La semana pasada el Grupo Financiero
Interacciones, de la familia Hank –conformada por políticos, empresarios y
banqueros mexiquenses– anunciaron la fusión de Banorte y la empresa
Interacciones. Durante el sexenio peñanietista Carlos Hank Rhon y su hijo han
consolidado su imperio y hoy son los principales acreedores de la deuda de los
gobiernos municipales, estatales y del federal; también se han adjudicado
millonarios contratos de obras y de seguros… Y van por más.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
Los descendientes de Carlos Hank González, El Profesor, el extinto líder del
llamado Grupo Atlacomulco con el que se identifica al presidente Enrique Peña
Nieto, consiguieron lo que ningún clan empresarial pudo en un solo sexenio:
convertirse en uno de los principales constructores de obra, así como
consolidar su presencia en los ramos energético, hotelero del transporte y, por
si fuera poco, convertirse en un gigante financiero.
El miércoles 25, el Grupo
Financiero Interacciones, presidido por Carlos Hank Rhon, y el Grupo Financiero
Banorte, a cargo de su hijo Carlos Hank González, emitieron sus respectivos
comunicados para anunciar que habían celebrado un contrato marco de fusión. De
aprobarse por sus respectivas asambleas de accionistas, así como de las
autoridades regulatorias del sector, los Hank serán los banqueros mexicanos más
poderosos del país.
La suma de los dos bancos
formaría al segundo grupo financiero del país, número uno en gestión de afores,
pero sobre todo la familia Hank se convertiría, ya bajo una misma figura
–Banorte–, en el principal acreedor del sector público en México.
Separados a pesar del
parentesco, Banorte es hasta ahora el segundo acreedor en importancia de la
deuda subnacional –es decir, la que contraen estados y municipios– al concentrar
22.81% de la cartera de deuda gubernamental, sólo superado por BBVA Bancomer,
que posee 24.37%. Interacciones, con 15.29%, ocupa el tercer lugar entre los
bancos prestamistas del gobierno, de manera que, al fusionarse Banorte con
Interacciones, acapararán más del 38% de la deuda.
Si ese proyecto se concreta,
los Hank serán los acreedores de más de la tercera parte de las deudas de los
gobiernos estatales y municipales y que, en diferentes casos, mantiene
comprometidas las participaciones federales, o bien los ingresos por impuestos
locales hasta por 25 años, como constató Proceso al revisar 57 contratos, un
universo pequeño para las más de 5 mil líneas de crédito abiertas en estos
años, según un informe de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cuya
copia tiene este semanario.
Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso
2139, ya en circulación
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA/
28 OCTUBRE, 2017)
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