"En
total, se trata de una cifra absolutamente enorme", declaró el ex ministro de
Educación Wim Deetman, al publicarse el informe de la comisión que él preside,
aclarando sin embargo que se trataba de una simple estimación. "La cifra exacta
no puede ser calculada", agregó.
"La
Iglesia católica holandesa sabía lo que sucedía y trató de resolver el problema,
pero eso no funcionó", explicó Deetman durante una conferencia de prensa en La
Haya. Los abusos sexuales iban de "ligeros contactos físicos" hasta la
"penetración", precisó.
Basándose
en los archivos de las instituciones católicas, aseguró que el problema de los
abusos sexuales "estaba en la agenda de las reuniones episcopales" desde los
años 40.
"Esto nos
llena de vergüenza y de pena", dijo la Conferencia Episcopal al conocer los
datos. Y subrayó que "los obispos y los dirigentes de la Conferencia de los
Institutos Religiosos holandeses están conmocionados por los abusos sexuales de
menores y las prácticas descritas en el informe final".
"Los
autores no son los únicos que deben ser censurados, las autoridades religiosas
no reaccionaron adecuadamente y no privilegiaron los intereses de las víctimas",
reconocieron los líderes actuales de la Iglesia católica en Holanda.
Después
de que se conocieran varias denuncias de abusos sexuales, la Conferencia
Episcopal holandesa y la Conferencia de los Institutos Religiosos holandeses
anunciaron el 9 de marzo de 2010 que querían una investigación "amplia, externa
e independiente" sobre el período de 1945 a la actualidad.
Las
estimaciones relativas al número de víctimas fueron efectuadas fundamentalmente
gracias a una investigación realizada entre más de 34.000 holandeses de 40 años
y más, representativos de la sociedad de ese país.
Sobre la base de unos 1.800
casos fueron identificados unos 800 presuntos autores de abusos sexuales en la
Iglesia católica holandesa, principalmente sacerdotes y religiosos, pero también
laicos. Al menos 105 de ellos todavía viven, según la comisión.
Las
eventuales acciones judiciales, por hechos que a menudo han prescrito,
"pertenece a la fiscalía", subrayó Deetman.
La
comisión explicó la pasividad de las autoridades religiosas fundamentalmente por
el "tabú" que la sexualidad representaba en la sociedad hasta los años 60, como
así también por una estructura administrativa y una cultura "cerradas" dentro de
la Iglesia católica.
"Además, la
gente simplemente no podía creer que un religioso pudiera hacer eso", destacó
Deetman.
"La
problemática de los abusos sexuales era conocida por las órdenes (religiosas) y
las diócesis de la Iglesia católica holandesa", indicó el informe de la
comisión. "Pero no se llevaron a cabo acciones adecuadas" para impedirlo, agregó
el informe de la comisión Deetman.
Una
comisión encargada de aconsejar a la Iglesia católica holandesa sobre la
indemnización que debían recibir las víctimas recomendó el 20 de junio pasado
pagarles -en función de la gravedad de los abusos- hasta 100.000 euros.
"Los
procedimientos e indemnizaciones no bastan", destacaron los obispos, afirmando
que querían instaurar "códigos de conducta" y "programas de prevención".
Aunque la
comisión Deetman sostuvo que no había un "vínculo directo" entre los abusos
sexuales y el celibato de los sacerdotes, reconoció que este último significaba
un "riesgo" y provocaba "una necesidad de sexualidad".
La
Iglesia católica está conmocionada desde hace varios años por una serie de
escándalos vinculados a la pedofilia, sobre todo en Austria, Bélgica, Irlanda,
Alemania y Estados Unidos.
En 2004,
por ejemplo, una investigación criminal estableció en 4.400 el número de curas
pedófilos en Estados Unidos entre 1950 y 2002, y en 11.000 la cantidad de niños
que fueron sus víctimas.
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