sábado, 12 de noviembre de 2011

SICARIO EN APUROS

Cayetano Osuna
Descrito por un reportero norteamericano como un “sicario mexicano en apuros”, Antonio Frausto Ocampo fue sentenciado a 14 años de prisión por una corte de Omaha, en el estado de Nebraska, Estados Unidos.

Sin embargo, hasta el 8 de mayo pasado, ni la Procuraduría General de la República (PGR) ni la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), habían pedido su extradición para esclarecer el crimen de Gregorio Rodríguez Hernández, fotorreportero de El Debate de Mazatlán.

Antonio Frausto Ocampo, detenido por agentes antidrogas en enero pasado en posesión de metanfetaminas, en el estado de Nebraska, Estados Unidos, junto con José Rigoberto Frausto Díaz y Jorge Alberto Hernández Campos, fue descrito por el reportero Karyn Spencer, del periódico Omaha Herald, como un “sicario mexicano en apuros”.

 Y es que según el cronista, el miércoles 17 de junio, Frausto Ocampo tuvo que declararse ante el juez José Bataillon, de los Estados Unidos, como culpable de conspiración para la venta de metanfetaminas en la Unión Americana, operando desde el estado de Nebraska.

“Frausto ahora hace frente a 14 años de vida en la prisión y a una multa de hasta 4 millones de dólares”, enfatiza.

Al reconocer su culpabilidad, añade, Frausto Ocampo se acogió al beneficio dado a quienes se declaran culpables y fue sentenciado a solo 14 años de prisión, librándose de una sentencia más larga.

“‘Así que me será beneficioso’, susurró (Frausto Ocampo) con su abogado antes de responder a través de un intérprete (al juez sobre su culpabilidad)”, relata el reportero.

Cuando el juez le preguntó, continúa el periodista, si había conspirado con otros para repartir drogas, Frausto Ocampo entre suspiros (nomás una vez rió) dijo:

“Les ayudo solamente para hablar el uno (José Rigoberto Frausto Díaz) al otro (Jorge Alberto Hernández Campos) en el teléfono”.

Según el cronista, la declaración de culpabilidad del detenido fue importante para los funcionarios locales en la administración de la justicia contra implicados en delitos de droga federal, porque Antonio Frausto estaba considerado como un blanco de prioridad internacional y un traficante en grande de metanfetaminas que nunca había sido condenado por un crimen de drogas.

Carlos Monzón de Lincoln, agrega, abogado defensor de Frausto, se dijo sorprendido de las declaraciones de su cliente, porque la estrategia para defenderlo consistía en alegar que su defenso nunca había estado implicado por delitos de drogas o cualquier otro crimen, pese a que agentes de la DEA habían afirmado que el sentenciado es un sicario de un cártel.

Doblemente implicado De acuerdo con la averiguación previa número ESC/I/371/2004, eran las 23:00 horas, del 21 de noviembre de 2004, cuando el doctor José Ascensión Domínguez Saucedo y su esposa Laura Ramos Bribiesca, fueron agredidos a balazos por Antonio Frausto Ocampo, porque presuntamente el médico se negó a curar la mano lesionada de su hijo apodado el Tony.

Según el reporte policiaco de Marco Antonio Medina Bulgara, entonces comandante de la base de la Policía en la sindicatura de Teacapán, Escuinapa, el Tony había llegado acompañado de un primo suyo, a bordo de un vehículo Jeep, color rojo, gritando con palabras altisonantes hasta la casa del doctor, para que este lo atendiera, y el médico le decía que sí lo iba atender pero que no lo ofendiera.

Cuando del doctor, continúa el informe policial, acercó la mano al barandal, el Tony sacó entre sus ropas una navaja y lo lesionó cortándole la mano.

Después llegó Antonio Frausto Ocampo, afirma el expediente, a bordo de una camioneta, color negra, tipo Avalanche, acompañado por unas personas apodados el Planeta, el Chicuco y el Conchilla, y sin medir palabra, Frausto Ocampo comenzó a dispararle con una arma de fuego logrando herir en el hombro derecho a Laura Ramos Bribiesca, esposa del médico.

Testimonios María de los Ángeles López Guzmán, de 40 años de edad, que vive en la calle Rafael Buelna sin número, en Teacapán, Escuinapa, hermana de Rodolfo López Guzmán, el Planeta, de 39 años de edad, declaró a los agentes investigadores de la Policía Ministerial del Estado lo que su hermano le había comentado antes de esfumarse del campo pesquero.

“Cuando llegaron a la casa del médico José Ascención para curar la mano a un familiar de Antonio Frausto que andaba con ellos tomando, pero como el doctor José Ascención se negó a prestarle sus servicios, Antonio Frausto sacó su arma de fuego y comenzó a dispararle lesionando también a la esposa del doctor”, comentó.

Silvia Aguilera Rodríguez, de 30 años de edad, con domicilio en la calle Morelos, en Teacapán, esposa de Esteban Eduardo Cárdenas Soberanes, de 33 años de edad, el Chicuco, y su vecino, Mario Soberanes Rojas, tío de José Armando Estrada Soberanes, el Conchilla, relataron lo mismo que la hermana del Planeta.

El crimen Siete días después, aproximadamente a las 17:30 horas del domingo 28 de noviembre de 2004, Gregorio Rodríguez Hernández fue asesinado mientras cenaba gorditas de pollo en compañía de sus hijos, en la cenaduría de Teresa Beltrán Guerra, entonces ubicada en esquina de las calles Aquiles Serdán y La Paz, en Escuinapa.

Un estudio de balística realizado por la PGJE, concluyó que la misma arma 9 milímetros que hirió el 21 de noviembre a la esposa del doctor José Ascensión Domínguez Saucedo, en la sindicatura de Teacapán, fue la misma que privó de la vida a Gregorio Rodríguez Hernández.


A pesar de lo anterior, tanto la PGR como la PGJE, hasta el 8 de mayo pasado, no habían “movido un dedo” para pedir la extradición de Antonio Frausto Ocampo, mientras que los tres nayaritas, presuntos asesinos de Gregorio Rodríguez, lo están pidiendo a gritos desde el penal de Mazatlán.

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