MÉXICO,
D.F., (apro).- Turquía aún sufre los efectos de un ataque suicida ocurrido el
20 de julio pasado y que cobró la vida de 32 jóvenes estudiantes y activistas,
quienes se dirigían a realizar proyectos comunitarios y ayudar a la
reconstrucción de la ciudad kurda de Kobane, en Siria, tras la guerra librada
ahí contra el Estado Islámico (ISIS) desde el 2014.
El
gobierno turco habría usado el ataque para comenzar una guerra no sólo contra
ISIS, sino contra kurdos e izquierdistas opositores al régimen del Partido de
la Justicia y el Desarrollo (AKP), comentaron a Apro integrantes de la
Federación de la Asociación de Juventudes Socialistas (SGDF), organización a la
que pertenecía la mayor parte de las víctimas del atentado.
“Ahora
entendemos que este ataque no era sólo contra nuestra federación”, denuncia
Fatma Edem, integrante del SGDF.
“Comenzaron
a atacar gente en nombre de la guerra contra el terrorismo” opina también
Gülşah Gülen, columnista del periódico independiente Kaldıraç.
Cinco
días después del atentado, además de bombardear posiciones de ISIS en Siria, el
gobierno turco bombardeó campamentos de la guerrilla del Partido de los
Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Irak, rompiendo la tregua que había con el
grupo armado desde que comenzó un proceso de negociación de paz en 2012.
De
acuerdo con una nota de la cadena árabe Al Jazeera publicada el mismo 25 de
julio, la policía turca llevó a cabo el jueves 23 de julio redadas contra 100
locales supuestamente pertenecientes a ISIS, pero también de “grupos armados
kurdos e izquierdistas” en diversas partes. El saldo de las operaciones en 13
provincias tan sólo ese día fue de 251 detenciones, reportó Al Jazeera. Para el
sábado 25 de julio había más de 500 detenidos.
Los
entrevistados también recuerdan que después de la masacre hubo manifestaciones
en diversas ciudades de todo el país en las que se protestaba y exigía justicia
por la muerte de los 32. La policía repelió a los inconformes con tanquetas de
agua y gas lacrimógeno.
Gülşah
Gülen relata que los funerales de los estudiantes también fueron vigilados por
la policía. Se quitaron pósteres, se destruyeron memoriales, se prohibieron
manifestaciones con el argumento de que no había permiso legal para
realizarlos.
Desde
el 25 de julio diversos medios fueron prohibidos y no se pueden consultar en
Turquía. Algunos de ellos son sendika1.org, diclehaber.com, anfenglish.com.
De
acuerdo con el reportaje “La activista de 20 años que murió tratando de ayudar
a reconstruir una ciudad”, elaborado por la red de periodismo ciudadano Global
Voices, además de estudiantes en la caravana Reconstruir Kobane había
supervisores electorales, activistas y un candidato al Parlamento.
Sus
200 integrantes querían construir un colegio, una biblioteca y un parque, pues
con una campaña recolectaron despensas para la población kurda, además de
libros y juguetes.
El
reportaje presenta un perfil de una joven de nombre Hatice Ezgi Sadet, cuya
cuenta de Instagram se hizo famosa después del atentado (@ezgisadet). Hatice y
sus compañeros cargaban una pancarta que decía: “Lo defendemos juntos, lo
estamos construyendo juntos”. Terminaban una conferencia de prensa, cuando
sobrevino la explosión cuyo móvil todavía no queda claro.
“Nunca
preguntaron cómo protegernos. Ahora nos preguntamos: ¡Dónde estaba la
policía?”, pregunta Fatma.
A
la fecha, nadie se ha adjudicado la explosión ocurrida en el Centro Cultural
Amara, en la ciudad oriental de Suruç (ubicada a 15 kilómetros de Kobane). Una
nota de la BBC publicada el 26 de julio titulada “Tensión en Turquía por muerte
de estudiantes en ataque suicida”, asevera que la prensa local difundió
información de que la atacante era kurda, pero de ISIS.
La
misma nota asevera que la guerrilla kurda reivindicó un ataque el miércoles 22
contra dos agentes de seguridad turcos acusados a su vez de colaborar con ISIS
en el ataque de Suruç.
Fatma
Edem cuenta que el primer ministro Davutoğlu fue a ver a sus compañeros
heridos, pero éstos le pidieron que se fuera. Ese mismo día la policía tomó a
tres personas en custodia adentro del hospital. Una era la madre de una persona
herida y dos eran sus compañeros.
“Nadie
del gobierno estuvo en el ataque cuando generalmente fuerzas del gobierno ven
las protestas, conferencias de prensa, todo. Y toman notas, pero ahora no”,
platica Gülşah Gülen.
El
estudiante Ozan Corbazi recuerda y se pregunta:
“El
gobierno sabe cuándo pintamos una barda. ¿No sabía de un miembro de ISIS con
bombas que entra a un edificio de cultura con alta seguridad y accede a una
conferencia de prensa?”
MOTIVOS ELECTORALES
Desde
el 2014 medios como ABC y El País han publicado diversas notas con los títulos:
“Erdoğan (el presidente turco) busca una Turquía de régimen presidencialista” o
“Erdoğan da un paso más hacia el presidencialismo”. De acuerdo con la
Constitución de 1982, el presidente es el jefe del Estado, pero no del
Ejecutivo. El actual presidente tendría aspiraciones para ampliar su rango de
acción.
El
27 de agosto Global Voices publicó una columna llamada “¿Está Turquía
regresando a los temidos noventa?”, en la que hace referencia a la época de los
más duros enfrentamientos entre el PKK y el Ejército turco.
El
texto dice que entre el 20 de julio y el 20 de agosto unas 140 personas han
muerto en Turquía, especialmente en zonas kurdas, y el tiroteo y la explosión
de una granada este miércoles 19 en el Palacio Dolmabahçe.
También
menciona que la violencia ha comenzado desde las elecciones de junio, en las
que el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), una plataforma de
organizaciones sociales fundada en 2012 y de filiación pro-kurda, vivió más de
100 percances en las pasadas elecciones pero obtuvo 10% de las votaciones, lo
cual quitó la mayoría parlamentaria del AKP.
Turquía
tendrá entonces que ir de nuevo a elecciones el 1 de noviembre tras el fracaso
de negociaciones para formar un gobierno de coalición. “Esto puso en duda el
plan de Erdoğan de cambiar la Constitución turca a un sistema presidencial con
mayoría parlamentaria”, dice el texto.
Sin
embargo, Gülşah Gülen opina que el atentado ha generado sentimientos
nacionalistas en Turquía inflamados por el AKP.
Además,
Fatma ve un móvil electoral en el uso de la tragedia dirigido a ganar
popularidad:
“Quieren
continuar la guerra antes de las elecciones. Creen que de esta manera pueden
obtener lo que quieran. Primero un gobierno de un solo partido y luego un
gobierno presidencial”.
DESDE GEZI
Pero
el ataque terrorista en contra de los activistas no es el primer problema que
enfrentan quienes se organizan en Turquía. Los gobiernos del AKP reprimieron
brutalmente con imágenes de tanques de agua disparando contra gente indefensa
que dieron la vuelta a todo el mundo las protestas del parque Gezi (mayo de 2013).
También
se llevaron a cabo manifestaciones de mujeres bajo el hashtag #OzgecanAslan por
la rampante tasa de feminicidios del país en febrero de este 2015.
En
2014, Turquía obtuvo el primer lugar en una lista de los países que más
periodistas encarcela en el mundo. La lista fue elaborada por Reporteros Sin
Fronteras y Freedom House.
Incluso,
Proceso publicó en 2013 el texto “Turquía, prisión de la palabra”, donde se
explica que el gobierno ejerce una “extendida persecución y encarcelamiento de
periodistas que tiene a la libre expresión en un punto crítico”. En ese
entonces, en el país había 76 periodistas presos.
OZAN CORBAZI CUENTA:
“En
Turquía no podemos caminar de un punto a otro con banderas o pancartas porque
las marchas están prohibidas desde hace meses. Nos disparan con balas de goma y
gas en el Oeste y con balas reales en la parte del Kurdistán. Una cuarta parte
de los estudiantes no tiene empleo. Se destruye buena parte de la naturaleza,
por eso empezó la protesta en Gezi, por un parque”.
En
las próximas elecciones, el HDP puede obtener buena parte del electorado
juvenil, reitera Fátima. Gülen, quien opina que después de la defensa del
parque Gezi hay más respuesta de la sociedad:
“Tiene
la mente abierta. Hoy al menos la gente ya no cree todo lo que se dice en la TV
y ahora la gente está buscando qué pensar y qué hacer”.
Sobre
la reconstrucción de Kobane que quedó pendiente, la SGDF menciona que ahora
están en una campaña para cubrir los gastos médicos de los heridos y para las
familias de quienes fueron asesinados. Aun así, enviaron a este reportero una foto
en turco cuya traducción describe:
“Kobane,
regresaremos a ti”.
(PROCESO/
JESÚS ALDABI OLVERA/ PRISMA INTERNACIONAL/ 28 DE AGOSTO DE 2015)
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