lunes, 19 de diciembre de 2011

LA PROLE EN LAS REDES SOCIALES





  
José A. Ríos Rojo   
La Revolución industrial no solo significó un crecimiento descomunal de la producción y la oferta de bienes y servicios, sino que aceleró las comunicaciones entre los seres humanos. 


Antes de la Revolución Industrial las noticias llegaban de boca en boca, gracias a viajeros y vagabundos. 


La noticia de la toma de la Bastilla (14 de julio de 1789) tardó 13 días en llegar a Madrid y 14 a Péronne, una ciudad de Francia interior situada solamente a 133 kilómetros de París.


La aparición del correo en el siglo XVIII produjo una revolución en las comunicaciones. Las cartas se hicieron frecuentes. La comunicación era lenta y esporádica. Hoy las cosas han cambiado.

La gran revolución de la informática llegó con la Internet. En 1968, año en que sucedieron muchas cosas, cuando una computadora de la Universidad de California se conectó a una red llamada ARPANET, que permitió que se le pudiera consultar desde sitios remotos, se pusieron las bases de la mayor transformación en la historia de las comunicaciones. El parroquianismo y las tradiciones tienden a desaparecer. Hoy el ser humano accede a una información que ha cambiado en cantidad, velocidad y diversidad. Hoy en día millones de personas intercambian mensajes, sensaciones, sentimientos e imágenes por la red. Su temática es cada vez más variada al mismo tiempo que focalizada.

Uno de los grandes problemas en la política actual es el gran abstencionismo que se presenta cuando llega el momento de elegir un representante popular. 



La mayoría de los casos de estudio de esta problemática han sido las propuestas poco interesantes de los diferentes partidos o de sus candidatos, que diseñan campañas de manera tradicionalista basado en radio y televisión y apenas con una pequeña introducción al Internet, desaprovechando la inmensa cantidad de población votante que se encuentra todos los días navegando en esta gran red, de la cual los estudios han demostrado que son en su mayoría jóvenes entre los 18 y 30 años de edad y que tienen una actividad en la red de aproximadamente cinco horas diarias.

Es en la red donde el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, ha sufrido el más grande golpe político de los últimos meses. Cientos de miles de e-mails (quizá millones), de videos en el Youtube, de mensajes en el Facebook y en Twitter, han hecho que los ciudadanos se enteren de la ignorancia de esta persona que quiere ser presidente de México.

Es en las redes sociales donde la izquierda mexicana tiene que abrirse espacio, lugar donde millones de jóvenes navegan durante horas, donde se intercambian la información, donde los jóvenes debaten, donde el discurso racista de los hijos de la clase gobernante se desenmascara.

Fue en los periódicos, pero principalmente en las redes sociales donde se puso al descubierto que Peña Nieto es tan solo un producto de esos milagrosos, fabricado por Televisa. Su ignorancia es muy grande, tan es así que el escritor Carlos Fuentes ha comentado que no debe ser presidente de México, pues que tema podría platicar con Barack Obama o con la presidenta de Alemania, Ángela Merkel.

Los nuevos votantes están en las redes sociales, es el espacio donde hay que aprender a navegar, intercambiar información, convencer, donde hay que dar la pelea por la Presidencia de la República en el 2012.

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