Con un alza de tasas de
interés cada vez más cerca, el panorama
para los inversionistas globales se está tornando extraño y turbulento. Se
registran movimientos inusuales que van en contra de los modelos convencionales
La expectativa que ha generado el siguiente movimiento de la Reserva Federal ha irrumpido los mercados, dando lugar a crecientes preocupaciones como una potencial falta de liquidez que congele al sistema financiero
“Indudablemente, las tasas de interés van
a subir en el mundo; nadie sabe cuándo, nadie sabe cómo, pero van a subir”
Luis Videgaray
Secretario de Hacienda
"La liquidez es como un mal amigo,
quien está ahí cuando no lo necesitas, pero desaparece inmediatamente cuando
llegas a necesitarlo”
Luke Bartholomew
Administrador de inversión en Aberdeen
Asset Management
67.8 por ciento es la probabilidad
asignada por el mercado de que la Reserva Federal eleve su tasa de interés en
diciembre
168.75 puntos alcanzó el índice de
volatilidad, en agosto de 2015, cifra superior a lo registrado en octubre de
2008
Es un tiempo inusual para los
mercados financieros. La incertidumbre y la volatilidad son las únicas
constantes en una coyuntura fuertemente marcada por las políticas poco
convencionales que surgieron como respuesta a la crisis financiera.
Después de inundar al mercado
de liquidez y de llevar las tasas de interés a niveles cercanos a cero, la
Reserva Federal de Estados Unidos se prepara para “normalizar” sus políticas.
Por primera vez desde el 2006, se espera que el banco central de la economía
más grande del mundo eleve los tipos de interés.
Al ser cuestionado sobre las
implicaciones que tendría esto para México, el secretario de Hacienda Luis
Videgaray dijo que “indudablemente, las tasas de interés van a subir en el
mundo; nadie sabe cuándo, nadie sabe cómo, pero van a subir”.
Esta narrativa ha definido el comportamiento de los mercados financieros
alrededor del mundo a lo largo del año.
Sin embargo, la eventual
subida de tasas se percibe cada vez más cerca. De acuerdo a las posiciones que
los inversionistas han situado en el mercado de futuros de Chicago, se ha
asignado una probabilidad de casi 70 por ciento respecto a un alza de tipos de
interés.
La expectativa que ha
generado el siguiente movimiento de la Reserva Federal ha irrumpido los
mercados, dando lugar a crecientes preocupaciones como una
potencial falta de liquidez que congele al sistema financiero o el efecto que
pueda tener una brusca salida de capitales en las economías emergentes.
Aunado a esta situación, la
desaceleración de China y su consecuente efecto a la baja en el precio de las
materias primas, así como la nueva normalidad de bajo crecimiento y las
políticas de expansión monetaria de Japón y Europa han creado un escenario inédito
para los inversionistas globales.
El comportamiento de los
mercados financieros en el cierre del 2015 ya está empezando a registrar esta
percepción, lo que se ha reflejado en distorsiones que no se observarían en
condiciones de normalidad.
TIERRA DE NADIE
Los bonos del Tesoro de
Estados Unidos se consideran los activos más seguros del mundo. Los
inversionistas toman como un supuesto establecido el hecho de que es imposible
de que estos activos lleguen a caer en default.
No obstante, los mercados
parecen contradecir esta lógica. El rendimiento de los instrumentos swap de
tasas de interés se encuentra por debajo del rendimiento de los instrumentos
equivalentes del Tesoro de Estados Unidos. Esto quiere decir que los inversionistas
le están asignando un mayor nivel de seguridad a la especulación de bancos y
corporaciones respecto a la dirección que tomarán las tasas de interés que a la
inversión en instrumentos de deuda del gobierno de Estados Unidos.
Por otra parte, los niveles
de volatilidad actuales también están desafiando la sabiduría convencional de
los inversionistas en tiempos de “normalidad” en los mercados.
El índice VIX, que mide la
volatilidad, alcanzó en agosto un nivel
mucho mayor que el que se presentó en septiembre de 2008, cuando el sistema
financiero colapsó con la caída del banco de inversión Lehman Brothers.
Difícilmente puede considerarse que el mercado se encuentra en un periodo de
estrés financiero mayor que el del epicentro de la crisis.
LIQUIDEZ, LIQUIDEZ, LIQUIDEZ
Los analistas de las
principales firmas de inversión y administración de activos encuentran un común
denominador en la reciente disrupción de los mercados financieros: una
potencial falta de liquidez ( la facilidad para intercambiar un activo sin
movimientos bruscos en su precio).
Luke Bartholomew,
administrador de inversión en la firma Aberdeen Asset Management, le dijo a la
agencia Bloomberg que “la liquidez es como un mal amigo, quien está ahí cuando
no lo necesitas, pero desaparece inmediatamente cuando llegas a necesitarlo”.
Este fenómeno se ha vuelto
patente en el mercado de divisas de países avanzados. La creciente diferencia
entre el precio de compra y el precio de venta de monedas como el dólar
australiano, el kiwi neozelandés, el franco suizo, la corona sueca y la corona
noruega exhiben que los periodos de estrés no son exclusivos de los activos
emergentes.
La divergencia entre estos
precios, conocidos en la jerga financiera como el precio bid/ask, es
significativa si se considera que los movimientos de estas cinco monedas
representan casi un quinto del volumen diario total del mercado de divisas
global.
Para el caso de la corona
noruega y el kiwi neozelandés, la diferencia promedio entre el precio bid/ask
está llegando niveles que no se habían visto desde que los mercados (y la
liquidez) colapsaron en 2008.
Mark Farrington, socio
director de la firma de inversión Macro Currency Group, argumenta que los
mercados cuentan con un nivel de liquidez significativamente menor que antes de
la crisis financiera de 2008.
(REPORTE INDIGO/ RODRIGO CARBAJAL/ Lunes
23 de noviembre de 2015)
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