sábado, 10 de noviembre de 2012

EL PELIGROSO ANDAR DE LA MUJER EN SINALOA


Odio, agresiones sexuales, venganzas… asesinatos
Javier Valdez    
  —¿Es peligroso ser mujer en Sinaloa?

—No, no es peligroso. Pero si no cambiamos patrones ni somos conscientes y seguimos justificando la violencia generalizada contra las mujeres, para allá vamos.


Es Elizabeth Ávila Carrancio, directora del Instituto Sinaloense de las Mujeres (Ismujeres), quien advierte que tanto a nivel nacional como en Sinaloa se tiene que poner un alto a este ambiente de agresiones y a la cultura de exaltación de la violencia, y empezar a pagar la deuda que en materia de justicia se tiene respecto a las mujeres.

En el estado, en lo que va del año, al menos 65 mujeres han sido asesinadas de manera violenta, de acuerdo con datos de este organismo. Lo preocupante, agregó la funcionaria estatal, son los casos recientes de féminas ultimadas con altos niveles de crueldad y odio.


“Las características de estos dos casos recientes contienen evidencias de abusos sexuales y ese es uno de los rasgos más determinantes de violencia feminicida, de una agresión por condición sexual, de género. La máxima manifestación de odio se da en la agresión sexual, por la tremenda carga de odio, de desprecio hacia la víctima”, dijo.


El otro factor que debe preocupar a autoridades y sociedad, agregó, es la edad, ya que hay indicadores que en el rango de 15 a 25 años se ve más recrudecida la agresión hacia las mujeres.


“Esto de la edad está ganando terreno. Antes era rangos de mayor edad, pero se redujo. Esto está relacionado con la libertad sexual de las mujeres y hay quienes la justifican diciendo que el homicida era el novio, que tenía celos, que la mataron porque se lo merecía. Es una justificación social, una descalificación hacia la víctima y su familia, entonces las estamos revictimizando”, sostuvo.


La víctima y su entorno familiar, aseguró, sufren la destrucción, no solo de una vida, sino de la dignidad, el buen nombre, que es un derecho plasmado en la Constitución.


Dijo que en el caso de las mujeres, la justificación consiste en que el hombre tiene celos y puede disponer de la persona porque siente el derecho de propiedad sobre ella y por lo tanto de quitarle la vida.


Dos vidas
 
La madrugada del 28 de octubre, la joven Karla María, de 16 años y estudiante de preparatoria de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), fue muerta a cuchilladas dentro de su domicilio, en la comunidad La Entrada, municipio de Guasave. Las primeras versiones indicaron que se había resistido al abuso sexual, pero luego las investigaciones realizadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) permitieron dar con el presunto responsable, identificado como Domingo Espinoza Reina, de 66 años de edad, quien así se refirió a los hechos ante los reporteros:

—¿Por qué la mataste?

—Por coraje, por amor y celos.

—¿Te gustaba?

—Sí.

El procurador Marco Antonio Higuera Gómez informó en conferencia de prensa que el homicida esperó pacientemente a la joven, quien permaneció alrededor de 20 minutos conversando con su novio. Espinoza se refugió en el baño de la vivienda y cuando la ella entró la sorprendió, forcejearon, la joven alcanzó a gritar y luego fue acuchillada. El hermano de Karla María, de nombre Marco Antonio, escuchó ruido y entró a la habitación para defenderla, pero fue también agredido en el hombro por el homicida, quien fue detenido cerca de la comunidad de Juan José Ríos por agentes de la Policía Ministerial del Estado (PME).


El otro caso reciente es el de la joven Ángela Lizbeth, de 15 años y también estudiante de preparatoria de esa casa de estudios. El cadáver de la menor fue hallado en un cuarto de hotel del centro de la ciudad de Culiacán, el 29 de octubre, cuando los empleados acudieran a la habitación a cobrar.


El agresor, quien no ha sido identificado, dejó las instalaciones del hotel días antes. La hoy occisa tenía su domicilio en el fraccionamiento Montesierra, en esta ciudad capital, y el dictamen de la Coordinación de Investigación Criminalística y Servicios Periciales de la PGJE señala que la joven fue asfixiada.


Los números del escándalo
 
Sinaloa está en la lista de los cuatro estados con mayor incidencia de mujeres asesinadas. Así lo dicen los datos del Ismujeres: Chihuahua encabeza, le siguen Nuevo León, el Estado de México y esta entidad.

Del total de casos en el estado, 47 fueron muertas con arma de fuego, generalmente de alto poder, siete con arma blanca —lo que refleja saña, crueldad, mayor violencia y odio hacia las mujeres—, una por sofocación, seis más estranguladas, dos por asfixia y dos por golpes o contusiones.


Datos extraoficiales indican que alrededor del 70 por ciento de los casos de asesinatos de mujeres tienen nexos con el narcotráfico. Información de la Procuraduría de Justicia afirman que el 21.5 por ciento de estos homicidios han sido consignados.


“De estos 65 homicidios dolosos de mujeres, 22 son feminicidios, los cuales corresponden al 33.84 por ciento del total. 14 de estos crímenes fueron tipificados por el supuesto V, que se refiere a exposición del cuerpo en lugar público, incomunicada, y dos fueron tipificados por el supuesto II, de violencia familiar, y otros dos fueron tipificados por los supuestos IV y VI, de historial de violencia hacia la víctima, como amenazas, acoso, violencia o lesiones del sujeto activo, y estado de indefensión”, indica el reporte más reciente del Ismujeres.


En el 2009, señala el Instituto, sumaron 69 homicidios de mujeres y diciembre, con nueve asesinatos, fue el que tuvo más incidencia. En el 2010 fueron 17 casos en enero, que tuvo el mayor número, y 111 durante el año. En 2011, enero y octubre empataron con 13 homicidios y ese año sumaron 110. En lo que va de 2012 van 65 asesinatos de mujeres y mayo alcanzó el mayor número de casos, con 12.


Los datos del Ismujeres indican que Culiacán, la capital del estado, es el municipio con más asesinatos de mujeres, al sumar 38 en el 2009, 41 en el 2010, 36 en el 2011, y 25 en lo que va de 2012. Los segundos lugares se reparten: Navolato sumó cuatro en 2009, Mazatlán 15 —seguido de Ahome, con 12— en el 2010, en el 2011 de nuevo Mazatlán con 18, y en el 2012 es Ahome con 11 homicidios.


“De 2009 a la fecha se han cometido 355 homicidios dolosos de mujeres en el estado de Sinaloa (…) el año pasado a esta fecha se habían cometido 92 homicidios dolosos de mujeres (y) este año llevamos 27 homicidios menos de mujeres”, indica el reporte.


Datos preliminares del Censo de Población y Vivienda 2010, señalan que en Sinaloa hay 2 millones 767 mil 761 personas, de los cuales 50.3 por ciento son mujeres (poco más de 1 millón 300 mil), y 49.7 por ciento son hombres (1 millón 376 mil). Pero el índice de violencia, según la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, es de 42.3 por ciento.


Historias de horror
 
En el ejido Bachomobampo, municipio de Ahome, fue hallado el cadáver de Nancy Gabriela Izaguirre Ciañez, el 18 de octubre. Tenía rastros de golpes en cabeza y nuca, y estaba desaparecida desde el 16 de ese mes. El agresor fue identificado como Marco Rafael Villarreal Lachica, su esposo.

Supuestamente el crimen fue cometido “por celos”, ya que el esposo, de quien estaba separada, sospechaba que ella tenía otra relación.


Ana Karen Cermeño Arévalos, de 22 años, fue otra víctima de la violencia. Era de Mazatlán y se desempeñaba como cocinera. Fue encontrada herida, con un balazo en la cabeza, el 23 de octubre, en una habitación de su casa. De alguna manera y con señas, logró explicar a las autoridades que había sido su esposo el agresor. Se le diagnosticó muerte cerebral y los familiares decidieron donar sus órganos.


Silvia Gallegos Ramírez, de 35 años, fue hallada muerta debajo del puente San Blas, cerca de La Palma, municipio de Navolato. Ella y un hombre que no ha sido identificado, estaban dentro de un automóvil. Silvia, con domicilio en Quilá, tenía un balazo en la cabeza y huellas de tortura, estaba en la cajuela del vehículo, el cual fue aventado por los homicidas a un canal.


En los límites de Sinaloa con Nayarit, las autoridades encontraron el cadáver de Érika Guadalupe Cárdenas Ganda, el 27 de octubre. Estaba envuelta en plásticos y tenía lesiones de bala, manos y pies atados. Era originaria de Mazatlán, de acuerdo con versiones extraoficiales.


También en ese puerto fue asesinada Jubiet Kareli Ulibarría Sarabia, de 22 años y ama de casa. El 27 de octubre fue muerta a puñaladas por su expareja. La joven tenía un mes de haber parido y el homicida, de nombre Luis Alberto Lizárraga García, de 18 años —quien no ha sido detenido—, le insistía en que regresaran, a lo que ella se negó. Tenía una cuchillada en el pecho y otra en el brazo. Murió en un hospital, al que fue llevada por un vecino.


Justicia, una deuda que crece
 
“Falta más contundencia en la autoridad en la resolución de casos. Tenemos una deuda pendiente hacia la mujer en el acceso a la justicia. Una deuda grande y a nivel nacional, no solo en cuanto al asunto penal, sino en cuanto al hecho de que sigan siendo muy vulnerables, a las pensiones que tienen derecho, cuando pierden a sus hijos, que no pueden desprenderse del agresor, o ante casos de violencia”, manifestó Ávila Carrancio.

Es necesario, expresó, un reconocimiento social y contundente de los derechos de la mujer, de la atención y los privilegios que merecen a la hora de requerir protección y todas las autoridades deben esforzarse para que este sector poblacional acceda a la justicia.


“Es una agresión latente, un absurdo, el castigo a los agresores de mujeres. Ellos, los agresores, saben que si golpean a una mujer no va a pasar nada y el mensaje que dejan las leyes, que incluye pena alternativa para que los delincuentes no pisen la cárcel, es una nada en este país. Es eso, una agresión latente hacia las mujeres”, sostuvo.


En Sinaloa, la misoginia y la cultura patriarcal están muy arraigadas, aseguró la directora del Ismujeres. Eso es grave en esta entidad, porque favorece la violencia hacia las mujeres. Y la justifica.


“Hay un desprecio hacia la mujer en la sociedad, un discurso de descalificación y de permisividad respecto a estas agresiones. Y esto no es otra cosa que la justificación de los homicidios hacia las mujeres, nada más: como si matarlas significa un estorbo menos”.


En 2012

65 mujeres asesinadas
22 feminicidios

70%

Vinculados con el narcotráfico

Rango de edad de las víctimas

15 a 25 años

42.3%

Índice de violencia en hogares
 

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