viernes, 27 de mayo de 2016

ELSA VELASCO, DEL INFIERNO A LA GLORIA... DE LA BASURA


En el 2014, por recomendación de Carlos Tapia Astiazarán, y por instrucción posterior de Guillermo Padrés Elías, se formó un colegiado compuesto por Mario Cuen Arana, entonces tesorero de Hacienda; Javier Alcaraz Ortega, director de Imagen Institucional; y el propio Carlos Tapia Astiazarán, Oficial Mayor.

La consigna era no permitir más la operación a manos libres de Jorge Morales Borbón, entonces secretario de Comunicación Social.

Tapia, Alcaraz y Cuen, los tres, negociaron durante el 2014, cuanto contrato con medios de publicidad y comunicación pudieron, hasta que en el 2015 le regresan a Morales Borbón, sin haberse nunca conocido las condiciones, esas mismas cuentas que antes controlaron.

Ya en el proceso electoral, y a la hora de conjuntar la planilla de regidores del candidato Damián Zepeda Vidales, Carlos Tapia Astiazarán logró, bajo recomendación estricta de Guillermo Padrés Elías, que su esposa, Elsa Velasco Chico, fuese incluida como tal.

Una vez perdida la elección, Tapia Aztiazarán empuja de nuevo, y Velasco Chico se convierte, oficialmente, en regidora de Acción Nacional.

Durante todo el proceso electoral, la descalificación, la crítica, los señalamientos y hasta la burla mordaz por ser esposa del padrecista Tapia Aztiazarán fue lo que acompaño a Elsa Velasco, acusando esas voces enconadas, que pasaba por encima de perfiles panistas que merecían esa oportunidad, solo por recomendación de su entonces influyente esposo.

Nepotismo y favoritismo vil y despiadado, dijeron.

Durante los ocho meses de esta administración malorista, la regidora Elsa Velasco Chico no ha hecho absolutamente nada trascendental, o nada que la posicione como una buena regidora.

-Cobra tu cheque y no hagas ruido-, debió ser la recomendación de su esposo, que experimentado padrecista, hizo lo mismo durante seis años, en los que se prestó en cuerpo y alma a permitir que sus amigos funcionarios hicieran lo que en gana les pareció, sin mover un solo dedo por evitarlo.

Pero, gracias a Salvador Díaz Olguín, secretario del sindicato de trabajadores del Ayuntamiento, esta regidora padrecista escuchó, por primera vez en su vida, las mieles del aplauso a su figura política, prodigados por una cincuentena de trabajadores de la recolección de basura, azuzados por el dirigente sindical, quien la presentó, junto al resto de regidores de oposición, como héroes de una película de Marvel.

-Los regidores de oposición están de nuestro lado, ellos nos ayudaron, ellos nos entienden- dijo a los sindicalizados que, empujados por esas palabras, aplaudían y gritaban -gracias regidores-, mientras Salvador Díaz Olguín, los abrazaba y palmeaba por la espalda.

Atrás quedaron seis años de administraciones panistas en los que el sindicato, desesperadamente, hacia antesala en la caja de tesorería reclamando pagos por becas, gastos funerarios, renuncias, caja de ahorro y otras prestaciones sindicales, que le fueron negadas o retrasadas por panistas como a los que ahora cobija.

El caso de Elsa Velasco Chico, la regidora más padrecista de todos, es todavía más lastimoso.

Mire usted:

La sorpresa en el rostro de ella ante tal manifestación de euforia, deja claro que ya le entendió al concepto de ser oposición, golpeando a la administración malorista con la izquierda, y con la derecha jalando agua para su molinito.

Esta situación, en la que los regidores del PAN, los de Movimiento Ciudadano, y uno de Morena, se ponen de parte del sindicato que representa a los trabajadores del Ayuntamiento, no hace más que politizar aún más el engorroso tema de la privatización o no de la basura en Hermosillo.

Y eso, politizar los temas, es lo que los padrecistas están buscando con desesperación, y Elsa Velasco Chico, esposa de uno de ellos, y además regidora como ya se expuso, se convertirá en el canal para que, en adelante, así suceda con todas las acciones que el gobierno municipal pretenda ejercer en el futuro.

Pero, ¿Por qué es lastimoso el tema de Elsa Velasco?

Durante seis años de administración estatal de Guillermo Padrés, con su esposo como Oficial Mayor en el último periodo del mismo, esta cincuentena de recolectores de la basura que le aplaudieron y la vitorearon, sufrieron los embates de la corrupción padrecista, ante la suspensión en el pago de becas educativas, retraso en la entrega de uniformes escolares, falta de transporte gratuito a estudiantes y de medicamentos en hospitales, endurecimiento en programas sociales, entre otras agravantes que atentaron vilmente con lo que ahora dicen defender: el patrimonio familiar.

Como premio a eso, Salvador Díaz Olguín la exaltó, y la hizo sentirse como una heroína.

En su defensa por sostener el pago de horas extras, -que de alguna forma le genera un beneficio personal-, traiciona los más elementales principios de ética, orgullo y autonomía sindical.

Ahora, los padrecistas que antes los agredieron en todas las formas posibles, encabezaran sus marchas y sus protestas. Lástima.

@mensajero34 elmensajero.mx


(DOSSIER POLITICO/ GILBERTO ARMENTA /EL MENSAJERO/ 2016-05-27)

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