Por
las condiciones del lugar donde los abandonan, por el tiempo transcurrido, por
el sol, el agua, los cuerpos de personas asesinadas entran en estado de
descomposición, y a la hora de ser localizados, resulta sumamente difícil para los familiares
identificarlos, por lo que el cuerpo dura varios días en el Servicio Forense en
tanto las autoridades verifican la identidad
Como
ejemplo, los familiares de las tres mujeres asesinadas en marzo de 2015 en
Mexicali, quienes atravesaron por espacios comunes, aparte del dolor y angustia
por la pérdida de su ser querido, los asesinatos implicaron entrar en una
vorágine de procedimientos judiciales.
El
más duro, tratar de identificar –a su a hermana, esposa o madre— y contrastar
la imagen que de ellas tenían con los cuerpos descompuestos, desfigurados. Por
eso tuvieron que soportar varios días de angustia y sobresaltos.
Ana
Leticia Zatarain desapareció desde la noche del jueves 5 de marzo y fue
localizada el lunes 9 de ese mismo mes en un solitario paraje del ejido
Pólvora. El cuerpo estaba en medio de una cobija, descompuesto y tenía aun un
cable eléctrico atado al cuello, transcurrió casi una semana para que los
parientes pudieran llevárselo.
Erika
López fue localizada la tarde del viernes 13 –tenía cuatro días desaparecida—
la encontraron en la falda de un dren maniatada con cinta gris y con una bolsa
de plástico en la cabeza y también duró varios días en las instalaciones del
Semefo.
El
cuerpo de Tatiana Venegas fue localizado la mañana del martes 17 de marzo en un
dren de aguas verdosas al sur de Mexicali, estaba atado a un cigüeñal de motor
y sus parientes –por el avanzado estado de descomposición— también batallaron
para identificarla.
Y
es que de acuerdo a la legislación vigente, aunque la necropsia la realizan en
el Servicio Médico Forense la liberación del cuerpo –que significa avalar la
identificación— le corresponde al Ministerio Público, instancia que se apoya en
el trabajo técnico realizado desde el área de Servicios Periciales adscrita a
la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Además
los procedimientos se han vuelto más rigurosos a raíz del caso de Ana Luisa
Hernández, quien fue declarada muerta en septiembre de 2013 después que su
madre identificara el cuerpo de una mujer calcinada. Su pareja, Miguel
Castañeda fue consignado como presunto responsable del homicidio, y cinco meses
después, en febrero de 2014, apareció viva.
LAS LEYES
De
acuerdo al Código Procesal Penal en su artículo 254, el levantamiento e
identificación de cadáveres, en los casos de muertes violentas se deberá
practicar el peritaje correspondiente y le toca al Ministerio Publico autorizar
la entrega del cadáver a los parientes.
En
los casos donde se desconozca la identidad del cadáver el precepto legal
establece que su identificación se
efectuará por las pruebas “periciales idóneas” y textualmente anota que “una
vez realizadas las mismas se procederá a la sepultura del cadáver, la cual
deberá realizarse en un plazo no mayor de 15 días, con excepción de que el
Ministerio Público haya solicitado su custodia por un plazo mayor”.
Pero
el mismo artículo ya tiene un anexo, el 254 bis donde se estipula que “cuando
se trate de un homicidio o feminicidio, además de la descripción que hará el
que practique las diligencias, lo harán también dos peritos que practicarán la
necropsia del cadáver (sic), expresando con minuciosidad el estado que guarda y
las causas que originaron la muerte”.
Otro
anexo en el 254 quarter, se establece que “en los casos de investigación de
feminicidios la Procuraduría General de Justicia del Estado deberá conservar un
registro fotográfico de la víctima, de la descripción de sus lesiones, objetos
y vestimenta con que haya sido encontrada…cuando se trate de cadáveres no
identificados o que no puedan ser reconocidos deberá realizarse un estudio para
determinar su ADN, que se integrará a un banco de datos de información genética
a cargo de la PGJE al que se incorporará la información genética de mujeres
desaparecidas o presuntas víctimas de feminicidio cuando así lo soliciten o en
cumplimiento a una orden de la autoridad judicial”.
FILIACIÓN, SEÑAS
Pero
el mismo artículo ya tiene un anexo, el 254 bis, donde se estipula que “cuando
se trate de un homicidio o feminicidio, además de la descripción que hará el
que practique las diligencias, lo harán también dos peritos que practicarán la
necropsia del cadáver (sic), expresando con minuciosidad el estado que guarda y
las causas que originaron la muerte”.
Francisco
Acuña Campa, titular del Servicio Médico Forense comenta que en el formato que
ellos utilizan para el dictamen de autopsia hay una partitura para anotar la
media filiación –como edad, sexo, color de cabello—, pero otro rubro del mismo
procedimiento tiene que ver con las señas particulares como tatuajes, verrugas,
cicatrices, prótesis que pueden permitir al familiar poder identificar.
Ese
fue el caso de la mujer encontrada en el dren de Pórticos del Valle fue
identificada por los tatuajes, ya que el estado de putrefacción no permita
apreciar adecuadamente su fisonomía.
“Cuando
es dudosa la identificación se le tiene que hacer el ADN y eso pasa en
cadáveres esqueletizados o en estado de
putrefacción”, explica Acuña Campa en alusión a las dudas que puedan surgir de
los familiares de las víctimas.
“Cuando
van al Ministerio Público tienen que ser convincentes, yo estimo que todos los
cuerpos que están en estado de putrefacción, aunque aparentemente para los familiares
sea muy evidente que se trate, deben de hacerle el examen de DNA”, considera
Acuña Campa, quien comenta que ese examen dura en promedio dos semanas, aunque
se han presentado casos donde tardan tres meses.
En
el caso de Erika López, localizada la tarde del viernes 13 de marzo –murió por
asfixia por obstrucción de vías aéreas superiores— el cuerpo fue entregado a
sus familiares una semana después, la tarde del 20 de marzo del 2015 a las
cinco de la tarde.
Ana
Leticia Zatarain, quien fue localizada el lunes 9 de marzo –cuatro días después
de desaparecida— los familiares mostraron reticencia a la identificación, por
eso el cuerpo duro varios días en las instalaciones del Servicio Médico
Forense. “Es una reticencia natural porque cuando un cuerpo está en estado de
putrefacción la familia siempre tiene la negación”, explica el especialista,
agregando que fue la familia quienes llevaron al dentista para que hiciera un
análisis de la dentadura. Por esa serie de procedimientos el cuerpo fue
entregado hasta el domingo 15 de marzo, casi una semana después de localizado.
CUERPOS LLEGAN DESNUDOS A FORENSE
Acuña
dice desconocer si la PGJE les aplicó el examen de ADN a los cuerpos de las
tres mujeres –dado que ese examen lo realizan elementos de Periciales de la
PGJE—, pero además aporta otro dato: en ocasiones los cuerpos de los fallecidos
llegan sin la vestimenta que portaban al momento de ser asesinados.
“Una
propuesta que yo tengo es que a los cadáveres que lleguen como desconocidos se
inhumen con las prendas de vestir, es un recurso que puede servir para
identificarlos”, asume el médico especialista en el tema forense.
Según
su explicación, es el Ministerio Publico el encargado de recoger el cadáver
–después de un minucioso estudio médico-legal del lugar, realizan el
levantamiento del cuerpo y lo trasladan a Semefo.
—
¿Y en qué momento los desnudan?, se le pregunta al doctor Acuña; quien contesta
con un movimiento corporal interrogante. Lo que sí sabe es que es relativamente
frecuente que los cuerpos lleguen ya sin ropa a la plancha del forense.
Acuña
Campa –a manera de propuesta— considera que los cadáveres “esqueletizados” o
quemados debieran realizarles el examen de DNA, lo cual daría mucha certeza a
la identidad de los familiares y particularmente a la autoridad y finalmente
comenta que, antes de la modificación de la Ley para enviar a en dos semanas a
los no identificados a la fosa común, en el refrigerador del Semefo permaneció
durante 18 años un cadáver de un hombre localizado en el Valle de Mexicali, debido
a que el Ministerio Publico no lo “liberaba” para poder inhumarlo.
CIENTÍFICO
El
titular de Servicios Periciales en la Procuraduría General de Justicia, Ángel
Lozano Sánchez explica los procedimientos que en esa área siguen, inicia con el
tema de la vestimenta de los fallecidos.
“Nosotros
al procesar tenemos a la vista la escena
en primera instancia. Al momento de procesar el cuerpo hay mucha evidencia
dentro de las vestimentas, hacemos fijaciones (gráficas y escritas) de la
vestimenta tal cual las portaba al momento de localizar el cuerpo ya sea
marcas, señas características como rasgaduras, algún logotipo de alguna
empresa, todo eso lo detallamos y lo establecemos en nuestro parte informativo,
el resultado final es un dictamen que le entregamos al Ministerio Público”,
refiere el funcionario y aclara que esa parte no pasa a Semefo dado que “ellos
no hacen el examen de las muestras”.
“Buscamos
de cualquier muestra que pudiera ser pelos, fibras, células epiteliales para
poder hacer el examen de ADN nosotros lo
recolectamos y lo trasladamos a los laboratorios para poder procesar esta evidencia. Nosotros también
revisamos el cuerpo, hacemos observaciones en cuanto a las lesiones que
presenta, en ocasiones en Semefo batallamos un poco para poder examinarlo, por
cuestiones de la infraestructura que no tenemos un área adecuada para trabajar
nosotros”.
El
especialista de periciales detalló que si tienen un cuerpo en estado de
putrefacción le toman fotografías, medidas, señas –tatuajes, cicatriz,
lunares—, lo que les sirve para describir técnicamente la situación en una
necro reseña, que es donde quedan asentados todos estos datos.
Además
se integran las huellas dactilares, las que luego se ingresan al sistema AFIS
–base de datos nacional de las elementos de corporaciones y que hayan cometido
algún delito— y en caso negativo buscan realizar un cotejo “en lo económico, o
manual” con alguna credencial de elector o cartilla aportada por algún
familiar. Otro elemento son las placas dentales –sobre todo en los cuerpos
putrefactos— y se solicita a los familiares algún registro dental, con lo que
se hace un cotejo.
Lozano
Sánchez comenta que la rapidez en los procedimientos en ocasiones depende de
los tiempos en que les aporten –familiares o amigos— los elementos para poder
cruzar esos datos. Todos esos resultados se entregan al Ministerio Público,
quien es el que finalmente valida la identificación del cadáver.
“El
Ministerio Público es el responsable de todo lo que suceda alrededor de la
entrega”, refiere Lozano enfatizando que el trabajo del Perito es el ser un
auxiliar del Ministerio Publico. En cuanto al ADN éste se aplica
fundamentalmente en osamentas y cuerpos putrefactos, dado que no hay elementos
con que cotejar. Lozano explica que el tomar la muestra puede pasar por varias
etapas, unas más rápidas que otras, por ejemplo un hueso que en ocasiones deba
ser triturado, antes congelarlo.
Lo
más fácil y rápido resulta extraer una muestra de sangre. Los resultados del
examen de ADN pueden variar en cuanto a los tiempos, desde una semana hasta un
mes.
En
el caso de personas desaparecidas a nivel estatal se ha conformado un banco de
datos – con muestras de los familiares— y ya que con la PGR se firmó un
convenio para poder ingresar al Sistema Codis, un software que se alimenta con
los perfiles genéticos de los cuerpos no identificados y que realiza un cruce
automático con los datos de los familiares.
“Todo
requiere su tiempo, para poder hacer una identificación exitosa, hay que darle
su tiempo”, sentencia el titular de Servicios Periciales en alusión a los
familiares que han tenido que esperar varios días para que les sea entregado un
cuerpo.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Sergio Haro Cordero / Fotos. Sergio Haro/ 16 de Septiembre del 2015 a las 09:50:13)
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