José Lorenzo Hernández García y/o García
Hernández alias “El Viejón”, se convierte en el cuarto lugarteniente de los
Arellano ejecutado por el Cártel de Sinaloa en un año. Este sujeto lideró una
célula de policías y ex oficiales corruptos
ligados a decenas de secuestros y homicidios. En el último expediente abierto
en su contra, la PGR congeló la
investigación
(EDICIÓN IMPRESA) El ascenso
en la estructura criminal del Cártel de Sinaloa, para los hermanos Alfonso
Arzate García “El Aquiles” y René Arzate García “La Rana”, inició en febrero de
2010, cuando fue detenido Teodoro García Simental “El Teo”, quien lideraba en
Baja California al grupo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, después de
escindirse del Cártel Arellano Félix (CAF).
Los Arzate, particularmente
“El Aquiles”, establecieron entonces su imperio criminal, que más de cinco años
después, no ha sido contenido por las autoridades de Baja California.
Un elemento de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) explicó a ZETA que aun no
siendo una cifra difícil de determinar, la mayoría de las ejecuciones de la
reciente ola de violencia en Tijuana (583 asesinatos en lo que va del año, 36
en los primeros 19 días de noviembre), “de esta ola de muertes, él (Alfonso
Arzate) es el responsable directo”.
También, informó, “El
Aquiles” es quien ha enviado colocar la mayoría de narcomantas que en distintos
puntos de la ciudad son expuestas para amedrentar a rivales, policías
deshonestos y a células del CAF.
Esta semana, “El Aquiles” ha
sido señalado como principal sospechoso del asesinato de José Lorenzo Hernández
García y/o García Hernández “El Viejón”, quien fuera uno de los principales
lugartenientes del CAF. Su cuerpo apareció el sábado 14 de noviembre; estaba
envuelto en plástico negro, parecido al de bolsas de basura, herméticamente
atado y sobre él un mensaje: “Hay (sic) nomas para que miren quien manda ATT
Aquiles”.
El crimen de “El Viejón”,
significa, en el ámbito criminal, una afrenta mayor entre el Cártel de Sinaloa y
el Arellano. Ya antes “El Aquiles” fue señalado de mandar matar a Benjamín
Gutiérrez Quiroz “El Quecho”, hermano del lugarteniente del CAF, Melvin
Gutiérrez Quiroz, detenido en marzo de 2013.
Con estos crímenes,
reflexionan investigadores, la ola de violencia en Tijuana podría incrementarse
ante el enfrentamiento entre los cárteles de Sinaloa y Arellano, pues deducen
que “El Aquiles” irá tras el resto de la banda que sostiene al CAF, entre
quienes se encuentran los hermanos Ávila Hernández, un hombre apodado “El Lic”,
del cual en la Procuraduría desconocen el nombre pero saben de su actividad
delictiva, así como de otro sujeto llamado José Luis Chávez “El Ramiro”, ambos,
jefes de células de la organización criminal de los Arellano Félix.
EL ASESINATO DE “EL VIEJÓN”
El sábado 14 de noviembre, un
día después de que su cadáver hubiera sido levantado por las autoridades, los
primeros reportes extraoficiales indicaron que el hombre asesinado era José
Lorenzo Hernández García y/o García Hernández “El Viejón”, cabecilla del CAF
que ostentaba ese apodo desde que tenía 30 años.
Sin embargo, ni siquiera los
investigadores criminales de Estados Unidos que lo tenían plenamente
identificado aceptaron confirmar la identidad de manera oficial. El “sí es” del
otro lado de la frontera se obtuvo de manera extraoficial, basado en los
tatuajes del cadáver.
Particularmente en el que
estaba en el abdomen de la víctima, en el que se leía “LOGAN”, en alusión a su
pertenencia a esta pandilla que ha surtido de sicarios al CAF durante 30 años,
el cual les pareció muy similar al de Melvin Gutiérrez Quiroz.
Además del letrero en su
estómago, en su cuerpo el occiso tenía los tatuajes de tres mujeres con sombrero de charras en el
antebrazo izquierdo, y el rostro de una mujer con el número 90 en el antebrazo
derecho. En la parte izquierda del pecho
el nombre Diana con unas rosas, y también tatuados como si fueran una medalla,
los nombres José Jr., Adrián, Diana, y Raymon, además de varias “X” en los
dedos. Éstos sirvieron para una primera
confirmación extraoficial de las autoridades americanas respecto a la
identidad, efectivamente se trataba de un narcotraficante.
Entre el domingo 15 y lunes
16 de noviembre, el primero en acercarse a tratar de recuperar el cuerpo fue el
abogado Jaime Hernández- quien fuera Ministerio Público en la PGR y director de
Averiguaciones Previas en la PGJE-, pero cuestionado por personal de la
Procuraduría, no aceptó dar el nombre de la víctima. Aseguró que estaba
haciendo un favor a la familia, por “cortesía”.
Al final,
personal de Homicidios explicó al licenciado Hernández lo que ya sabía,
que el cuerpo se entregaría exclusivamente a la familia después de que lo
identificaran plenamente.
El martes 17 de noviembre
acudieron dos mujeres y dos jóvenes para solicitar les entregaran el cadáver.
Sin papeles oficiales que los acreditaran, dijeron ser la esposa, la hermana y
dos hijos del fallecido.
De palabra, ellos lo
identificaron como José Lorenzo García Hernández, comentaron que era
deportado, que tenía más de una semana
que no sabían de él, lo que era normal porque siempre entraba y salía de la
casa familiar y los períodos largos de ausencia no resultaban extraños.
Ninguno pudo decir a qué se
dedicaba, aseguraron desconocer si tenía problemas con alguien. Y recalcaron no
tener conocimiento de las condiciones que llevaron a su muerte violenta.
“Hay nomas para que miren
quién manda ATT aquiles” fue el mensaje que se leía inscrito en la cartulina
blanca colocada sobre los pies de un cadáver cuidadosamente envuelto en bolsas
negras que se adherían al cuerpo de tal forma, que permitía saber a simple
vista que se trataba de un hombre.
Para que no se desenvolviera,
ataron el bulto con un lazo amarillo, y lo tiraron sobre la banqueta en la
calle del Águila en la colonia Colinas del Sol.
La localización del cuerpo
fue reportada al Ministerio Público a
las 5:25 pm del viernes 13 de noviembre.
El cuerpo estaba atado de muñecas y pies con cuerda de nylon, y huellas
de violencia física en región cefálica, golpes contundentes de frente, arriba y
a los lados de la cabeza. Lo torturaron y le quitaron la vida a golpes.
Además, la edad de entre 45 y
50 años, que reflejaban la posible condición de “vieja guardia del CAF” y
la pulcritud del cuerpo, indicativo de
un nivel más alto en la escala criminal.
LUGARTENIENTE DE LOGAN
De acuerdo con información
que obra en expedientes de inteligencia y archivos ministeriales, José Lorenzo
Hernández García y/o García Hernández
era un lugarteniente del CAF que había delinquido con este grupo desde
muy joven, siendo parte del Barrio Logan.
Previo a su ascenso criminal,
“El Viejón” delinquió bajo la protección de Gustavo Rivera Martínez “El P1”,
detenido en marzo de 2008, y Pedro Ignacio Zazueta “El Pit”, capturado en agosto del mismo año.
En fechas recientes encabezó
una célula criminal que integraba, además de delincuentes civiles, a ex
miembros y personal activo de la Policía Municipal, Policía Ministerial y
agentes del Ministerio Público en Tijuana.
El grupo delictivo se
dedicaba al secuestro, asesinato y trasiego de droga hacia Estados Unidos en
autos arreglados con dobles fondos. Las áreas de inteligencia del Consejo
Estatal de Seguridad los ubicaron en el organigrama delictivo desde 2006.
Su nombre, su apodo, y su operatividad criminal, apoyada por
agentes de diversas corporaciones, han salido a relucir en diversas
investigaciones de secuestros desde 2004, pero dos plagios y capturas recientes
lo pusieron de nuevo en la mira de las
autoridades:
1.- El secuestro
del miembro de una familia dedicada a exportar de verduras, perpetrado en
septiembre de 2014, cuyo hermano ya había sido plagiado en 2008.
2.- El plagio de
la hermana de la dueña de una tortillería el febrero de 2015, quien fue
rescatada el día 20 del mismo mes, cuando seis de sus captores fueron
encarcelados.
CUATRO A CERO
“Se creería que de los
lugartenientes del CAF que quedan, ´El Viejón´ sería uno de los más
resguardados, porque de acuerdo a las declaraciones de sus cómplices detenidos
era quien pagaba la protección y participación de las diversas corporaciones en
sus delitos, pero igual llegaron a él. ¿Cuál sería la lectura? Que se le acabó
al protección, que ya no tuvo dinero para pagar, que lo traicionaron desde
dentro”, comentó un investigador del Grupo Coordinación interrogado por ZETA.
“Sin embargo, los matones del
Cártel de Sinaloa están accediendo de una manera relativamente fácil a los
traficantes de mayor jerarquía del CAF. Y no se ve una respuesta similar de
parte del cártel local”, agregó, para luego recordar los homicidios recientes
de cabecillas del grupo de los Arellano:
* 5 de noviembre de 2014, Fernando Ávila
Valenzuela “El Cuervo”.
* 9 de abril de 2015, Luis Manuel
Toscano Rodríguez “El Mono”.
* 23 de mayo de 2015, Benjamín Gutiérrez
Quiroz “El Quecho”.
* 13 de noviembre de 2015, José Lorenzo
Hernández García y/o García Hernández “El Viejón”.
“Prácticamente van cuatro a cero”
refirió.
El que los sinaloenses tengan
información relevante de los lugartenientes de los Arellano sería atribuible al
hecho de que en la lucha interna de la gente de Fernando Sánchez Arellano “El
Ingeniero” contra Eduardo García
Simental “El Teo” (2007- 2011), el
primero permitió el acceso de Alfonso Arzate García a la información y los
cabecillas de la organización criminal.
Según datos vertidos en
declaraciones de delincuentes detenidos, que obran en los reportes de
inteligencia del Grupo Coordinación, cuando ambos lados del CAF se habían
descapitalizado debido a la lucha, “El Aquiles” llegó con Sánchez ofreciéndole
apoyo para matar a “El Teo” o provocar su captura. Y al mismo tiempo financiar
la recapitalización de las células, entregándoles cargamentos de droga para que
cruzaran a Estados Unidos, la cual podían pagar después de comercializarla.
PERFIL DE VÍCTIMAS
Este grupo tenía como
víctimas potenciales a ex operadores del
CAF con empresas establecidas, que se aliaron con el Cártel de Sinaloa y a
pequeños comerciantes de la Zona Este de Tijuana, sin influencias para exigir
protección ante la PGJE o la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
A las víctimas se las
llevaban con lujo de violencia, las vendaban y cuando hablaban con ellos, los
acusaban de servir al crimen organizado, de haber hecho fortuna cruzando droga
a Estados Unidos. Optaban por comerciantes de bajo perfil y clase media.
Cuando recibían los pagos por
los rescates, que iban desde los 10 mil hasta un millón de dólares, dependiendo
del capital del secuestrado, los liberaban y después los obligaban a pagar piso
para evitar convertirse en víctimas nuevamente.
CÉLULA DE EX POLICÍAS, SOLAPADA POR AUTORIDADES
De hecho, el ex policía Blas
Enrique Leyva Esparza “El Blas”, asesinado el 2 de julio del presente año, fue
señalado a través de un boletín en julio de 2009 de formar parte del grupo de
agentes que protegían al CAF, por el entonces director dela Policía Municipal
Teniente Coronel, Julián Leyzaola Pérez.
Además de Blas, acusaron a
Luis Gilberto Sánchez Guerrero, detenido en diciembre de 2009; a Israel Cruz
López “El Tomate”, aprehendido en enero de 2011; el único que sigue libre es
Ezequiel Valle Rangel, todos ligados desde aquel tiempo, a José Lorenzo
Hernández García y/o García Hernández.
Pero el caso más reciente que
se le pudo consignar a este equipo criminal fue tras la captura del ex
ministerial José Daniel Canales Rodríguez “Ramsés”, el 25 de septiembre de
2014, por un secuestro realizado el día 18 del mismo mes. Se llevaron a un
exportador de frutas y verduras. Sin embargo, el Grupo Coordinación los seguía
desde el mes de julio por otros dos secuestros.
Cuando lo detuvieron,
“Ramsés” creyó que lo perseguían
miembros del crimen organizado e intentó esconderse en las oficinas de
la PGJE de La Mesa, donde fue capturado por los agentes ministeriales que lo
seguían, ahí mismo manifestó su deseo de ser testigo protegido ante la
Procuraduría General de la República (PGR), porque en el Estado temía por sus
vida.
El mismo día en operativo
alterno capturaron a César García Chávez
y/o César Ayala Torres, escolta de “El Melvin”, y a Armando Angulo y
“Los Turpidos”, tres hermanos matones del CAF.
Sólo Canales declaró. Después
la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO) se llevó a México a “Ramsés” y a
seis expedientes de secuestros cometidos por este grupo. Prohibió a las
autoridades locales proporcionar información con la amenaza de que ante
cualquier filtración, les iniciarían procesos judiciales.
El compromiso de los
federales era concluir el expediente, solicitar y obtener las órdenes de
aprehensión en contra de por lo menos 25
miembros activos y corruptos de las diferentes corporaciones policiacas en
Tijuana.
Además de las órdenes de
aprehensión en contra de Lorenzo Hernández García “El Viejón” y José Luis
Chávez “Ramiro” como cabecillas administrativa y operativa -respectivamente- de
la banda de secuestradores y del ex municipal
Jaime Verduzco “El Lic”.
Pero la PGR nunca vino por
los presuntos responsables y los implicados solicitaron amparo de la justicia:
José Lorenzo Hernández García, juicio de amparo 1370/2014, presentado el 3 de
noviembre de 2014; José Luis Chávez Lozano, juicio de amparo 1185/2011, juicio
de amparo presentado el 29 de septiembre
de 2014 y juicio de amparo 1304/2014 presentado el 14 de noviembre de 2014.
Incluido el detenido que
había confesado, José Daniel Canales Rodríguez, con juicio de amparo 1080/2014,
presentado el 24 de septiembre de 2014 y juicio de amparo 1277/2014, presentado
el 6 de noviembre de 2014.
LA SEGUNDA CÉLULA, SIGUIERON LOS SECUESTROS
Después, la hermana de la
dueña de una tortillería fue secuestrada
con violencia la mañana del 12 de febrero de 2015, cuando acudía a abrir el
negocio. La Unidad Antisecuestros la rescató el 20 de febrero de la casa
localizada en Calle Lago del Chalco número 66, Fraccionamiento El Lago.
En ese operativo detuvieron a
Fernando Ontiveros Ontiveros “El Cholo” y a sus socios criminales, Manuel
Enrique Ontiveros Ontiveros “El Remen”; Faustino Salazar Félix “El Mayo” Jesús Miguel Madrigal Molina “El Michoacán”;
César Gabriel Santos González “El Güero”; Fidel Abelardo Robles Sobrino “El
Flaco”; y Elizabeth Soledad Chávez Amaro “La Bunny”.
Fernando Ontiveros, Enrique
Ontiveros y Faustino Salazar, están emparentados con Luis Alberto Salazar Vega
“El Bolas”, detenido: en febrero de 2002 y apresado por el secuestro del
presunto narcotraficante sinaloense José Velázquez Martínez, se fugó. Fue
reaprehendido en abril de 2011, drogado, armado, mientras custodiaba a un
secuestrado.
En sus declaraciones, “El
Bolas” dijo que Francisco Javier
Arellano “El Tigrillo” ordenó los asesinatos del sicario Eduardo Ronquillo y el
del editor de ZETA, Francisco Ortiz Franco, ocurrido en junio de 2014. También,
que Fernando Ontiveros -capturado hasta 2015-
era su empleado criminal y habló del “Viejón” y “El Melvin” como sus
apoyos delictivos.
Al grupo de Ontiveros los
consignaron por cuatro secuestros: dos hermanos en el fraccionamiento Los
Lobos; contadora de la Zona Este de Tijuana; un empresario en el
fraccionamiento Alcalá; vendedora de casas en el fraccionamiento Mariano
Matamoros.
Las armas que les aseguraron
a la célula resultaron implicadas en 18 homicidios: Oswaldo López Angulo el 21
de julio de 2011; Efraín Nava Santiago en mayo de 2010; Ismael Luna Serrano e
Ismael Gómez López, el 3 de marzo de 2010; cuatro hombres y una mujer el 30 de
mayo de 2010; un triple homicidio en Avenida Revolución en febrero de 2010;
Mazir Guzmán el 16 de enero de 2010;
doble homicidio el 17 de enero de 2010 en la colonia Villa del Real; otro
doble en enero de 2010; Miguel Ángel Páramo el 15 de febrero de 2010; un no
identificado el 14 de febrero de 2010; y otro no identificado de 35 a 40 años,
cuyo cadáver se localizó en la colonia Mariano Matamoros.
ENCOBIJADOS, NARCOMENSAJES Y UN CALCINADO, EL SELLO DE
LOS HOMICIDAS ESTA SEMANA
Entre el 1 de enero y el 19
de noviembre de 2015, en Tijuana se han cometido 583 asesinatos violentos, 36
en lo que va del mes. Y contrario a lo dicho públicamente durante la reunión de
secretario de Seguridad de Baja California, Daniel de la Rosa, este período no
incrementaron los homicidios tras la ejecución de José Lorenzo Hernández García
y/o García Hernández “El Viejón”, porque
se mantuvo el promedio semanal de 10 a 12 acribillados que ha caracterizado el mes
de noviembre.
De entrada, el cadáver de “El
Viejón”, localizado el viernes 13 de noviembre, dentro de bolsas negras y con
el narcomensaje: “hay nomas para que miren quien nada ATT Aquiles”.
El sábado 14 de noviembre, el
cuerpo de otro hombre desconocido, atado de pies y manos, y el rostro y cabeza desfigurados a golpes,
fue levantado por las autoridades en la colonia Buenos Aires. Estaba envuelto
en una cobija negra con gris y amarrado con trozo de cinta color gris y
extensiones eléctricas. Sobre el cuerpo dejaron el siguiente mensaje en una
cartulina: “Esto les pasará a todos los CHAQETEROS el cielo sigue siendo verde Att CDS”.
En la semana, también
envueltos en bolsas de basura, sábanas o cobijas, fueron reportados otros
cuatro cadáveres abandonados en caminos vecinales, todos hombres ingresados en
la morgue en calidad de desconocidos.
A tres los encontraron el
sábado 14 de noviembre: uno a las 7:20 pm en la colonia Milenio de la
delegación Playas; lo golpearon y le arrancaron las uñas de los pies. A las
7:30 pm, el hallazgo fue en el Cañón del Padre de la delegación Cerro Colorado,
a esta víctima también la calcinaron. Y a las 8:50 pm, el tercer cuerpo fue
hallado en el Ejido Javier Rojo Gómez de la delegación Presa Rural.
El sexto cuerpo encobijado lo
levantaron en las inmediaciones del fraccionamiento Natura en la delegación Los
Pinos, también lo mataron a golpes.
De igual manera, hubo dos
mujeres asesinadas, ambas el 15 de noviembre. Al mediodía del domingo se inició
la averiguación por la muerte de una fémina entre 35 y 40 años, cuyo cadáver se
encontró en un camino de terracería del Valle de Las Palmas de la delegación
Presa Rural, la asfixiaron. Para el segundo caso, recibieron llamada del
Hospital General a las 2:00 pm; la mujer
había sido baleada durante la madrugada en la colonia Nueva Tijuana de la
delegación Mesa de Otay y murió horas después.
Del total de fallecidos en la
última semana, los cuatro identificados desde el inicio de la averiguación
fueron:
* Édgar Gabriel Estrada Huerta, la noche
del 12 de noviembre. Vendía droga en una esquina de la colonia Colinas de La
Presa en la delegación Los Pinos, de repente hombres en dos carros llegaron y
lo balearon, intentó protegerse ingresando al domicilio de un conocido, pero lo
siguieron y lo mataron dentro de la vivienda. En abril había sido detenido por
delitos contra la salud.
* Arsenio Abayta Esquer, encontrado
herido de bala dentro de su auto en el fraccionamiento García de la delegación
La Mesa, la mañana del 16 de noviembre, murió en el Hospital General. Su
familia informó que le apodaban “El Choco”, que había tenido mucho dinero y un
yonke, pero lo perdió y hasta antes de su muerte trabajaba desarmando carros
para otro yonkero. El día del asesinato había salido a comprar medicinas para
su hija y no regresó. De acuerdo con los dichos de algunos testigos, en el
pasado la víctima pasaba carros con droga hacia Estados Unidos.
* Martín Guzmán Vázquez “El Italiano”,
lo acribillaron el martes 17 de noviembre cuando entró a una carnicería en la
Zona Norte, el atacante ingresó lo baleó en la cabeza y huyó.
* Sergio Martínez Marroquín “El
Gomitas”, baleado cuando bajaba de su vehículo en un estacionamiento de la
calle Guerrero Negro en la colonia
Infonavit Lomas del Porvenir, Delegación Playas.
* Finalmente, alrededor de las 3:00 pm
del jueves 19 de noviembre, un hombre fue golpeado en la cabeza y asesinado a
balazos. Su cuerpo fue localizado en el interior de un auto que estaba en el
interior de una propiedad localizada en Avenida Huetzin de la colonia
Emperadores.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ /
Investigaciones ZETA / Fotos. Cortesía/
23 de Noviembre del 2015 a las 12:15:33)
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