Recientemente se arrestó a ocho personas, vinculadas a este culto, quienes están acusadas de practicar sacrificios humanos con dos niños, ambos de diez años de edad, y una mujer. Los restos de las tres víctimas fueron hallados frente a un altar dedicado a “La Santa”, en torno al cual había sido regada su sangre. Los hechos ocurrieron cerca del poblado de Nacozari, ubicado en el estado de Sonora, a escasos cien kilómetros de la frontera con Arizona.

Esta no es la primera vez que se asocia a este culto con homicidios. De hecho, sus orígenes están estrechamente vinculados a la delincuencia, ya que en un principio la gran mayoría de los adeptos eran criminales que confiaban a la “La Santa” el éxitos de sus correrías.

Para el Arzobispo de Hermosillo, “quien no conoce a Dios, a cualquier palo se le hinca (arrodilla)”. El pastor también expresó que hasta antes de los recientes sacrificios humanos, sólo se conocía de muertes de animales, como gallos negros, a manos de los seguidores de la “santa muerte”.

Mons. Macías Salcedo también subrayó que los recientes asesinatos protagonizados por los sectarios mexicanos, “es un hecho que nos tiene que doler, debemos acercarnos más al Señor”.

Para el arzobispo, es incongruente que los fanáticos de la “santa muerte” hagan, por un lado “veneraciones, pero por el otro quiten la vida”.

Santa Muerte o Santísima Muerte es una figura de culto mexicana, que recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte de sus fieles. Sin embargo, diversas iglesias como la católica, bautista, presbiteriana, metodista, entre otras, rechazan y condenan su veneración, considerándola diabólica.

En ocasiones su culto es vinculado a distintos tipos de delincuencia como el narcotráfico, asaltantes y personas de distintos estratos sociales que se dedican al comercio informal, ambulantaje o piratería. Sin embargo, es un error pensar que el culto a la Santa Muerte es sólo practicado por personas o grupos delincuenciales, ya que el culto a la muerte, proviene desde los prehispánicos.

El culto de la Santa Muerte se remonta a 1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto al que llamaban Santa Muerte en un poblado del centro del país, y hay testimonios de que este culto permaneció oculto en los últimos dos siglos.4 La leyenda popular, que se supone transmitida de boca en boca, indicaría que este culto haya estado naciendo alrededor de los años sesenta. Cuando en Catemaco, Veracruz, México, un local vio la figura de la Santa Muerte dibujada en las tablas de su choza. Fue a pedirle al cura local que verificara la imagen y la canonizara, pero este se negó rotundamente tachándola como rito de satanismo, de ahí que este culto se difundiese de persona a persona, sin tener una organización fija, por el temor a ser visto como satánico. Por lo menos, hasta el día de hoy.

A ella se daría a conocer el culto en el estado de Hidalgo, México, en el año de 1965. La Santa Muerte es así adorada o venerada sobre todo por personas que cotidianamente ponen en riesgo su vida; pero los habitantes urbanos de hoy en día, también invocan a esta figura para la protección y la recuperación de la salud, artículos robados, o aun miembros secuestrados de la familia.

La similitud con el culto a San La Muerte argentino se evidencia en esta solicitud de aquellos que ponen en riesgo su vida; también en el culto sudamericano se pide a San Muerte por una muerte no violenta ni dolorosa.

La Muerte puede ser representada como una figura masculina o femenina; de forma masculina lo visten de manera tenebrosa, con guadaña y un rosario. Otras ocasiones, la Santa Muerte es femenina, vestida con una túnica larga blanca de satín y una corona de oro.

Fuente: Urgente 24