jueves, 17 de septiembre de 2015

EL AMARGO TRANCE DE IDENTIFICAR CADÁVERES


Por las condiciones del lugar donde los abandonan, por el tiempo transcurrido, por el sol, el agua, los cuerpos de personas asesinadas entran en estado de descomposición, y a la hora de ser localizados, resulta  sumamente difícil para los familiares identificarlos, por lo que el cuerpo dura varios días en el Servicio Forense en tanto las autoridades verifican la identidad

Como ejemplo, los familiares de las tres mujeres asesinadas en marzo de 2015 en Mexicali, quienes atravesaron por espacios comunes, aparte del dolor y angustia por la pérdida de su ser querido, los asesinatos implicaron entrar en una vorágine de procedimientos judiciales.

El más duro, tratar de identificar –a su a hermana, esposa o madre— y contrastar la imagen que de ellas tenían con los cuerpos descompuestos, desfigurados. Por eso tuvieron que soportar varios días de angustia y sobresaltos.

Ana Leticia Zatarain desapareció desde la noche del jueves 5 de marzo y fue localizada el lunes 9 de ese mismo mes en un solitario paraje del ejido Pólvora. El cuerpo estaba en medio de una cobija, descompuesto y tenía aun un cable eléctrico atado al cuello, transcurrió casi una semana para que los parientes pudieran llevárselo.

Erika López fue localizada la tarde del viernes 13 –tenía cuatro días desaparecida— la encontraron en la falda de un dren maniatada con cinta gris y con una bolsa de plástico en la cabeza y también duró varios días en las instalaciones del Semefo.

El cuerpo de Tatiana Venegas fue localizado la mañana del martes 17 de marzo en un dren de aguas verdosas al sur de Mexicali, estaba atado a un cigüeñal de motor y sus parientes –por el avanzado estado de descomposición— también batallaron para identificarla.

Y es que de acuerdo a la legislación vigente, aunque la necropsia la realizan en el Servicio Médico Forense la liberación del cuerpo –que significa avalar la identificación— le corresponde al Ministerio Público, instancia que se apoya en el trabajo técnico realizado desde el área de Servicios Periciales adscrita a la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Además los procedimientos se han vuelto más rigurosos a raíz del caso de Ana Luisa Hernández, quien fue declarada muerta en septiembre de 2013 después que su madre identificara el cuerpo de una mujer calcinada. Su pareja, Miguel Castañeda fue consignado como presunto responsable del homicidio, y cinco meses después, en febrero de 2014, apareció viva.

LAS LEYES

De acuerdo al Código Procesal Penal en su artículo 254, el levantamiento e identificación de cadáveres, en los casos de muertes violentas se deberá practicar el peritaje correspondiente y le toca al Ministerio Publico autorizar la entrega del cadáver a los parientes.

En los casos donde se desconozca la identidad del cadáver el precepto legal establece que  su identificación se efectuará por las pruebas “periciales idóneas” y textualmente anota que “una vez realizadas las mismas se procederá a la sepultura del cadáver, la cual deberá realizarse en un plazo no mayor de 15 días, con excepción de que el Ministerio Público haya solicitado su custodia por un plazo mayor”.

Pero el mismo artículo ya tiene un anexo, el 254 bis donde se estipula que “cuando se trate de un homicidio o feminicidio, además de la descripción que hará el que practique las diligencias, lo harán también dos peritos que practicarán la necropsia del cadáver (sic), expresando con minuciosidad el estado que guarda y las causas que originaron la muerte”.

Otro anexo en el 254 quarter, se establece que “en los casos de investigación de feminicidios la Procuraduría General de Justicia del Estado deberá conservar un registro fotográfico de la víctima, de la descripción de sus lesiones, objetos y vestimenta con que haya sido encontrada…cuando se trate de cadáveres no identificados o que no puedan ser reconocidos deberá realizarse un estudio para determinar su ADN, que se integrará a un banco de datos de información genética a cargo de la PGJE al que se incorporará la información genética de mujeres desaparecidas o presuntas víctimas de feminicidio cuando así lo soliciten o en cumplimiento a una orden de la autoridad judicial”.

FILIACIÓN, SEÑAS

Pero el mismo artículo ya tiene un anexo, el 254 bis, donde se estipula que “cuando se trate de un homicidio o feminicidio, además de la descripción que hará el que practique las diligencias, lo harán también dos peritos que practicarán la necropsia del cadáver (sic), expresando con minuciosidad el estado que guarda y las causas que originaron la muerte”.

Francisco Acuña Campa, titular del Servicio Médico Forense comenta que en el formato que ellos utilizan para el dictamen de autopsia hay una partitura para anotar la media filiación –como edad, sexo, color de cabello—, pero otro rubro del mismo procedimiento tiene que ver con las señas particulares como tatuajes, verrugas, cicatrices, prótesis que pueden permitir al familiar poder identificar.

Ese fue el caso de la mujer encontrada en el dren de Pórticos del Valle fue identificada por los tatuajes, ya que el estado de putrefacción no permita apreciar adecuadamente su fisonomía.

“Cuando es dudosa la identificación se le tiene que hacer el ADN y eso pasa en cadáveres  esqueletizados o en estado de putrefacción”, explica Acuña Campa en alusión a las dudas que puedan surgir de los familiares de las víctimas.

“Cuando van al Ministerio Público tienen que ser convincentes, yo estimo que todos los cuerpos que están en estado de putrefacción, aunque aparentemente para los familiares sea muy evidente que se trate, deben de hacerle el examen de DNA”, considera Acuña Campa, quien comenta que ese examen dura en promedio dos semanas, aunque se han presentado casos donde tardan tres meses.

En el caso de Erika López, localizada la tarde del viernes 13 de marzo –murió por asfixia por obstrucción de vías aéreas superiores— el cuerpo fue entregado a sus familiares una semana después, la tarde del 20 de marzo del 2015 a las cinco de la tarde.

Ana Leticia Zatarain, quien fue localizada el lunes 9 de marzo –cuatro días después de desaparecida— los familiares mostraron reticencia a la identificación, por eso el cuerpo duro varios días en las instalaciones del Servicio Médico Forense. “Es una reticencia natural porque cuando un cuerpo está en estado de putrefacción la familia siempre tiene la negación”, explica el especialista, agregando que fue la familia quienes llevaron al dentista para que hiciera un análisis de la dentadura. Por esa serie de procedimientos el cuerpo fue entregado hasta el domingo 15 de marzo, casi una semana después de localizado.

CUERPOS LLEGAN DESNUDOS A FORENSE

Acuña dice desconocer si la PGJE les aplicó el examen de ADN a los cuerpos de las tres mujeres –dado que ese examen lo realizan elementos de Periciales de la PGJE—, pero además aporta otro dato: en ocasiones los cuerpos de los fallecidos llegan sin la vestimenta que portaban al momento de ser asesinados.

“Una propuesta que yo tengo es que a los cadáveres que lleguen como desconocidos se inhumen con las prendas de vestir, es un recurso que puede servir para identificarlos”, asume el médico especialista en el tema forense.

Según su explicación, es el Ministerio Publico el encargado de recoger el cadáver –después de un minucioso estudio médico-legal del lugar, realizan el levantamiento del cuerpo y lo trasladan a Semefo.

— ¿Y en qué momento los desnudan?, se le pregunta al doctor Acuña; quien contesta con un movimiento corporal interrogante. Lo que sí sabe es que es relativamente frecuente que los cuerpos lleguen ya sin ropa a la plancha del forense.

Acuña Campa –a manera de propuesta— considera que los cadáveres “esqueletizados” o quemados debieran realizarles el examen de DNA, lo cual daría mucha certeza a la identidad de los familiares y particularmente a la autoridad y finalmente comenta que, antes de la modificación de la Ley para enviar a en dos semanas a los no identificados a la fosa común, en el refrigerador del Semefo permaneció durante 18 años un cadáver de un hombre localizado en el Valle de Mexicali, debido a que el Ministerio Publico no lo “liberaba” para poder inhumarlo.

CIENTÍFICO

El titular de Servicios Periciales en la Procuraduría General de Justicia, Ángel Lozano Sánchez explica los procedimientos que en esa área siguen, inicia con el tema de la vestimenta de los fallecidos.

“Nosotros al procesar  tenemos a la vista la escena en primera instancia. Al momento de procesar el cuerpo hay mucha evidencia dentro de las vestimentas, hacemos fijaciones (gráficas y escritas) de la vestimenta tal cual las portaba al momento de localizar el cuerpo ya sea marcas, señas características como rasgaduras, algún logotipo de alguna empresa, todo eso lo detallamos y lo establecemos en nuestro parte informativo, el resultado final es un dictamen que le entregamos al Ministerio Público”, refiere el funcionario y aclara que esa parte no pasa a Semefo dado que “ellos no hacen el examen de las muestras”.

“Buscamos de cualquier muestra que pudiera ser pelos, fibras, células epiteliales para poder hacer el examen  de ADN nosotros lo recolectamos y lo trasladamos a los laboratorios para poder  procesar esta evidencia. Nosotros también revisamos el cuerpo, hacemos observaciones en cuanto a las lesiones que presenta, en ocasiones en Semefo batallamos un poco para poder examinarlo, por cuestiones de la infraestructura que no tenemos un área adecuada para trabajar nosotros”.

El especialista de periciales detalló que si tienen un cuerpo en estado de putrefacción le toman fotografías, medidas, señas –tatuajes, cicatriz, lunares—, lo que les sirve para describir técnicamente la situación en una necro reseña, que es donde quedan asentados todos estos datos.

Además se integran las huellas dactilares, las que luego se ingresan al sistema AFIS –base de datos nacional de las elementos de corporaciones y que hayan cometido algún delito— y en caso negativo buscan realizar un cotejo “en lo económico, o manual” con alguna credencial de elector o cartilla aportada por algún familiar. Otro elemento son las placas dentales –sobre todo en los cuerpos putrefactos— y se solicita a los familiares algún registro dental, con lo que se hace un cotejo.

Lozano Sánchez comenta que la rapidez en los procedimientos en ocasiones depende de los tiempos en que les aporten –familiares o amigos— los elementos para poder cruzar esos datos. Todos esos resultados se entregan al Ministerio Público, quien es el que finalmente valida la identificación del cadáver.

“El Ministerio Público es el responsable de todo lo que suceda alrededor de la entrega”, refiere Lozano enfatizando que el trabajo del Perito es el ser un auxiliar del Ministerio Publico. En cuanto al ADN éste se aplica fundamentalmente en osamentas y cuerpos putrefactos, dado que no hay elementos con que cotejar. Lozano explica que el tomar la muestra puede pasar por varias etapas, unas más rápidas que otras, por ejemplo un hueso que en ocasiones deba ser triturado, antes congelarlo.

Lo más fácil y rápido resulta extraer una muestra de sangre. Los resultados del examen de ADN pueden variar en cuanto a los tiempos, desde una semana hasta un mes.

En el caso de personas desaparecidas a nivel estatal se ha conformado un banco de datos – con muestras de los familiares— y ya que con la PGR se firmó un convenio para poder ingresar al Sistema Codis, un software que se alimenta con los perfiles genéticos de los cuerpos no identificados y que realiza un cruce automático con los datos de los familiares.

“Todo requiere su tiempo, para poder hacer una identificación exitosa, hay que darle su tiempo”, sentencia el titular de Servicios Periciales en alusión a los familiares que han tenido que esperar varios días para que les sea entregado un cuerpo.

(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Sergio Haro Cordero / Fotos. Sergio Haro/   16 de Septiembre del 2015 a las 09:50:13)


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