sábado, 12 de noviembre de 2011

COMANDANTE MARQUEZ CONOCIA A SUS ASESINOS


En lo que se considera un típico ajuste de cuentas hay cuatro vertientes que están investigando las autoridades en Cabo San Lucas: Las recientes capturas de los implicados en la cuádruple ejecución, compromisos incumplidos con el crimen organizado, no haber aceptado tratos con narcotraficantes, y estar en medio de la disputa del territorio de dos poderosos cárteles.

Investigaciones ZETA
La disputa por la plaza del narcomenudeo en Cabo San Lucas llegó esta vez hasta el comandante de homicidios de la Policía Ministerial del Estado, Martín Márquez Ruiz.

El jefe policiaco conocía a sus asesinos, los había visto y ya en un par de ocasiones habían sostenido pláticas en algunas zonas del principal destino turístico del estado, según las revelaciones de algunos testigos.

Hasta el cierre de esta edición, la principal hipótesis que los investigadores estaban manejando, es la siguiente:

1.- Ajuste de cuentas, en cuatro vertientes.

a).- Por las recientes capturas de los implicados en la cuádruple ejecución de Cabo San Lucas, y donde perdieran la vida los narcomenudistas, Eleazar García Gómez (a) “El  Belén”, Octavio Herrera López, Fidel Valenzuela Sánchez y Heriberto Enrique Cejudo.

b).- Por haberse comprometido con el crimen organizado y no haber podido cumplir cabalmente los acuerdos.

c).- Por no haber aceptado un trato con el crimen organizado.

d).- Por estar atrapado entre la lucha por la plaza entre los dos cárteles que se disputan el territorio: el de Los Beltrán Leyva o el de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Lo cierto es que las primeras indagatorias arrojaron que los asesinos, indudablemente, pertenecen al crimen organizado y que ya tenían en la mira al “Comandante Márquez”, porque justamente antes de su muerte, algunos testigos refirieron que observaron movimientos de vehículos que rondaban y supervisaban su casa localizada en la colonia “Jardines del Sol” en Cabo San Lucas.

Sin embargo, el comandante nunca pudo percibir el peligro, a pesar de que comúnmente portaba su armamento de cargo, hasta cuando la mañana del 25 de octubre fue levantado y subido a una camioneta color negra tipo Blazer por 4 sujetos encapuchados que portaban armas largas.

En una rápida e inusual operación, los sicarios ejecutaron al jefe policiaco de un tiro en la cabeza aparentemente arriba de la camioneta.

Cuatro cuadras más adelante tiraron su cuerpo en la parte trasera de unos edificios localizados en una colonia adjunta a donde vivía, de nombre Fraccionamiento “Celeste Residencial”.


Al cierre de esta edición, la camioneta de los criminales había sido localizada abandonada en una colonia conocida como “Lomas del Sol” de Cabo San Lucas por agentes de la Policía Ministerial del Estado.

Las pistas que tenía la Policía Ministerial del Estado es que en este crimen estarían implicados dos hombres y una mujer, pertenecientes al crimen organizado y cuya participación estaba tratando de ser acreditada a través de testigos.

La ejecución
Eran cerca de las 7 y media de la mañana del 25 de octubre, cuando el comandante de homicidios de la Policía Ministerial, Martín Márquez Ruiz, se disponía a salir a trabajar en eso una camioneta de color negro tipo Blazer frenó repentinamente, de la cual descendieron cuatro sujetos encapuchados con armas largas y lo obligaron a subir.

La unidad aceleró y desapareció, por lo que de inmediato se dio aviso a la policía, que implementó un impresionante operativo, donde participaron hasta soldados y marinos, encontrando el cuerpo tirado boca arriba del jefe policiaco a escasas cuatro cuadras de donde había sido levantado.

La zona fue acordonada de inmediato y hasta el lugar llegó el personal de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, levantando evidencias y huellas dactilares que pudieron llevar a los matones.

Por su parte, la Policía municipal, estatal, federales y militares iniciaron la búsqueda de la camioneta y taponaron las salidas hacia las carreteras de Cabo San Lucas a La Paz y de San José del Cabo a La Paz.

Hasta la escena del crimen llegó el subprocurador de la zona sur, Omar Quijano, quien encabezó las primeras indagatorias, practicándose el aseguramiento del lugar, así como la inspección y fe ministerial y ordenando el levantamiento del cuerpo para ser trasladado al Servicio Médico Forense de esa localidad y determinar las causas de muerte.

La primera en presentarse a declarar fue la propia esposa del comandante asesinado que dio santo y seña de la unidad y la media filiación de los asesinos, y posteriormente, comenzaron a recolectarse más datos que habían permitido identificar a los presuntos responsables, y quienes eran buscados en Los Cabos, La Paz y Comondú.

Sobre este crimen, el titular de la PGJE, Gamill Arreola Leal, hizo un llamado a no claudicar en el combate a la delincuencia y no dejarse intimidar por este tipo de acciones que, dijo, son una reacción al “buen trabajo” que se ha estado efectuando en el esclarecimiento de los crímenes de alto impacto, como el caso del agente de la policía ministerial, Alberto Villela Rangel.

El funeral
El comandante Martín Márquez Ruiz fue asesinado justamente un día antes de su cumpleaños, por eso cuando, recibió los honores correspondientes en los patios de la PGJE, sus familiares le cantaron las mañanitas y exigieron el esclarecimiento de los hechos.
Por el número de gente y los rostros de los presentes, era evidente que el Comandante Márquez era una persona muy estimada, y quien durante doce años, había trabajado en la Dirección de la Policía Ministerial.
La banda de guerra de la dirección de seguridad pública, policía preventiva y tránsito municipal de La Paz, tocó “La Marcha del Silencio” y “La Marcha de la Retirada”, en tanto, familiares y amigos, derramaban lágrimas y exigían justicia para el caído.

Los restos fueron inhumados y enterrados en el panteón del “Jardín de los Recuerdos” en La Paz, en donde vive la mayoría de su familia y amigos.
 

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