Dos meses después de ser
víctima de un primer atentado, Rubén Enriquez Valderain, de 41 años de edad,
decidió ir a comer al mismo negocio donde fue agredido a balazos. Aquella vez
se salvó, pero recibió un impacto de proyectil en el hombro.
Esta mañana repitió la acción
y nuevamente un sicario abrió fuego en su contra, sólo que en esta ocasión,
seis balas le perforaron el cuerpo y terminaron con su vida.
Rubén Enriquez se encontraba
comiendo en una pequeña palapa ubicada a la orilla de la carretera al
aeropuerto, a la altura del kilómetro 12.5, cuando un individuo a bordo de una
motocicleta y con un chaleco de tránsito se posicionó frente a él y sin cruzar
palabras, lo mató.
El reloj marcaba las 09:00
horas cuando ocurrió el incidente y tanto policías municipales como
ministeriales llegaron en poco tiempo, pero el homicida había logrado escapar;
la motocicleta y el chaleco fueron abandonados a dos kilómetros del lugar,
justo en la entrada de la colonia Mariano Abasolo, al Oriente de la ciudad.
Según los datos
proporcionados por testigos y agentes municipales, todo se desarrollaba de
manera regular. El hombre comía plácidamente, cuando arribó este individuo que
dejó la unidad de dos ruedas a la orilla de la vialidad.
Sin miramientos se dirigió
hacia él y disparó en seis ocasiones; Enriquez Valderain logró desenfundar su
pistola, pero fue asesinado antes que pudiera accionarla y quedó tendido entre
las mesas del pequeño negocio de carnitas.
Agentes preventivos
comenzaron con el patrullaje, pero sólo lograron ubicar algunas pistas, las
cuales fueron resguardadas y peritos en la materia se encuentran trabajando en
ellas.
El atentado se realizó a un
costado de una tienda de abarrotes y de un conocido restaurante llamado “Mi
Ranchito”.
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS EDUARDO VILLA LUGO /SÁBADO, 29 JULIO, 2017
01:03 PM)
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