De acuerdo con información de la Agencia
Fides, México, en donde viven 92.9 millones de católicos bautizados, es el
primer país en el mundo occidental con el mayor número de sacerdotes asesinados.
Los países de Venezuela y Burundi, le siguen en la lista que publicada por la
agencia con corte a 2014.
Ciudad de México, 19 de
noviembre (SinEmbargo).– Durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto
11 sacerdotes católicos han sido asesinados y la cifra de religiosos
secuestrados subió un 400 por ciento si se compara con la del Gobierno de
Felipe Calderón Hinojosa, revelan datos del Centro Católico Multimedial (CCM).
Las cifras del organismo
revelan que durante los últimos 25 años, en total han sido perpetrados 51
atentados contra miembros de la Iglesia católica. La lista de los clérigos que
han perdido la vida de modo violento de
1990 a 2015 la encabeza un cardenal, 39
sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, cinco laicos y una periodista
católica.
“La tendencia de atentados
contra sacerdotes sigue al alza: se registra un aumentó de un 120%, en lo que
va de 2015, comparado contra el tercer año de gestión de la anterior
administración”, explicó el Centro Católico Multimedial (CCM) en un reporte
titulado “El riesgo de ser Sacerdote en México”.
“Cotejando los números, el
fenómeno ha ido aumentado, en el caso de México subió un 400% el índice de
secuestros de sacerdotes, comparado contra el Gobierno del Lic. Felipe Calderón”, añade el organismo.
Según información recogida
por la Agencia Fides, México, en donde viven 92.9 millones de católicos
bautizados, es el primer país en el mundo occidental con el mayor número de
sacerdotes asesinados. Los países de Venezuela y Burundi, le siguen en la lista
que publicada por la agencia con corte a 2014.
La Agencia Fides se fundó el
5 de junio de 1927 y es la primera agencia misionaria de la Iglesia católica.
En este contexto de violencia
en contra de clérigos de la organización, el próximo año el Papa Francisco
realizará una gira en México.
De acuerdo con el itinerario
tentativo, el Papa se prepara para visitar Ciudad Juárez, una vez conocida como
la capital mundial del asesinato; el estado de Michoacán, con fuerte presencia
de las guardias comunitarias y donde en diciembre del año pasado asesinaron al
Padre Gregorio López Gorostieta, además de Chiapas, donde aún hay fuerzas
derivadas del levantamiento zapatista indígena de 1994 y es el punto de entrada
actual para los migrantes centroamericanos que huyen de la violencia extrema en
sus países, y son violentados en México.
Los asuntos a tratar en la visita papal no se han dado a
conocer oficialmente, algunos analistas en asuntos religiosos como Bernardo
Barranco, aseguran que la gira del Pontífice no será color de rosa para el
Presidente Peña Nieto porque el Papa sacará a la luz temas fuertes y delicados
como la migración y la violencia, incluida la que han vivido en carne propia
los sacerdotes de su iglesia.
En febrero pasado, el Papa
Francisco expresó su deseo de que Argentina se encuentre “a tiempo de evitar la
mexicanización” de su territorio, en referencia al avance del tráfico de
drogas.
El Pontífice respondió una
carta que le había enviado Gustavo Vera, referente de la Organización No
Gubernamental “La Alameda”, con la que Francisco trabajaba antes de asumir al
frente de la Iglesia católica.
“Veo tu trabajo incansable a
todo vapor. Pido mucho para que Dios te proteja a vos y a los alamedenses. Y
ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos
obispos mexicanos y la cosa es de terror”, escribió Francisco en la carta que
fue difundida el 22 de febrero por Vera a la prensa.
Según el dirigente social, en
el texto le había informado a Francisco acerca del “crecimiento sin pausa del
narcotráfico y las próximas denuncias” que realizará la organización al
respecto.
Aunque dos días después la
Santa Sede precisó que las palabras del Papa Francisco sobre el riesgo de
“mexicanización” de Argentina no tenían “una intención estigmatizante hacia el
pueblo de México” y reconoció el esfuerzo que está realizando el Gobierno del
país en la lucha contra el narcotráfico.
EL SEXENIO DE LA MUERTE
El onceavo asesinato de un
sacerdote católico en México ocurrió el pasado lunes en el municipio de
Nopalucan, en el estado de Puebla. Erasto Pliego de Jesús fue hallado sin vida y con señales de tortura al borde de
un camino rural de la colonia La Granja.
El religioso había sido
reportado como desaparecido desde el pasado fin de semana, lo que provocó que
autoridades y parroquianos iniciaran una intensa búsqueda.
El cura fue capturado la
tarde del lunes por personas no identificadas cuando iba a bordo de su
camioneta Chevrolet Trax 2015, color blanca, placas UAB-6890. Otra versión
señala que integrantes del Comité Parroquial explicaron que el jueves sostenían
una reunión con él para organizar las posadas de diciembre “cuando llegaron dos
hombres a buscar al cura, quien los dejó entrar a su hogar y argumentó que se
trataban de unos exseminaristas”.
“La Arquidiócesis de Puebla
lamenta profundamente que un sacerdote cuya vida estaba consagrada a Dios y al
servicio de los demás haya sido víctima de la violencia”, expresó la
Arquidiócesis de Puebla en un comunicado emitido el 16 de septiembre.
Sin embargo, no es el único
en lo que va del año ni en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto. Este medio digital intentó contactar con la
Arquidiócesis de México para conocer la postura de la Iglesia católica respecto
a los ataques que han sufrido sus clérigos en los últimos años, pero hasta el
cierre de esta edición, no hubo respuesta.
AÑO 2013:
– El 5 de febrero, el padre
José Flores Preciado fue asesinado dentro del templo de Cristo Rey en Colima.
Los delincuentes arribaron el templo Cristo Rey cerca de las 11 de la noche
para asaltar el templo, al percatarse de la presencia del sacerdote en el lugar
lo sometieron y golpearon.
– El padre Ignacio Cortez
Álvarez fue asesinado el 22 de julio en Baja California. La Procuraduría
General de Justicia estatal informó que el móvil fue robo con violencia. Era
responsable de la parroquia María Auxiliadora en el municipio de Ensenada.
– Los sacerdotes Hipólito
Villalobos Lima, de 45 años y Nicolás De la Cruz Martínez, de 31 años, fueron encontrados muertos en la Parroquia de
San Cristóbal, en el municipio de Ixhuatlán de Madero, en el estado de Veracruz
el 29 de noviembre.
– El padre Joel Román
Salazar, de la Diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero falleció el 10 de
diciembre de 2013.
AÑO 2014
– El misionero y padre John
Ssenyondo de origen Ugandés, trabajaba en la Diócesis de Chilpancingo- Chilapa,
Guerrero cuando fue levantado y secuestrado en el poblado de Nejada el 30 de
abril de 2014. Fue encontrado en una fosa común el 28 de octubre de ese año en
Cocula, Guerrero.
– El sacerdote José Ascención
Acuña Osorio, de 37 años de edad, fue levantado y secuestrado el 21 de
Septiembre de 2014, su cuerpo fue encontrado en el río Balsas, el 23 de
Septiembre, muy cerca del pueblo de Santa Cruz de Las Tinajas, en el municipio
de San Miguel Totolapan (región de Tierra Caliente de Guerrero).
– El padre Rolando Martínez
Lara, párroco del templo de Santa María de Guadalupe, Canalejas, Jilotepec,
Estado de México, fue asesinado el 19 de febrero de 2014.
– Gregorio López Gorostieta,
conocido como el Padre Goyo, fue encontrado sin vida el 25 de diciembre con un
impacto de bala en la cabeza en Ciudad Altamirano, Michoacán.
AÑO 2015
– El padre Francisco Javier
Gutiérrez Díaz, fue encontrado muerto el 7 de abril de 2015 con impactos de
bala en la cabeza y abandonado en un camino de terracería cercano a los poblado
de Ojo de Agua de Ballesteros y San Nicolás de la Condesa, en el municipio de
Salvatierra, en el estado de Guanajuato.
– El Padre Erasto Pliego de
Jesús, fue encontrado muerto la tarde del lunes 16 de noviembre en la colonia
La Granja del municipio de Nopalucan, Puebla. Había sido reportado como
desaparecido desde el pasado fin de semana.
LA VIOLENCIA EN PUEBLA
La inseguridad en Puebla
alcanza a todos los sectores de la población, incluyendo a los religiosos. En
los últimos meses el estado se ha convertido paulatinamente en un lugar de
residencia y operación de jefes del crimen organizado en el país. Los choques
violentos entre grupos delictivos y los arrestos de diversos capos así lo han
revelado.
En septiembre pasado,
SinEmbargo publicó una investigación de Fernando Montiel Tiscareño,
especialista en Estudios de Paz, quien retomó una infografía de la empresa
norteamericana de consultoría en materia de inteligencia Stratfor en la que se
detalla la geografía del narcotráfico en México dividida por colores según
grupos y áreas de influencia.
Según Stratfor calificó al
estado de Puebla como plenamente integrado al área de influencia de los grupos
que controlan el corredor atlántico desde Tamaulipas.
Montiel Tiscareño también
reveló que a principios de noviembre apareció una comunicación que causó alerta
en Puebla. Se trataba de un comunicado firmado por R19 Gente Nueva Cartel de
Sinaloa en el que se anunciaban acciones violentas que tendrían lugar en un
conjunto de municipios de Puebla y Oaxaca.
Se hablaba de toques de
queda, se identificaban aliados y se señalaban líderes.
Para el analista Fernando
Montiel, el texto firmado por el R19, Gente Nueva, Cártel de Sinaloa tiene
mucha información y gracias a ello, ofrece amplias posibilidades de análisis.
El contenido del texto es
congruente y verificable en casi todos los puntos. Por ejemplo: efectivamente
existe un grupo de choque llamado Gente Nueva, el cual está asociado al grupo delictivo conocido como el
Cártel de Sinaloa.
Efectivamente existe un grupo
llamado Los Ántrax que operan en concierto con Gente Nueva y el Cártel de
Sinaloa. También es verdad que la configuración actual de las disputas entre
las organizaciones presenta al Cártel de Sinaloa en colisión con aquellos
señalados como enemigos.
De igual forma, varios de los
municipios referidos en el documento coinciden con eventos recientes asociados
a la delincuencia organizada, para el caso de Puebla, entre otros: robo de
combustible (Tehuacán y Texmelucan), enfrentamientos armados (Quecholac) y
ejecuciones (Tepeaca y Palmar de Bravo) y el punto anterior además daría
sustancia y lógica efectiva a la amenaza de “limpia” con “la Barredora” en
Puebla y Oaxaca –como anuncia el texto los futuros choques armados.
DESDE GUERRERO SE PIDE SEGURIDAD
La delincuencia organizada
está detrás de los asesinatos a sacerdotes que cumplen con la misión de apoyar
a las poblaciones abandonadas a su suerte y en las garras de los criminales,
dijo el párroco de Tlapa de Comonfort, Guerrero, Mario Campos Hernández en
entrevista para SinEmbargo.
El también fundador de las
policías comunitarias en la Montaña de Guerrero llamó a las autoridades
mexicanas a garantizar la vida y la seguridad, no sólo de los curas que luchan
desde sus iglesias para contrarrestar la embestida del crimen organizado, sino
de toda la población.
“Estamos en una etapa de la
historia, en un momento de nuestro país, en el que se han ido perdiendo muchos
los valores. Vivimos en una sociedad sin valores, es una sociedad donde no se
valora la vida, ni la persona, no se respetan las investiduras”, dijo.
Campos Hernández lamentó el
asesinato del sacerdote católico Erasto Pliego de Jesús en Puebla y recordó que
en Guerrero fueron asesinados ya varios religiosos que luchaban desde las
homilías y la organización con el pueblo, por contrarrestar al crimen.
“Por supuesto que detrás está
la delincuencia organizada, que cuando ven que son afectados sus intereses,
buscan impedir que crezcan estos procesos que generan conciencia, organización,
proyectos y vida. Es muy lamentable que no se respete la vida, ni se valoren
los ideales de las personas, no sólo de sacerdotes: ideales de justicia,
igualdad y dignidad”, indicó.
El cura agregó: “tenemos que redoblar
esfuerzos y trabajar muy duro, no sólo por los sacerdotes, sino por todas las
personas”.
El sacerdote recordó que en
Guerrero los eclesiásticos comprometidos en procesos de organización y cuyo
contenido en los mensajes de las homilías están orientados a “asumir la
responsabilidad de lo que se vive en el estado”, afectan y “lastiman” los
intereses del crimen organizado.
“En Guerrero han muerto
varios ya muy comprometidos. El papel de un sacerdote es cumplir con su deber,
si no se cumple con el deber, ¿para qué estamos? Hay que llamar a la reflexión,
sobre todo a las personas que están involucradas en el crimen, secuestro y
corrupción”, dijo.
Mario Campos creó en 1995, a
la Policía Comunitaria, hoy Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias
(CRAC) de Guerrero, para hacer justicia por su propia mano, debido a la
impunidad que imperaba en las comunidades de la Montaña.
Campos nació en una de esas
comunidades pobres de Guerrero y fue en 1988 cuando se involucró en los
proyectos de su comunidad, más allá de oficiar misas.
En Guerrero, Mario Campos es
acusado por algunos de sus detractores de “propagar la Teología de la Liberación”
y de “incitar” al pueblo a la violencia en sus misas.
El padre ha sido amenazado y
en el 2000 sufrió un atentado, pero no se quebró, él siguió movilizándose a
través de las Policías Comunitarias.
Ahora, luego de los crímenes
en contra de sacerdotes, Campos indicó que no cuenta con seguridad especial,
pero que sí toma en cuenta ciertos protocolos en las comunidades en donde se
mueve.
“Soy un sacerdote, ando
públicamente, no cargo seguridad, ni me preocupa, porque soy consciente que el
trabajo que hago está bien hecho desde la conciencia que tengo, mi moral y mi
evangelio”, dijo.
Sin embargo el párroco de
Tlapa indicó que los sacerdotes que realizan labores, que pueden poner en
peligro sus vidas, deben cuidar ciertos puntos.
“Lo que nosotros hemos ido
trabajando aquí es el protocolo de seguridad, es decir, poner algunas bases
para nuestra seguridad en las comunidades, desde cuidarnos a nivel personal, a
la hora de salida. Decir dónde andamos, con quién andamos, es de lo más
sencillo y práctico y tiene que hacerse”, dijo.
El pasado 3 de noviembre, los
obispos de Guerrero consideraron necesario crear una “gran plataforma” para la
reconstrucción del tejido social con una agenda común entre gobierno, iglesias,
instituciones, organismos e incluso con los delincuentes, privilegiando la
palabra como herramienta social y política.
“Abrir un diálogo incluso con
los delincuentes, que también son parte de la sociedad”, indicó el Arzobispo de
Acapulco, Carlos Garfias Merelos, en un comunicado en el que además se informó
que los obispos se reunirían con el Gobernador
de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, y el vocero del Consejo de Ejidos
y Comunidades Opositoras a la presa la Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui
Muñoz.
En dicho comunicado, los
obispos aseguraron que el cambio de gobierno en el estado abría “la gran
esperanza” para reemprender la ruta que conduzca a una vida “digna, justa y en
paz”.
Expusieron que el nuevo
gobierno inicia en “medio de una profunda crisis social, política, económica y
en materia de derechos humanos”, pues Guerrero es el estado más violento del
país, y “esta grave situación ha llevado a la polarización, la confrontación,
la marginación, la desesperanza e incluso a buscar justicia por propia mano”.
(SIN EMBARGO.MX/ SHAILA ROSAGEL Y GUADALUPE FUENTES/
REDACCIÓN / NOVIEMBRE 19, 2015 - 00:00H)
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