María
Asunción Aramburuzabala, una de las mujeres más acaudaladas de México, habla
con Proceso acerca de la demanda que interpuso contra quienes presuntamente
intentan extorsionarla, de manera especial contra Adriana Pérez Romo, esposa
del conductor estelar de Televisa, Joaquín López Dóriga. La heredera del Grupo
Modelo detalla las amenazas que, afirma, le hicieron en el sentido de usar el
espacio televisivo controlado por el periodista para difamarla. “Nunca en 24
años (de su negocio inmobiliario) me había sucedido algo así”, sostiene, y
remata: “No soy inútil y mucho menos corrupta. Mi dinero no es mal habido, como
el de él”.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Una auténtica “historia de terror”, extorsiones, uso desmedido
de la fuerza pública capitalina, una serie de cinco clausuras y de falsos
defensores de intereses vecinales se hilvana en la disputa hecha pública entre
el comunicador más importante del Grupo Televisa, Joaquín López Dóriga, y la
empresaria María Asunción Aramburuzabala, una de las mujeres más acaudaladas
del país, quien decidió romper el silencio e interponer una demanda penal, el
viernes 14, por varios delitos contra quienes la amenazaron con frenar su
desarrollo inmobiliario de la calle Rubén Darío 225, en Polanco, en una de las
zonas de mayor plusvalía inmobiliaria en el Distrito Federal.
En
esta trama, en primer lugar está involucrada Adriana Pérez Romo, esposa de
López Dóriga, quien no es la primera vez que amenaza con utilizar la influencia
mediática de su marido. En 2002, el delegado en Miguel Hidalgo, Arne Aus Den
Ruthen, recordó en sus cuentas de redes sociales que el conductor de Televisa
le pidió autorizar una obra ilegal en un predio de su esposa, en Polanco.
“Aprende a no meterte con la esposa de un comunicador”, lo amenazó López Dóriga
ante la negativa.
En
un tono similar, López Dóriga intentó amedrentar a Aramburuzabala tras las amenazas
de su esposa. Al rememorar la llamada telefónica del comunicador, la empresaria
le repite a Proceso el mensaje que le envió a López Dóriga: “No te confundas.
Yo estoy litigando en tribunales, no en medios. Lo que estoy haciendo es
exponer tu modus operandi, tu porquería”.
Destapado
el escándalo el viernes 21 a raíz de una nota en el periódico Reforma, López
Dóriga sólo ha respondido a través de su cuenta de Twitter, sin negar la
extorsión:
“Niego
rotundamente la dolosa implicación de Reforma: No he ‘litigado’ el problema
vecinal con el negocio de la señora Aramburuzabala en Polanco.
“Quien
sí ha litigado en medios la defensa de su negocio ha sido la señora
Aramburuzabala: 6 primeras planas en Reforma a favor de su desarrollo.”
Otro
personaje implicado es el exdiputado federal panista Mario Alberto Becerra
Pocoroba, cercano al expresidente Felipe Calderón, quien a nombre de los
vecinos del edificio colindante, de Rubén Darío 223, y de Pérez Romo planteó
una extorsión que asciende a casi 10 millones de dólares y fue grabado en un
video difundido por los representantes de Aramburuzabala.
A
su vez, el actual jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, ha dejado
correr las clausuras y las estafas, a pesar de que él reconoció ante
Aramburuzabala, en un encuentro privado, que “todo está correcto” en el
proyecto de las torres de 122 departamentos.
De
entrada, la heredera del emporio de Grupo Modelo y accionista de Grupo Televisa
hasta enero de 2006, separa a los directivos de la televisora de su disputa con
López Dóriga. Recordó que ella tuvo un encuentro con Emilio Azcárraga Jean y
éste se comprometió a no tomar parte en el conflicto.
(Fragmento
del reportaje que publica la revista Proceso 2026, ya en circulación)
(PROCESO
/ JENARO VILLAMIL/ 29 DE AGOSTO DE 2015)
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