINALOENSE GRITA: ¡¡YA BASTA!!






  
Pobreza, violencia, hambre, desnutrición, desempleo, atropellos, drogadicción…


Alejandro Sicairos 
Pareciera, a simple vista, un membrete más que se nutre del oportunismo en el proceso electoral en marcha, pero observado a profundidad, toma forma una especie de rebelión de las comunidades serranas que le gritan un “¡ya basta!” a los gobiernos que las han condenado a la pobreza extrema.


Aglutinando a ejidatarios, agricultores, comerciantes, ganaderos, ecologistas, transportistas, jubilados y profesionistas que se enlistan para ir al rescate de los altos de Sinaloa, el llamado Movimiento de la Sierra no nació balbuceando sino gritando.

Al integrarse, en septiembre pasado, fue declarado como un movimiento apartidista y desautoriza a cualquiera de sus integrantes para empuñar alguna bandera política o comprometerse con alguno de los partidos o precandidatos.

“Es una organización que por medios pacíficos, a través de la gestión y las posibilidades legislativas convoca al esfuerzo colectivo para recuperar la sana convivencia física y social entre las personas que habitan la sierra sinaloense, como producto de la reorganización de las fuerzas productivas, económicas y culturales dentro de las mismas comunidades”, se establece como objetivo fundacional.

“No será un torbellino humano que sirva de cañón político ni acudirá a las dependencias públicas a derribar puertas y golpear funcionarios. Actuaremos con virtudes de solidaridad ante las instituciones que pretendemos auxilien y acompañen este proceso de pacificación y desarrollo de la sierra”, puntualiza.

En ello coincide Antonio Rojo Castro, miembro de la Asociación de Agricultores del Valle del Río San Lorenzo y de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, quien señala que es impostergable nivelar a la sierra con el desarrollo que registran los valles para atender los desequilibrios existentes.

“Ya estuvo bueno que se hagan buenas intenciones que se quedan en el papel y que nunca aterrizan. Es importante dejar el esquema ese de regalarle dos chivos, dos árboles de limones y una despensa a la gente de la sierra. Eso no alivia nada; hay que tomar medidas en serio y en conjunto para que avance aquella región”, opina.

Al igual que Rojo Castro, son varios los sectores que claman entrarle de lleno al rescate de la serranía sinaloense, dejando de llevar allá solamente paliativos y retrasando los proyectos detonantes.

La coordinadora del Movimiento de la Sierra la encabeza Carmelo Galindo López y la integran también Cruz Mendoza, por parte de la Central de Abastos; Joel Retamoza López, por la Alianza Ambientalista Sinaloense; Ignacio León Ojeda, de la Asociación Ganadera Local de los Altos; Humberto Gamboa Noriega, dirigente de la Unión del Transporte Rural; Enrique Valenzuela, representante de los economistas; José Luis Mendoza, de los jubilados del SNTE; Jesús Murillo, del Comité Municipal Campesino número 16 y José Ernesto Becerragómez, líder de la Asociación de Cabalgadores del Estado de Sinaloa. En cuanto a los habitantes de los altos, aglutina a alrededor de 10 mil personas de los 12 municipios serranos, al iniciar la fase de incorporación de ese sector rural.

Todos coinciden en que la zona serrana aparece poco, o de plano no es tomada en cuenta en los planes de desarrollo estatal que elaboran los gobiernos en turno. 



“¿Esa región no forma parte de Sinaloa? Lo que es un hecho es que el aumento del nivel de pobreza es intolerable y que el preocupante fenómeno de la violencia se apodera de pobladores y comunidades. ¿Vamos a seguir de manos cruzadas?”, cuestionan.


Carmelo Galindo. Batalla contra el abandono
“Error trágico, abandonar a la sierra”


Es como si la zona de los altos gritara desesperadamente, por el abandono en que la tienen y por el olvido a que la han condenado los políticos, dice Carmelo Galindo López, coordinador general del Movimiento de la Sierra que aglutina a organizaciones y habitantes de la cordillera sinaloense, desde Choix hasta Escuinapa.

“¿Qué le han dado a la sierra? Nada. Por ejemplo de los recursos petroleros ¿qué le ha tocado a la sierra en los cien años que lleva Pemex? Ni un centavo. De esa región se acuerdan nada más cuando hay elecciones y después… el desamparo”, reflexiona.

Dice que el Movimiento de la Sierra aun cuando nace en una coyuntura electoral, se aislará de los procesos políticos y si acaso se abrirá a que los candidatos de los distintos partidos a la Presidencia de la República firmen un compromiso de ir al rescate de la región alteña de Sinaloa, en caso de ganar la elección de 2012.

Egresado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, Carmelo Galindo tiene también maestría en Gestión y Política Pública. Ha desempeñado cargos y dado asesoría sobre el desarrollo rural y es el autor del programa Rescate de la Sierra que emprendió en el 2007 el gobierno de Jesús Aguilar Padilla.

Ninguno de los integrantes de este movimiento, aclara, busca un puesto político, pero sí incidir para que se promulgue una ley exclusiva para la serranía sinaloense, con una serie de medidas que impulsen el desarrollo, la seguridad y las oportunidades de educación y salud en aquellas comunidades.

“En un sistema tan violento, de pérdida de legalidad como el que estamos viviendo, sería un error muy trágico no ponerle atención a la sierra. Ya no hay tiempo para equivocarnos otra vez en cuanto a acciones que salven a esa gente, a esa parte del territorio estatal”, agrega.

—¿Se trata de otro organismo electorero que naufraga en cuanto pasan las elecciones?


—De ninguna manera. Sí creemos que es el momento de salir a la luz pública en un trabajo que lleva muchos años y que expone el sentimiento de desamparo que existe en los habitantes de los altos. Por eso decimos que el movimiento para salvar a la sierra tiene que ser plural, laico y democrático, además de transparente y pensando en el bien común. Meternos a una competencia electoral tan rígida sería como matar a este movimiento al momento de nacer.

—¿Qué es lo que los empuja? ¿Quién está detrás?


—Nos empujan las condiciones de pobreza extrema, de inseguridad y la ausencia de oportunidades para los jóvenes y niños que viven en la sierra. Decimos que urge un proceso de reestructuración de las políticas públicas hacia la sierra y que se implemente un plan para reactivar la economía rural, generando empleo, detonando proyectos productivos de los mismos habitantes, abatir la emigración y detonar el potencial que hay, tomando en cuenta que en esta zona están las principales fuentes de energía renovable.


Educación. Oportunidades escasas

El lamento de las montañas

En los fundamentos con que nace el Movimiento de la Sierra se presenta una especie de diagnóstico de la situación de atraso que padece esa parte de Sinaloa. Según los organizadores, fueron tomados de viva voz de los lugareños. Los siguientes son los principales:

—Que la gente de la sierra no tiene ya para comer.


—Que su ganado lo están malbaratando por falta de alimento y agua.


—Que los tres niveles de Gobierno no incentivan la creación de empleo e ingreso, ni se invierte en infraestructura indispensable para la producción. No hay fuentes de trabajo permanente ni la intención de crearlas. No hay programas.


—Evidentemente urge invertir para atender inmediatamente lo social, lo productivo y lo cultural. La soberanía alimentaria debe ser un propósito para las comunidades de la sierra. Pueden lograrlo, pero necesitan mucho apoyo.


—Que la sierra se ha transformado en una fábrica de problemas sociales y qué puede esperarse cuando el abandono de las instituciones públicas ha sido toda la vida. La cultura del esfuerzo no basta para salir de pobre, se requiere interconectarse a la base del capital social.


—No obstante que la sierra posee abundantes y valiosos recursos de uso económico, no se aprovechan porque el atraso tecnológico y la escasez de vías de comunicación eficientes son las constantes. En ninguna región serrana están sus comunicaciones en óptimas condiciones.


—Que los grupos vulnerables de la sierra viven una marginación mayor que en los valles y centros urbanos y tampoco disfrutan de una política social complementaria.


—Que la pérdida de los recursos ecológicos es una realidad (agua, bosque, bancos mineros, etcétera).


—Que la sierra es propicia para reproducir proyectos de energía renovable, legumbres, huertos, minería, pequeña agroindustria y turismo rural. Porque su gente es talentosa y trabajadora que no tiene mercados cercanos ni transporte y sin embargo la demanda de recursos urbanos es creciente.


—Que los derechos humanos de los habitantes de la sierra constantemente son violados e ignorados sin defensa de los órganos creados para ello.


—Que en la sierra urge atender los efectos que dejan la violencia y las dificultades económicas.


—Que los niños, mujeres y adultos mayores resultan ser los más afectados del mal del siglo XXI (la guerra contra el narcotráfico y su economía). 



Por múltiples factores como la pobreza, violencia y falta de oportunidades, se fomenta el crecimiento de la prostitución, el uso de alcohol y drogas, con efectos de salud pública, ruptura familiar, madres solteras adolescentes y desnutrición infantil.

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