miércoles, 9 de mayo de 2012

LA CLASE POLÍTICA GUAYMENSE DEJA MUCHO QUE DESEAR


La Viña del Señor

Mientras las campañas políticas toman sus propios derroteros empiezan a aflorar en torno a los protagonistas presentes y pasados de ese tipo de contiendas una serie de rumores que ponen a pensar en serio al electorado respecto de la eficacia de su voto. 


Así, el divisionismo, el sectarismo y los enfrentamientos abiertos en algunos casos o soterrados en otros mantienen presión sobre los candidatos y podrían tales pugnas ir definiendo el resultado de los comicios próximos, cuando incluso se habla que el actual proceso es mero circo y que el desenlace está negociado de antemano, con un Enrique Peña Nieto triunfador y un PAN alzando el brazo en las contiendas locales. 

Sepa la bola si es cierto, pero en un país como México dado a las conspiraciones y complots no extrañarían si en verdad existiera ese tipo de arreglos. 

Pluralismo a toda prueba
Así por ejemplo a estas alturas del partido ya nadie duda en el puerto sobre la pluralidad por la que les ha dado a algunos de sus prohombres más destacados.

Y ahí está para la historia el caso de Julio Ramón Luebbert Duarte, conocido por esos lares como “El Príncipe de Miramar” y quien protagonizó serios encontronazos con Marco Antonio Llano Zaragoza, con quien mantuvo diferencias irreconciliables tanto en proyectos como de intereses políticos, aunque ambos desde siempre ejercieron férreo control sobre diversos grupos priístas y de la comunidad. 

Amigos de candidatos y gobernantes como Manlio Fabio Beltrones, Luis Donaldo Colosio, Francisco Labastida, etc, en los tiempos del poder hegemónico del PRI no dudaron en llevar a la cancha electoral sus diferendos y así a Julio se le achaca haber llevado a la alcaldía a Sara Valle del PRD, Bernardino Cruz del PAN y a Carlos Zataraín del PRI, a quien muchos consideran su hechura y producto más acabado. 

Por su lado el Morroño en el 2009 se sabe apoyó la candidatura de Guillermo Padrés al distanciarse del boursismo al cual se sumó en el 2003 y ahora su plural corazoncito está con Otto Claussen para la alcaldía, Pancho Búrquez y Chito Díaz para el senado, Marcos Ulloa para la diputación federal y León Perea para la local. 

Su hijo el Marquitos es el financiero de la campaña priísta a la alcaldía, la cual sostienen anda muy pioja con apenas tres milloncitos para gastos y quiere el Morroñito más. 

Del Toño Astiazarán y su Energía Sonora, la cual sabe el agricultor es “puro Pancho” no quiere saber y por eso su gallo es el Cachorro a quien le ve espolones para llegar a San Lázaro. 

A Toño le imputa la derrota de su sobrino Carlos Cacho Zaragoza el 2009. Igualmente no quiere que se le acerque César Lizárraga.

Y en un movimiento atinado Claussen reforzó su equipo de campaña al incluir al experimentado columnista Roberto Dike Rivera ante las vergüenzas y resbalones de Walter Décima y Fabrizio Lara que pusieron en jaque y en un predicamento al Alemán por el asunto de los permisos nunca pedidos para colocar su propaganda.

Esos desaguisados al interior del equipo germano traen de cabeza al delegado Miguel Pilo Gaspar que no haya la puerta con tanto desatino. 

Panismo a punto de eclosión
Por rumbos de Acción Nacional la cuestión pinta algo rarona cuando hay real distanciamiento entre los candidatos a la alcaldía y a la diputación local. La causa del mismo fue la conformación de la planilla de ayuntamiento que habría de acompañar a Manuel Aguilar. 

Los enterados afirman que fueron el Paco Bueno y su incondicional compadre Omar Núñez el Calamardo, los que influyeron ante el armador en su integración.

Francisco Pancho López Lucero con mucha presión sobre la directiva estatal apenitas pudo colar a su esposa en una regiduría.
 
La propuesta se le descuadró a Aguilar cuando César Lizárraga hizo valer sus fueros y metió a tres candidatas a regidoras.

Ello enojó al dueño de la Geomar y ahora Lizárraga hace campaña por su lado apoyado en Dalia Laguna y Sergio Alexanders. Andan juntos pero no revueltos.

Rogelio Sánchez, dicen mediante la aportación de módico milloncito para la campaña de Manuel Aguilar se salió con su capricho de poner como candidata a regidora a una hija suya, a la par que suenan como futuros tiradores a la secretaría del Ayuntamiento de ganar el PAN el ex notario Cuauhtémoc Temo Benavides, de la gente cercana a Rogelio y el síndico en el Concejo Municipal panista que gobernó Guaymas de 1991 a 1994 Santiago Samaniego, quien alejado por mucho tiempo de la grilla panista hoy por hoy está metido de lleno en las lides periodísticas. 

Otros despistados dan cuenta de reciente encerrón de Padrés con los hombres del dinero –la pura crema y nata--  en la comarca, osease los Llanos, De la Llata, Cachos Zaragoza, Rogelios Sánchez, etc. y en donde sin preámbulos les afirmó que su hombre para la alcaldía es quien todos sabemos.  

Y por la vecina Empalme llegan noticias de que al ex alcalde rielero Javier Caraveo los de la tribu yaqui no le autorizaron realizar eventos en su territorio por lo que tuvo que apechugar sabido es que los yoremes la traen contra todo lo que huela a PAN debido al enfrentamiento que tienen con el gobierno del Nuevo Sonora por el tema del acueducto Independencia y al que acusan de despojo de sus aguas. 

Izquierda al borde de un ataque sectario
Hay malpensados que afirman que fue el Toño Astiazarán quien convenció a su ex empleado en el ayuntamiento el exdirector del Instituto Miravalle de Manuel Villegas Lino Ruiz para aferrarse a la candidatura perredista a la alcaldía para mermar las aspiraciones de la izquierda, la cual así llegaría dividida con un PRD-PT por su lado y con Movimiento Ciudadano por el suyo, lo cual disminuiría las posibilidades de los abanderados de la Naranja Mecánica Librado Negro Navarro y Alfonso Poncho Ruiz de arribar a la alcaldía y a la diputación local respectivamente. 

Recuérdese que a Norma Castro y a Rodolfo Lizárraga el exalcalde los tuvo comiendo de la mano tres años durante su gestión.  Incluso la actual alcaldesa Mónica Marín también anduvo por las mismas cobrando como asesora de la bancada panista en cabildo. 

Sin embargo, de haberse fraguado tal tropezón en su perjuicio la ola anaranjada sigue creciendo y no bien pasado muchos días de resultar efectiva su estrategia estaría convirtiéndose en peligroso tsunami capaz de desbarrancar a los candidatos de los partidos grandes. 

Perlas del 2009
Y para la crónica quedaron los polvos de la campaña del anterior proceso electoral y cuentan las malas lenguas que Carlos Cacho Zaragoza el abanderada “de lujo” del tricolor entonces ya encampañado llamó a uno de sus íntimos porque no hallaba como salir de la polvosa colonia Sahuaripa. Estaba perdido el angelito, que nunca había salido de Miramar hasta entonces. 

No tiene desperdicio cuando los chicos de la prensa le preguntaron qué deporte había practicado y rodeado de deportistas llaneros y con un calorón del junio guaymense contestó sobrado: 

¡El esquí en la nieve allá en las montañas de Idaho!!... ¡En la madona¡¡ alguien soltó de los de su equipo de campaña.

Y cuando una acongojada dama de cierta colonia porteña a la que el Cacho visitaba en su ronda le inquirió que qué iba a hacer toda vez que un descuidado chofer se había metido con su vehículo a la sala de su casa haciéndole serios destrozos en su hogar, el candidatazo le espetó: 

“No se preocupe, pues ahora tiene carro en la cochera” ¡Recontragulp¡¡ … y así quería ganar esa contienda. 

De la anterior reseña, el amable lector podrá sacar sus conclusiones pues como decía el viejo ideólogo priísta Jesús Chucho Reyes Heroles: “En política la forma es fondo”



No hay comentarios:

Publicar un comentario