El accidente aéreo ocurrió la semana
pasada en Sudáfrica, poco después de que la aeronave despegara del aeropuerto
Wonderboom de Pretoria.
Ciudad de México, 18 de julio
(RT/SinEmbargo).- En la red se han difundido unas aterradoras imágenes de un
accidente aéreo grabadas desde la cabina de un avión segundos antes de que la
aeronave se estrellara.
El 10 de julio, un avión
Convair CV-340 con 19 personas a bordo cayó a tierra poco después de haber
despegado del aeropuerto Wonderboom de Pretoria, la capital administrativa de
Sudáfrica. El accidente de la aeronave, con logotipo de la antigua aerolínea
neerlandesa Martin’s Air Charter (MAC), que se convirtió en Martinair en 1966,
dejó dos muertos.
El video fue grabado por un
ocupante del avión. En él, se puede ver uno de los motores envuelto en llamas
mientras el avión pierde altura. Tras el impacto, solo se puede escuchar las
voces de los pasajeros, que se instan unos a otros a abandonar cuanto antes el
lugar.
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Es común. Escenas compartidas en redes
sociales en los últimos días [y en los últimos años] revelan la tragedia que
vive Tamaulipas. En restaurantes, carreteras, calles y pueblos de la entidad
gobernada por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, la gente se tira al suelo
[si alcanza a hacerlo]. La guerra que libran miembros del crimen organizado y
corporaciones de seguridad dejan muertos. Sólo en lo que va del 2018 serían 90
las víctimas que quedaron bajo el fuego cruzado.
Ciudad de México, 14 de julio
(SinEmbargo).- Sólo en los primeros meses del 2018, enfrentamientos entre bandas
criminales y elementos de las fuerzas de seguridad dejaron 90 civiles muertos
en Tamaulipas.
De acuerdo con un recuento de
medios nacionales y locales, las nueve decenas de personas fueron “abatidas”
durante el fuego cruzado entre sicarios y efectivos policiacos o militares.
Serían treinta los
enfrentamientos, en el periodo referido, entre supuestos miembros del crimen
organizado y las fuerzas de seguridad. En estos han perdido la vida un marino,
un soldado y un policía ministerial.
El horror alcanzó uno de sus
puntos más altos en abril. Seis civiles murieron en el fuego cruzado de los
enfrentamientos entre autoridades y presuntos integrantes del crimen organizado
en Reynosa.
Eran cuatro hombres y dos
mujeres los que fueron trasladadas al Servicio Médico Forense (Semefo). Las
personas que quedaron bajo fuego habrían avisado a sus familiares sobre la
situación en la que se hallaban, previo a perder la vida, de acuerdo con
información de medios nacionales.
En el mismo mes, tres
personas (dos mujeres y un estudiante) también quedaron en medio del fuego y
perdieron la vida.
En marzo, una familia viajaba
en un vehículo y fue asesinada en un libramiento de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Las autoridades tamaulipecas lo omitieron y negaron, pero la Procuraduría
General de la República (PGR) informó que las víctimas sí quedaron bajo fuego
aéreo desde un helicóptero de la Secretaría de Marina (Semar).
La Semar aseguró que sus
integrantes no habían llevado a cabo disparos desde el aire, sin embargo,
Anselmo Apodaca Sánchez, titular de la Coordinación de Servicios Periciales de
la Agencia de Investigación Criminal, contradijo tal versión.
De acuerdo con el
representante de la PGR, marinos fueron agredidos por supuestos integrante del
crimen organizado y respondieron.
No sólo es la muerte la que
ronda Tamaulipas. La entidad ocupa el primer lugar en el tema de desaparecidos.
Datos oficiales revelan que serían más de seis mil personas de las que se
desconoce su paradero.
Autoridades de Tamaulipas se han
movilizado después de que se reportaran enfrentamientos en colonias de Reynosa.
Ciudad de México, 18 de julio
(SinEmbargo).- Enfrentamientos entre grupos criminales y bloqueos de vías de
comunicación generaron una movilización policiaca en Reynosa, Tamaulipas.
De acuerdo con información de
medios nacionales, los bloqueos ocurrieron en los cruces de la Avenida Río
Purificación (Rodolfo Garza Cantú) con Avenida López Portillo (Las Torres) y
cruce con el libramiento Reynosa-Río Bravo, además de otro reportado en la
colonia La Joya.
Después de las 13:00 horas,
usuarios de redes sociales comenzaron a reportar los tiroteos y persecuciones
entre civiles armados en al menos seis colonias tamaulipecas (Ramón Pérez
García, Nuevo Viaducto, La Joya, La Cañada, Puerta Sur y Puerta Grande).
Hasta el momento sólo se
habla de una víctima mortal, pero el dato aún no ha sido confirmado por
autoridades de la entidad gobernada por Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Sólo en los primeros meses
del 2018, enfrentamientos entre bandas criminales y elementos de las fuerzas de
seguridad dejaron 90 civiles muertos en Tamaulipas.
De acuerdo con un recuento de
medios nacionales y locales, las nueve decenas de personas fueron “abatidas”
durante el fuego cruzado entre sicarios y efectivos policiacos o militares.
Serían treinta los
enfrentamientos, en el periodo referido, entre supuestos miembros del crimen
organizado y las fuerzas de seguridad. En estos han perdido la vida un marino,
un soldado y un policía ministerial.
El horror alcanzó uno de sus
puntos más altos en abril. Seis civiles murieron en el fuego cruzado de los
enfrentamientos entre autoridades y presuntos integrantes del crimen organizado
en Reynosa.
Frente a la catedral de San
Patricio, en el andador principal del Centro Rockefeller de Nueva York y a la
izquierda, está una librería ordenadamente tupida con ejemplares en todos los
idiomas. Es un reducido pero bien aprovechado espacio. Al entrar y a pocos
pasos, es preciso caminar de lado entre los anaqueles para desembocar en ese
gran espacio destinado al tesoro de la escritura latinoamericana y española.
Tiene un segundo piso al que se llega por una angosta escalera de madera con
cada peldaño alfombrado. Pero no se puede subir de un solo tiro. Es que hay
muchas obras recargadas sobre la pared y atraen tanto que se queda uno
engarrotado con los pies sobre inmediatos escalones.
Allí encontró mi esposa un
libro que por mucho tiempo busqué en Tijuana y en México: Notas de Prensa
1980-84 de Gabriel García Márquez. De pasta dura y forro a todo color con la
jacarandosa imagen del colombiano, mirando de frente, chispazo guapachón en la
mirada, sonrisa a medias, pelo lacio cortito, entrecano y camisa de mezclilla.
En fin, más que libro, una joya. La Editorial Mondadori lo imprimió en España y
le costó a mi mujer 54 dólares. Cuando me lo regaló escribí emocionado en la
primera página blanca después de una negra: Nueva York, Noviembre 25/96.
Sin prólogo ni nota del
autor, entré de lleno a la lectura cachonda, sabrosa, alegre, entretenida y
asombrosa de Gabo, como le dicen amigos, admiradores y especialmente sus
paisanos. “El Fantasma del Premio Nóbel (1)” aparece en la página siete y lo
sentí como un anzuelo que irremediablemente me atrapó. Con esa exquisita
narrativa mágica, García Márquez me transportó a un lado del gran escritor argentino
Jorge Luis Borges cuando relató cómo cada año este hombre vivía días de
angustia previamente a la designación del Premio Nóbel de Literatura. Era
candidato obligado y nunca premiado hasta 1991 cuando se editó “Notas de
Prensa”.
La escritura de Gabo me
empujó a imaginar rápidamente una escena viendo de espaldas a Borges rodeado de
reporteros a los que manifestaba su protesta por esos dos meses de ansiedad a
que son sometidos los presuntos al Nóbel desde hace muchos años. Y a pesar de
que no lo describía así García Márquez, yo aluciné y hasta vi a don Jorge Luis
dando la media vuelta y dejando a los reporteros pasmados, boquiabiertos, lápiz
congelado sobre las libretas, con la boca abierta y los ojos fuera del visor de
las cámaras o la lente de sus video-aparatos. Lo vi como si lo tuviera
enfrente: Relamida su cabellera blanca, medio caído un párpado, holgados cuello
de la camisa y traje, apoyando su humanidad en el bastón infaltable y
arrastrando sus pies calzados siempre de fina y lustrada piel que seguramente
antes fueron ágiles para el tango.
Infortunadamente no pude
llegar más allá de “El Fantasma del Premio Nóbel (2)”. Me gustó tanto el 1, que
lo leí como diez veces o más sin darme cuenta que había pasado la medianoche y
hube de suspender la lectura ante los compromisos mañaneros.
De regreso a Tijuana vía San
Diego, California, más tardé en repasar esas dos primeras notas de prensa que
ser atrapado por el asombro: “Seamos machos, hablemos del miedo al avión”,
título de la tercera nota. Recién despegó mi vuelo nocturno de Nueva York
cuando el destino, la casualidad o la magia coincidieron: Leía a García Márquez
contando su viaje aéreo a esa misma ciudad, pero desde Miami y me estremecí
cuando escribió que en aquella ocasión tuvo conciencia de la que llamó
“imposibilidad física” para que un avión se sostuviera en el aire. Mi primera
reacción fue voltear hacia las ventanillas desde el asiento que ocupaba en el
bloque central. No encontré la estrella que según García Márquez siempre acompaña
a los aviones. Pero entre penumbras la cabina y casi todos los pasajeros
durmiendo, el ronroneo del jet me provocó la sensación de lo que leía: En medio
de aquella oscuridad, el avión no tenía puntos de referencia en las ventanillas
para medir su velocidad. Parecía suspendido en el aire tal como lo escribió
Gabo y de veras, me estremeció. Cosas pues, de su magia.
Dos cosas nunca imaginé en
aquel momento: Primero, que justamente un año después me herirían de muerte y
que dos años y seis meses más tarde estaría sentado precisamente a un lado de
Gabriel García Márquez en Santa Fe de Bogotá, Colombia. Cuando lo vi entrar al
salón donde se conmemoraba el Día Mundial de la Libertad de Expresión, no
estaba como en la portada del libro. Su pelo ya no era lacio ni corto sino
enchinado y una calva asomándose a su coronilla. Ya no llevaba camisa de
mezclilla, traía una amarillo opaco rematada con una corbata floreada. Vestía
un hermoso traje color tabaco con rayas tenues amarillas y café claro. Así como
el terno estaba cortado sin duda a su medida, me dio la impresión que sus
zapatos casi de charol y también de color tabaco claro, fueron hechos solamente
para sus pies. Jamás me imaginé su caminar tan cortito y rítmico como si en
cualquier momento fuera a soltar todo su cuerpo para dar dos que tres pasos de
una guaracha o un danzón. Ah, y los lentes siempre.
Cuando supe que me sentarían
a su lado llevé “Notas de Prensa 1980-84” para que, por favorcito, lo firmara.
Pero aquello estaba muy ceremonioso. Primero habló el Presidente colombiano
Andrés Pastrana que enseguida condecoró a Doña Ana María Busquets viuda de Cana
Izaza, el periodista asesinado en 1986 y homenajeado ahora. Luego leyó Gabo un
hermoso escrito recordando a su compañero. Entonces hubo un receso y al
bajarnos del estrado le dije “…Maestro, traje un libro para que me diera su
autógrafo”. Caminando un poquito adelante de mí respondió con un forzado
–¿Cuál?, y en lugar de pronunciar el título le enseñé la portada. Primero soltó
un –nnoooo de aburrimiento y luego de mala gana dijo que estaba enfermo, que
nada más se levantó de la cama para asistir a la ceremonia. –Después te lo
firmo, dijo con un tono que interpreté como cuando alguien se quiere quitar de
encima a otro. Prometió regresar más tarde. Sin acompañantes salió del salón
erguido, con el escrito en la mano y por una puerta que nada más utilizó el
Presidente con su hermosa esposa para retirarse de la ceremonia.
Gabo no volvió nunca a la
jornada del Día de la Libertad de Prensa y me quedé sin autógrafo. Cuando
viajaba de Santa Fe de Bogotá a México, eché cuentas. Mi libro viajó desde
Nueva York a Tijuana y luego ida y vuelta a Colombia. En total, 18 mil
kilómetros y no fue posible un autógrafo. Éste hubiera sido un tema excelente
para García Márquez sobre todo por la coincidencia que en 96 mi esposa compró
el libro en Nueva York cuando recibí el premio del Comité de Protección a los
Periodistas y en éste 99 buscaba la firma al ser distinguido con el galardón
Mundial de Periodismo en Colombia, dispuesto por la UNESCO y la Fundación
Guillermo Cano, denominada así en memoria del inolvidable director del
periódico El Espectador, asesinado por el narcotráfico.
Le conté a una amiga de
Bogotá el episodio con García Márquez y me sorprendió diciendo que muchos de
sus paisanos estaban otra vez desilusionados con Gabo. El discurso que
pronunció en recuerdo de don Guillermo Cano Izaza, su compañero, lo escribió en
1987 y fue publicado un día antes en un suplemento especial de El Espectador.
García Márquez lo releyó y nos asombró a los que nunca leímos u oímos esa pieza
magistral, pero mi amiga colombiana me dijo que sus admiradores casi casi se
sabían el texto de memoria. “Si Gabo hubiera aprovechado esta ocasión para
decir algo sobre la necesidad de paz en Colombia, nos hubiera puesto en primera
plana de todos los periódicos del mundo. Nos hubiera ayudado mucho…”, pero
desconsolada explicó que los reporteros se dieron cuenta de lo antiguo de su
texto, y le dieron otro enfoque a la reunión convocada por UNESCO y la
Fundación Guillermo Cano.
En fin. El recuerdo de Nueva
York, mezclado con el libro que jamás tuvo autógrafo me acompañaron en el viaje
de Bogotá a México nuevamente de noche. Entonces, sentí que la magia del
escritor se estrelló con su actitud y llegué a dudar si García Márquez el que
leí era el que recién vi.
Escrito tomado de la colección
“Dobleplana” de Jesús Blancornelas, publicado en mayo de 1999.
Los asesinos de las mujeres
juarenses están cortados por la misma tijera. Deben tener entre 25 a 35 años y
posiblemente sean casados y no se conozcan entre sí. Inteligentes como para no
ser descubiertos y…bien parecidos. He consultado a expertos y libros. También
vi ocasionalmente documentales de estadounidenses sobre crímenes en serie de
mujeres.
La hipótesis inicial es que
las damitas juarenses fueron atraídas por una persona que les gustó. Las invitó
a platicar o tomar un trago. Aceptaron y se abrió la relación. Son de esos
hombres simuladores, perfectos de la simpatía. A muchas les caen bien;
carácter, físico e inteligencia. Seguramente, las víctimas ni siquiera se
imaginaron estar tratando con el o los asesinos. De otra forma, y sabiendo cómo
han estado matando jovencitas en los últimos años, hubieran rechazado ya. No
dudo que muchas tomaron precauciones. Nada de salir solas, acompañadas por
alguien de confianza y no frecuentaron sitios desconocidos. Por eso, el punto
de apoyo para los expertos: fueron conquistadas.
Aparte y hasta donde se sabe,
no hay la referencia de secuestro como un molde en todos o la mayoría de los
crímenes. No existen testigos sobre cierto o varios individuos, utilizando la
fuerza para llevarse a una damita. Esto arroja otra hipótesis: atraídas, convencidas,
conquistadas y seducidas. Hay una norma de origen estadounidense: nueve de cada
10 asesinos son psicópatas. Según el diccionario es “anomalía síquica por la
que la conducta social del individuo se ve alterada, sin que se modifique su
capacidad intelectual”.
Un loco, desquiciado o
maniático sexual, pierde el sentido de las proporciones con tal de lograr su
objetivo. Los vemos públicamente. No esconden sus propósitos. Gozan de fama.
Son conocidos en el vecindario. Traen la sospecha en la frente. No pueden
disimularla. Por eso, los observadores consultados me insistieron sobre la
inteligencia de los asesinos. Otra consideración: golpes, cuchilladas o
balazos, suceden cuando por lógica, el individuo se desequilibra. Seguramente
hay damitas que aceptaron plática sin relación sexual y no tuvieron problemas.
Ahora se encuentran vivas sin saber que convivieron con alguno de los asesinos.
Además, tratándose de
violaciones -aun con maltrato-, la mujer sobreviviente prefiere callarlo y no
pasar la vergüenza al denunciarlo. El atacante amenaza a la víctima por si lo
acusa, pero no mata. Al contrario, la mancilla una y otra vez, siempre
atemorizándola. Por eso es más fácil capturar al violador de una niña o una
dama. Se denuncia solo o lo señalan. Aparte, regularmente no hay creencia en
quien se dice violada y lo denuncia luego de años. Eso acaba de suceder en
Ciudad Juárez. Es inaceptable eso. Si fuera como aseguran las supuestas
víctimas del pasado, por lógica estarían muertas.
Uno de los expertos
consultados me dijo estas palabras y las apunté: “se ha escrito en Chihuahua
más de las mujeres muertas que de la guerra en Afganistán”. Y me sentenció: “es
posible el fin de los bombardeos y las invasiones, primero, a la captura del o
los asesinos verdaderos de las mujeres en Ciudad Juárez”. Lo razonó así: en la
guerra, el enemigo está localizado. Hay un enfrentamiento. Tarde o temprano
terminará la batalla. En Chihuahua ya llevan años con un asesinato tras otro,
casi todos iguales. Han detenido a varias personas y no les han podido
comprobar nada pleno.
Alguien tuvo la ocurrencia de
señalar al narcotráfico. Soy el primero en condenarlos. Pero no tienen
relación. Al contrario, los mafiosos son espléndidos con las mujeres y por eso
no les faltan. Ellas los buscan. Las llenan de regalos, auto y casas bonitas.
Mucho dinero para vestirse elegantes, llamativas. Oídos, cuello, muñecas, dedos
y tobillos enjoyados. Buena ropa, aunque de mal gusto. A los narcos les encanta
presumir a sus mujeres. Y si de dificultades se trata, mejor las menosprecian.
En el peor de los casos, les cantan un corrido.
Las de Ciudad Juárez no son
ejecuciones. Es obra de perversos. Los ajusticiamientos de la mafia tienen su
marca. En Sinaloa, Distrito Federal, Guadalajara, Tamaulipas y Chihuahua, los
tirotean a media calle o encajuelan. Las ejecuciones en Tijuana y Mexicali
suceden más con el “levantón”, llamado así al secuestro. Torturas hasta la
muerte, buscando o no confesión. Cadáveres enredados en una cobija enteipada a
la altura del cuello, cintura y tobillos. Los tiran en basureros, barrancas o
calles, a veces de fraccionamientos pudientes y en otras de colonias muy
humildes. Pero entre miles de ejecuciones en esas zonas del narcotráfico,
ninguna parecida con el asesinato en serie de mujeres.
Hace poco se habló en Ciudad
Juárez, sobre la sospecha del terrible “snuff”. Llaman así en Estados Unidos a
un macabro sistema. Cineastas fracasados o degenerados, prometen convertir en
estrellas a chamacas. La oferta a cambio de una videograbación con escenas
atrevidas hasta llegar a la relación sexual. En el clímax, las ahorcan o
acuchillan. Prolongan su desgracia. Captan esa mezcla de placer y agonía. Son
escenas agradables para los adinerados trastornados. Pagan miles de dólares por
cassette. Pero los cineastas seleccionan con cuidado a las víctimas: sin empleo
ni residencia fija. Prostitutas o viciosas alejadas de su familia. Esto, para
cuando descubran el cadáver, nadie lo reclame y menos lo identifique. La
malaventura juarense no encaja en tal salvajada.
Me sorprenden mucho las
deducciones de las autoridades en Chihuahua: 80 por ciento de los crímenes,
dicen, están resueltos. Pero en realidad, dentro y fuera de Ciudad Juárez no
convencen. Gustavo González Meza “La Foca” y Víctor García Uribe “El Cerillo”,
capturados hace días, no tienen trazas de asesinos. Les quieren cargar las
muertas. Un joven periodista de Chihuahua me comentó: las “confesiones” parecen
telenovelas. El lenguaje es impropio para su preparación y hasta “declararon”
nombre, apellidos paterno y materno, así como edad exacta de “sus víctimas”.
Les pasó igual como a “Los Toltecas” y a Sharif. No tengo duda: estos sucesos
en Juárez son revoltura de ineficacia policíaca e inteligencia asesina.
Ni la asesoría del ex agente
del FBI Steven Slater ha servido. En su caso se derivó en poder tras el trono
del Procurador. Y en lo general, derrapó en lo político. No importa cuando hubo
más muertes, si en el gobierno panista de Pancho Barrio o el priista actual de
Patricio Martínez. Lo que vale es aclarar con hechos. Hay dos posibilidades:
que el o los asesinos están en Ciudad Juárez. O vivan en El Paso o más al norte
de Estados Unidos.
Tomado de la colección “Dobleplana de
Jesús Blancornelas, publicado en septiembre de 2012.
Mi compañero editor Francisco
J. Ortiz Franco fue asesinado en 2004. Junio 22. Le tirotearon a la cabeza.
Apenas había trepado a su auto. Ni siquiera encendió el motor. Dos perversos
matones no tuvieron compasión. Dispararon cuando los hijitos del periodista
estaban en el asiento trasero. Semanas después hubo una coincidencia: ZETA y la
Procuraduría General de Justicia del Estado anotaron públicamente como
sospechoso a Jorge Hank Rhon. Apareció simultáneamente en las hipótesis.
Primero el Cártel Arellano Félix. La Procuraduría General de la República no
desmintió esas presunciones. Al contrario, las avaló. Había y hay sustento:
Ortiz Franco tenía muchas pruebas legales y conclusiones jurídicas. Así podría
abrirse una averiguación penal contra Hank en otro asesinato: El del
co-Director de ZETA, Héctor Félix Miranda. Guardaespaldas del júnior lo
asesinaron en 1988. Antonio Vera Palestina disparó. Originalmente era escolta
del regente Carlos Hank González. Andaba sin uniforme en el “Grupo Jaguar”. Un
cochambrosoresumidero de matones en el
Distrito Federal. Hacía equipo con los reyes de la corrupción Arturo “El Negro”
Durazo y Francisco Sahagún Baca. En 1986 el profesor ordenó a Vera Palestina
irse a Tijuana. Le previno cuidar a su hijo Jorge hasta con la vida. Así el
júnior llegó para administrar el Hipódromo Agua Caliente y terminó
“tronándolo”. Total. Las procuradurías federal y estatal no investigaron a
Hank. Menos siguieron los pasos a matones del Cártel Arellano Félix. O a
Heriberto Lazcano “El Lazca” de “Los Zetas”. Todos sospechosos. Prácticamente
desatendieron el asunto. La fiscalía general atrajo el caso. Y con eso la
bajacaliforniana se lavó las manos. Simplemente confirmó las hipótesis y nada
más. Después de asesinado Ortiz Franco hubo más crímenes. Fueron borrándolo.
Las autoridades se olvidaron. Resultó una vacilada lo que dijo el Presidente
Fox: “Iremos hasta las últimas consecuencias”.
Foto: Archivo/Édgar Adrián elenes “El
Cachorro”
Entonces sucedió el martes 15
de noviembre de 2005 en algún lugar de Tijuana. Policías encapuchados
interrogaron a Edgard Adrián Gutiérrez Elenes. El famoso “Cachorro”. Pistolero
entre la segunda y tercera escala del cártel Arellano Félix. Lo detuvieron una
noche anterior. Le preguntaron por qué mataron al periodista Ortiz Franco. Y el
joven pistolero sorprendió al contestar “nosotros no fuimos, fue gente de
Hank”. Esta simple referencia tiene un escabroso principio: En labios de un
mafioso “fue gente de Hank” estremece. Significa que el júnior y alcalde tiene
a sus órdenes quienes se dedican al crimen. Pudiera ser falso. Pero mientras la
policía no investigue la versión sigue en pie. Sobre tan sorpresiva declaración
de “El Cachorro” no hubo información a los periodistas. Simplemente después de
tanto preguntarle lo mandaron en avión a la Procuraduría General de la
República. Yo esperaba un detallado interrogatorio. Pero no. Están por
cumplirse dos meses de la captura y no se conoce ni pizca sobre investigación.
Para rematar: Poco después apareció la grabación de “Los Zetas”. Ejecución.
Acusaciones que levantaron polvareda. Entonces la fiscalía olvidó el caso Ortiz
Franco-Hank. Y ahora hasta el video pasó a la nómina de los recuerdos. Nada de
lo dicho se comprobó ni se desechó. Todo quedó en el aire. Aquí no es como reza
el viejo dicho: “Un clavo saca otro clavo”. No. Un clavo entierra más a otro
clavo.
Los periodistas defeños no le
pusieron reflectores a “El Cachorro”. Debió parecerles poca cosa. Pero es un pistolero
de importancia. Me imagino como en las películas. Si le hiciera una marca a la
cacha de su pistola por cada individuo que mató ya no tendría dónde rayar.
Recuerdo cómo “El Cachorro” se zafó de un problemón. La prueba está en la
averiguación previa 89/01/00/200. Miguel Ángel González estaba prisionero. Allí
declaró: El joven pistolero recibió un delicado encargo: Los hermanos “El Mayel
y “El Gilillo” Higuera del Cártel Arellano Félix le ordenaron desaparecer a
tres personas: Osvaldo López Montenegro, Jesús Natividad Aispuro Vega y Marco
Antonio Padilla Cañedo. Eso fue el 4 de marzo de 1999 en el fraccionamiento
Buenos Aires de Tijuana. Lo patético después del triple crimen: Detuvieron a
“El Cachorro”. Fue interrogado. Pero quedó libre. De pura casualidad el Grupo
Antisecuestros lo salvó y regresó a la calle. Hasta la fecha no se han
explicado los motivos. Me supongo: Si la Procuraduría federal“escarba” tantito a este asunto seguramente
encontrará motivos firmes para acusar a “El Cachorro”.
Foto: Internet/Jorge Hank
En el caso a Hank Rhon sucede
algo curioso: Los jueces, fiscales y gobernadores del PRI y el PAN parecen
tenerle miedo. Solamente una ocasión se le llamó a declarar en el caso Héctor
Félix y se pitorreó del juez. Mintió. Uno de los hechos más desilusionantes: La
Procuraduría General de Justicia de Baja California actuó oficiosamente a su
favor. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), interesada desde hace años
en el caso, hasta lo llevó a la Comisión Interamericana de los Derechos
Humanos. Pero la fiscalía sin nadie preguntarle informó a la SIP que el asunto
había prescrito. Fue una rara ocurrencia: Ya no se podían hacer cargos a Hank
Rhon. Pero estudios en tres despachos de abogados penalistas en Baja
California, Sonora y Sinaloa, demostraron la falsedad y equivocación de la
Procuraduría. El caso, por así decirlo, “sigue vivo”. Pero los de Héctor Félix
y Ortiz Franco no son únicos. Nada hay sobre el asesinato de María Guadalupe
Escamilla en Nuevo Laredo. Alfredo Jiménez en Sonora. El maestro Francisco Arratia
en Matamoros. Raúl Gibbs de Veracruz. Gregorio Rodríguez en Sinaloa y para no
seguir, Benjamín Flores de Sonora. En todos los asesinatos está plenamente
comprobada la autoría mafiosa. Pero igualmente, las procuradurías federal o
estatales ni han investigado. No temo equivocarme si escribo: Casi todos por
complicidad de la policía con los narcotraficantes.
En todo esto tiene mucha
culpa el Presidente de la República, Licenciado Vicente Fox. Personalmente dos
ocasiones y ante numerosos compañeros le pedí tipificar como federal el delito
de agresión contra periodistas y que no prescribiera. Sus respuestas fueron
evasivas. En dos ocasiones se le han
Foto: Internet/Vicente Fox
enviado peticiones por
escrito. Siempre promovidas por la SIP. A una respondió que hacía suya la
iniciativa para federalizar el delito. Como reza la canción, dijo que sí pero
no cuándo y todavía esperamos. En septiembre del 2005 se le envió otra carta.
Firmada por todos los directores de periódicos del norte mexicano. Ya no fue petición
sino exigencia. Por lo menos aclarar los crímenes de periodistas cometidos
durante su gobierno. Hasta la fecha no contesta y menos actúa. Esto me recuerda
cuando en años pasados enfrenté un problema y le hice frente legalmente. Pero
había consigna de fregarme. Consulté a un maestro de la Escuela Libre de
Derecho. Ya murió. Le expliqué todo. Me preguntó: “¿Ya hizo esto?”. Sí. “¿Y
esto otro?” También. “¿Y esto?” Ya. Se levantó del sillón. Llevó su mano a la
barbilla viendo hacia el suelo. Dio dos tres vueltas a la oficina. Hasta que se
paró frente a mí diciendo: “Blancornelas, el único recurso que le queda es irse
a la Basílica. Rezar un Padre Nuestro y pedirle ayuda a la Virgen”.
Escrito tomado de la colección
“Dobleplana” de Jesús Blancornelas, publicado por última vez en enero de 2006.
La primera vez que Carlos
Aguilar Garza me visitó en el periódico ABC de Tijuana, llevó más protección
que el presidente de la República. Dos con pistola en mano, bajo la chamarra,
se plantaron en la puerta de mi oficina y por fuera. Cuatro más en la antesala.
Otros tantos con ametralladora en la entrada principal. Y quién sabe cuántos
más en la calle. No era tan alto como aparecía en la foto. Pelo negro y lacio.
Moreno sin llegar a los 30 años, pero con una vida recorrida que le daba
experiencia de cincuentón. Siempre de traje y caminando aprisa. Fumando uno
tras otro y al final de cuentas, simpático.
Primero fue profesor
normalista y luego abogado. Se metió en la Procuraduría General de la República
y llegó a coordinador en Baja California. Venía de Sinaloa. En Culiacán se
afamó capitaneando a la Judicial Federal. Unos decían que les bajó la guardia a
los mafiosos. Otros que los protegían. Lo acusaron de torturador y por eso su
nombre se volvió familiar en la Comisiónde Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Pero un día de tantos, se
agarró a balazos con feroces malandrines y lo hirieron en las piernas. Entonces
lo mandaron para Tijuana donde traía asolado a todo mundo. Su estancia y su
presencia estremecían. A veces por miedo y a veces por curiosidad.
Aquel pasado mediodía llegó
al periódico ABC en el bulevar Agua Caliente y su convoy se estacionó frente a
las tortas de carne asada, a un ladito del Washmobile, sobre la calle Jalisco.
Se metió al ABC y con un “…barón, vengo por ti para irnos a comer”, no quiso
hablar de nada que no fueran saludos. Taimado, a lo mejor pensó que le grababan
o escuchaban. No quiso ir al Victor’s, al Sombrero, a una cuadra. “Mejor vamos
a otra parte”. Abriéndonos paso y seguidos, solo él y yo en su automóvil.
Cuando se puso al volante: “…perdóname barón, pero por seguridad la pongo
aquí”, y de su cinto sacó tamaña pistolota con el cartucho cortado. La puso en
el asiento, entre los dos, a la mano.
Prendió el motor y antes de
arrancar tomó una ametralladora que traía en el asiento de atrás y la llevó a
sus pies, abajito del asiento. “Por si las moscas, hermano”. Y ahora sí caminó
el Grand Marquis, azul negro, primoroso por fuera e impecable por dentro. Todo
el bulevar Agua Caliente, todo el Díaz Ordaz, hasta la presa y luego como para
Tecate. Me platicaba de Culiacán y de Nuevo Laredo. Hablaba mal del periodista
sinaloense Michel Jacobo, mal y bien de la periodista neolaredense Ninfa de
Andar.
“¿Cómo que para dónde vamos,
barón? Lo traigo para que me diga por qué no le agarró el dinero a Pietro La
Greca”. Siempre me dio la impresión que AguilarGarza le daba vueltas al asunto como para marear y luego dejar caer la
pregunta o el tema a donde quería. Ya ni me acordaba de Pietro. El envaselinado
italiano que unos días antes me pidió “unos minutitos, aquí en la oficina de
Manuel Gastélum Millán”, cerquita de ABC y al otro del chalet que habitó don
Armando Silvestre. Era una minioficina. Bien trajeado, y sin más ni menos, sacó
tantos dólares que ni para contar de un vistazo. Me los daba para que ya no
criticáramos en ABC a Carlitos Aguilar Garza, para que lo dejáramos en paz. A
la negativa vino el ruego. Al rechazo apareció la súplica de rodillas. El por
favor arrepentido pero cortado por un guárdate los billetes o publico que tú y Aguilar
Garza me quieren sobornar.
Foto: Archivo
El caso era que en el
periódico descubrimos que los federales traían puros carros último modelo que
se habían robado personalmente en San Diego o en Chula Vista, en National City
o en La Jolla. Estaba probadito y se hizo una escandalera. Pietro fracasó en su
intento. Por eso aquel rondín con Aguilar Garza. Un recorrido como para meter
miedo. Paró el auto en despoblado. Uno de atrás llegó corriendo con una bolsa
de papel en la mano y se la entregó: “Pues ahora se la ofrezco yo”, al tiempo
que la ponía en mis piernas. “Pues también a ti te digo que no, y vámonos”.
Agarró la bolsa, la echó para atrás y también a rodar el carro. Una, dos y tres
veces preguntó qué quería. Ofreció un auto nuevo para mi esposa o depositar
dinero para mis hijos. Nada le fue aceptado y seguramente para no rogar hizo a
un lado el tema con un “…vámonos a comer”. Nos sentamos en un rincón, junto a
la cocina, del restaurante del hotel El Conquistador. No se volvió a tocar el
tema.
Pasados los días hubo un
encuentro casual con Pietro y resucitó el caso cuando le dije que no me
anduviera ofreciendo “mugrientos” dólares. Jeshú, Jeshú, por favore, eran
cincuenta mil dólare… ¡chincuenta mil!”. Otra vez pasaron los días. Hasta que
en uno de esos Aguilar Garza volvió: “Barón, te traigo un recado de Culiacán”,
y me dijo que había ido para allá. Que habló con periodistas y supo que otros
periodistas me vinieron a ver. Sabía que andaba buscando datos sobre el
asesinato de Roberto Montenegro, un reportero. Sabía que iba a escribir un
libro; que yo estaba enterado de todo, y que, efectivamente, un sobrino del
entonces gobernador Calderón lo mandó matar. También estaban enterados que yo
sabía el verdadero nombre del periodista, pues no era el que todos conocían;
que era profesor como Aguilar Garza y que andaba entre la mafia y el
periodismo; que el gobernador le tenía miedo al libro y era muy peligroso
publicarlo.
Luego vino lo que nunca
olvidaré: “Jesús, tú me demostraste que eres un barón, hoy te demuestro mi
amistad. Te van a matar. Van a matar a tus hijos si se publica el libro. No me
preguntes más”. Otra vez pasaron los días. Decidí hablar a la Ciudad de México
con los editores para suspender todo. Me disculpé aunque se enojaron. A los
pocos días Aguilar Garza me llamó y sin que yo se lo hubiera informado
simplemente me dijo: “Barón, te felicito, qué bueno que decidiste no publicar
el libro”. Nunca más se tocó el tema. Cuando lo trasladaron a Nuevo Laredo me
sorprendió que lo dieran de baja. Luego fue la noticia que la avioneta en que
viajaba se había desplomado a punto de aterrizar en Monterrey. Dicen que
llevaba mucha cocaína. El accidente lo dejó inválido. A su esposa la balacearon
y rumoreaban que él mandó la ejecución.
Meses después unos tipos,
nunca se supo quiénes, llegaron a las afueras de su casa y a través de una
ventana dispararon para matarlo. Estaba en una cama para inválidos. Lo
ejecutaron. Durante y después de esa cascada de tragedias entendí: Nadie me
mandó un recado de Sinaloa. Era su recado.
Tomado de la colección “Dobleplana” de Jesús
blancornelas, publicado por última vez en noviembre de 2009.
Foto: Internet/Camioneta donde viajaba
Manuel Díaz Lerma y escoltas
Los jefes de las policías en
Mexicali ni guardaespaldas traían. Cuando mucho su chofer y a veces ni tal. A
unos les gustaba traer fajada la pistola. A otros les bastaba el uniforme o se
les respetaba simplemente por su estampa de hartos conocidos. Viví 10 años en
Mexicali. Hasta 1974. Entonces puro experto encabezando la Policía Judicial del
Estado. Empíricos. Hechos hasta lo capaz desde “…choferes del señor gobernador
o el Comandante”. Y en la municipal personas muy serias. Sin antecedente en la
corporación pero nada de andar “faroleando” colgándose tantas insignias como
Porfirio Díaz. Solamente uniforme modesto y además respetado. Los jefes
policíacos eran muy conocidos. También sus familias. Entonces la esposa ni los
hijos tenían guardaespaldas ni choferes. Si acaso alguno vigilando la casa pero
no pasaba de allí. Por eso no se sabía sobre relaciones con los delincuentes.
Entonces el narcotráfico navegaba en total discreción hasta el punto de no
saberse quiénes eran los protagonistas. Pero todo fue cambiando. Ahora en
Mexicali los mafiosos rompieron con esa tradición de tranquilidad. Y el ataque
al Secretario de Seguridad Pública, Manuel Díaz Lerma, resulta un hecho jamás
visto en la República Mexicana: Aproximadamente 20 sicarios disparándole a su
camioneta y escoltas a lo largo de cuatro cuadras. Ametralladoras, granadas y
bazuka. Los mexicalenses estremecidos durante este sexenio elorduyista por las
ejecuciones, siempre consideraron a Tijuana la Ciudad más violenta de Baja
California. Pero ahora y en los hechos resaltó sorpresivamente el impresionante
ataque de la mafia.
Manuel Díaz Lerma
Poco después de la balacera
debí viajar a la Ciudad de México. Mis compañeros de ZETA me mantuvieron
informado. Detalle a detalle. Pero expertos en la Capital del país con quienes
platiqué comentaron insistentemente sobre el hecho. Conocedores del movimiento
mafioso consideraron como primer motivo una posibilidad: La de no haber
cumplido el Gobierno del Estado o particularmente el Secretario en tratos con
la mafia. Me hicieron la siguiente observación: Los narcotraficantes se han
dedicado en los últimos meses a matar policías o jefes de corporaciones.
Sucedió en Michoacán. Muchos en Nuevo Laredo. No tantos en Monterrey y, lo más
impresionante, Acapulco. Entonces me dijeron: Casi en todos los casos se
trataba de policías en acuerdo con los narcotraficantes. Pero desgraciadamente
para ellos, no habían cumplido con el pacto. Quedé sorprendido al oír: En los
telediarios se vio a un policía de Acapulco rematar a un narcotraficante herido.
Pues tal oficial estaba también en arreglos con los mafiosos. “Por eso le
cortaron la cabeza”. Y la interpretación a tal decapitación fue: Así como el
disparo fue en ese lugar, entonces le desprendieron tal parte del cuerpo. Y el
cartón donde escribieron “…para que aprendan a respetar”, tiene su significado
real: Los policías fallaron al acuerdo con los narcotraficantes hasta el punto
de excederse. Prácticamente les pagaron con la misma moneda. Y el motivo del
agente para rematar al mafioso se tantea como una forma para silenciarlo. De
haber sido llevado al hospital y de recuperarse, entonces declararía sobre los
acuerdos con los policías.
Hay otros episodios donde los
jefes policíacos son honestos. No quieren nada con la mafia. Así pasó en
Monterrey y con algunos de Nuevo Laredo. El caso del Licenciado Federico
Benítez en Tijuana es ejemplar. Su rechazo al pacto le costó la vida. También
por eso mataron al comandante de Michoacán. Pero en estos casos los expertos me
dijeron: Seguramente agentes apalabrados con los narcotraficantes, les dijeron
haber recibido órdenes de sus jefes. Esto a pesar de las advertencias de no
enfrentarse a los mañosos. Así, en muchas partes del país la mafia se ha
empeñado en ejecutar a comandantes de las policías. Y en algunos casos los
asesinatos son simplemente una advertencia para los demás o quienes vayan a
suplirlos.
Las referencias me
estremecieron. Pero también consideré. El Gobernador del Estado debe solicitar
la renuncia a Manuel Díaz Lerma y Antonio Martínez Luna, Secretario de
Seguridad Pública y Procurador de Justicia del Estado. Esta consideración tiene
su razón:
Foto: Archivo/Antonio Martínez Luna
1.- Ninguno de los dos ha
podido frenar el narcotráfico y secuestros en Baja California en los últimos
años.
2.- Eso es una muestra
evidente de incapacidad. Sus continuas declaraciones de “no vamos a bajar la
guardia”, es expresión de indudable devaluación. Tantas veces dicha y jamás
cumplida ha dejado de ser creíble.
3.- Ahora Díaz Lerma y
Antonio Martínez Luna, incluyendo al Gobernador del Estado, estarán más
preocupados por no ser atacados. Esto indudablemente los desgastará y su
rendimiento será menor en las oficinas. El miedo les abrazará.
4.- El Gobierno del
Licenciado Eugenio Elorduy, a estas alturas y con ataques tan impresionantes
como el de Díaz Lerma, sólo causan mayor desconfianza popular. Y esto puede
reflejarse indudablemente en las próximas elecciones.
5.- Sigue siendo urgente una
“limpia” en las policías. El propio Díaz Lerma reconoció ante ZETA la
existencia de corrupción en las corporaciones. No es la primera ocasión cuando
lo dice. Pero nunca ha ido de las palabras a los hechos.
6.- Supongo: De no solicitar
la renuncia a Díaz Lerma y Martínez Luna, seguirá el peligro de más ataques.
Pero lo más peligroso: Tijuana y Mexicali pueden convertirse en otros Nuevo
Laredo o Acapulco.
7.- Dejar las cosas como
están y realizar una investigación sin capturar, como siempre a las cabezas, no
solucionará en nada la peligrosa situación de Baja California.
Foto: Internet/Eugenio Elorduy Walther
8.- No tiene caso solicitar
la presencia de la Policía Federal Preventiva. Ya hemos visto en otras
ocasiones el resultado. Se necesita en este caso de mayor inteligencia y menos
fuerza. No dudo de la inteligencia. Pero de nada sirve cuando hay un acuerdo de
por medio con los mafiosos.
Indudablemente éste es uno de
los momentos más delicados en el gobierno del Licenciado Eugenio Elorduy. Y en
este caso necesita dos cosas: Primero, dejar de pedir auxilio para buscar a los
culpables. Está visto: Lo ha hecho muchas veces y lejos de tener una solución
verdadera, los problemas han ido en aumento. Aparte se demostró claramente la
incapacidad de las policías bajacaliforniana.
Segundo, buscar a los
cómplices en las mismas corporaciones a sus órdenes. Así se acabará el motivo y
no la consecuencia. De otra forma, si las condiciones siguen como hasta la
fecha, crecerán las sospechas de un gobierno entrampado con el narcotráfico. Y
paralelo a esa creencia, la imparable y mortal acción de sicarios y
secuestradores. Elorduy necesita ser decisivo y mostrar la energía antes
afamada. Tener la posibilidad de pedirle ayuda al Presidente por ser amigos
desde el pasado refleja una realidad: El gobierno federal no ha podido
enfrentar los problemas de Acapulco y Nuevo Laredo. Entonces menos para Baja
California.
Tomado de la colección “Dobleplana” de
Jesús Blancornelas, publicado el 28 de abril de 2006.
La Secretaría de Energía
solicitó posponer las rondas petroleras y la búsqueda de socios para Pemex al
regulador mexicano.
El gobierno de Enrique Peña
Nieto dejó en manos de la próxima administración que encabezará Andrés Manuel
López Obrador el futuro de las licitaciones petroleras en México.
La Comisión Nacional de
Hidrocarburos (CNH) pospuso las Rondas 3.2 y 3.3, planeadas para el 27 de
septiembre y la del 31 de octubre de 2018, hasta febrero de 2019, cuando el
ganador de la elección presidencial y su equipo estén en funciones.
“La Secretaría de Energía
(Sener) solicitó al órgano regulador extender el plazo de estas licitaciones al
primer bimestre de 2019”, comentó Juan Carlos Zepeda, comisionado presidente
del ente regulador, durante sesión extraordinaria número 41 del órgano de
Gobierno.
El funcionario detalló que
también las empresas participantes solicitaron ampliar los plazos por distintas
razones, aunque no especificó cuáles eran.
“Veo positivo que autoricemos
que se amplíen los plazos. Recordemos que estamos en un proceso de revisión de
contratos con la nueva administración”.
Zepeda agregó que la CNH está
a la espera de iniciar el proceso de revisión de contratos, que tomará algunos
meses.
CNH también autorizó
modificar las subastas para Pemex que consisten en siete contratos de
asociación con privados.
Ignacio Mendoza, abogado de
José Manuel Mireles, aseguró que una vez que se reúna este día con su cliente
en Michoacán y tengan acceso a la sentencia determinarán muy “posiblemente”
pedir un pago por indemnización
José Manuel Mireles, fundador
de las autodefensas en Michoacán, celebró la sentencia de un Tribunal Federal
que declaró su libertad absoluta y lo absolvió de todo delito. También
recriminó que se le fabricaron delitos luego de que decidió salvar a su pueblo,
lo que lo mantuvo 2 años y 11 meses en prisiones federales. Su defensa evalúa
presentar una demanda contra el ex Comisionado Alfredo Castillo, el ex
Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, e “incluso” al Presidente
Enrique Peña Nieto.
“Se me fabricaron delitos
cuando decidí salvar a mi pueblo; consciente de ello seguí luchando. Estuve
preso y hoy por fin, después de toda esta persecución política el Poder
Judicial me declara inocente y absuelto de todo delito”, escribió Mireles en su
cuenta de Twitter.
Ignacio Mendoza, abogado de
José Manuel Mireles, aseguró que una vez que se reúna este día con su cliente
en Michoacán y tengan acceso a la sentencia determinarán muy “posiblemente”
pedir un pago por indemnización.
En entrevista con SinEmbargo,
Mendoza dijo que también evalúan denunciar penalmente, por brindarle permiso de
uso de armas, al ex Comisionado Alfredo Castillo, al ex Secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, e “incluso” al Presidente Enrique Peña
Nieto.
El Estado se equivocó en el
manejo de las autodefensas y cometió delitos de lesa humanidad”, afirmó el
abogado vía telefónica desde Morelia.
El doctor Mireles estuvo
encarcelado durante casi tres años en penales federales por el delito de
portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y logró su libertad
bajo fianza en mayo de 2017.
Ayer, el Segundo Tribunal
Unitario del Décimo Primer Circuito declaró su libertad inmediata y absoluta:
“Con esta fecha se dicta la
siguiente resolución: primero se revoca la resolución interlocutoria dictada el
15 de enero de 2017 dentro del incidente de sobreseimiento conexo a la causa
penal 137/2014 que se instruye a José Manuel Mireles Valverde por el delito de
portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, para ahora declarar
procedente el sobreseimiento de dicha causa con efecto de sentencia
absolutoria”, dijo.
Mireles había sido incluido
en la lista de diputaciones plurinominales de Morena para el Congreso de
Michoacán, sin embargo, en mayo pasado, el Tribunal Estatal Electoral de
Michoacán resolvió retirarlo de la lista debido a que su candidatura violó los
derechos políticos y ciudadanos de Francisco Cedillo de Jesús, quien presentó
una queja por la postulación de Mireles.
Respecto al retiro de la
candidatura, el abogado de Mireles recordó que no fue por su situación jurídica
sino por errores de procedimiento del partido.
Foto: Vanguardia/Cuartoscuro
SU LUCHA EN MICHOACÁN
Mireles decidió un 24 de
enero de 2013 tomar las armas desde su rancho en Michoacán. Harto de que el
cártel de Los Caballeros Templarios, derivado de La Familia Michoacana, les
quitara sus cosechas, violara a sus hijas y esposas; armó a los suyos y
emprendió una marcha pueblo por pueblo para expulsar a los criminales.
Ni las autoridades locales,
altamente corrompidas; ni la Policía Federal, y ni aun el Ejército mexicano
había logrado lo que un sólo hombre, el doctor Mireles, logró: unir a la gente
de bien para enfrentar a los criminales.
Pero la rebeldía de Mireles
se extendió, según algunos observadores, más de la cuenta. Un día decidió no
desarmarse como se lo exigía el Gobierno federal, y eso le trajo la desgracia.
El 27 de junio de 2014,
elementos federales lo detuvieron cerca del Puerto de Lázaro Cárdenas y lo
acusaron de distintos crímenes, entre ellos el de posesión de droga.
Pasó meses incomunicado. Su
primera abogada, Talía Vázquez, dijo en aquel momento que sus derechos fueron
violados y que la droga que las autoridades dijeron encontrar en su camioneta
fue colocada ahí ex profeso.
Para muchos fue una venganza
del Gobierno por no someterse a sus exigencias. Muchos consideraron inverosímil
que Mireles, quien se levantó contra un cártel de las drogas, ahora traficara.
Ayer, finalmente fue absuelto de todo cargo.
Un presunto agente de la
Secretaría de Seguridad Pública fue asesinado de varios balazos anoche en el
fraccionamiento los Tulipanes, ubicado al norte de Culiacán.
El reporte preliminar indica
que el atentado ocurrió cuando el presunto agente paseaba sus mascotas en un
parque del fraccionamiento, ubicado por la calle Aerolito, alrededor de las
21:30 horas.
Identificado como Jesús N y
de 42 años de edad, el occiso supuestamente habría estado adscrito como escolta
de un funcionario público.
Autoridades señalaron que la
víctima habría sido interceptada por varios sujetos quienes le dispararon en el
lugar para luego darse a la fuga con rumbo desconocido.
En número crecieron y también en la
cantidad de recursos disponibles. Los fideicomisos se convirtieron en un
instrumento que por su opacidad y la falta de rendición de cuentas, dejan más
dudas que certezas, a tal grado que la próxima administración los incluyó en su
plan de prioridades para cancelarlos.
Actualmente hay 374 fideicomisos que
acumulan 835 mil 477.8 millones de pesos. Esa cantidad de dinero es equivalente
al 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) o es 79 veces el presupuesto
que en un año reciben para desarrollo social Chiapas, Oaxaca y Guerrero, los
tres estados que concentran más pobreza en el país.
De acuerdo con un estudio de Fundar, el
92 por ciento de los recursos disponibles en fideicomisos no tiene un control
de vigilancia, es decir, 772 mil millones de pesos que en teoría deben ser
utilizados para auxiliar a los gobiernos a impulsar áreas de desarrollo
prioritarias y estratégicas.
Ciudad de México, 16 de julio
(SinEmbargo).- El 25 de octubre de 2012 se creó un fideicomiso público para la
aplicación del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos
Humanos y Periodistas, con el que se pretendían obtener recursos adicionales
para salvaguardar la integridad de las personas que estuvieran en riesgo ante
un contexto de violencia.
El mecanismo contempló la
compra de telefonía, la instalación de equipos de vigilancia y seguridad en
inmuebles, facilitación de autos blindados, escoltas e impartir cursos de
autoprotección.
Los recursos pasaron de 52
millones de pesos disponibles en 2012 a 330 millones de pesos en 2017. Para
2018, la disponibilidad se redujo 68 por ciento, lo que refleja que se gastó
gran parte del dinero en ese último año.
La investigación realizada
por Fundar, concluyó que la información general y básica de este fideicomiso no
cumplió con los requisitos mínimos de transparencia, como el uso y destino del
dinero; que es mínima, confusa, poco accesible y no permite tener claridad
sobre la administración, los gastos, las fuentes que alimentan el patrimonio
del fideicomiso, ni los informes de evaluación y cumplimiento.
Y en cuanto a su efectividad,
en los últimos seis años, 44 periodistas han sido asesinados y la organización
Artículo 19 tiene registro de 2 mil agresiones a reporteros. Esos números ponen
a México como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
***
José Antonio Meade Kuribreña y Luis
Videgaray Caso, impulsores de los fideicomisos. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro
El caso mencionado es solo
una aguja en el pajar. Actualmente, 374 fideicomisos concentran 835 mil 477.8
millones de pesos, cantidad que equivale al 4 por ciento del Producto Interno
Bruto (PIB) o a 479 veces el presupuesto que en un año reciben para desarrollo
social Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
Y la principal sombra que
cubre a estas herramientas financieras es la poca transparencia y la “mínima”
rendición de cuentas, lo que complica rastrear el dinero y verificar el ejercicio
de los recursos.
Sin embargo, cada año el
Gobierno federal ha decidido gastar más en ellos de lo que tiene permitido: de
2013 a 2016, se gastó el doble de dinero de lo que el Congreso de la Unión
había aprobado. Es un aumento de más del 79 por ciento, al pasar de 131 mil millones
de pesos a 310 millones pesos.
Esas decisiones se tomaron
bajo las administraciones de Luis Videgaray y José Antonio Meade Kuribreña en
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) como única figura
fideicomitente.
Fundar Centro de Análisis e
Investigación, luego de ingresar más de 2 mil solicitudes de información,
detectó que la información sobre fideicomisos públicos se encuentra dispersa
entre distintas entidades, está fragmentada, no es accesible y no cumple con un
formato de datos abiertos y no cuida un lenguaje ciudadano.
La magnitud del problema está
en que el 92 por ciento de los recursos disponibles en fideicomisos (772 mil
millones de pesos) no tiene un control de vigilancia.
Incluso los fideicomisos
están dentro de las prioridades del nuevo gobierno de México que será
encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en específico dentro de sus 50
lineamientos de austeridad en el que señala que “serán cancelados los
fideicomisos y cualquier otro mecanismo utilizado para ocultar fondos públicos
y evadir la legalidad y la transparencia”.
La única información a la que
se puede acceder en fideicomisos son los montos generales de los ingresos y
egresos. No hay información desagregada sobre los pagos realizados, estados de
cuenta o las contrataciones, al resto sólo la Secretaría de Hacienda y la
Auditoría Superior de la Federación (ASF) tienen pleno acceso.
“Esto en sí mismo es
inaceptable pues en un Estado democrático de derecho es condición básica que
las políticas públicas, y por ende los recursos que se destinan para
implementarlas, estén sujetos al escrutinio público. Más aún en el marco de un
gobierno que, dentro y fuera de sus fronteras se jacta de ser abierto y
transparente”, señala el estudio de Fundar, “Fideicomisos en México. El arte de
desaparecer dinero público”.
A nivel federal existen 374
fideicomisos públicos. En teoría, un fideicomiso funciona para auxiliar a los
gobiernos a impulsar áreas de desarrollo prioritarias y estratégicas, como
serían la infraestructura pública, las pensiones de los trabajadores,
prevención o atención de desastres naturales o estabilidad financiera.
Sin embargo, los recursos
públicos que se ejercen a través de los fideicomisos son usados de manera
discrecional, con poca transparencia y poca rendición de cuentas, por lo que
sirven como instrumentos para desviar recursos públicos que se ingresan a
fideicomisos opacos o privados. Todo, lejos del escrutinio público.
Está también la participación
de estancias privadas, que controlan 68 mil millones de pesos de los
fideicomisos y sus operaciones son confidenciales. Santander es el banco que
más dinero controla (34 mmdp), le sigue Banorte (18 mmdp), BBVA Bancomer (7
mmdp) y Banamex (3 mmdp).
De acuerdo con la ASF, estas
instituciones bancarias tienen el derecho a realizar gastos que no son
considerados como parte del gasto público; ellos tienen sus propios comités
técnicos que son los que deciden sobre el uso de los recursos; no hay un plazo
específico en el que el dinero deba gastarse y no hay ninguna instancia que
supervisa el manejo del dinero y el cumplimiento de los objetivos.
LA CLAVE
Especialistas consultadas por
SinEmbargo, coincidieron en que la próxima administración debería empezar con
obligar que quienes administran los fideicomisos cumplan con los lineamientos
ya establecidos en la Ley de Transparencia para que se pueda tener una
radiografía de todos los movimientos que se hagan y así determinar si el
mecanismo funciona para lo que fue creado.
Ahí entra la labor de la
Secretaría de Hacienda.
Para Liliana Ruiz Ortega,
investigadora del equipo de Gasto y Rendición de Cuentas de México Evalúa, es
preocupante que se tengan más de 300 fideicomisos sin estructura frente a 19
que sí la tienen. Estos 300 no cuentan con una ordenamiento orgánico que se
asimile a alguna entidad o dependencias de la administración pública federal;
no tienen órgano de control interno, que es el que fija que las entidades o
instancias cumplan con sus objetivos y disminuye la ocurrencia de
irregularidades en gasto o de malos manejos.
La Secretaría de Hacienda es
la que autoriza la creación de estos fideicomisos, entonces nadie revisa,
aparte de esa dependencia, si es pertinente el objetivo de cada fideicomiso.
La ley establece que se
justifica que la creación de fideicomisos sin estructura, si sirven para
procurar algún interés nacional, pero de acuerdo con Ruiz, ese concepto es muy
amplio y cualquier cosa se puede meter como de interés.
“Nadie revisa. La ASF, se
mete después, cuando ya se ejercieron los recursos, pero no revisan todos y
tampoco está involucrada en dar una opinión ante la creación de un fideicomiso.
Primero se debe justificar muy atinada y adecuadamente de por qué se recurre a
esa figura, y actualmente es lo que no encontramos”, comentó en entrevista.
Sarahí Salvatierra,
investigadora del programa de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de
Fundar, señaló que se debe tomar en cuenta que en los marcos normativos de
transparencia y rendición de cuentas hay disposiciones para garantizar que los
fideicomisos sean abiertos y tengan cierta publicidad al menos de información
básica disponible.
“Creo que es importante que
se verifique y se vigile que se cumpla con lo que ya garantizan las leyes, las
obligaciones de transparencia en la Ley General que disponen mínimos que ni
siquiera se cumplen en muchos de los fideicomisos, como conocer desde la fuente
que integra su patrimonio, cuál es el destino de los recursos de estos
fideicomisos y verificar los comprobantes del gasto, verificar si son útiles.
Es importante tener un buen diagnóstico de cuáles son los fideicomisos para que
pudieran ser más opacos para darles mayor seguimiento y hacer un diagnóstico de
si están cumpliendo con los fines para cuáles se crearon y verificar si son
instrumentos adecuados para el fin para el cual se crearon”, comentó.
Para la investigadora de
México Evalúa, preocupa que es que mucho del gasto para inversión el que se
transfiere a fideicomisos y cada vez va en aumento sin que quede claro en qué
se gasta, cuando ese dinero es un detonador de crecimiento y productividad en
un contexto en el que hay una descomposición en la manera en cómo se gasta.
Al momento, se tienen seis
principales fideicomisos:
-Estabilización financiera:
318 mil millones.
-Apoyos financieros y otros:
134 mil millones.
-Infraestructura pública: 130
mil millones.
-Pensiones: 89 mil millones.
-Subsidios y apoyos: 69 mil
millones.
-Prestaciones laborales: 28
mil millones.
“Cada vez es mayor la
proporción de gasto en inversión que se ejerce a través de fideicomisos. El
tema de que el gasto en inversión se esté manejando a través de fideicomisos
preocupa porque volvemos a los mismo: son figuras poco transparentes. Uno de
los primeros retos es analizar cuántos fideicomisos se tienen actualmente,
cuáles funcionan, cuál es su objetivo y si los recursos deben seguir
canalizándose a esos fideicomisos, si deben seguir operando o si se deben
extinguir. Primero revisar su pertinencia y a la par, establecer mejores
mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que actualmente no tienen”,
agregó.
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2.2 millones de adolescentes
en México dejan la escuela porque no les alcanzó el dinero: INEGI
DEBE HABER RESPONSABILIDADES
Salvatierra consideró que los
fideicomisos no deben forzosamente desaparecer, pero que sí es importante que
el gobierno que tomará protesta el próximo 1 de diciembre revise los actuales
en los que hay ciertas observaciones o ciertos indicios de irregularidades.
“Hay que tomar en cuenta el
fin por el cual se crearon y si además ese fin afecta de alguna manera la
garantía de derechos o a grupos sociales. Eso es lo más importante, no son solo
instrumentos financieros, al final afecta la calidad de vida de las personas
para las cuales se crearon estos fideicomisos […] Los fideicomisos no son
malos, sino que hay que utilizarlos adecuadamente y evitar que se abuse de
ellos de manera discrecional. Existen algunos fideicomisos que tienen recursos
ociosos que no se están ejerciendo y cuyos fines no se están cumpliendo, entonces
tiene que haber un proceso de extinción que está en la ley”, comentó.
Liliana Ruiz agregó que
revisar los fideicomisos actuales es una tarea que corresponde a la actual
administración.
“Es revisarlos para mejorar
la rendición de cuentas. En 2015, 36 por ciento del gasto en la inversión
física se ejerció a través de fideicomisos públicos, mientras que en 2013 fue
el 17 por ciento. Y cada vez se van más recursos a fideicomisos. Hacienda te
reporta en cada Cuenta Pública que hay menos fideicomisos sin estructura, que
va disminuyendo la cantidad de fideicomisos, pero el monto no”, dijo.
“Si no se cumple
adecuadamente, no está dando buenos resultados, no está garantizando las
razones por las cuales se creó. Sobre todo si son fideicomisos para garantizar
servicios o derechos a grupos sociales”, concluyó Salvatierra.
(SIN EMBARGO/ Daniela Barragán/INVESTIGACIONES/ 16 DE
JULIO 2018)