El servicio enfrenta disminución del
presupuesto en 2015 y 2016, lo que dificulta el abasto de medicamentos que
llega al 75 por ciento en el primer nivel.
El tiempo de espera es de más de una hora al acudir sin cita al centro
médico, mientras que en los consultorios anexos a las farmacias, ronda los 30
minutos
Ana Gabriela Hernández,
derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), espera
alrededor de 25 minutos para entrar a consulta en una de las farmacias Roma de
Tijuana. Acude a ese establecimiento porque “ir al Seguro es perder todo el
día, y luego para el medicamento, que te dan que ni te cura”.
Esta percepción es compartida
por alrededor de treinta pacientes que diariamente se atienden en el turno
vespertino en dicho local, narra la doctora Brenda Arce, quien desde hace cinco
años consulta ahí y trabaja en el sector público.
La profesional de la salud
comentó que 70 por ciento de los pacientes que ve son derechohabientes del
IMSS, el resto están afiliados a otras instituciones como ISSSTE y Seguro
Popular. Además de los estadounidenses que cruzan a México, debido a que el
servicio de salud es más barato en enfermedades que no cubren las aseguradoras,
y obtienen los medicamentos de forma rápida y segura.
De acuerdo con la Asociación Nacional
de Farmacias de México (Anafarmex), en Baja California existen alrededor de dos
mil farmacias con consultorios anexos, de los cuales 40% se ubican en
Tijuana. En el último año, el
crecimiento de esos locales fue similar a la tendencia nacional, por lo que se
estima que alrededor de 700 se establecieron en la entidad durante ese lapso.
Brenda Arce señaló que, si
bien en estos locales se atienden enfermedades comunes como las estacionales,
respiratorias (en invierno) y gastrointestinales (en verano), también se revisa
a pacientes con padecimientos crónico degenerativos y se da seguimiento a
embarazadas y niños, a quienes se canaliza a diferentes instituciones cuando su
condición médica así lo requiere, o para estudios de gabinete, laboratorio y vacunas.
En esta última área la
entidad tiene un gran déficit comparado con otras de la República, donde hay un
seguimiento férreo del esquema de vacunación infantil.
“En Baja California se da
mucho el desabasto de vacunas, sobre todo en la triple (difteria, tosferina y
tétanos), y la vigilancia inmunitaria es deficiente so pretexto de que en
Tijuana hay mucha población flotante”, expresó.
Para la profesional de la
salud, la saturación que presentan las instituciones de salud pública,
particularmente la que vive el Hospital General de Tijuana, ha llevado a que
los tijuanenses opten por el consultorio anexo a las farmacias, los cuales
también están cerca del lugar donde habitan y/o trabajan.
“En Tijuana faltan más
hospitales. Hace algunos años el gobierno estatal había planeado uno cerca del
Bulevar 2000, pero no se ha construido, dónde está el presupuesto para éste”,
cuestionó.
César Alejandro Monraz
Sustaita, director del Seguro Popular en Baja California, reconoció que, pese
al avance en el tema del suministro de medicamentos persiste un desabasto de
25% en el primer nivel (medicina general), y de 15% en el segundo nivel
(especialistas).
Indicó que el Seguro Popular
tiene 33 mil 335 afiliados al 2 de enero de 2018, quienes se atienden en 145
centros de salud del Estado. La cantidad de afiliados es inferior a la de 2014,
producto de una depuración de 215 mil registros en el padrón, que estaban
duplicados en otras instituciones de salud pública como IMSS, ISSSTE y Fuerzas
Armadas.
Por ello, el presupuesto del
Seguro Popular en Baja California también disminuyó 215 millones entre 2015 y
2016. De modo que para 2018 se contará con alrededor de mil 065 millones de
pesos, monto similar al del año pasado, lo que complica las finanzas para
adquirir medicamento.
Pese al recorte presupuestal,
Monraz Sustaita precisó que en Tijuana se atienden 433 mil 471 afiliados; en
Mexicali, 284 mil 584; en Ensenada, 218 mil 939; en Playas de Rosarito, 59 mil
383; y en Tecate, 36 mil 958. En conjunto, el Seguro Popular brindó 245 mil
consultas en 2017, que representan alrededor de 3% más que el año anterior.
Dijo que mediante el Programa
Médico Siglo XXI, cuya póliza es gratuita, el Seguro Popular cubre 487
padecimientos en adultos, lo que equivale a cerca de 90% de las enfermedades de
las mil 560 establecidas en el Catálogo Universal de los Servicios de Salud.
Aparte cubre 61 padecimientos considerados como gastos catastróficos: cáncer,
hemofilia y VIH-Sida, entre otros. Mientras que en menores de 0 a 5 años, la
cobertura es de 100% de las enfermedades.
Dato relevante si se toma en
cuenta que la proporción de afiliados al Seguro Popular es más alta en los
niveles socioeconómicos más bajos del país, ubicándose en 87% de afiliación en
el quintil más pobre, en contraste, en el más alto es de 20.8%.
Por otro lado, el funcionario
admitió que no se ha logrado la universalidad de la salud en el Estado, debido
a que a la fecha no se ha firmado convenio con otras instituciones de salud,
“en virtud de que el IMSS no unifica sus costos de intervenciones, los cuales
son distintos a los del ISSSTE, ISSSTECALI y el Seguro Popular”.
TIEMPO DE ESPERA NO DISMINUYE EN INSTITUCIONES DE
SALUD PÚBLICA
Según la Encuesta Nacional de
Salud y Nutrición de Medio Camino (ENSANUT MC 2016), el promedio de tiempo de
espera para que un paciente reciba atención médica en México es de 70.86
minutos. El contraste más significativo se da entre los 29.51 minutos que un
usuario espera al acudir a los consultorios anexos a las farmacias, y los 91.15
minutos de espera en los servicios estatales.
De acuerdo con Alejandro
Monraz Sustaita, cuando un afiliado al Seguro Popular en Baja California acude
con cita al centro de salud, el tiempo promedio de espera ronda los 20 minutos,
sin embargo, si no cuenta con ella, el lapso puede incrementar hasta una hora
después de tener una ficha en la mano.
En el IMSS Prospera (que
atiende a población en condición vulnerable sin seguridad social) el promedio
nacional es de 81.84 minutos; en el IMSS, 70.23 minutos; en otras instituciones
públicas, 66.76 minutos; en el ISSSTE, 63.75 minutos; en Pemex, Sedena y Semar,
42.04 minutos; y en el sector privado (que no incluye los consultorios anexos a
las farmacias), 31.73 minutos.
Respecto a la duración de la
consulta, datos publicados por el Instituto Nacional de Salud Pública indican
que el promedio en el país es de 28.7 minutos. “La duración de la consulta es
ligeramente mayor en los servicios públicos como Pemex, Sedena y Semar, con 33
minutos, y en los servicios privados (excluyendo a los consultorios anexos a
las farmacias), con 32.1 minutos”.
AUMENTAN CONSULTORIOS ANEXOS A LAS FARMACIAS EN MÉXICO
De 2016 a 2017 el número de
consultorios anexos a las farmacias aumentó 35%, es decir, 4 mil 500 más en el
país, para llegar a 15 mil a finales del año pasado. De los cuales, 13 mil los
concentran las principales cadenas: Farmacias Similares, Farmacias del Ahorro,
Farmacias Benavides, Farmacias Guadalajara, Femsa, Walmart y otros
autoservicios, detalló Marcos Pascual Cruz, director comercial de la Anafarmex.
Indicó que la Ciudad de
México y área conurbada; Guadalajara, Jalisco; así como Monterrey, Nuevo León,
son las zonas donde se concentra cerca del 45% del total de farmacias con
consultorio. En contraste, Colima es la entidad federativa con menos locales.
En entrevista recordó que los
consultorios anexos a las farmacias se expandieron después de que la Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) regulara la
dispensación de antibióticos en las farmacias, de modo que, a partir de 2010
solo se venden al presentar la receta firmada por el profesional de la salud
que los prescribe.
Otro factor que incide en el
crecimiento de estos establecimientos es la influencia de los medicamentos
genéricos, los cuales representan 60% de las unidades totales que se
comercializan en nuestro país, y significan hasta 40% (66 mil millones de
pesos) del valor total del mercado, que es de 220 mil millones de pesos.
En ese sentido, Pascual Cruz
destacó que el precio del medicamento genérico es inferior hasta en 70% en
comparación con los llamados de patente. “Este diferencial de precio para el
consumidor ha hecho que se vaya posicionando más. Y en estos consultorios es lo
que se está dando”.
Actualmente, las farmacias
están incorporando mejores servicios de salud en el consultorio anexo con
precios bajos, con lo que hacen una labor social, y se pretende haya mayor
profesionalización de su personal.
“Dentro de los próximos
meses, los usuarios encontrarán una variedad de servicios en las principales
cadenas como: química seca, química sanguínea, análisis clínicos y seguros
médicos a muy bajo costo, no mayor a los 500 pesos, para que el cliente pueda
tener acceso a consultas con especialistas de algún catálogo que incluirá más
servicios”, anticipó.
La cercanía, el
posicionamiento del médico de la colonia y la calidad de la atención, son las
principales fortalezas para que los consultorios anexos a las farmacias sigan
captando más usuarios en un futuro.
El incremento de estos
establecimientos también contribuye a la farmacovigilancia en la que se
colabora con las autoridades para determinar qué medicamento está teniendo
reacciones adversas; aunado al aporte en cuanto al diagnóstico de enfermedades
crónico degenerativas, y a las estadísticas de dichos padecimientos, resaltó.
ESTADO, EJE RECTOR EN LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE
SALUD
Martín Vera Martínez,
profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC),
consideró que la creciente participación del sector privado en la prestación de
servicios de salud contribuye a mejorar la cobertura sanitaria, y no constituye
la privatización de los mismos, toda vez que el Estado no deja de ser el actor
obligado de vigilar que la atención sea de calidad, para que se preserve el
bien público, que es la salud y no se mercantilice.
Actualmente, los consultorios
ligados a las farmacias brindan cerca de 400 mil consultas diarias a lo largo
del territorio nacional, cantidad que paulatinamente se va acercando a las 500
mil que otorga el Seguro Social, y ya superó por mucho a las 96 mil ofrecidas
por el ISSSTE.
Dijo que el riesgo de una
mayor participación del sector privado sin el equilibrio del sector público es
que la atención se encarezca paulatinamente, sobre todo en tratamientos de
largo plazo e intervenciones quirúrgicas, lo que lo haría elitista.
Por otro lado, subrayó que el
Estado también debe generar mayor competencia en el sector para evitar los
monopolios, porque la prestación de servicios privados de consulta ligados a
farmacia todavía está muy concentrada.
“Predomina la cadena de las
Farmacias Similares y los consorcios vinculados a las fundaciones de Carlos
Slim, y del propietario de la empresa SuKarne, Jesús Vizcarra Calderón”, señaló
el académico de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, quien
agregó que uno de estos actores también es preponderante en telefonía,
laboratorios clínicos y consultas médicas, lo que es mucha concentración de
recursos públicos.
Además, dijo que el proyecto
de la creación de la cartilla de salud electrónica está desarrollándose en la
fundación vinculada a Carlos Slim. “Es muy delicado que la información de salud
de la población mexicana esté en manos de particulares porque abre un mercado
multimillonario, que no necesariamente generará un escenario de mayor
competencia, cobertura y calidad”.
A juicio del experto en
administración pública, debería haber mayor competitividad para que existan
organizaciones privadas o de beneficencia con presencia local, de modo que se
active el empleo de los médicos, la circulación del dinero, el abasto de
medicamentos en ese nivel.
“No pasar de un monopolio a
otro, sino hacer un sistema más compartido y competitivo para tener mejores
servicios privados y públicos”, externó.
El que cada vez más mexicanos
acudan a estos establecimientos es una llamada de atención para las
instituciones públicas y deberá motivar su autocrítica en aras de mejorar la
calidez y calidad del servicio que prestan, sobre todo en el primer nivel,
puesto que las dependencias sanitarias tienen que rendir cuentas a los
contribuyentes.
Sin embargo, a pesar que
desde hace 20 años se ha impulsado un cambio, en México no se asigna el
presupuesto por la calidad efectiva de los servicios, como sucede en otros
países.
“En Inglaterra, a los médicos
se les paga su sueldo y aparte un poco más si logran que los pacientes dejen de
fumar o bajen el nivel de colesterol, de esa forma se combaten enfermedades
crónico degenerativas que hoy cuestan mucho dinero y tienen muy castigados a
amplios sectores de la población, pero en nuestro país al doctor se le mide por
el número de pacientes que atendió y no por los resultados que tuvo la
consulta”, finalizó.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / JULIETA ARAGÓN/
LUNES, 15 ENERO, 2018 12:00 PM)
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