lunes, 19 de diciembre de 2011

EL CLOUTHIER QUE ESTAMOS POR VER


Alejandro Sicairos   
En torno a Manuel Clouthier Carrillo —un hombre de planteamientos estridentes e insubordinación demoledora— gravitarán las campañas de todos los candidatos que el Partido Acción Nacional postule para disputar los escaños que a Sinaloa le corresponden en la Cámara de Diputados y en el Senado. Es la prueba de fuego para el hijo del Maquío porque según sea el resultado electoral, a él le corresponderán gran parte de los laureles del triunfo o las espinas de la derrota.


De igual forma le tocará cargar con la pesada carga de un PAN con una deformación ideológica y programática derivada de un ejercicio del poder que reedita el más denigrantes modus vivendi de aquellas dictaduras perfectas con las que el Partido Revolucionario Institucional llevó a México, y a Sinaloa por supuesto, a la quiebra en todos los sentidos, a tal grado de que hoy un amplio sector electoral postula volver a poner las riendas del país en manos de priistas.

Una vez que le toca pasar la prueba de las urnas habrá que ver cuál Manuel Clouthier le será ofertado a los votantes. A los políticos nunca se les termina de conocer sino hasta después de pagar las consecuencias que generan sus errores. Se trata, aquí y en China, de una rara amalgama de actitudes que casi siempre inician con la propuesta paradisiaca del nunca más un sufrimiento y concluye invariablemente con la alta traición del “jódanse todos” asestada a aquellos que le brindaron la confianza.

¿Será Manuel Clouthier un político de esa calaña? Los primeros indicios dicen que no. En su breve proceder como diputado federal concedió el privilegio de la duda primero al presidente Felipe Calderón y después al gobernador Mario López Valdez, pero en cuanto vio pisoteadas las expectativas que ambos generaron los señaló con índice de fuego, poniéndose al lado de las masas primero deslumbradas y luego decepcionadas. Es decir, se equivoca pero rectifica.

El día que se registró como pretenso a la postulación panista al Senado le imprimió el sello controversial a su aspiración. Encaró a los panistas con credencial que actúan como militantes del PRI, fustigó la alianza de Mario López Valdez con Juan Millán Lizárraga que quiere apoderarse del PAN a través de corromper al partido y recordó que hay “tiranos que ahora se ríen de Acción Nacional porque no cumple su función de partido disidente”.

Es un hecho que a Clouthier no le gustan los bozales ni las trancas. Ruidoso en su paso por cualquier circunstancia ha sufrido en carne propia los abusos de los gobiernos en turno y ha vivido la experiencia amarga de sentirse en la mira del crimen organizado sin contar, como no lo tiene el ciudadano común y corriente, el amparo de ejércitos de guaruras que blindan la seguridad de unos cuantos privilegiados. En medio de la unanimidad elogiosa que se compró para sí Juan Millán de 1998 a 2004, la de Clouthier fue una voz discordante y por lo tanto demasiado incómoda para el entonces gobernador.

Sin embargo, es ahora su temperamento y rebeldía lo que asusta a los panistas. El mismo Andrés Manuel López Obrador se vio precisado a bajar el tono beligerante de su propuesta política y revestirla de un sesgo amoroso, lo cual se ve poco factible en un Clouthier que para tiempos nuevos adopta el mismo estilo que su padre acuñó hace más de dos décadas, cuando México se resistía a transitar a la democracia.

Es verdad también que a Sinaloa le urge una voz que rompa el silencio de los pusilánimes. Que discrepe del meloso cuento del aquí no pasa nada que a diario recita el gobierno panista de López Valdez. Que le diga al presidente Calderón que en la tierra de los once ríos la guerra la va ganando el crimen organizado. Que cimbre las componendas desde el Gobierno, empecinado en ser la boyante fábrica de nuevos ricos. Gritos fuertes que enseñen a Malova que la crítica no es necesariamente ofensa o rivalidad.

Ya sin Alejandro Higuera Osuna robándole reflectores, habremos de ver a Manuel Clouthier marcando la pauta y el ritmo al proselitismo de los candidatos panistas. Entonces sabremos de qué convicciones está hecho el temple de su consistencia ética, si sostiene su resistencia a transar y si las urnas forjan a un líder o paren a otro charlatán de la política.

Re-verso
¿Habrá de surgir, al fin,
no el gritón estrepitoso
ni el consabido paladín
sino aquel líder exitoso?

Tiempo de transas
Los diputados priistas siempre han sido mucho ruido y pocas nueces. Cuando amenazan con echar abajo alguna iniciativa del gobernador casi siempre acaban negociando y sacándole provecho personal a las coyunturas. A pesar de hallarse ante la mejor oportunidad de empezar a demoler los estigmas que los denigran, hay que ponerle el ojo encima a la postura que traen de cero tenencia para todos en Sinaloa. Es que son capaces de salir con cualquier cosa.

Fiesta en casa
Calado en el periodismo de investigación y de alto riesgo, Martín Durán, reportero de Ríodoce, recibió el premio que la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Asociación de Comunicadoras y la Asociación de Periodistas 7 de Junio otorgaron a varios compañeros del gremio. Enhorabuena Martín, felicidades a todos, por este aliciente que les llega en un momento sombrío para el diarismo.

 

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