lunes, 18 de enero de 2016

LA UAS EN SU NARCOLABERINTO


Publicamos una información que teníamos confirmada desde octubre. No lo habíamos hecho antes por prudencia. El tema de suyo es delicado y el contexto lo hacía sumamente riesgoso. Con esos cuidados hemos navegado este barquito de papel desde que le pusimos las primeras tablas, en 2003.

Los indicios nos llegaron la segunda semana de octubre. El Chapo Guzmán se había reunido con Kate del Castillo en la reserva de la UAS. La fuente era muy seria y la historia verosímil debido a los antecedentes: los mensajes de la actriz al capo y cierto coqueteo de parte de ella.

No lo pensamos dos veces, había que ir al lugar y fuimos dos reporteros. Con los datos que llevábamos y una cámara, no ocupamos ni libreta. Las cosas importantes no se olvidan. Charlamos con gente de la reserva y obtuvimos los detalles. Gente de la cabecera municipal que había estado al tanto, contó el resto.

Como sabíamos que Kate del Castillo vivía en los Estados Unidos, debíamos documentar su presencia en nuestro país en esas fechas. Por eso solicitamos información en el Instituto Nacional de Migración, donde nos dijeron que no había registro reciente de su ingreso a México.

Pero era indudable que ella había estado aquí, porque el 3 de octubre por la noche posteó una fotografía desde un hotel de Guadalajara donde presentó su tequila “Honor”. La acompaña Sean Penn y los ameniza un mariachi. Buscamos una entrevista con ella y nos mandó al carajo.

Pero días después de que detuvieron al Chapo el propio Sean Penn nos hizo un regalo, pues publicó una crónica-entrevista en la revista Rolling Stone, donde narra los pormenores del encuentro y hace la misma descripción que nosotros podemos hacer del lugar donde estuvieron.

Nosotros pisamos el césped donde once días antes ellos habían estado, subimos las mismas escaleras, caminamos por los mismos pasillos, entramos a las cabañas, fotografiamos las camas, los comedores, las cocinas y hasta los biombos que Penn describe en su crónica cuando dice que la cama donde descansa Kate solo está separada de ellos por un “divisor de privacidad”.

Las terrazas de las cabañas que Penn dibuja, también. La comida es la misma… y el hecho de que no se vieran por ningún lado las armas largas, lo cual nos fue contado por nuestras fuentes. Las paredes blancas están por todas partes y una de ellas sirvió de fondo para las fotografías que el actor y el capo se tomaron.

Incluso los trayectos que Sean Penn describe. No se llega a la Reserva, desde la cabecera municipal, sin pasar varios pueblos y vados.

La salida intempestiva de los visitantes fue registrada en nuestros apuntes aunque no por la razón que cuenta Penn, cuando habla que se vino una tormenta, sino porque recibieron el “pitazo” de que había peligro.

¿Qué quiere el rector de la UAS que se documente? ¿Imágenes de la reunión? No dude, doctor Guerra, que un día salgan a la luz. Una actitud más sobria le hubiera dado la estatura de un líder rosalino como los ha tenido sin duda la UAS en otros tiempos. Decir que si hubiera sido cierto se habría hecho presente para pedirle un autógrafo a la actriz, es una frivolidad que lo empequeñece. Y emplazar, como lo ha hecho, a Ríodoce a que documente lo dicho o presente disculpas, es no tener idea de la madera con que está hecho este esfuerzo periodístico.

Hemos cometido errores y los hemos asumido. No hace mucho retiramos de la circulación, el mismo domingo que salimos, todos los ejemplares de Ríodoce porque publicamos una fotografía equivocada con la cual causábamos daños a terceros.

Pero si publicamos esta historia que pone en entredicho la solvencia moral y ética de una institución, es porque estamos convencidos de su veracidad. Ya será tarea de las autoridades federales  investigar los hechos. Y ahí estaremos, si es el caso, para asumir las consecuencias.

BOLA Y CADENA

EL 27 DE NOVIEMBRE PASADO, dos funcionarios de la UAS fueron levantados. Venían de la facultad de Agricultura. Uno de ellos fue un exdirector de la facultad, Jacobo Enrique Cruz Ortega y el otro, Alfredo Leal, administrador de la Reserva de la UAS en Cosalá. A éste lo soltaron después de darle unos golpes y al otro se lo llevaron. Después de golpearlo le quitaron el vehículo. La UAS interpuso denuncia por robo de vehículos pero se sospechó entre los mismos funcionarios que quienes perpetraron el ataque fueron agentes de la Marina vestidos de civil y que iban no por el carro, sino por información.

SENTIDO CONTRARIO

Fue un golpe demoledor al Chapo. No al cártel, sino a él. La mirada perdida en esa fotografía donde aparece junto a Orso Iván Gastélum, el Cholo, lo dice todo. Joaquín Guzmán Loera, quien llegó a sentirse en los cuernos de la luna después de su segunda fuga, había perdido el piso. Rompió las reglas que han permitido que hombres como Ismael Zambada García, con más de 40 años en el negocio de las drogas, no haya sido detenido nunca. Lejos de pretensiones exhibicionistas, cuando el Mayo salió a la luz pública en una entrevista que le concedió a Julio Scherer García, en abril de 2010, lo hizo como estratega. Con ella les dijo a los gringos ustedes tienen a mi hijo (Vicente Zambada García) y yo tengo información. Y estoy ante el periodista más prestigiado del país. Y fue un éxito, porque al final ganó la batalla legal.

HUMO NEGRO

Al Chapo lo mataron la fama y su afán exacerbado con las mujeres, combinación fatal para un hombre de su estatura en el mundo del narcotráfico, uno de los negocios ilícitos más rentables hoy día, y cuyo éxito depende, ente muchas otras cosas, de una cualidad: la disciplina. Y fue esta cualidad la que Guzmán Loera transgredió. Y la que lo regresó a prisión.
                       

(RIODOCE/COLUMNA “ALTARES Y SÓTANOS” DE ISMAEL BOJORQUEZ / 17 enero, 2016)  

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