La
ingeniería utilizada para la segunda fuga de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, es
la misma que se usó en la fuga de tres reos del penal de Culiacán en mayo del
año pasado: se hizo un túnel de afuera hacia adentro del penal, se utilizaron
planos de la cárcel para ubicar el sitio exacto donde debía desembocar el
pasadizo y sistema de GPS para asegurar la exactitud de los trazos. También se
compró la propiedad desde la que se iniciaron las excavaciones unos meses antes
y se usó la fachada de una casa en construcción que permitiera trabajar sin
despertar sospechas.
“No
se ocupa una gran ingeniería para hacer una obra como esta”, dice un alto
funcionario del gobierno del estado, ni la complicidad de nadie para lograr el
objetivo de la fuga. Lo más probable es que el Chapo lo haya hecho solo, con su
gente.
—¿No
hubo “alta tecnología”, como se dijo por parte del Gobierno?
—¿De
dónde? Se necesita muchas horas-hombre para cavar y elementos básicos de
ubicación, planos del inmueble, paciencia. Eso ya se había hecho aquí y
perfectamente se pudo hacer allá. Es una obra, en ese sentido, sencilla. Lo que
nunca nadie imaginó es que alguien fuera capaz de hacerlo.
UNA FUGA ESPECTACULAR EN CULIACÁN
La
tarde del 26 de mayo de 2014 se dio a conocer la fuga de tres reos del penal de
Culiacán, ubicado en Aguaruto: Adelmo Niebla González, procesado por portación
de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea, y
delitos contra la salud. También se fugó Ramón Ruiz Ojeda, quien estaba preso
por portación de arma de fuego; ambos fueron trasladados del penal federal
Número 3 de Matamoros, Tamaulipas, el 14 de diciembre de 2013.
Adelmo
Niebla, oriundo de Tamazula, Durango, es considerado uno de los principales
operadores del Cártel de Sinaloa y operador de Joaquín Guzmán Loera.
Otro
de los fugados de este centro penitenciario fue Adrián Campos Hernández,
sentenciado a 15 años de prisión, también por posesión de arma de fuego de uso
exclusivo del Ejército.
El
túnel, con una longitud de entre 400 y 500 metros, se construyó de afuera hacia
adentro y se sacaron más de 500 toneladas de tierra que desaparecieron poco a
poco sin que ninguna autoridad “se diera cuenta”.
Con
los días, Ríodoce documentó con testimonios que el túnel había sido construido
en poco más de dos meses por cuadrillas que trabajaban día y noche, a partir de
una casa en supuesta construcción, ubicada en la colonia Luis Donaldo Colosio.
En
algunas partes, el túnel alcanzaba una profundidad de 14 metros, tenía alturas
que variaban entre un metro y 1.70 metros y en casi todo su trayecto 70
centímetros de ancho. Al salir de la casa y atravesar otra propiedad, el túnel
tuvo que pasar por debajo de un canal, para lo cual tuvo que ser reforzado con
el fin de evitar filtraciones de agua y posibles derrumbes.
De
acuerdo con la información proporcionada por el gobierno federal y lo que han
constatado diversos medios de comunicación que tuvieron acceso al túnel por
donde se fugó el Chapo Guzmán, éste tenía una boca con las dimensiones de 50
por 50 centímetros y con una profundidad de un metro y medio, y que en algunos
de sus tramos alcanza una altura aproximada de 1.7 metros.
El
túnel por el que se fugó el Chapo tiene salida en un inmueble que se encuentra
en obra negra, ubicado en la colonia Santa Juanita, contigua al penal. Es un
terreno rústico donde también se construyó una barda cerrada en forma rectangular,
habilitada como receptora del material que se iba extrayendo del túnel, lo cual
puede confirmarse a simple vista, pues al interior del rectángulo el nivel del
piso se encuentra como un metro arriba del nivel del camino por donde pasan los
vehículos.
El
túnel contaba con un sistema de iluminación y ventilación, así como con una
motocicleta adaptada sobre rieles y plataformas, que sirvieron para sacar la
tierra, y posiblemente para el traslado del capo.
En
el túnel por el que se fugaron los tres reos del penal de Culiacán, se encontró
cableado eléctrico, abanicos y herramienta diversa. Extractores, tubería de PVC
para introducir aire. Contaba, en diversos puntos, de espacios más anchos y
altos diseñados para el descanso de los usuarios.
En
el túnel que llegó al penal del Altiplano se encontraron vigas de madera para
el cimbrado, rollos de malla de acero, bidones de gasolina, tramos de tubo PVC
de tres metros de largo, una planta de luz, un tecle eléctrico y una cortadora
de disco. Ésta última, usada normalmente para cortar material metálico y
cemento.
En
el caso del Chapo se compró un terreno a kilómetro y medio de distancia del
penal, se construyó una bodega de bloques y se levantaron bardas con sentido
rectangular, donde día con día se fue compactando la tierra extraída del túnel.
Desde cualquier perspectiva se nota la diferencia de niveles entre el suelo por
donde se camina y el que tiene el terreno bardeado.
Construido
a 19 metros de profundidad, no fue difícil burlar la vigilancia de 750 cámaras,
26 filtros de seguridad y decenas de sensores instalados por el perímetro del
penal, que tienen capacidad para detectar, máximo, lo que ocurre a cuatro o
cinco metros de la superficie.
En
los dos casos, de acuerdo a testimonios recabados tanto en Culiacán como en el
Altiplano, se usó inicialmente un trascabo para hacer un hoyo de un diámetro de
tres o cuatro metros, que serviría para cimbrar la entrada del túnel, por donde
pasarían día y noche, durante meses, los trabajadores.
En
la fuga de Culiacán, el túnel pasó por debajo de la barda perimetral que tiene
ocho metros de altura y una extensión en los cimientos de siete metros. El
túnel pasó por debajo de la pared, lo cual se observa a través de la zanja que
se abrió con un trascabo en el exterior del penal, a la altura de la torre 5.
Al
pasar por debajo de la barda, el túnel tiene una altura de un metro máximo y 70
centímetros de ancho, pero los peritos de la PGR y los bomberos que participaron
en la investigación afirman que más adelante la altura alcanza casi 1.70,
suficiente para que una persona de estatura media camine sin problemas.
El
funcionario explica a Ríodoce que no se ocupaba “tecnología avanzada” para
lograr que el túnel desembocara directamente en la alcantarilla de la celda 20,
donde estaba recluido Joaquín Guzmán. Buena parte del trabajo es cálculo
primario, matemática simple. Una persona que visita el penal puede ayudar a la
ubicación de la celda si sabe qué número es; determinar si se encuentra en el
lado norte o noroeste o este del penal.
La
construcción de los penales es muy cuadrada y eso ayuda a meterle números,
medidas de las celdas, etc.
Con
la ayuda de un sistema de GPS puede trazarse la dirección del túnel una vez que
escogiste el lugar de donde vas a partir. En este caso fue una línea recta, a
diferencia del que se hizo en Culiacán para la fuga de mayo de 2014, donde el
túnel tenía al menos tres vueltas o cuatro.
Explica
que contra una profundidad de 19 metros no hay mucho qué hacer. No se escucha
el ruido hacia fuera de una motocicleta ni es detectada por los sensores que,
además, tienen capacidad para detectar vibraciones a no más de cinco metros de
profundidad, los más sofisticados.
Luego,
agrega, respecto al trabajo que se hizo sobre la loza que separa el piso de la
celda con la tierra, el trabajo pudo haberse hecho con un esmeril y discos de
diamante de nueve pulgadas. Son finos, tienen una penetración de cinco
centímetros. En los videos que proporcionó la misma secretaría de Gobernación,
se aprecia que la loza se cortó en una sola pieza, lo cual habla de la
facilidad con que se hizo.
Añade
que hay poca tecnología en la construcción del túnel; se trata de una
ingeniería básica, nada de “alta tecnología”, salvo la que se pudo utilizar con
una herramienta como el GPS, que ahora trae cualquier persona en un teléfono
celular.
En
los mismos videos del penal del Altiplano, se aprecia una tableta que usaba el
Chapo Guzmán y que le sirvió, sin duda, para ubicar el punto exacto donde debía
desembocar el túnel.
Lo
mismo se hizo en Culiacán para la fuga de Adelmo Niebla Gonzáles y sus dos
escoltas. Es exactamente lo mismo. Lo que pasa es que nadie se imaginó que
podía hacerse allá.
En
el caso de Culiacán —agrega— los ingenieros que hicieron el túnel hasta se
metían al penal para ver detalles de la construcción con Adelmo, quien planeó
su fuga desde que pidió que lo cambiaran de Tamaulipas a Sinaloa. Soltó mucho
dinero por allá y tengo entendido que hasta un alto funcionario federal de
reclusorios fue despedido porque autorizó su traslado.
En
el caso del Chapo Guzmán se empezó a trabajar tal vez desde que se supo que sí
se podía. En Culiacán la fuga se dio el 26 de mayo de 2014 y desde entonces es
probable que se haya pensando en hacerlo allá. Adelmo trabajaba para el Chapo,
la conexión podría ser obvia.
Después
de la fuga del Chapo fueron requeridos para rendir su declaración 22 custodios
y personal administrativo. En la fuga de Adelmo Niebla, siete custodios fueron
llamados a declarar, además de dos mandos. Ninguno fue consignado.
(RIODOCE/
ISMAEL BOJÓRQUEZ/ 20 JULIO, 2015)
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