A
lo largo de la frontera entre México con California hasta Arizona, en el
drenaje de Culiacán, Sinaloa, y debajo del penal Altiplano en Almoloya de
Juárez, Estado de México, Joaquín Guzmán Loera extendió una red de pasadizos
subterráneos tanto para distribuir droga como para escapar de las autoridades.
El capo más buscado del mundo, descubrió en la ingeniería su mejor arma y
herramienta
Un
cuarto de menos de ocho metros cuadrados con cama y mesa de concreto, regadera
e inodoro incluidos, fue el espacio donde Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera
esperó durante un año y 139 días, mientras debajo de él y del Centro Federal de
Readaptación Social Número 1 Altiplano, se cavaba un túnel para su fuga.
El
líder del Cártel de Sinaloa ocupaba la celda número 20 del pasillo número 2 en
el Área de Tratamientos Especiales del CEFERESO Número 1. La prisión fue
construida para albergar 724 internos, pero hasta agosto de 2014, contaba con
una población de mil 140 reclusos, de acuerdo a estadísticas del Gobierno
Federal.
De
los 260 mil metros cuadrados que componen al penal de máxima seguridad, 27 mil
900 son instalaciones de la prisión. Los 232 mil 100 metros cuadrados restantes
son utilizados como áreas de seguridad, rondín perimetral, sala de espera y
estacionamientos.
El
penal está delimitado por tres vallas de seguridad. La primera a 100 metros de
la celda ocupada por “El Chapo”, la segunda a 100 metros y el tercer muro a 170
metros de distancia.
Desde
el exterior, estas vallas parecen aislar a la prisión de la colonia Santa
Juana, perteneciente al municipio de Almoloya de Juárez en el Estado de México.
Los muros solo son superados en altura por las torres de vigilancia, cuyas
puntas se asoman desde los patios penitenciarios.
Pese
a vivir alrededor del penal del Altiplano, los pobladores de Santa Juana
transcurren sus días en relativa calma. De no ser por dos filtros, uno del
Ejército Mexicano y otro de la Policía Federal sobre la calle Rancho La Palma,
el camino hacia la prisión se confundiría con uno más de la colonia ejidal.
Y
de no ser por la ubicación de la prisión, el camino sería menos transitado. La
calle es utilizada por trabajadores del penal, un pequeño grupo de taxistas
mantiene sus unidades frente a la prisión, menos de cinco empleados tienen
puestos de comida y atienden pequeñas tiendas de abarrotes.
Solo
en días de visita aumenta el número de personas en llegar hasta esta sección de
la colonia Santa Juana. Fuera de eso, pastizales, un par de viviendas, caballos
y vacas, rodean la prisión de máxima seguridad.
A
unos metros de la entrada del CEFERESO Número 1, un tanque y un vehículo tipo
Humvee del Ejército Mexicano, son las únicas unidades que se encuentran
alrededor del penal junto a personal militar.
LA INGENIERÍA AL SERVICIO DEL CAPO
Un
grupo de arquitectos, ingenieros y peritos consultados por ZETA, coinciden en
que la construcción del túnel por el que escapó “El Chapo” requirió una
inversión mínima de un millón y medio de pesos, así como conocimientos
especializados de ingeniería y topografía.
El
túnel fue construido a mil 500 metros al suroeste de la prisión, en un predio
con una bodega y una casa con tres habitaciones, un baño y una cocina todavía
con alimentos, ambas edificaciones todavía en construcción.
Hasta
el 27 de febrero de 2014, en el terreno aún no se erigía construcción alguna,
de acuerdo con imágenes satelitales. Un año después, el 15 de julio de 2015,
las edificaciones tenían 170.4 y 85.88 metros cuadrados construidos.
Según
información del Gobierno del Estado de México, el terreno donde se inició la
construcción del túnel, pertenece a Calixto Estrada Castillo desde 1989.
Mediciones realizadas por este Semanario, indican que el predio supera los 2
mil 500 metros cuadrados de superficie.
Desde
prisión, el túnel da inicio en la regadera de la celda donde se encontraba “El
Chapo”, en forma de un hueco rectangular de 50 por 50 centímetros y con 1.5
metros de profundidad.
Este
pequeño pasadizo comunica con un acceso vertical de 10 metros de profundidad
con una escalera integrada para bajar al túnel que en línea recta se extiende a
mil 500 metros, hasta topar con un segundo ducto vertical, con salida en la
vivienda en construcción.
El
túnel cuenta con ventilación habilitada con tubería de PVC mediante un sistema
de inyección de oxígeno y sustracción de dióxido de carbono, alumbrado
eléctrico, marcos de madera y sobre los rieles, una motocicleta adaptada para
extraer la tierra excavada, y como medio de transporte de maquinaria para la
perforación.
En
el lugar también fueron hallados tanques de oxígeno, recipientes de
combustible, tubería y madera.
Estas
características no son ajenas a las de los narcotúneles atribuidos al Cártel de
Sinaloa y encontrados a lo largo de la frontera con México desde California
hasta Arizona.
Según
cálculos efectuados por ingenieros y arquitectos, alrededor de 2 mil 400 metros
cúbicos de tierra fueron removidos para poder cavar el pasadizo subterráneo. De
haber sido transportada en tracto camiones con capacidad de diez metros
cúbicos, se habrían requerido 240 viajes.
Sin
embargo, si el caso es como lo indicó la Secretaría de Gobernación y la tierra
fue contenida en el terreno al suroeste del penal, se habría levantado una pila
de un metro que ocupara la totalidad de los 2 mil 250 metros cuadrados de
superficie del predio.
De
hecho, la cantidad de tierra excavada podría ocupar una alberca olímpica casi
en su totalidad. Mientras que la longitud del túnel es equivalente a lo largo
de 15 canchas de futbol soccer profesional.
En
cuanto a los tiempos de construcción, los especialistas consultados por ZETA,
indican posibilidades de entre 450 (un año y 85 días) y 316 (poco más de 45
semanas) días de trabajo.
Por
ejemplo, considerando cuatro turnos de seis horas, se habrían extraído cuatro
metros cúbicos de tierra. Mientras que si se considera que la tierra es más
firme, se podrían haber excavado hasta 7.5 metros cúbicos por jornada laboral.
Referente
al número de trabajadores, los especialistas concuerdan en un promedio de seis
personas, en gran medida por lo reducido de los 70 centímetros de ancho del
túnel.
Si
bien, no se trabajó con maquinaria pesada, la motocicleta encontrada ahí,
sirvió para acelerar el traslado de tierra y de material.
En
teoría, la mayor parte del trabajo se realizó con pico y pala, y con asistencia
de otras herramientas como rotomartillo para la perforación de tierra.
“EL CHAPO” Y CONAGUA CAVABAN CASI HOMBRO
A HOMBRO
El
penal del Altiplano colinda con la línea 2 del sistema Cutzamala, un complejo
de acueductos y plantas de bombas, el cual se encuentra entre los más grandes
del mundo. Abastece de agua tanto a municipios del Estado de México como a
delegaciones del Distrito Federal.
La
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) es la encargada de las obras de mantenimiento
y reparación del acueducto. Antes y después de la llegada del narcotraficante,
la dependencia federal realizaba excavaciones para reemplazar la tubería del
acueducto.
Por
ejemplo, el 12 de abril de 2015, la CONAGUA reportó una fuga en el Kilómetro
35+190 de la línea 2 del acueducto, en el municipio de Almoloya de Juárez -la
prisión se encuentra al inicio del Kilómetro 40+242 de la misma línea- que
requirió dos días de reparación.
En
los trabajos participaron 89 personas y se utilizó una grúa de 89 a 120
toneladas, dos excavadoras, dos retroexcavadoras y siete equipos de bombeo,
además de 49 vehículos como tracto camiones y camiones.
Semanas
después, el viernes 1 de mayo, los surcos de tierra permanecían al costado
oeste de la prisión de máxima seguridad. A la vista, tubos con peso de más de
25 toneladas, acomodados lado a lado dentro de los túneles cavados.
La
obra de CONAGUA no solo reducía el único
carril que corre justo por un lado del penal, también provocaba las quejas de
los habitantes de la colonia Santa Juana, quienes veían transcurrir días sin la
presencia de los trabajadores, justo como en esa fecha.
PRISIÓN DE MÁXIMA SEGURIDAD CON
CIMIENTOS DE MÍNIMA SEGURIDAD
De
haber estudiado las obras de ingeniería ordenadas por “El Chapo”, las autoridades
penitenciarias habrían caído en cuenta que colocar al líder a nivel del piso,
era una equivocación.
El
narcotraficante no solo contaba con acceso directo al suelo de la prisión,
estaba ubicado en el sótano del centro penitenciario. El espesor del concreto
en el área de regaderas, de apenas 12 centímetros, fácilmente fue penetrado
para abrir el orificio a través de las instalaciones de drenaje y agua.
De
hecho, el diseño del túnel siguió la lógica de otros túneles encontrados en
Sinaloa y Baja California, pertenecientes al Cártel de Sinaloa: cavar debajo de
la bañera o en su ausencia, regadera.
Cuando
“El Chapo” fue aprehendido el 22 de febrero de 2014, estaba en el cuarto piso
de un complejo residencial en Mazatlán. Días atrás, falló un operativo para su
captura porque había logrado escapar por la red de túneles interconectados a
sus residencias y al sistema de drenaje de la ciudad de Culiacán. La entrada a
los túneles en sus residencias, estaba en el baño.
LA MARCA DE “EL CHAPO” EN LOS
NARCOTÚNELES DE LA FRONTERA…
Desde
la década de 1990, más de 165 narcotúneles han sido descubiertos en la frontera
entre México y Estados Unidos. De estos, 80 fueron detectados entre 2006 y
julio de 2015. De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional de los
Estados Unidos, la actividad de los narcotúneles ha incrementado en un 80 por
ciento desde 2008 y California es la región donde se han localizado los más
sofisticados.
Informes
de la Fiscalía General de California, indican que el Cártel de Sinaloa es la
principal organización criminal encargada de construir estos pasadizos. “La
mayoría han sido descubiertos en California y Arizona, territorios controlados
por el Cártel de Sinaloa”, explica el reporte.
Más
de 76 toneladas de enervantes -marihuana y cocaína, en su mayoría- han sido
decomisadas de ellos, cuyo valor llega a los 200 millones de dólares.
Precisamente
en las fronteras de San Ysidro y Mesa de Otay -colindantes con Tijuana- y la de
Calexico-Mexicali, ha incrementado la actividad de construcción de estos
pasadizos, indican fuentes de inteligencia.
En
promedio, los narcotúneles hallados tienen una longitud de 600 metros, aunque
algunos han superado los tres kilómetros de extensión. Casi todos cuentan con
sistema de ventilación, iluminación y rieles, como el construido para penetrar
el penal del Altiplano.
Los
más elaborados, fueron construidos con puertas de acero controladas de manera
hidráulica, elevadores y paredes reforzadas.
… Y EN EL DRENAJE DE SINALOA
En
el sistema de drenaje de Sinaloa, “El Chapo” tenía una red de túneles de escape
y trasiego de droga. Entre el 13 y 17 de febrero de 2014, días antes de la
captura del narcotraficante, personal de la Procuraduría General de la
República y de la Marina, descubrieron la interconexión de por lo menos siete
casas a través de la tubería de drenaje de Culiacán, Sinaloa.
La
entrada a los pasadizos iniciaba debajo de las tinas en los baños de las
viviendas y los caminos tenían un ancho de 40 centímetros, y longitudes de
kilómetros hasta conectarse a propiedades de Guzmán Loera.
De
esta forma, había escapado de los operativos federales para su captura. Por
ejemplo, en una vivienda ubicada en la colonia Guadalupe de Culiacán, “El
Chapo” logró escapar de elementos de la Marina, cuando huyó por un túnel cuya
entrada se encontró protegida con una puerta de acero reforzado debajo de la
bañera.
Los
conductos estaban forrados con paneles de madera, así como equipados con
iluminación y sistemas de ventilación.
Incluso
tres integrantes del Cártel de Sinaloa, se fugaron del penal de Culiacán,
Sinaloa, a través de un túnel, el 26 de mayo de 2014: Adelmo Niebla González,
Ramón Ruiz Ojeda y Adrián Campos Hernández, huyeron a través del pasadizo de
160 metros de longitud con salida, al igual que en el caso de “El Chapo”, a un
inmueble en obra negra.
LAS ALERTAS DE ESCAPE
La
Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) informó al gobierno mexicano desde
hace 16 meses, de los planes de Guzmán Loera para escapar del centro
penitenciario federal. Según la agencia de noticias AP y al Wall Street
Journal, funcionarios estadounidenses alertaron a sus contrapartes mexicanas
sobre los riesgos de fuga del capo sinaloense.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ INÉS GARCÍA
RAMOS / 20 DE JULIO DEL 2015 A LAS
12:00:58)
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